Mi primera vez
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Caucl25.
Desde hace ya varios años me entretengo leyendo relatos en esta página, y la verdad es que he pasado buenos momentos tocándome gracias a muchos de ellos jaja, buenos y malos siempre ha habido, y de distintos “géneros” también, de los cuales, algunos ni me molesto en abrir.
Hoy me decidí a escribir una de mis historias, que aunque no es nada en especial, si es algo que te marca: mi primera vez.
Mi nombre es Alejandro, vivo en Mérida, México, tengo actualmente 25 años, diría que ya con algo de experiencia en relación al sexo, pero esta historia que quiero contar es cuando aún tenía 19 y jamás había tenido sexo con un hombre.
Como pasa a muchos de nosotros, cuando era adolescente no me aceptaba como soy, y debido a la religión inculcada por mis padres era un poco más difícil aceptar mi condición de homosexual, sin embargo así es y así ha sido siempre: soy gay.
En ese entonces aún tenía ciertas dudas y ya había estado con una mujer, pero no sentí casi nada de satisfacción.
Para aquel entonces aún existía el bendito Messenger, y aunque conservo mi cuenta de correo personal que es el que uso para todo, decidí crear una cuenta “alterna”, una “fake”, esto con el fin de contactar con hombres a través de internet, por lo que colgué anuncio en páginas de búsqueda de servicios, en los que ofrecía mi virginidad y ponía una descripción del hombre ideal que quería que me desvirgara, solo daba mi dirección de correo alterna, puesto que me daba miedo poner mi número de teléfono.
Así recibí muchos correos en un tiempo bastante largo, pero nunca paso nada, puesto que nadie me convencía, así mi lista de contactos estaba llena de puros hombres a quienes no conocía, algunos eran contactos de cierta página de chat con quienes hacia video llamadas y nos masturbábamos mutuamente.
Una noche en la que todos en casa dormían, yo me quede con la lap en la sala, y por la calentura estuve haciendo videollamadas con tipos de otros países, hasta que termine algo satisfecho, puesto que siempre me ha gustado hacerlo, pero cuando me decidía a ir a dormir y aún no había cerrado el Messenger me entro al chat alguien llamado Alberto, no lo conocía, y supuse que era alguien de algún otro país o estado, comenzó la plática con un simple hola, yo tenía un poco de sueño y acababa de eyacular hacía pocos minutos, ya no quería ni platicas “hot” o video mucho menos, pero le salude cortésmente, el propuso hacer videollamda para masturbarnos y aunque no me arrepiento ahora, pero le respondí diciéndole que no me interesaba hacer nada virtual, sino que algo real estaría mejor, de ahí vino la pregunta que si de dónde eres, México….
Mérida y el “yo también”, así que me puse nervioso y me dijo que estaba dispuesto a que nos conociéramos, eran la una de la mañana aproximadamente, le pedí una descripción; 25 años, moreno claro, era robusto, 1.67mts, cabello rizado, ojos oscuros, y me dijo que tenía una verga algo gruesa; luego me describí para el: 1.65mts, moreno claro, delgado, cabello negro y lacio, ojos café.
Ambos nos describimos varoniles y yo pasivo, el activo.
Me preguntó si estaba seguro y le dije que en realidad no lo estaba, pero me dije a mi mismo: si no es ahora, ¿cuándo? Quedamos en que nos veríamos cerca de mi casa, en aquel entonces vivía en una zona del norte de la ciudad, en donde hay unas bodegas enormes y siempre esta oscuro, le dije que nos veríamos ahí y platicar, aceptó y fue la primera vez que le di mi número a alguien con la intención de tener sexo; salí de mi casa tratando de hacer el menor ruido posible cuando me dijo que estaba cerca, estaba que temblaba de los nervios, pero tenía muchas ganas de a mis 19 años dejar de preguntarme que se sentía estar con un hombre.
Me llamo de nuevo diciéndome que estaba perdido, sin embargo logre ver la luz de su auto cerca y le indique en donde estaba, cuando llego al sitio donde me encontraba, no sabía qué hacer, creí que ahí el estacionado y yo desde afuera platicaríamos, obviamente no fue así, me indico que subiera al auto, y se puso en marcha, no sabía a donde iríamos, tampoco pregunté, le vi en la oscuridad, era tal como se describió, no dije nada, él tampoco dijo nada de mí, en el auto noto que estaba nervioso y para romper el hielo y hacerme sentir cómodo me hizo platica, sobre el clima, sobre a qué me dedicaba, cosas triviales, me pregunto que si a donde iríamos y respondí que no tenía ni idea de a dónde ir, antes en el chat, le había propuesto ir a algún lugar oscuro de la ciudad para hacer algo, pero eso era una idea demasiado loca, así que nunca lo mencione de nuevo.
Condujo por el periférico de la ciudad y finalmente decidió que fuéramos a un motel ubicado muy al norte de Mérida, al llegar pidió la habitación y entramos con el auto, ya en la habitación asignada, bajamos y entramos, inmediatamente me dijo que se iría a enjuagar, mientras yo me quede sentado inmóvil y mudo en una silla que estaba junto a la puerta, le espere sintiendo que el tiempo era eterno, finalmente salió con una toalla en la cintura, se metió a la cama y quedo solo con bóxer por debajo de la sábana, yo seguía sin hablar ni moverme de la silla en la que estaba, hasta que me pidió que me acercara, así lo hice, pero no me quite ninguna prenda, sino que me metí debajo de las sabanas como él, pero totalmente vestido, traía un short y bóxer ajustado y una playera, estábamos de un extremo a otro de la cama, él tuvo siempre que ir tomando la iniciativa, así que se acercó y puso su mano sobre mi pene por encima del pantalón, mi pene es pequeño, pero ya estaba todo erecto, más que nada por la situación, porque yo seguía temblando de nervios, empezó a masajear mi pene por encima de la ropa y después de un rato me pidió hacer lo mismo con él, esta sería la primera vez que tocaba a un hombre con la intención de tener sexo, lo hice y sentí su pene, un pene si bien no largo, quizá la misma longitud que el mío de 13 cms, era grueso, pero muy grueso, sentí miedo, pero no dije nada, empezamos a tocarnos con lo que a él le quedaba de ropa y yo aún vestido completamente, hasta que me pidió que me quitara todo y el hizo lo mismo con su bóxer, y así es como sentí contacto con una verga que no era la mía y valla que había mucha diferencia, porque era enormemente gruesa comparada con la mía, nos masturbábamos mutuamente y así solo por unos minutos le dije que iba a terminar, y lo hice, solté chorros de semen que incluso le cayó un poco en alguna parte de su cuerpo, después de esto, él me dijo que también terminaría y así fue, era extraño sentir como palpitaba su verga en mi mano cuando estaba eyaculando y parte de su semen quedo en mi mano derecha.
Estábamos los dos deslechados solamente por las manos de cada uno, sin que hubiera pasado nada más, pero seguíamos debajo de las sabanas sin decir ni hacer nada hasta que el me pregunto si estaba bien, dije que normal y propuso hacer otra cosa o si ya me quería ir, le dije que si no se molestaba conmigo que ya me quería ir, se quedó pensativo unos segundos y después dijo: ¿un rato mas no? No me quedó de otra, puesto que tenía que llevarme a mi casa jaja, después de un rato tomo mi mano, la misma donde aún tenía restos de su leche y la llevo a su verga, estaba dura de nuevo, empecé nuevamente a masturbarle y me pidió que me acercara más a él, pero al moverme me halo con la intención de que quedara encima de él, como para cabalgarlo, me dijo: ¿te la meto? Y pues le dije que sí, con gran terror, pero le dije que antes tenía que probarla con la boca, bajé hasta allá, y me sentí extasiado, puesto que siempre había deseado tener una verga en mi boca y mamarla con devoción, al pasar la lengua por la puntita, pude sentir el sabor fuerte de su leche, puesto que hacia solo unos minutos había eyaculado, y después la metí completamente a mi boca, le lamia la punta que era lo más fino que tenía y después intentaba tragarla completa, apenas y podía por el grosor que tiene, pero tengo la boca un poco grande y lograba meterla y succionarla, al parecer lo hacía muy bien, porque me decía que le gustaba mucho y que lo estaba haciendo excelente, yo le agarré gusto, me encanto la sensación de tenerla en mi boca, estaba suave, caliente, con sabor a semen, lo que había deseado desde hacía mucho, por fin se estaba haciendo realidad, seguí comiendo esa verga hasta que me canse y la mandíbula me dolía, termine y subí a donde él, me pregunto si pasábamos a lo siguiente, asentí, y me monte sobre él, se puso el condón y se puso lubricante, no hubo besos, ni dilatación previa, no sé como fue que acepte así nada más, pero no sabía nada de ello, desconocía totalmente el arte del sexo anal, así que intente sentarme y penetrarme con tremendo trozo, pero era casi imposible a pesar del lubricante, pero seguí intentando, y debido a los intentos mi ano se fue dilatando y finalmente cedió a la punta, pero faltaba casi todo lo demás, que como ya dije, no es larga pero gruesa, muy gruesa, sentí dolor, pero soportable y seguí intentando que entrara más, sentía dolor cada vez más intenso, pero seguí y seguí hasta que tenía ese tremendo trozo en mi ano, era maravilloso, era doloroso, pero la adrenalina de cómo se estaba dando toda la situación desde el principio no me permitió sentir el dolor de manera tan insoportable, así que empecé a moverme, me sentía lleno, sentía mi culo tenso, al máximo, cabalgue apenas unos minutos y me aviso que terminaría, lo hizo dentro de mí, al expandirse su verga mientras soltaba su leche mi culo lo sintió todo, fue gratificante, fue doloroso, fué exitante, sentir esa vergota palpitar de placer, largando leche dentro de mí, aunque dentro del condón, era imposible no sentirlo, da mucho placer, tanto que basto tocarme un poco y eyacular también con dicho pedazo dentro, terminamos exhaustos, callados, eran las 3 de la madrugada, fui al baño a limpiarme, el hizo lo mismo, cuando estuvimos listos, pidió la cuenta y salimos de ahí.
Él vivía cerca de ahí así que me propuso que me dejaba en una plaza cercana y me fuera en taxi, que él me cooperaba, acepté, tome el taxi, feliz a mi casa, llegue casi a las 4, me duché y aun sentía el sabor a su leche, siguió en mi paladar toda la mañana.
Con el ano dolorido me fui a dormir con la satisfacción de que ya no era virgen jaja.
Pasó tiempo antes de que volviéramos a vernos, nunca nos besamos, ni nos preguntábamos más de la cuenta uno del otro, así fue por algún tiempo, sino me equivoco empezamos a vernos cada dos o tres meses, después cada mes, y al final nos veíamos cada dos semanas aproximadamente, hasta que una vez decidimos dejar de vernos, puesto que no me satisfacía el hecho de que no hubiera besos, y aunque cuando se lo propuse el aceptó y me dijo que también tena muchas ganas de que fuera de otra forma, no nos volvimos a ver, pero tengo un gran recuerdo del gran Alberto.
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