Mi primera paja
La vez en como descubrí la paja.
Mi primera paja
Mi seudónimo es Alex, tengo 22 años y soy colombiano. Activo, gay y amante de la paja. He leído los relatos de esta página y están riquísimos, por lo que me anime a escribir mi primer relato aquí en Sexo sin tabúes.
Tratare de contar como fue todo en detalle.
Yo desde pequeño ya sabia que no me gustaban las chicas, yo siempre me había fijado en los niños, los chicos y los hombres. Ya desde los siete años comenzaba a tener erecciones involuntarias con solo ver alguna revista de ropa interior masculina. Me gustaban verlas y porque en esos tiempos aún no había computadores tan avanzados o paginas web como para ver cosas sin censura, tocaba conformarse con eso.
En fin, ya a los 9 comencé a ver el porno en los cafés internet y en una pequeña laptod que compro mi familia, en un principio veía hetero, pero me fijaba mas en los hombres, en su cuerpo, en su verga y como hacia gozar a la puta que se follaban. Eran videos cortos, pero me hacían hervir la sangre, nervioso, pero también bastante duro allá abajo. Por supuesto que no sabia nada de la paja, solo me conformaba con ver y aguantarme lo apretado que estaban mis pantalones. Y la incomodidad de mis pantalones creció más cuando había encontrado al fin el porno gay, y estaba supremamente sorprendido que también los hombres pudieran recibir una verga. Yo siempre me preguntaba si dolía o no dolía, eso pensaba todas las noches. A veces dormía en ropa interior y comenzaba involuntariamente a sobarme contra el colchón, se sentía rico y sabroso, pero no llegaba a mucho porque me quedaba dormido.
Cuando descubrí la maravilla de la paja fue a los 12 ya siendo un experto de como evadir el historial de búsqueda y encontrar las mejores paginas para ver porno gay. La secundaria era dura, estaba en plena preadolescencia y tenía las hermanas a mil. Yo soy del tipo delgado, castaño, algo atlético, aunque con algo de acné en el rostro. Mi verga no me quejaba, media para ese entonces unos 13 centímetros, ya tenía unos cuantos pelos en la base. Todas las noches, sagradamente veía algunos videos antes irme a dormir, a veces frustrado por la sensación de insatisfacción que tenía y lo dolorosa que era mi erección debajo del bóxer. Una noche, tipo 9 pm, estaba navegando en la soledad de mi sala (ya todos se habían ido a dormir) y estaba fijado en un video de dos jóvenes que hacían frott entre ellos acostados en una manta en el campo, sentía curiosidad porque de esas vergas salía mucho líquido que después descubrí que era preseminal, soy de los de palo seco, no lubrico, pero me fascina ver una verga soltando bastante precum. Pero la cosa que mas me asombro fue cuando uno de ellos gimió en alto y de su verga comenzó a salir un liquido blanco y espeso, yo pensé que era leche en mi inocencia. Hasta ese entonces (y lo cual me sorprendía) nunca había visto un hombre eyacular o llegar al orgasmo, era el 2012, así que los videos que encontraba siempre eran cortos no más. Yo recuerdo que me pego la curiosidad y el morbo, así que comencé a investigar si a los hombres les salía leche por el nardo. Graciosamente Wikipedia me ilumino y supe lo que era la masturbación. En fin, sabia que en ese liquido estaban mis hijos y que podía embarazar a una mujer si terminaba dentro de ellas. Pero quería saber como sacarme esa leche del rabo. Consulté entonces en xvideos y ahí encontré la manera en cómo. Me prendió bastante como un oso maduro se agarro la verga, todo peludo, y comenzó a jalársela hasta que vacío todos sus huevos en su pecho y vientre.
Yo apague el computador y corrí a mi habitación dispuesto a descubrir si era hombre que ya preñaba. Eche candado a la puerta, me desnude y me acosté en el colchón. Tenia la verga durísima, a mil, brincando y pegándose contra mi vientre. La toma con mi mano y la palpe, caliente, palpitante y lista para la acción. Yo me sentía ansiosos, con el corazón a mil y una fiebre inexplicable. Comencé a pajearla, de arriba y abajo como había visto en el video, pero a medida que le hacía lento no sentía mucho. En un principio me decepcione, y deje de hacerlo. Pero estaba determinado si o si a verificar si ya era hombre. Entonces me escupí la mano, ya que me dolía un poco porque no lubrico, y comencé a jalármela un poco mas rápido. Ahí empecé a sentir el rico de la paja, inevitablemente soltaba gemidos con mi vocecita de precoz, la mano libre que tenia me apretaba el muslo y empecé a embestir mi mano como reflejo. Era la sensación más deliciosa que había experimentado, no podía parar de jalármela y follar mi mano como virgen inexperto. Le seguí dando hasta que empecé a experimentar un espasmo en mi abdomen, no le preste atención hasta que mi cuerpo inicio a tensarse, como si se fuera a acalambrar todo, unas ganas enormes de orinar me llegaron y me dio miedo, pare la paja, respirando y cogiendo aire medio asustado por aquella sensación nueva que había sentido.
Yo me quede esperando a que aquella sensación de calambre de desapareciera, como una media hora. Ya era tarde, tipo once de la noche, ya debía haberme ido a dormir, pero sabia que no podría hacerlo. Me debatía si volver a intentarlo, si lo hacía era posible que me orinara encima, tal vez hacerlo en el suelo sonaba bien porque no mojaría la cama, pero se me hacia incomodo. Mandé al demonio todo miedo y volví hacerlo en mi cama, ya no me importaba si me regañan por haberme orinado en el colchón, quería vaciarme los huevos. Me escupí la mano y comencé a darle, jalándome la verga que estaba palpitando, follandomela y gemir entre cortado porque no quería que nadie me descubriera. Continue con aquel auto amor hasta que los espasmos volvieron a mi cuerpo, pero no me detuve, seguí jalándomela más rápido, las ganas de orinar eran inevitables cada vez más. De un momento a otro mi mano jalo el pellejo de mi verga hasta el fondo, esta golpeo mis huevos duros y como si hubiera hundido un gatillo arquee la espalda como poseso y grite cerrando los ojos. Sentía los chorros salir de la uretra mientras seguía ordeñándome la verga, todos cayendo y bañándome el cuerpo. Cuando sentí el ultimo salir del nardo me llego un cansancio de golpe, obligando al fin mi espalda dejar de arquearse y tocar el colchón.
Me sentía cansado, algo mareado, no sentía mis brazos o mis piernas, estaba temblando, parecía que me había convertido en agua. Cuando abri los ojos mire con asombro cantidades de liquido blanco amarillento en todo mi pecho y abdomen. Era espeso, parecía moco, estaba caliente y tenia un olor fuerte. Ya era un hombre que preñaba.
Esa fue la primera y ultima vez que solté tan gran cantidad. Nunca podría olvidar mi primera paja. De ahí la paja se volvió una rutina. También meses o años después tuve aventuras sexuales precoces, pero eso es para otro relato.
Si te gusto mándame un mensaje, tal vez podemos hacernos alguna paja por video llamada. [email protected]
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!