Mi primera cita a ciegas; Vol II
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Yo no me considero alto pero tampoco chaparro, simplemente un poco más grande que el promedio, soy moreno y actualmente me estoy dejando crecer el cabello.
No soy gordo ni marcado, aunque sí me considero un poco fuerte.
Soy castaño muy obscuro (casi negro) del cabello.
Como dije, esta es la narración de una de mis experiencias sexuales, sin embargo no los incito a que intenten algo similar ustedes y mucho menos a que eviten intentarlo, saquen sus propias conclusiones y vivan la vida,si los matan, los secuestran o lo gozan mucho no es asunto mio 🙂
No me molestaría que solo lean la parte del sexo que me he esmerado en detallar, pero para poder vivir la tensión de la experiencia estaría chido que se lo leyeran todo.
Por cierto, no comentpe que el es demaciado pelido, seguramente la persona más peluda con la que he hecho algo.
De antemano una disculpa por no concluir la historia, pero en éste presiso instante son las dos cuarenta y nueve de la mañana y aunque ya estoy de vacaciones me levanto temprano, uno nunca ha de dejar sus queveres.
UnUr
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Después de que ambos nos viniéramos casi al mismo tiempo me quedé unos momentos dentro hasta que el no lo soportó y me empujó para que le sacara el pene de su culo, el condón se quedó dentro y el se lo sacó, me reprochó un poco y me lo mostró: además del semen, en la punta se veían algunas manchas de sangre.
Yo dije que lo sentía y lo pasé por alto, despues nos recostamos ambos en la cama y él me empezó a dar las gracias por ir a verlo (cogermelo) y mil cosas más que realmente no iba siguiendo, hasta que se encontró hablando de sus problemas personales, que nadie lo uqería, que no tenía trabajo, que no podía con el alcoho, que bla bla bla.
Algo que no comenté diréctamente en la parte anterior del relato es que el es activo y de hecho el quería metérmela a mi.
Yo tenía ese día casi totalmente libre y quería seguir cojiendo y volver a entrar en ese culito apretadito, pero sabía la condición que eso conllevaba, y no me lo pensé mucho para decidirlo: por segunda vez en mi vida sería el pasivo en el acto sexual.
Así que ya harto de escucharlo lamentarse todo el tiempo comencé a acariciar con mi mano su pecho, su ombligo, hasta bajar a su pene, y poco a poco con el jugueteo lo fui sacando de su plática.
-¿me dejas hacertelo de nuevo?- Le pregunte, a lo que el respondió -No papi, me toca a mi- y yo ya previamente resignado comencé a bajar con mi boca hasta llegar a su pene, que me costó mucho más aún erectarlo que la vez pasada, pero lo logré con un buen jugueteo de lengua.
Al parecer y a pesar de que era mis segunda mamada resultó que lo hacía bien.
Hubo un poco más de -desagradables- besos y jugueteos, y yo estaba muy nervioso, aplacé el asunto lo más que pude pues como ya había dicho su pene no tenía muhco alcance, pero sí grosor, que prácticamente era el mismo flácido y erecto.
El momento llegó, me hizo darme la vuelta y ponerme en cuatro, me sentía lo más extraño de ese mundo, se puso el condón, me hechó lubricante en el ano y sentí a su glande apoyarse en mi entrada más frio de lo que esperaba cosa que de alguna forma me exitó mucho e hizo que reventara en una erección tremenda.
Al principio fue muy agradable sentir la presión y el jugueteo que su pene ejercía sobre mi ano, pero después la cosa empezó a ir más en serio, la presión aumentó y la sensación igual, pude sentir como entraba un poco la punta y de inmediato sentí un dolor muy fuerte ahí atrás, al punto de que inmediatamente me hice para adelante.
El me sostuvo con ambas manos para que no lo volviera a hacer, y yo sabiendo lo molesto que podía resultarle eso traté de relajarme lo más posible.
Para mayor comodidad suya, me llevó a la esquina de la cama que era bastante alta y ahí me puso en ángulo recto.
Con todo mi tronco bien pegado a la cama extendí mis brazos a lo largo de ésta y me traté de relajar lo más que pude, él volvió a apoyar la cabeza de su pene en mi entrada, y poco a poco, pero con mucho menos delicadeza de lo que yo lo hice, y de hehco a más avanzaba más aumentaba la fuerza y rapidez con que lo hacía.
“Perdoname, es que si no se me va a bajar la erección y no te la voy a poder meter” y me la terminó de meter casi de golpe a lo cual y solté un grito de muchísimo dolor y extrañamente de un extraño placer del cual no pude escapar ya que la posición en la que estaba en la cama me lo impedía (técnica que anoté en mi mente para poder usar en futuros revolcones).
El nisiquiera se espero a que me acostumbrara a tenerlo dentro, empezó de inmediato con el mete-saca.
Al principio las envestidas trataban de ser “delicadas”, en poco rato empezaron a ser frenéticas y violentas, lo cual me provocó placer al grado de que todo mi cuerpo se empezó a estremecer en un nuevo tipo de tensión de todos mis músculos que solo he sentido ligeramente similar al probar LSD.
Mi pene se frotaba en una enorme erección contra el colchón que me provocaba inmensa sensación.
Ya no soporté más lo poco que cargaba yo mi peso y terminé de estirar mis brazos, mi cara se estaba restregando contra el colchón y en mi culo había fuegos artificiales y por primera vez me sentí una perra hecha y derecha como las muchas que he tenido.
Entonces las envestidas empezaron a ser mucho más violentas, al grado que el tuvo que levantar mis piernas para poderme seguir a ese ritmo que aumentaba y aumentaba.
La sensación era una combinación perfectamente caótica del terrible dolor en mi recto que ya no importaba porque formaba parte del enorme placer que salía de ahí mismo junto con parte de mi pecho, mi cara y mis brasos restregandoze frenéticamente contra el colchon y la extraña tensión de todo mi cuerpo hizo que mis rodillas se flexionaran lo más que podía y con mucha fuerza entrono al el invitándolo a hacerlo todavía con más fuerza y rapidez.
Era solo una pequeña fracción de mi cuerpo la que tocaba “suelo firme”, y me estaban rompiendo el culo verdaderamente por primera vez.
Era como estar volando.
Las envestidas y el placer aumentaron exponencialmente hasta que ya no me encontraba en este mundo, y de pronto él explotó y se vino.
El se quedó adentro, y en ese desee mucho que de alguna manera se hubiera roto el condón y que se hubiera vaciado todo dentro de mi, y me quedé ahí recostado imaginándolo mientras pudiera conservar su pene dentro de mi ano, cosa que no duró mucho puesto que su erección se desvaneció casi de inmediato y le incomodó seguir adentro.
Ahora yo me quité el condón.
Curiosamente no había sangre ni semen al menos visibles.
[Si bien la anterior vez que me habían penetrado había sido con mucha técnica y estilo, no se podía comparar con el gran placer de estas salvajes y despiadadas embestidas de ese pene tan grueso.
Sin embargo aunque me ha gustado como nada en esta vida, es algo que no he repetido y me parece que jamás lo haré, puesto que ya desde antes de que me pusiera en cuatro había decidido que jamás volvería a pasar.
Aunque realmente estoy deseoso -desesperado- por repetirlo.
]
Eso de alguna manera a pesar de dejarme muy complacido me calentó un montón, a lo cual lo besé y bruscamente lo puse sin pedirle permiso en la misma posición en la que yo estaba, el aplicó algo de resistencia pero cedió, me puse otro condón, apliqué el lubricante y se la empecé a meter todita, si bien con delicadeza, lo hice con rapidez, el se quejó mucho y yo se la terminé de meter de golpe, a lo que el gritó muy fuerte y a mi me exitó todavía más y lo empecé a envestir de la misma forma violenta que el ami.
Él gritaba y gemía muy fuerte, cosa que me calentaba más.
Al parecer le dolía más del placer que le causaba y empezó a tratar de levantarse, pero yo lo sometí como pude, yo lo estaba disfrutando realmente.
Unos momentos después empezó a sonar el teléfono, para lo cual logró desenchufarse de mi e ir a la sala donde yo lo logré hacer tambalear y lo puse contra una pared, de esta manera le metí toda mi verga rápidamente y seguí con mi labor, además hice llegar mi mano hasta su pene, el cual tomé y empecé a masturbar.
Al fin el dejó de resistirse, lo cual ciertamente le quitó algo lo divertido al asunto.
Aún así se sentía demasiado tenso.
Lo seguí envistiendo tan rápido como pude, el teléfono no paraba de sonar estruendosamente, lo seguía masturbando a un paso muy acelerado, y después de todo el empezó a gozar con sonidos que eran entre gemidos y gritos.
Finalmente acabé con un orgasmo como nunca, pero me quedé adentro aún duro y le seguí masturbando muy rápido hasta que con un fuerte grito el igual terminó.
Se huviese venido sobre toda la pared y hubiese sido muy excitante, pero de su pene no salió nada.
Esta vez entre tanto forcejeo ambos quedamos muy cansados, así que de alguna manera y sin salirme yo quedé totalmente sobre el, y sus piernas poco a poco cedieron hasta que los dos nos encontramos en el suelo.
El teléfono dejó de retumbar.
Después de un buen y silencioso rato en que nos quedamos los dos ahí tumbados descansando y disfrutando de la tranquilidad, el se paró y fue a regresar las llamadas perdidas, yo me fuí a la recámara y me puse mi ropa dispuesto a irme de una vez por todas.
Me encontró recostado en su cama ya vestido y fumando un cigarrillo.
El fue me abrazó y llorando me dijo que me quería mucho y que lo había disfrutado muchísimo, me dijo que le había ayudado mucho con sus problemas y me dijo que le gustaría verme de nuevo, me preguntó que si así sería y yo le respondí con la más sincera mentira: -Me has agradado muchísimo, y estoy ansioso de que ésto se repita.
Te veré pronto-.
Tomé mis cosas y cuando después de yo haber salido y despedirme él cerró la puerta.
Yo di el último jalón a mi cigarro y apagué la colilla en su puerta, dejándola caer ahí mismo.
No hubo whatsapp, chats, textos o alguna remota comunicación entre el y yo.
Ahora me pregunto si el sujeto ya habrá superado sus dolencias, su alcoholismo, o de menos ya habrá salido de sus ideas adolescentes retardadas o si es que sigue pensando en algún príncipe azul viviendo en las nubes.
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