Mi primera felación a los 11 años
Está historia es 100% real, por eso quizás no sea la más bestia o pornografica, ojalá hubiera llegado a más pero os lo contaré tal como lo recuerdo..
Buenas chicos, soy Leo (Nombre en clave) y actualmente tengo 35 años. Pero esta historia se remonta a mi preadolescencia. Aunque quizás sería más correcto decir infancia, ya que a pesar de haber tenido mi primera relación a los 11 años, mi contacto con el sexo fue mucho tiempo atrás.
No recuerdo la edad exacta, pero debió ser en torno a los 6 años, encontré una cinta pornografica de mi padre. Pensando que era una película la puse en mi antiguo vídeo y allí tuve mi primer contacto con él sexo.
La verdad no recuerdo del todo el video, pero tengo algunas imágenes grabadas en mi cabeza. Un hombre desnudo con el pene erecto y con mucho vello púbico estaba recibiendo una mamada de una chica.
Recuerdo que al principio me resultó raro. ¿Por qué se mete eso en la boca? ¿No le da asco? Pero las caras de placer del chico me hicieron querer experimentar.
En el fondo sabía que estaba haciendo algo que no debía, pero me puse la película en secreto varias veces en mi intimidad. Y recuerdo que algunas veces me escupía en la mano y frotaba la punta de mi pene para intentar simular esa felación. Nadie me había hablado de la masturbación, y no sabía que en ese momento estaba tratando de hacerme una paja, aunque no sabía cómo culminar. (Algo que ya aprendí más adelante). Sin embargo, me maravillaba la sensación de la saliva y el roce de mis manos e imaginaba que así se debía sentir que alguien te la chupe.
No sé en qué momento pero me acabé obsesionando con él sexo oral, y antes de darme cuenta fue creándose en mí el fetiche de chupar una polla. Lo que al principio me daba asco, acabó por atraerme muchísimo. Incluso pensé en chupársela a mis amigos, pero me daba miedo que se riesen de mí y nunca supe cómo sacar el tema. Yo quería ser como la chica del vídeo y tener un hombre que se volviera loco con mi boca.
Así pues desde bien pequeño tuve problemas con el porno y en tal que pude tener acceso a internet, ya sobre los 10 años me pasaba tardes enteras viendo películas y ahora si, pajeandome hasta el final.
solía buscar películas con penes peludos, creo que a raíz de esa película se me creó ese fetiche. Quizás es porque parecía más adulto, y me encantaban las pollas de los adultos. Cuando veía algún amigo desnudo en el vestuario, no me producía la misma sensación que aquellos penes tan peludos que veía en los vídeos.
Solía imaginarme como serían los penes de mis profesores, y como me gustaría chuparselos de arriba a abajo. Pero al igual que con mis amigos, nunca me atreví a lanzarme.
Sin embargo, yo cada vez estaba más salido. Mis ganas de sexo iban aumentando y no podía hablarlo con ningún adulto y mis amigos solo pensaban en chicas. Así que decidí que era hora de tener sexo con alguna persona y busqué en algunos chats de internet. Pensaba que sería fácil encontrar alguien que quisiera que se la chupasen, pero la verdad que me costó muchísimo. Al decir la edad la mayoría se asustaban. Algunos les gustaba y acabamos teniendo largas charlas muy calientes que nunca llegaban a ningún lado. Todos tenían miedo.
entonces descubrí lo que era el Cruising gracias a un video porno. Y decidí probar la experiencia en un jardín no muy lejos de mi colegio donde decían que había tema en una zona apartada.
Así que esta vez sí, me armé de valor y fui.
Las primeras veces directamente no había nadie por esa zona. Otra vez vi dos escondidos que intuí que se estaban besando. Pero seguía sin atreverme a lanzarme. Así que, aunque parezca estúpido, recordad que era un niño, me puse a buscar tutoriales por Internet. Vi que había que hacerlo de forma disimulada, así decidé probar otro día.
Cuando volví, había un señor (a saber la edad pero en mi mente tendría unos 50). Canoso, con bigote, delgado. El tío se ponía a “mear” en los arbustos, luego se daba una vuelta y volvía de nuevo a los arbustos a simular que meaba.
así pues, me di cuenta de que estaba disimulando, como decían los tutoriales. Por primera vez, di el paso, y una de las veces que se acercó al arbusto, me puse yo también a simular que iba a mear. Yo nunca hacía este tipo de cosas en público, así que se me hizo muy raro sacarme la polla al aire libre y recuerdo que el viento me daba un cosquilleo muy agradable.
pese a todo, yo estaba muerto de vergüenza, en aquella época aún no me había crecido demasiado y que un adulto me la viese me daba corte. Una parte mía, no quería que se girase y pensaba que al verme tan pequeño saldría huyendo. Pero para nada fue así. Lo miré de reojo y vi que me estaba mirando fijamente empalmado, acariciándose lentamente su pene.
me puse más nervioso todavía, pero no me quise rendir y empecé a acariciarme a mí también. De lo nervioso que estaba no podía ni empalmarme. Pero al final el tío se acercó a mí y dio el siguiente paso.
Estando ya cerca del uno del otro, mi mirada se cruzó con la suya. Y con una señal me indicó que mirase hacia abajo. Pude verle la polla más de cerca, era una ricura peluda como las que me gustaban. Me preguntó, ¿te gusta? Y temeroso le dije — Si, me gusta.
Entonces me agarró la agarró , empezando a sobármela lentamente, sin llegar a pajearme. Debió notar que estaba nervioso, aunque ya estaba empezando a empalmarme un poco. Y me preguntó si era mi primera vez, a lo que le respondí que sí. Así que me dijo. ¿Quieres que empiece a chupartela yo? ¿Así estás más tranquilo?. Le dije un escueto “Vale” Y la verdad, una parte mía, pensaba que lo correcto sería irse. Pero finalmente me dejé. Bajó un poco mis pantalones para dejar todo fuera. Y recuerdo que me miró fijamente durante un tiempo que se me hizo interminable. Me dijo, tienes una picha muy bonita.
Y entonces dio unos pocos lametones a mis huevos y después se la metió en la boca. La sensación fue increíble. Ya de por sí, su mano fue como un impulso eléctrico muy fuerte para mí. Pero en el momento en el que puso su boca sobre mi polla, empecé a gozar como nunca. No se parecía nada a la saliva que echaba sobre mi mano. Recuerdo que mientras tanto me tocaba el culo, el pecho, los huevos, fue increíble. Me levantó la camiseta, y me lamió los pezones y las axilas. Como me hizo cosquillas, paró un poco y volvió a lamerme la polla. Ambos estábamos disfrutando muchísimo.
Llegado el momento me pregunto. ¿Quieres chuparmela tú a mí? Obvio le dije que si. Trate de imitarlo un poco, así que baje un poco sus pantalones y me quedé mirando su polla un ratito. Desde tan cerca me llegó algo de su olor. No era desagradable pero recuerdo que no me lo esperaba. La verdad no sé cómo de grande sería, pero a mí me pareció enorme. Tenía unos huevos maravillosos, bien gordos con bastante vello. Me enteraron muchas ganas de lamerlos, pero me dijo que abriese la boca y antes de darme cuenta ya me había metido la polla.
Recuerdo que mi primera sensación es que pensé que estaría más dura, al final es un trozo de carne, supongo que era obvio. Pero me sorprendió lo blandita que estaba y el poco sabor que tenía. Me encantaba ver cómo se movía simulando que me follaba la boca. Como los pelos del vello púbico se acercaba y alejaban de mi cabeza con cada enviste. Pero lamentablemente duró poco. No llegaría ni al minuto y de repente se la guardó en el pantalón y dijo. No tendría que haber hecho esto, me voy a meter en un lío. Lo siento chaval. Y aunque le dije que no se fuera que no pasaba nada, se fue.
Volví más días para ver si lo encontraba, pero jamás lo vi. Y no fue hasta los 16 años que pude volver a follar bien. Con un adulto como yo quería.
La verdad me dió mucha pena que eso terminase así. Imagino que pensó que me estaba haciendo algún daño o algo malo, y en realidad a mí me está gustando mucho y hubiese encantado poder terminarlo. Sé que es prácticamente imposible, pero me encantaría que leyera esta historia y que supiera que soy yo para que entienda que no me creo trauma ni nada. Y aún a día de hoy sigo masturbandome pensando en el de vez en cuando. Continuando la historia.
Me hubiera encantado, si él no hubiera cogido la iniciativa y hubiera empezado a moverse. A haber sido yo el que empezase, lamiéndole los huevos, como él hizo conmigo. Restregármela por la cara, y ver cómo se corría. Y también me imagino que hubiese pasado si me hubiera llevado a su casa, me hubiera desnudado por completo y hubiera sido la primera persona que me penetrase. Pero lamentablemente esas cosas solo están en mi imaginación. Esta historia es 100 × 100 real y así fue como ocurrió si añadirle más morbo del que sucedió.
Desde ese día también tengo el fetiche de ver hombres meando, me recuerdan a ese momento. Y eso me llevó a probar la lluvia dorada y tarde o temprano en volverme sumiso. La siguiente relación la tuve a los 16, mintiendo a un hombre de 40 años diciendo que tenía 19 para que no se echase atrás.
Ahí si pude terminar y hacer que él terminara. Fue muy bien y recibí mi primera penetración. Esa historia es más normal pero también puedo contarla si queréis. Nunca antes le he contado esto a nadie, tengo curiosidad por saber si fui un niño muy precoz, o si hay otros a los que le pasó lo mismo a esta edad. Un abrazo y muchas gracias por leer hasta aquí
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