Mi primera cogida con un maduro.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me considero bisexual, pero siempre he preferido más a las mujeres que a los hombres, sin embargo, con el tiempo comencé a ver videos de sexo entre hombres a los 16 años. Al principio por curiosidad, pero con el tiempo me empezaron a gustar más y más, incluso me masturbaba viendo las escenas de hombres dándose entre si. Mis videos favoritos son en los que un joven pasivo está con un maduro activo, y cómo el señor se lo mete a su amante por el culo.
Ya a los 18 años, me decidí por tener mi primera experiencia con un hombre maduro, de preferencia mayor de 40 años, robusto y velludo, pues la idea de ser manoseado por unos fuertes brazos y saborear la verga de un viejo caliente. Por ello, me metí en grupos de internet de encuentros casuales. al final, tras varios meses de búsqueda, logré contactarme con un señor, a quien en esta historia llamaré Alfonso, quien algo lejos, por Metro Revolución. Pasamos un buen rato charlando hasta que acordamos vernos en su casa en la tarde.
Ese día, después de asearme y vestirme con una playera de manga corta azul y un mezclilla gris, salí al lugar donde nos encontraríamos, que era en la estación del metro ya mencionado. Cuando llegué, busqué entre las personas para saber si ya había llegado, le había dicho como iría vestido para que supiera quien era. Hasta que en, aproximadamente 10 minutos, un señor robusto y alto, con bastantes canas y una gran entrada en la frente, barrigón y con bigote blanco, vestía una camisa blanca y un pantalón café, me habló y me preguntó:
-Eres alexis- yo le contesté -si lo soy, ¿usted es Alfonso?- me contestó -claro, ¿nos vamos?- le dije que si ya caminamos algunas cuadras hasta llegar a su departamento. Él vivía en el piso 5o, al entrar vi que era bastante amplio, muy bien arreglado y con elegantes muebles. Nos quedamos en la sala y platicamos un rato. La verdad estaba algo nervioso, pues era mi primera vez, y me dijo.
-Oye, estoy mi pie está algo lastimado, ¿me quieres hacer el favor de sobármelo? -contesté afirmativamente y sentados en un gran sofá, subió su pie izquierdo en mis rodillas y le quité el zapato y el calcetín. le empiezo a sobar el pie suavemente, de un momento a otro sentí como metía su mano debajo de mi roba y acariciaba mi espalda y mis nalgas, la cosa se estaba poniendo ardiente y comencé a acercar mi mano a su entrepierna. Alfonso se abre el cinturón y noté como debajo de su calzón oscuro se empezaba a marcar su pene. Bajé hasta su verga y con mi boca empecé a jugertear con este, aún debajo de su ropa interior.
Él, se quita el calzón y descubre una rica y gran verga, de 19 cm aproximadamente, entonces me la metí en la boca y comencé a mamársela. Alfonso me agarra de la nuca y baja y sube mi cabeza, yo le sigo su ritmo, y durante un buen rato, casi 15 minutos, se la estaba chupando, lamiendo sus genitales peludos. En un momento nos quitamos la ropa y ya de pié, Alfonso estaba manoseando mi culo mientras que yo le jalaba su gran miembro, ya todo duro para entonces.
Después, él se acuesta en el sillón y me dice que ya quiere metérmela, se pone un condón y dedeando mi culo con sus dedos ensalivados, paso a sentarme en su verga, ya con un condón puesto, él la pone firme y comienza a entrar lentamente en mi apretado culito. Al principio me dolía bastante, pero ya estaba cabalgando su verga y de un momento a otro el dolor paso a ser placer. Él me la metía mientras que yo me quedaba quieto, dejando que me pellizcara mis pezones, mientras que yo acariciaba su peludo pecho.
Tras un rato así, me dijo que me volteara y ya estaba dándole la espalda, mientras seguía penetrándome me decía.
-Que rico culito tienes putit, ¿te gusta mi verga?- yo le contestaba -si, papi ¡más duro! ¡dámela todo papito!
Aun con su verga dentro de mí, nos pusimos en posición de perrito, él de pie y yo apoyándome en el sillón, siguió cogiéndome por varios minutos, dándome nalgadas y diciéndome putito y que mi culo esta bien apretado, hasta que después se acostó sobre mi y me empezó a penetrar más duramente, ya para entonces estaba totalmente extasiado, disfrutando su gran miembro viril perforando todo mi ser. Al final, tras unos momentos, se terminó dentro de mí.
Nos cambiamos, pasé a su baño para arreglarme y me dijo que pasé un buen rato con él, a pesar de que los prefiere delgados y lampiños, fue una rica cogida la que tuve. Como él tenia que ver a alguien, me retiré a mi casa, totalmente feliz de haber cumplido mi fantasía con un buen macho. Desde entonces, he estado mayormente con varios maduros , siendo yo el pasivo en la mayoría de las veces, aunque también he penetrado algunos culos.
Espero que les haya gustado mi relato, saludos.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!