Mi Primera Despedida
Juanca había regresado a su trabajo, pero prometió que al regresar me rompería, sin embargo, el destino tenía otros planes..
Después de la experiencia con Juanca en el botadero de basura, lo que vi que hacían los burreros y lo que me dijo el que posteriormente me agarró en el camino mi inquietud aumentó ostensiblemente, cada día sentía la necesidad de ir al monte, el burrero que me había abordado en el camino averiguó donde vivía y siempre que iba a buscar burra pasaba frente a la casa, situación que me dio miedo y por lo tanto me escondía cada vez que él pasaba, por lo cual nunca me veía, creo que nunca le dijo nada a su compañero, puesto que a él nunca lo vi pasar por ahí. Cada que lo veía pasar yo me escondía donde lo pudiese ver, sus shorts de tela delgada que por la brisa se le pegaba a su cuerpo, por lo tanto, podía notar su paquete, yo empecé a sacar conclusiones con lo que veía, no sé por qué se me ocurrió que no usaba ropa interior debajo, lo que no hizo mas que aumentar mi interés de seguirlo al monte, hasta que un día me animé, teniendo en cuenta que había que botar la basura, aunque no me tocaba me ofrecí, pero iba a esperar que él pasará para no demorarme tanto o no arriesgarme a buscar a alguien en el monte.
Llegado el momento lo vi pasar, entonces a propósito me hice ver – ¡¡¡tiaaa!!! Voy a salir a botar la basura – grité, él lo notó y entrado al monte como que se escondió a esperar que yo pasara, yo afanosamente salí con la carretilla, asegurándome que nadie me siguiera, no quería meterme en problemas, aceleré el paso y llegué al botadero, cuando ya me iba a regresar decepcionado por no haber visto al muchacho cogiendo burra – mija… me vas a dejar con las ganas – escuche desde un arbusto agachado – venga, aquí está lo que andas buscando – me acerqué con algo de temor, metió la carretilla en el monte, donde él estaba habían unos cartones dispuestos como si fuese el piso, noté que tenía una erección muy grande, la tela de su short le ayudaba a ver mas volumen, yo tenía mucho miedo, pero me ganaron las ganas, las ganas de sentir nuevamente un falo en mi boca, tenía más de una semana sin hacerlo, tenía mucha curiosidad.
Burrero – arrodíllate aquí – lo hice estando muy nervioso y el bajo su ropa, para mi sorpresa, si tenía ropa interior, solo que era holgada y por eso no le hacía presión sobre los genitales, lo que si coincidió con mis conclusiones es que era cierto que este lo tenia mas largo que Juanca, aunque mas delgado, supongo que por la edad, este chico apenas tendría unos 16 o 17 años, a comparación de Juanca que ya era mayor de edad, sin mas ni mas acercó su verga a mis labios, yo intuitivamente abrí la boca y el me la metió, suavemente, muy pronte alcanzó mi epiglotis, ahí me di cuenta que era mas larga que la de Juanca, puesto que su pubis aún no tocaba mi cara, como si pasaba con mi primo, cuando sentí su vellos en mi nariz su olor era mas penetrante que el de Juanca, tanto que me dio asco y que quise zafar, pero el me tenía retenido por la parte posterior de la cabeza y me apretó firmemente contra su pubis – así huelen las burras que me cojo – me decía, en esas estuvo un rato, no sé cuánto tiempo, solo sé que su picha entraba a mi garganta cada vez más rápido, no solo trataba de no vomitar, entonces siento que me aprieta más duro contra él y descarga su leche en mi garganta.
No bien terminó de hacerlo cuando me dijo que me pusiera en cuatro – hoy te voy a romper, hoy serás mi burra – decía mientras se ponía detrás de mí, ya yo tenía los pantalones abajo con ropa interior a bordo – hay hijueputa, ese culito lo voy a estrenar yo – decía mientras se untaba saliva copiosamente en la mondá, entonces siento que me toma por la cintura y me pega a él, por mas que lo intentó no entraba, solo me embarraba de saliva entre las nalgas, entonces sujeta su picha con una mano para poder acomodarla y meterla a presión, mientras me sostiene por un hombro con la otra mano, siento que lo que es entra, no se cuanto me metió, pero solté un grito, lo que hizo que la sacara de un golpe y se molestara – care mondá, por aquí hay gente cerca, vas a hacer que nos vea – dijo mientras se acomodaba la ropa y se iba, yo quedé ahí con un dolor muy fuerte, me ardía mucho. Como pude me incorporé y me regresé a casa, llegando estaba mi tío muy molesto, por la demora, la verdad no se cuanto me demoré, pero según mis primos me fueron a buscar y no me encontraron, por eza razón mi tío me dio un fuetazo – toma nojoda, pa’ que sigas de liso – dijo mientras me dio el fuetazo en la pierna a la altura del muslo – y para completar viene caga’o, se va a bañar de una vez, hueles a mierda – me dijo cerrando el portón. Fue la ultima vez que vi a al burrero, pues al día siguiente me llevaron a casa de mis papás en otra vereda – el anda muy atrevido y no quiero que le pase algo en mi casa, ayer le di un fuetazo – dijo mi tío mientras me dejaba con mi mamá…
Fue la ultima vez que supe del burrero y de Juanca, ya que el no llegaba a casa de mis padres para evitar a mi mamá que no le tenía buena fe, siempre decía que él tenía cara de mala persona, que podría propasarse con alguna de sus hijas… si ella supiera… pensé que aquí terminaría todo…
pero esto apenas empieza…
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