Mi primera comunión con el padre. By Kenwoodf.

No tardo ni un minuto cuando sentí subir su peso sobre la cama, quise voltear pero su manos en mi espalda me lo impidió..
 

Me alegra ver que hay un incremento en la publicación de relatos, por otro lado, como siempre agradezco los comentarios de “Anito y “alexpinwi12” que me motivan a continuar publicando mis memorias.

Cada vez me es más difícil contar esto, ya que no todo mundo concuerda con los acontecimientos, pero no puedo cambiar el pasado o mentir para complacer a todo mundo, ni mucho menos renegar de los hechos ya que me formaron y me llenaron de gusto y cabe mencionar que en ningún momento me vi obligado o forzado a hacer algún acción que no deseara.

La mujer de mi tío era como los huéspedes, iba y venía de la casa de su hermana a la de mi tío según le conviniera y mi tío en ese aspecto era muy condescendiente con ella, por su hija. No quería que pasara necesidades y deseaba estar cerca de ella. Había llegado la fecha de mi primera comunión, como si no fuera bastante ridículo que, a los 13 años y medio, me hicieran hacer la bendita celebración, mi madre se había empeñado en que fuera en una misa comunitaria, con “fiestecita” en el salón parroquial ¡comunitaria también!

Para esas fechas la ya por demás, odiada mujer de mi tío había llegado de “colada” pero no quise que fuera mi madrina, mi mamá estuvo de acuerdo y solo mi tío asistió al evento, en dos semanas no habíamos podido tener sexo, por la misma razón ¡su mujer!

Una vez en el salón de eventos de la parroquia, junto algunos parientes que fueron invitados comimos y tomamos “refrescos” no se permitía licor, todos con cara de aburrición algunos bailaban otros conversaban, pero faltaba el “combustible” de toda fiesta en mi familia, por lo que mi padre les dijo que en una hora nos iríamos todos a nuestra casa a celebrar ¡cómo se debía!

Mi tío acordó con mi padre llevar cajas de refresco de la tienda, algunas cosas más para comer además de cervezas, tequila y demás licor para que se atendiera a los invitados, como él era el padrino correrían por su cuenta.

Mi padre le informo a mi mamá que se adelantarían a preparar todo, como estaba más aburrido que un ostión les pedí acompañarlos, mi mama veía como una descortesía que nos fuéramos, pero mis familiares insistieron y no le quedo de otra, que aceptar.

Llegamos a casa de mi tío, su mujer puso cara de pocos amigos por no haberla requerido como madrina y se subió a su recamara, mientras acarreábamos los víveres para la fiesta, los acomodamos en casa de mis padres, seguido de que brindáramos por mi celebración.

Vi que mi tío se llevó del brazo a mi papa a un lado de la sala, le susurraba cosas mientras me observaban, papa negaba con la cabeza y mi tío le volvía decir cosas, hasta que se dirigieron a mí.

• Lleva a tu tío a tu recamara para que te de tu regalo de primera comunión.
• Vamos sobrino vas a ver la velota que vas a sopla jajaja

Yo no sabía qué hacer, me parecía tan irreal que mi padre aceptara algo así y más, que había gente esperándonos en el salón para hacerlos venir a casa, camine como zombi a mi habitación rodeado del hombro del brazo de mi tío.

Apenas entramos se sacó los zapatos con los pies mientras desabrochaba a toda prisa su pantalón de vestir color gris Oxford, saco su camisa azul; quedando en una playera de algodón sin mangas.

• ¡Apúrate! que no tenemos mucho tiempo.

Me desvestí como pude, mi tío tomo una crema que había en mi cómoda, unto su verga dura como poste, me pidió recostarme boca abajo, abriendo mis piernas, mientras sostenía su peso con una mano y con la otra guiaba su pene para dejármelo ir de un solo movimiento hasta los pelos, me rodeo con su brazo como si de una llave de lucha se tratara, arremetiendo con sus caderas, subió mi camiseta interior cubriéndome la cabeza, dejándome sin ver, iniciando una penetración frenética, ya estaba acostumbrado a sus “caricias” así que no me causo más dolor del normal.

• No sabes cómo extrañaba mi culito
• Si, yo también ya quería tener tu verga de nuevo
• Te la estoy dando, deja que te goce ¿Quieres así? O te pongo en 4
• No, así está bien ¡se siente rico!
• Me voy a apurar para echarte otro más relajado ¿Quieres?
• No creo que se pueda, hay que ir por los invitados
• Esos que se esperen son gorrones, primero que si diviertan los de la casa. Jajaja

Mientras conversábamos no dejo de penetrarme, su ritmo era constante y fuerte. Su respiración se notaba acelerada y más excitado que en otras ocasiones, coloco sus brazos a mis costados, mientras subía y bajaba su cadera sin cesar, me pidió apretar más el ano para ayudarlo a terminar, no tardo ni 2 minutos cuando se desplomo sobre mí, haciéndome saber que se había venido.

• ¡Quédate así! ¡no te muevas! voy por papel para limpiarnos y regreso.

Estaba magullado y cansado por el peso de mi tío, así que no hice el menor intento de moverme, no tardo ni un minuto cuando sentí subir su peso sobre la cama, quise voltear pero su manos en mi espalda me lo impidió, con su otra mano tomo la camiseta a la altura de mi boca callando mis palabras, note el roce de su glande húmedo colocarse en mi entrada que entraba de nuevo en mí, suavemente, sin pausas y sin prisas hasta que su cuerpo se pegó al mío.

Quise gemir de gozo, pero su mano me lo impidió, comenzó a mover su cadera con ritmo suave, su verga entraba y salía de mí sin que usara sus manos, la sensación me encanto ¡y a mi cuerpo más! me erice como nunca antes lo había hecho, percibía su verga más grande y gruesa que hacía unos momentos, mantenía el ritmo la sacaba toda y la volvía meter hasta el fondo. Me tenía loco de placer no existía dolor alguno todo era tan suave, cálido y placentero, sabía que no iba resistir mucho esa penetración, mi cuerpo anunciaba que mi orgasmo estaba próximo.

• ¿Te gusta la verga de papa?

¡La carne se me helo al escuchar la voz de mi padre! ¡era él quien me penetraba! ¡era su verga la que tenía dentro de mí y tanto placer me daba! ¿Cómo era posible que no hubiera notado el cambio de miembro? Mi tío nunca había podido metérmela sin usar las manos.

• ¿No te gusta? ¿Te la saco?
• ¡Noooo! Si me gusta ¡me encanta!

Mi papá no espero más, abrió mis piernas con las suyas, descubrió mi rostro y de inmediato quise ver su cara, pero no podía, estaba pegada su boca a mi mejilla, sus brazos me rodearon, mientras enterraba hasta el fondo su verga, sus huevos colgantes se posaron en mí.

• ¡Ahh!
• ¿Te duele?
• No, me gusta, no dejes de hacerlo

Su forma de coger ¡me encantaba! no agitaba todo su cuerpo como mi tío para penetrarme, solo movía su cadera de arriba abajo sin pausa, sus huevos se balanceaban con el movimiento, podía sentir el golpeteo de ellos en mi perineo, aumentando las sensaciones en mí, quería aguantar más, pero me era imposible, no iba a soportar más tiempo sin venirme.

• ¿Quieres que me venga dentro?
• Si, quiero… termina dentro, lléname de ti
• ¡Te la estas comiendo toda! … ¡Ahh! ¡Cabrooon!

No sé qué más me iba a decir, solo sé que un río de esperma me inundo por dentro, nunca había sentido algo así, mi ano se estrechó recibiendo el semen paterno, me vine sin poder evitarlo retorciendo mi cuerpo debajo del de mi padre, agitaba mis nalgas buscando más verga, era una explosión que iniciaba en mi culo y se esparcía por todo mi cuerpo, mi nuca se erizo, los dedos de mis pies se abrían y cerraban sin control, mi ano no paraba de succionar el pene de mi padre y él solo daba pequeños brincos en respuesta al placer que sentía.