MI PRIMERA EXPERIENCIA GAY Y LAS OTRAS QUE VINIERON DESPUÉS DE ESTA. Parte 1
Historia de como empecé a tener mis primeras experiencias sexuales a mi corta edad con un amigo de mi mismo sexo.
Mi primera experiencia gay fue a los nueve años con un vecino de la misma edad y se dio de la siguiente manera, ambos estábamos en el segundo piso de su casa y espiábamos a su vecina quien se estaba bañando, el lugar desde donde la espiábamos era una habitación en la cual el muro que daba hacia la casa vecina solo estaba levantado a la mitad, aprovechando ello estábamos espiándola, ella tendría por lo menos entre unos 18 a veinte años. Al estar asomándonos de rato en rato para verla, aprovechando que no había cerrado bien la cortina de su baño y se le podía ver el culo y las tetas, hicimos ruido y ella noto nuestra presencia, solo grito: salgan de ahí mocosos, ya van a ver. Dicho esto, cerró bien su cortina para que no podamos verla y la sigamos espiando, nosotros al escuchar su llamada de atención esperamos unos segundos escondidos, nos asomamos una sola vez más y de ahí ya no nos volvimos a asomar para verla. Nos fuimos hacia otra habitación que también estaba deshabitada y sin techo, pero esa si tenía todos los muros ya levantados. Estando ahí mi amigo se bajó el buzo mostrando su pene erecto y yo también lo hice, nos frotábamos cada uno nuestros penes y nos los remangábamos dejando nuestros glandes descubiertos y visibles, en eso mi amigo me pregunta.
El: ¿Qué se sentirá cogerse a una chica por el culo no?
Yo: no sé, debe ser rico.
(Hasta ahora no sé porque cuando uno es niño piensa que se coge por el culo)
Bueno, continuamos así un rato más jugando con nuestros penes y en eso mi amigo me dice.
El: ¿hay que coger entre nosotros?
Yo: ¿cómo?
El: déjate coger y de ahí yo me dejo.
Al oír su propuesta no lo pensé dos veces, estaba excitado y deseaba experimentar esa sensación de poner mi pene en el culo de alguien así es que acepté, pero con la condición de que él se dejase coger primero.
El: ya, pero de ahí tú también te vas a dejar.
Yo: si
Una vez puestos de acuerdo empezamos, él se bajó el short y se puso de espaldas a mí, yo me puse tras de él y puse mi pene en su culo y me comencé a mover frotando mi pene contra su culo. Mientras lo hacía me pregunto cuanto tiempo y le dije que cantase hasta cuarenta. Luego de eso le pedí que estirase más sus nalgas y cuando lo hizo choque mi pene contra su ano y cuando soltó sus nalgas continúe moviéndome, cuando pasaron los cuarenta segundos el me hizo lo mismo, froto su pene contra mi culo. Luego de esa primera vez lo volvimos a hacer muchas veces más ya que nos quedó gustando.
Era solo frotación ya que no sabíamos que era posible la penetración.
Todo esto se terminó cuando mi amigo se fue por una semana a casa de su tía, en esa semana que no estuvo yo encontré una revista porno de mi hermano, esta era solo de sexo anal y las poses que se veían ahí eran las del perrito, pose empinada y sentada en el pene de espaldas al que penetra. Había una sola que era por la vagina, pero a esa no le di importancia; la pose era igual sentada en el pene, la revista era de solo cuatro hojas, luego de verla pensé en que haría esas poses con mi amigo y sobre todo sin ropa ya que nunca lo habíamos hecho así, cuando lo hacíamos solo nos bajamos los pantalones hasta los tobillos como máximo.
Estuve con esa idea día tras día esperando verlo nuevamente, ya fantaseaba con estar desnudos sobre su cama o la mía y cogiéndonos en la pose del perrito, pero ahora si penetrándonos como debe ser.
Hasta que finalmente llego el día, volvió de la casa de su tía y ambos estábamos en su habitación, jugando con un play que un primo le había emprestado, mientras jugábamos su mama le dijo que iba a salir y justo cuando se fue y escuche la puerta cerrarse le dije para coger y me dijo que no porque era malo y nos podíamos enfermar. No atine a decirle nada me dejo idiota con su respuesta, luego me dijo hay que seguir jugando y continuamos con el juego, mientras jugaba yo solo pensaba en lo que me acababa de decir.
No sé qué pudo haber pasado aquellos días en los que estuvo en casa de su tía, el asunto es que vino con esa idea ya en la cabeza.
Después de ese día yo igual deseaba poder meter mi pene en el culo de alguien, ya no deseaba coger y que me cojan, solo quería gozar del culo de algún amiguito y ese día llego dos meses después de lo sucedido con mi amigo.
Muy rico inicio, esos roces como me calentaban, hasta que mi vecino me enseñó lo rico de tener 20 CM adentro, y el calorcito de la cremita empujandose en el recro
gran realto como sigue