Mi primera mamada
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por CapitanGato.
Tenía ya 16 años cuando decidí publicar mi primer anuncio ofreciendo aquello que tanto quería, mamar una verga hasta que se corriera en mi boca y comerme toda la leche que me pudiera dar.
Recibí muchas respuestas, todas muy semejantes, preguntando datos personales y una fotografía de mi cara, lo que me causaba mucho temor a verme exhibido en mis gustos personales o peor aún, que alguna de esas respuestas fuera de alguien que me conociera o a mi familia así que fui pasando de ellas hasta que llego una respuesta muy amable de alguien interesado que incluía su dirección de face.
Era alguien mayor, 55 años, dedicado al servicio público de transporte, hombre de familia y sobre todo alguien que no tenia ninguna relación conmigo o mi familia, así que decidí contestarla.
Entonces, por razones de estudio, vivía solo, en un departamento modesto pero agradable, donde daba ya rienda a mis gustos usando tangas y algunas otras prendas que me hacían sentir excitación y ganas de materializarla en alguna aventura, como la que inicie con este hombre mayor.
El trabajaba el turno de la noche, asi que convinimos que lo esperaría a eso de las 12 de la noche, el llegaría aparentando traer algún servicio, aunque claro el servicio se lo daría yo a el…
Me prepare para el, poniéndome una tanga negra que contrastaba con mi piel blanca y hacia que mis nalgas se vieran mucho mejor, una blusa camiseta del mismo color muy ajustada y muy femenina que resaltaba mí cintura me puse un conjunto deportivo arriba y lleno de nervios espere hasta la hora convenida.
Llego muy amable con un paquete en las manos para disimular su verdadero propósito, lo pase a la estancia de mi pequeño departamento, era en efecto muy blanco, y tenia todo el pelo canoso, una barriga prominente, que se notaba mucho bajo su camisa color rojo, tenia un pantalón color claro ajustado y paso directo a sentarse en el sillón.
No sabía que decir, pero el fue directo con lo que quería, y me dijo que si podía estimularlo un poco para poder comenzar así que hice lo que mi fantasía me pedía, me pare frente a el, de espaldas, desabroche el cierre de la chamarra del conjunto deportivo y me la quite descubriendo mis hombros dejando poco a poco ver lo que traía puesto abajo, hice los mismo con el pants, tomándolo del resorte de la cintura y agachándome para quitármelo, descubriendo mis grandes nalgas frente a su cara.
No perdió tiempo y me las acaricio subiendo por mis piernas hasta que las tuvo en sus manos, nalgueándome un poco, mientras me decía “eres una putita muy rica”, yo no perdí el tiempo y me fui acercando hasta quedar sentado en sus piernas acariciando con mis nalgas su paquete que se sentía ya sobre el pantalón, así lo estuve frotando un rato hasta que sentí que movía su cadera tratando de puntearme el culito con su verga aun bajo el pantalón.
Esa fue mi señal para voltearme de frente y arrodillarme frente a el, desabrochando su cinturón, y su pantalón, traía un bóxer negro, y debajo la verga mas blanca que he visto jamás, grande y gruesa, con una capuchita que aunque ya tenia parada su verga aun le cubría la cabeza, sus huevos grandes y peludos también estaban llenos de canas.
Tome esa verga con mis manos, acariciando sus huevos y rodeándola con la otra mano jale ese rico pellejito hasta que salió una cabeza rosada y húmeda, si que estaba excitado, y ahí, de rodillas en tanga, le pase la lengua por su corona, y me metí en la boca esa cabeza, deliciosa, era esponjosa y tenia un gusto riquísimo, me sabia a gloria, me perdí acariciándola lentamente dentro de mi boca, hasta que sentí que el movía su cadera como cogiéndome por la boca, desde luego lo deje que la metiera mas y mas, hasta que topo con mi garganta, tomándome de la cabeza me cogió como unos diez o quince minutos.
Se detuvo para decirme que si lo podía estimular como al principio para que me diera mi leche, lo que desde luego hice, bailando frente a el, rosando con mi culo su verga ya desnuda y llena de mi saliva y sus propios jugos, claro que el trataba de apuntalar mi culo empujando su cadera cuando su cabecita tocaba mi culito, y por momentos me ganaba la calentura, y lo dejaba presionar un poco sin llegar a la penetración, disfrutando la manera en que esa cabeza embonaba a la perfección en mi culo, estimulándolo de una manera deliciosa.
Cuando el se puso de pie agarrando mi cadera y empujando con mas brío, di por terminada la estimulación y me arrodille frente a el, que de buena manera se la jalo hasta que me pregunto si la iba a querer en la boca, pero al decir yo si, me cayo el primer chorro en mi frente, y el segundo en mis mejillas, ya solo el tercero lo pude recibir en mi boca, y eso porque me pegue como becerrito a chupar esa verga.
Se arreglo su ropa, intercambiamos teléfonos, y se fue… pero al día siguiente a las once y media de la noche recibí un mensaje suyo diciéndome que tenía un paquete para mi… que si podía pasar a dejármelo…
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