Mi primera experiencia gay.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Todo comenzó cuando me decidí por asistir a las clases de natación, pensaba que iba a ser una actividad para ejercitarme sin tener que gastar ni un solo peso.
El único requisito; llenar una hoja de solicitud con mis datos.
Nombre: Angel.
Edad: 17 años.
Grupo:.
Y así, hasta completar todos los espacios.
Finalmente, comenzaron las clases, y para mi suerte, fui aceptado, sin mas.
Todo iba de maravilla, chicas en traje de baño, una alberca de tamaño olímpico, un buen profesor, y lo mejor, un buen clima para nadar.
Al principio, me consideraba heterosexual, siempre me llamaban la atención los pezones duros de las chicas, traslucidos por el agua en sus trajes de baño, sus glúteos bien marcados.
Pero todo cambiaría, cuando, a mitad del año, entraron más alumnos a clase, en su mayoría, chicos de mi edad, y fue cuando todo comenzó.
Como de costumbre, llegaba a las regaderas para tomar un baño, quitarme el olor a cloro, deshacerme del traje de baño por un momento y darle libertad a mi pequeño y un poco grueso pene, a mi edad, parecía el de un niño, pero con la cabeza en forma de champiñon mas grande que puedan imaginar.
Al parecer, no había nadie en las bancas, por lo que me dispuse a desnudarme inmediatamente y aprovechar para jalar mi prepucio de arriba hacia abajo, mientras el agua recorría mi trasero redondo y afeminado.
Pero, al entrar en las duchas, jamás me imaginaría lo que estaba por ocurrir.
Dos chicos, de buen cuerpo, parados frente a frente, con sus enormes penes erectos en las manos, masturbándose mutuamente, mientras se besaban, era algo realmente extraño, sentir placer por aquella escena, ver como una mano jalaba con desesperación aquel falo, y la otra mano tomando la nalga que podía, apretándola.
Notaron mi presencia y solo se detuvieron, tomaron sus cosas, y salieron.
No sabía que hacer, ni que pensar.
¿Porque esa imagen se repetía en mi cabeza, porque recordaba sus penes con tanto placer? Cuando puse los pies en la tierra, noté que mi pene estaba mas duro, como jamás había estado, nunca había tenido una erección como aquella, ni siquiera al recordar a las chicas de la clase.
Comenzaron mis dudas, día tras día, salía corriendo de la alberca esperando encontrar a aquellos amantes, descubrirlos de maneras más atrevidas, quizá chupándose aquel miembro tan exquisito, quizá penetrando esas juveniles nalgas.
¿Que me pasa?
Debía salir de mis dudas, debía saber que quería, ¿me gustaría probar el pene de algún hombre, o solo estaría confundido?
Entonces, como la mejor idea que jamas tuve, pensé en pedirle ayuda a mi amigo gay de la prepa.
Un chico de 16 años, de nombre Marco, con un cuerpo delgado, de tes blanca, estatura promedio, una actitud femenina y amanerada y, por suerte, un amigo realmente comprensivo.
Le mandé un whats:
-¿Oye, te puedo preguntar algo?
Claro, dime bebé.
-¿Como sé si soy gay?
Oh, bebé, ¿estas confundido, que pasó?
-Bueno, vi algo de accion en los baños de la prepa.
Y me gustó.
¿En serio? Que envidia, ojala tuviera la misma suerte.
-Podrías tenerla, jajajajaja.
(Esto ultimo fue un plan.
con maña)
¿A que te refieres, Angel, quieres ver si eres gay.
conmigo?
Justo en el clavo, sabía que no había vuelta atrás, mi corazón latía a mil.
Era momento de saber qué pasaría.
Me armé de valor y presioné "enviar"
-Pues, somos amigos, y yo se que nos tenemos confianza.
Además, los dos lo pasaríamos bien y si no me gusta, no te preocupes, seguiremos siendo amigos.
Bueno, bebé, pero te advierto que me gusta hacer de todo y soy un poco agresivo.
Asi que, lo haré solo porque somos amigos y porque ya me antojaste.
Planemos todo, incluso como meterlo a la clase de natacion, pero finalmente, llego el día.
-Bueno, creo que es hora de ir a las regaderas.
Si, tomemos un buen baño.
Me sonrío de una forma pícara.
Entramos a las duchas, nos quitamos el traje de baño, y para no perder tiempo, corrimos a la parte mas recóndita de las duchas.
-No habia visto a tu amigo hasta ahorita, Marco, pero vaya, si que es grande.
(Grande era poco, era realmente delicioso, un grueso pene, circuncidad, blanco del tronco, venoso, un poco rosa del prepucio, con una cabeza tan perfecta que daban ganas de tenerla dentro)
Y el tuyo no esta mal, Angelito, me vuelven loca los pequeños penes como el tuyo y mejor aun, morenos.
-Bueno, ahora sólo dejemos que pasen las cosas, a ver si me gusta, y trátame como si fuera tu novio o algo así, que no te de pena
Claro bebé, comenzaré
Tomo el jabón y comenzó a tallarme la espalda, en circulos recorría mi abdomen y subío hasta mis pezones, los tomó con firmeza y entonces se acercó a mi, su pene comenzaba a crecer.
Mi corazon latia a mil por hora.
Me dió la vuelta y comenzo a enjabonarme la entrepierna, mientras acercó sus labios a mi, y justo en el momento en que mi pene fue atrapado por sus suaves manos, me beso.
Y comenzó todo, jamás volvería a ver a las chicas, solo me importaba una cosa, Marco, su mano moviendo mi pene, sus labios junto a los míos.
Decidí hacer lo mío, haría todo lo que me viniera a la mente.
Tomé su pene, comence el mismo movimiento, nos besabamos cada vez mas, jalabamos cada vez mas.
Hasta que no aguanté mas y me arrodillé.
Tomé ese pedazo de gloria como si fuera una paleta y me lo meti a la boca.
El sabor era simplemente delicioso, salado, y un poco a jabón, puse mis manos en sus nalgas y lo empuje hasta donde mi garganta lo permitia, era el cielo.
Entonces, despues de unos minutos así, me pidió que me volteara, me pare y sin pensarlo dos veces.
Introdujo aquel ejemplar dentro de mis nalgas, al principio sentía cosquillas, pero mientras se deslizaba dentro, mi placer iba en aumento.
Mas adentro, mas, mas, mas, hasta que sus testiculos pegan en mis nalgas, estaba completamente empalado.
Se acerco a mi oído y me dijo: "Te haré mía, bebe, ahora eres mía, y cuando termines, me coges como yo a ti"
Sentía como aquella cabeza entrana y salía de mi ano, como se volvia necesario tener a Marco adentro de mi, con cada embestida, mi pene saltaba, rebotaba, y lloraba de lo duro que estaba.
-Por favor, jalame, mi amor, toma mi pene mientras me coges, y hazme tuya.
No falto repetirselo cuando despues de unos 15 minutos, con su pene en mi nueva vagina, y mi pene en sus manos, me corrí como nunca.
Continuará.
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