Mi Primera Experiencia Homosexual
Inocencia Erótica….
Cuando tenía 7 años mi hermana mayor tuvo su primer novio, era un muchacho que vivía cerca de nuestra casa, este muchacho tenía un hermanito de 6 años, al cual llevaba a casa cada que visitaba a mi hermana, creo que lo enviaban para evitar que mi hermana y su novio hicieran cosas «indebidas», a lo mejor nuestros papás pensaban que con nuestra presencia ahí ellos se frenarían…
Con el afán de estar solos mi hermana y su novio me enviaban a mi cuarto con este niño, me pedían mostrarle mis juguetes, encender la TV y ver Pokémon, jugar a la pelota, etc…
Cualquier cosa para que no estuviéramos estorbando su momento mágico de novios…
Desde esa edad yo era un niño muy precoz, me encantaba ver desnudez, situaciones sexuales y de pareja, por lo que le propuse a este niño, sin ninguna malicia, jugar a darnos besos en la boca (Claro, con un poco de vergüenza), aún recuerdo su cara, una sonrisa pícara mientras accedía a hacerlo sin oponer ningún tipo de resistencia (Ojala todo en mi vida hubiera sido tan fácil siempre)…
Pues ya que accedió empezamos a darnos piquitos, osea besitos cortos, nos besábamos, nos limpiabamos los labios y nos reiamos, pero de a pocos nuestros cuerpos empezaron a reaccionar y aquí es donde se pone caliente la cosa…
Empecé a disfrutar su respiración en mis fosas nasales, su naricita tocando la mía, la suavidad y humedad de sus labios rosados y cada vez los besitos eran más largos, las risas cambiaron por seriedad y silencio y nuestros penecitos empezaron a ponerse muy paraditos, cada vez estábamos más pegados, cada vez más calientes, realmente se sentía bien, era algo delicioso el estar besando a un niño tan distinto a mi…
Yo era moreno, fornido y bastante alto para mí edad, muy precoz, atrevido y travieso, mientras que el era muy dócil, pacífico, callado, suave, se veía tan frágil, su piel era blanca y su cabello largo y castaño…
Mi excitación llego a un punto donde, con desesperación sexual, me bajé los shorts y le mostré mi erección, el se notaba muy emocionado, lleno de adrenalina, lo veía sin poder quitarle los ojos de encima por lo que le pedí que lo tocara, cuando lo tocó sentía ganas de estar desnudo con el, sentia ganas de estar sobre el en una cama, hasta el sol de hoy sigo masturbándome pensando en ese momento tan fuerte que viví cuando nos besábamos y mi pene daba brinquitos entre sus manos…
El no dejaba de jugar con mi prepucio y le pedí que me mostrara el suyo, impulsivamente y sin pensarlo me incliné y le besé la cabecita (Glande) el se reía mucho, realmente la estábamos pasando muy bien, me imagino que mi hermana y su novio también, porque no los escuchaba, para ser sincero nisiquiera la recordaba y agradezco a la vida que no me viera ya que mi padre fué un maldito homofóbico y si mi hermana me hubiera acusado hoy no seguiría vivo…
Volviendo al relato, le pedí que el también besara mi pene, debido a que obviamente ambos estábamos muy excitados no se negó a hacerlo y así estuvimos unos buenos minutos…
Nos besábamos la boca, mientras tocabamos nuestros penes y huevitos (testículos) y ocasionalmente nos besábamos el pene, estábamos realmente muy calientes, aún hoy en día recuerdo el olor de sus genitales, su calor, su sabor, lamentablemente no sabía masturbarme aún y no pude tener un orgasmo, ni hacer que el se viniera, creo que ambos estábamos desesperados por venirnos sin saber tan siquiera lo que eso significaba…
Cada vez que el llegó a mi casa, y pudimos quedarnos solitos sin la supervisión de un adulto, experimentamos y vivimos inolvidables momentos sexuales con nuestros penes, testículos y nalgas, muchas cosas deliciosas que nunca olvidaré…
Ojalá pudiera regresar el tiempo y hacerle míl cosas más, hacerlo mi mujer y saciar todo el deseo que en ese momento sentí al jugar con su cuerpo aquellas tardes mágicas entre la oscuridad de mi casa…
Escribe más porfavor, leyendote recordé mi infancia y me ayudaste a tener un orgasmo
Que rico y tierno relato amigo! Sigue escribiendo más.