Mi primera experiencia en el Seminario.
Entré al seminario para que ya no me gustaran los hombres y me cogí a varios. .
Hola, mi nombre no importa. Está es una historia cien por ciento real, sin agregar ni quitar nada.
Cundo terminé la secundaria y comencé a estudiar la prepa me di cuenta que con mi novia no sentía nada, llegamos estar en momentos muy íntimos pero nunca se me erectaba la verga, entonces conocí a un chico, muy hetero según él y como la preparatoria estaba en la ciudad muy lejos de mi pueblo y nadie me conocía me declare abiertamente bisexual, aunque sabía que las chicas no me gustaban nada.
El chico Diego se llamaba inicio hablándome y llegamos a tener una relación de novios pero nunca pudimos tener un encuentro sexual porque mis padres se enteraron y me sacaron de la escuela, prohibiendome incluso salir de mi casa si no iba acompañado de alguno de ellos o de mis hermanos, dejando incomunicado. Pero yo todas las noches que recordaba a Diego, me imaginaba que tenía una gran verga, rosa por su tono de piel blanca y gorda, que me la metía toda y me hacía gemir. Nunca pasó, entonces yo quería liberarme de mis padres y tenía que encontrar la forma, además a los 15 años estaba en la flor de la calentura y veía a cualquier hombre y quería que me cogiera.
Así que un día, ví pasar a unos jóvenes que formaban parte de la Pastoral de Adolescentes y Jóvenes (PAJ) de la Parroquia de mi pueblo, por ello recordé al joven y guapísimo sacerdote que era el párroco.
También, recordé que decían que en los Seminarios violaban, así que decidí hablar con mis papás, inventando que quería cambiar y conocer a Dios, por ello me permitieron asistir a la parroquia para pedir informes sobre algún retiro y justo estaba próximo un preseminario (se hace para descubrir si quieres ser sacerdote), era mi oportunidad de entrar y acepté.
Cuando viví el preseminario lo primero que ví, fue que casi todos los jóvenes teníamos algo de homosexualidad, por lo que elegían a los que se veían más heterosexuales y a uno que otro más homosexual como yo.
Así fue como me dijeron que podía entrar en agosto del 2023. Era abril y faltaban cuatro meses por lo que me pidieron asistir a mi parroquia y ayudar al párroco ya que yo no iba a la escuela y por las mañanas y parte del di no había servidores, así empecé una gran relación con el padre Fernando. Y siempre que me confesaba le contaba lo que me imaginaba con algún chico o que veía porno gay y que me masturbaba, siempre me preguntaba cosas como que que sentía y así, por lo que empecé a notar que le interesaba. Hasta que un día me arme de valor y llegando muy temprano le dije:
Yo: Padre me puede confesar?
P. Fer: Sí, después de la misa. Hoy no confesaré a los demás. Entonces, te veo en la casa cural, te confieso y desayunamos algo.
Yo: si padre, está bien.
Terminó la misa, y como me indico fui a la casa cural y pregunté:
Yo: Padre, en dónde me va a confesar.
P. Fer: En la sala, ponte cómodo. Voy en cinco minutos.
Entró al baño y lo esperé como me indicó, cuando salió inició diciendo:
P. Fer: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Yo: Amén.
P. Fer: Cuáles son tus pecados hijito
Yo: Los mismos de siempre padre, soy gay, me encantan las vergas, veo pornografía gay, me masturbo. Pero el peor de todos es que me gusta un clérigo…
P. Fer: Dime quién es?
Yo: la verdad es usted padre, me gusta mucho.
Agaché la cabeza y sentí su mano en mi barbilla, levantó mi cara y me dió un gran beso en la boca, pero no pasó nada porque alguien llamó a la puerta y fue abrir. Era la secretaria parroquia que le llevo de desayunar. El se quedó con ella como 3 minutos y cuando regresó yo me había desvestido totalmente. Solo dijo:
P. Fer: Se ve muy bueno lo que trajo la secretaria, pero se ve mejor lo que me voy a comer, inicio a besarme y acariciarme, enseguida sentí que se le había puesto durísima, se le marcaba por encima del pantalón lo que me indicaba que era una súper vergota, y así fue en cuanto la saqué, me percaté que le media aproximadamente 20 cm.
Se la mamé, un buen rato hasta que me dijo que ahora sí iba a sentir una buena verga por primera vez en ese culito virgen. Solo escupió un poco sobre la entrada de mi culo y que rico y doloroso se sintió cuando me la fue metiendo. Duramos mucho tiempo hasta que se vino y me dijo: me encantas, que bueno que te tendré aquí de seminarista…
Continúa…
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