MI PRIMERA COGIDA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Esto pasó cuando yo tenía 17 años; siempre me consideré una persona bisexual, pero nunca tuve la oportunidad de experimentar algo ni con hombres ni con mujeres.
Un día, me estaba masturbando viendo videos y fotos eróticos y estaba tan excitado que se me ocurrió buscar contactos por internet para ver si alguno pegaba, nunca lo había hecho y eso me aterraba, pero corrí el riesgo y empecé a buscar personas cerca de donde vivía.
Me habían contactado unas 3 personas, pero todas resultaron en un fracaso y no pudimos acordar nada, hasta que abrí un mensaje de un hombre llamado Iván, empezamos a platicar, le pasé mi número de whatsapp y pasó de ser una conversación y una búsqueda erótica a ser una plática común y corriente.
El chico me agradaba y veía la posibilidad de tener "algo más" con él.
Pasaron los días y yo ya lo consideraba como un amigo, y un día, de tantos temas que estábamos hablando, surgió el del sexo y las relaciones.
Me preguntó si había tenido algo con alguien y le pregunté lo mismo y poco a poco empezamos a subir el ritmo.
Intercambiamos nudes y después le dije que quería verlo (porque no lo conocía en persona) y empezamos a organizarnos para encontrarnos y ver qué podía pasar.
Quedamos de vernos en su casa y yo estaba muy nervioso, llegué a su casa y cuando lo vi mis manos y mi frente empezaron a sudar, en realidad era muy guapo y ni siquiera sabía qué estaba haciendo o qué era lo que iba a pasar.
Nos saludamos, me invitó a pasar y entramos a su habitación.
Al principio, nos invadió un enorme silencio y ninguno comentó nada.
Yo me senté de un lado de la cama y él del otro sin intercambiar ni una sola palabra.
Minutos más tardes le dije que si tenía un vaso de agua como para romper con el hielo (no porque tuve sed) y me dijo que sí, fuimos a la cocina, platicamos un poco y volvimos a su habitación con el mismo silencio y yo estaba muriéndome de nervios.
Otra estrategia que utilicé para romper con la incomodidad fue que le pregunté si podía poner a cargar mi celular porque tenía poca pila y el accedió.
Me acerqué a una pequeña mesita en su cuarto donde había un enchufe y él se acercó para intentar acomodar todo.
En ese momento ya estábamos relativamente cerca y con eso empezamos a agarrar más confianza.
Se acercó conmigo y empezamos a platicar sobre nuestras vidas, qué nos gustaba hacer, cosas así en general.
Entre las pláticas y las risas que empezábamos a tener, él se acercó un poco más a mí y me tomó de las manos.
Yo me estaba muriendo de nervios, no sabía cómo responder.
Y llegamos a los famosos temas de sexo (otra vez)
Él tenía 21 años y me comentó que experiencias ya había tenido y yo le comenté que era menor de edad y que no había tenido nada con nadie.
Un poco más tarde, él me comentó que nunca había estado con alguien menor y que se sentía un poco "raro" estando así.
Para este punto ya estábamos abrazados y un poco más cerca que antes.
Seguimos platicando un buen rato y en eso me dice
– ¿Sabes qué? En verdad no me importa que seas menor
– ¿Ah, si? -Le respondí- y en eso miré sus labios y se dio cuenta.
Se acercó a mi y me besó.
Mi corazón palpitaba a mil y simplemente le correspondí el beso.
Nos besamos por un buen rato hasta que empezó a tocarme por debajo de la playera y me la quitó.
Seguimos besándonos y yo hice lo mismo.
Cuando nos quedamos sin playera nos abrazamos y las cosas se pusieron un poco más intensas.
Nos quedamos en bóxers y nos subimos a la cama para tocarnos un poco y continuar besándonos.
Sacó mi verga y empezó a hacerme un oral mientras yo estaba acostado en la cama gimiendo de placer.
Llegó conmigo, me volvió a besar y el se acostó.
Me coloqué arriba de él y empecé a chuparle los pezones y a bajar un poco más hasta llegar a su verga de unos 17 cm.
El olor de sus huevos me volvió loco, una simple combinación de sudor y su olor tan característico que me hice prenderme aún más.
Le lamí la cabeza e intenté metermela a la boca pero solo me cabía la mitad.
Regresé con él para besarlo y empezamos a tocarnos un buen rato.
Yo le agarraba su culo y el me tocaba la espalda.
En eso se levanta y me empieza a acercar hacia él, y yo ya sabía a lo que iba todo esto.
Le había comentado que era virgen y me preguntó si quería hacerlo, a lo que accedí.
Me puso un poco de saliva en su ano para que entrara más fácil y poco a poco empezó a entrar.
No grité, pero sentí una extraña combinación entre placer y dolor.
Casi toda su verga ya estaba dentro de mi y empezó a hacer el "mete y saque".
Fue tan excitante.
Se acercó conmigo, teniendo su verga dentro de mi, y me besó mientras me cogía y minutos más tarde me cargó aún con su verga en mi culo.
Estuvimos así un buen rato y regresamos a la cama.
Me puse sobre él, lo volví a besar y me masturbé tan intensamente hasta que me corrí en su pecho.
Justo cuando me corrí, le vi con una cara de excitación y placer tan grande y cuando me voltee, noté que había tirado unos chorros de leche en su abdomen, algunos de sus chorros tocaron mi culo.
Nos abrazamos y nos besamos un poco más y después nos limpiamos.
Me puse mi ropa y después él me acompañó a la puerta y nos dimos un último beso para cerrar con todo.
Después de aquella experiencia seguimos hablando e incluso llegamos a salir un par de veces, pero de un momento a otro dejó de hablarme y hasta la fecha no entiendo por qué sucedió.
Sólo sé que es algo de lo que no me arrepiento y que volvería a repetir sin ningún problema.
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