Mi primer trío
La historia de tres chicos que empezaron bromeando en las duchas de la piscina.
Hola, soy José y este es mi tercer relato 100% real. Todos los relatos que he publicado y los que seguiré publicando serán experiencias que he vivido a lo largo de mi vida y que me da mucho morbo compartir con ustedes.
Para cuando ocurrió lo que les voy a contar aquí ya habían pasado los acontecimientos de mis primeros dos relatos, y aunque había estado con mi primo un par de veces, yo decidí que sólo estaba probando y experimentando, y en realidad me consideraba heterosexual.
Yo practicaba natación desde que tenía 10, y en el momento en que ocurrió esto yo ya tenía 12 y entrenaba con otros chicos y chicas menores y mayores que yo. Los baños obviamente eran separados, uno para chicos y otro para chicas. Conmigo entrenaba un chico llamado Luis, era menor que yo, tal vez tenía 10, y siempre fue muy extrovertido e hiperactivo. Cuando íbamos a las duchas a mí siempre me avergonzaba desnudarme enfrente de todos los demás chicos para ducharme, así que casi siempre esperaba a que todos terminaran y se fueran para ducharme tranquilo, aunque a veces no se iban todos sino que quedaban dos o tres, pero igualmente me sentía más cómodo duchandome frente a dos personas que hacerlo frente a 10. Luis era todo lo contrario, ya que desde que entrabamos a las duchas él se desnudaba por completo y no le daba vergüenza que todos lo viéramos desnudo. Él era aún pequeño, piel blanca y cuerpo atlético, totalmente lampiño y un pene promedio para su edad.
Un día terminamos de entrenar y fuimos todos a las duchas. De nuevo esperé a que se fuera la gran mayoría y Luis estuvo desnudo todo ese rato. Se fueron casi todos y quedamos Luis, yo, y otro chico de mi edad llamado Kevin. Kevin y Luis estaban charlando mientras yo aún esperaba que al menos uno de los dos se fuera para ducharme. En eso Luis se me acerca y me dice: «¿Por qué no te has cambiado?» a lo que yo le respondí: «Estoy esperando que se vayan para ducharme».
– ¿Por qué? ¿Te da pena? – me preguntó Luis, que les recuerdo que estaba completamente desnudo.
– Sí, la verdad me da un poco de pena que me vean desnudo – le expliqué a Luis.
– ¿Por qué? Somos todos hombres – me contestó.
– Sí, lo sé… – dije, y no pude evitar bajar la vista a su pene. Me sorprendió mucho ver que estaba erecto, no entendía bien por qué ya que el único que estaba desnudo era él, Kevin y yo aún teníamos nuestro traje de baño. Cuando ví su erección le dije: «Pero parece que a ti te gusta que seamos puros hombres».
Kevin empezó a reír y Luis dijo: «Yo no soy gay, más gay eres tú que me estás viendo el pene». Se notaba un poco ofendido, pero tenía razón, yo tenía ganas de chupar ese pene, así que le contesté como si estuviera bromeando y en tono afeminado: «Yo sí soy, me encanta» y empecé a reírme. Kevin y Luis también se reían por mi comentario pero Luis dijo: «A ver, si eres gay chupalo» y se subió a un mesón que estaba pegado a la pared enfrente de las duchas, normalmente lo usábamos para colocar nuestros morrales mientras nos duchabamos pero al estar sólo nosotros tres este mesón estaba casi vacío. Me reí y le pregunté: «¿En serio?»
– Claro, si de verdad eres gay entonces chupalo – dijo Luis entre risas, se notaba que también lo decía en broma, creo que tanto él como Kevin no esperaban que lo hiciera.
Miré el pene de Luis enfrente de mí y luego a Kevin, me quedé congelado unos segundos y luego dije: «Bueno pero que Kevin vigile que no venga nadie». Kevin se puso en la puerta del baño aún entre risas pensando que no lo iba a hacer, pero agarré el pene de Luis y lo empecé a chupar.
Pude ver la cara de asombrado de Kevin, no podía creer que realmente se lo estaba chupando a Luis. En un momento subí la vista para ver a Luis y estaba con la boca abierta totalmente sorprendido de que se lo estuviera chupando, y eso me calentó mucho así que seguí haciéndolo. Lo metía completo en mi boca, jugaba con él con mi lengua y luego lo sacaba de mi boca otra vez, mi cabeza iba de atrás hacia adelante repetidas veces, yo de verdad estaba disfrutando haciéndole esa mamada. Luego de un rato Luis dijo: «No pensaba que lo fueras a hacer de verdad», paré un momento y dije: «Lo sé», y lo volví a meter en mi boca y seguí chupando. Voltee a mirar a Kevin y estaba viendo el espectáculo aún asombrado, así que le pregunté: «¿Tú también quieres?» pero negó con la cabeza. En eso Luis le dijo: «Ven acá, lo mama muy rico». Kevin dudó un poco pero se acercó y también se montó en el mesón y se colocó al lado de Luis. Yo dejé el pene de Luis y bajé el traje de baño de Kevin, su pene aún estaba semi duro pero me apetecía. Le dije a Luis: «¿A mí nadie me lo va a chupar?», y sin mediar palabras Luis bajó y se arrodilló a mis pies, bajó mi traje de baño y salió mi pene que estaba duro como roca, pero al parecer Luis no estaba del todo seguro si le gustaría así que se limitó únicamente a pasar su lengua por el glande y el tronco de mi pene.
Yo me metí completamente el pene de Kevin en la boca y empecé el mismo procedimiento que hice con Luis: lo metía completo en mi boca, jugaba con él con mi lengua y luego lo sacaba otra vez, lo chupaba con mucho entusiasmo, no dejaba de mover mi cabeza de atrás hacia adelante. Así estuvimos varios minutos hasta que Kevin dijo: «Oigan, ya tenemos mucho rato, se hace tarde y van a sospechar y va a entrar alguien a buscarnos» y tenía razón, teníamos aproximadamente 30 minutos desde que entramos a las duchas, así que paramos y nos vestimos y salimos de los baños como si nada hubiese pasado.
Esa experiencia nunca se repitió, y los tres actuamos como si nada. Al sol de hoy no sé nada de ellos.
Qué rica experiencia. Aunque lástima que nunca haya pasado a más.