Mi primer sexo oral con un hombre
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos. Me llamo Daniel, vivo en Mar del Plata, Argentina, y esta es la historia de la primera vez que tuve contacto con otro hombre.
Tengo 35 años, mido 1,72 mts. soy blanco de piel, de contextura mediana, cabello rapado, ojos marrones. Un tipo normal, totalmente masculino, pero con este secreto deseo guardado por mucho tiempo.
Como ya les dije vivo en la ciudad de Mar del Plata, donde existe una excelente movida para concretar encuentros entre hombres. Esto paso hace unos años atrás, cuando cansado de las eternas pajas en solitario después de leer relatos o ver videos, mi calentura llego a un break point que me decidió a la acción. Entre en un chat de la ciudad, y después de muchas idas y venidas, arregle un encuentro con un flaco en una esquina determinada por donde yo lo pasaría a buscar en mi auto. Nunca había estado con un hombre a nivel sexual, y me moría de ganas por tocar y ser tocado, por acariciar, lamer, chupar, y ver que se daba. Hasta ese momento no había definido cual seria mi rol, y estaba realmente aterrorizado. Tal cual quedamos con Marcos, ese era su nombre, lo espere en la esquina acordada, sentado en el auto, poco menos que temblando de miedo y de la calentura.
A los pocos minutos veo un flaco de unos 30 años, delgado, de pinta atlética, morocho, de pelo largo que se para a unos metros de mi auto y mira distraídamente hacia el interior. No se de donde saque fuerzas y le hice un saludo cordial, a lo que el se acerco aun mas al auto. Baje la ventanilla y pregunto con un hilo de voz, ¿Marcos? El sonrió y con gesto afirmativo abrió sin mas la puerta del auto y se sentó. Lo salude con un beso en la mejilla, y trate de empezar una conversación intrascendente, ya que no sabia como empezar. El me pregunto si tenia mucha experiencia a lo que respondí que nada, a la vez que soltaba una risita de nervios.
Me pregunto si me parecía bien que nos quedáramos ahí mismo, ya que era invierno, era una esquina oscura e intransitada totalmente a esa hora. Le dije que no había problema, que haríamos como el quisiera. Sin decir mas nada, me apoyo una mano sobre el pantalón notando que mi verga estaba como un mástil. Me dijo ¡como estas, que lindo! y me pidió que me bajara todo. No me hice rogar y a los dos segundos tenia pantalones y calzoncillos hasta los tobillos, sentado como estaba detrás del volante, con mi pija apuntando al cielo, a punto de reventar de lo dura que estaba. El se inclino sobre mi verga y delicadamente empezó a recorrerla desde la base del tronco hasta la punta de la pija con su lengua, pero sin tocarme con sus manos, y sin introducírsela en la boca. Solo con la punta de la lengua. Esa tortura me causo un placer tan enorme que casi me desmayo. Y debido a la inmensa calentura que tenia, le pedí que pare, o iba a estallar. Marcos, se alejo de mi pija y se acomodo en su asiento. Vestía un pantalón de jogging gris, el cual estaba como una carpa debido a la erección que tenia. Poseído por la calentura como estaba, sin dejar de mirarlo a los ojos empecé a acariciar su pija por sobre el pantalón y pude sentir por primera vez en mi vida la dureza de un macho en mis manos. Eran tales las ganas que tenia, que poco menos que le rogué que se bajara los pantalones. El me imito y se los bajo hasta las rodillas, dejando a la vista una enhiesta verga de unos 17 cms de largo y unos cuatro de diámetro. Una cabeza reluciente, y ya mojada, de un color rojo oscuro e intenso.
Cerré los ojos y con toda la delicadeza que pude, abrí la boca y la deje entrar suavemente. La recibí con la boca llena de saliva producto de mis ganas, y la envolví con mi lengua con ganas de no dejarla ir nunca mas. Muy muy suavemente sin retirarla de mi boca, empecé a subir y bajar por esa divina verga, sintiéndola cada vez mas dura. Había fantaseado con ese momento infinidad de veces a lo largo de mi vida, y ahora ahí estaba, chupando una deliciosa pija y muriéndome de la calentura. No se por cuanto tiempo estuve disfrutando del placer inmenso de que Marcos me cogiera la boca, perdí la noción. En un momento el me aparto diciéndome que no aguantaba mas, y vi como esa pija divina salió empapada en saliva de dentro de mi boca y se quedo piradísima y pegada al abdomen de Marcos que se había levantado la remera.
La visión era tan divina y caliente, que no pude resistir las ganas de volver a besarla, y le apoye los labios en el glande, apretándola con la lengua y contra el duro abdomen de Marcos, mientras subía y bajaba desde el glande al tronco de la pija de Marcos. No llegue a hacer ese recorrido mas de tres o cuatro veces, cuando sentí ponerse todo el cuerpo de Marcos tensionarse, y mientras soltaba un gemido bajo y profundo, empezó a acabar enormes chorros de leche caliente contra su abdomen. Había provocado la eyaculación de un hombre con mi boca.
Era increíble, pero era cierto. Seguí subiendo y bajando por la verga de ese macho divino con mis labios y lengua acabando sus chorros de leche expulsados, y sentí en mi cara, el calor de la leche recién acabada, su olor único y por primera vez en mi vida, aunque un poco nada mas saboree la miel de un hombre que tanto había deseado. Marcos siguió teniendo temblores por espacio de un momento, hasta que la leche dejo de brotar de su palo hermoso, y se aflojo.
Me miro con cara de incredulidad y me dijo que era increíble lo bien que la chupaba. Que lo había hecho gozar muchísimo. Yo seguía con los pantalones y calzoncillos hasta los tobillos y con la verga petrificada de la calentura y a punto de explotar por la calentura que tenia. Marcos me empujo hacia atrás, y de un solo movimiento se trago mi pija muy profundamente. No hicieron falta mas que pocas chupadas, para que yo casi le grite que acababa. Se la saco de la boca y mientras me lamia el cuello acompaño mi interminable eyaculación con su mano, provocándome casi la muerte por exceso de placer. El auto era un reguero de leche, y de placer. Nos limpiamos lo mejor que pudimos con unos pañuelos descartables. Nos saludamos, y Marcos se fue, dejándome ahí, pleno, feliz y sabedor de que algo nuevo había nacido en mi.
Espero les haya gustado, pronto les contare como desde entonces disfruto del sexo con hombres y de los feliz que eso me ha hecho.
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