Mi primera vez
Descubriendo mi sexualidad con los chicos del pueblo. ¿Qué tan estrecho puede ser mi culito?.
MI PRIMERA VEZ
Mi madre me decía que papá algún día llegaría, de pequeño siempre miraba a la ventana que daba al patio esperando que algún día llegara y salir corriendo a abrazarlo de nuevo.
Desde hace mucho tiempo no recuerdo su cara, tanto así que ahora miro la ventana por reflejo y ya mi voz ha cambiado, el vello ha empezado a salir a montón y ya mi madre no llora a solas.
En el camino a mi pubertad, perdimos a mi abuela y ahora solo éramos 3 en aquella casa de aquel pueblo, a veces 4 cuando mi madre llevaba a algún que otro hombre que ocupaba el lugar de padrastro y mi perro Astro.
Nadie debía estar solo y de forma madura, aunque me costaba, comprendí que mi mamá necesitaba una pareja pero ya me había acostumbrado a que no duraran mucho, 1 año había sido el mejor tiempo igual no habían sido más de 4.
El vacío que había dejado mi padre era grande, trataba de superarlo pero ahora sentía odio hacia él, nunca lo perdonaría.
A veces pienso que mi vida pudo ser diferente con el aquí.
El tiempo fue pasando y fui cambiando con ella, la escuela, la tarea, salir a jugar, las vacaciones, las chicas pero lo que nadie me había dicho era sobre ese extraño sentir que se acrecentaba a medida que entraba en mi adolescencia.
A los 11 años hice mi mayor descubrimiento, desperté una noche, no recuerdo la razón exacta y sin hacer mucho ruido pensando que podía ser un ladrón, ya que yo era el hombre de la casa fui a revisar.
De la habitación de mi madre salía algo de ruido, pensé que estaba llorando como algunas veces pasaba pero mi error fue no recordar que José había venido hoy a la casa y con sigilo, aprovechando que la puerta estaba entreabierta quede paralizado con lo que veía.
“Dame más José, quiero más”-Decía mi madre.
Ella desnuda y con las piernas en los hombros de José que la penetraba sacando todo aquel pedazo de carne completo y volviéndolo a meter fuerte, mi cabeza se había nublado no sabía en realidad lo que sucedía
Sentí una sensación rara en todo mi cuerpo, quería partirle la cara a José pero a la vez esa sensación tan rara que no me dejaba despegarme de la puerta.
Veía aquel cuerpo, era el primero de un hombre adulto que miraba desnudo, como la tenue luz y la sudoración mostraban sus formas pero lo que me impacto fue ver aquel largo tronco que se perdía dentro de mi madre y de su abundante vello.
No podía dejar de pensar que el mío era tan pequeño hasta en aquellos momentos de la mañana cuando despertaba.
Él le decía cosas a mi madre pero no podía escucharlo porque ahora estaba casi de espaldas a mí.
Acerque mi cara a la puerta, para intentar escuchar mejor y un mal cálculo hizo que se abriera, el leve chillido de las bisagras oxidadas me delato.
De nuevo quede paralizado e hice contacto visual con José quien giro su cara y seguía penetrando a mi madre.
Corrí a mi habitación en puntillas, cerré la puerta y en la cama me cubrí con una sabana.
Descubrí mi erección como nunca la había tenido y al mirar, algo de humedad se marcaba en la tela.
Sentí miedo, nadie me había hablado de sexo.
No sabía lo que me estaba pasando.
SECRETO
Había que caminar mucho para llegar a la guarida, debíamos subir la montaña y seguir caminos sinuosos, a mi mamá no le gustaba que fuera pero ella estaba trabajando.
No le importaría sino se enteraba.
Desde que mi abuela había muerto, ya no podía tener el control en mí y confiando en que ya tenía 11 no necesitaba a alguien pero yo aprovechaba de salir con mis amigos.
Fede y Mateo eran mis compañeros de aventura en esta ocasión, mi emoción por reunirme con ellos era notable, llevaba algo dentro de mi que quería decirles y por eso íbamos al lugar más seguro.
No había vecinas ni otros chamos que me delataran.
La guarida era usada por todos los chamos del pueblo para jugar, algunos osados a fumar y hasta beber según me había contando alguna vez alguien pero en las oportunidades que yo había subido, nos reuníamos hasta 20 personas y era para jugar a la guerra en el bosque.
Sé que en la noche venían algunos mayores pero no nos dejaban venir.
Ocultos en la guarida con un techo improvisado, unas rocas gigantes que nos rodeaban y un pequeño riachuelo ya casi seco por el verano, todo acompañado por un matorral natural que se había creado.
-“Suelta que no entiendo tanto secreto ¿Qué nos vas a contar?”-Dijo Fede.
Luego de días de ardua investigación, llegue a la conclusión de que los había visto coger, así decían los mas grandes y ahora quería compartir esa emoción que no me había dejado dormir.
-“He visto coger a…”-Mis palabras no podían salir, fue una pausa muy larga, donde me di cuenta que no podía delatar a mi madre y a José.
-“¿A quién?”-Grito emocionado Fede, Mateo solo sonreía.
-“A… a… no los conozco pero los vi”-Mentí, debía estar rojo.
-¿Dónde? ¿Cómo fue?-Soltó Mateo.
No estaba preparado para contarlo, la excitación del momento era tremenda pero no podía comprometer a la mujer que más quiero y solo me quedaba inventar una historia pero las palabras no me salían.
-“Eres un mentiroso”-Grito Fede.
-“No, es verdad pero me da pena”-Les dije.
-“No te creemos”-Rió Fede.
-“Y vi una verga gigantesca, más grande que la mía”-Vomite las palabras.
-“Estas inventando”-Grito Mateo.
Se oyó una rama partirse y unas pisadas, todos quedamos en silencio.
Habíamos sido descubiertos.
Fue cuestión de segundos cuando apareció Toni, nos llevaba 6 años por lo menos, vivía detrás de mi casa.
-“¿Qué hacen ustedes aquí? De seguro ni tienen permiso de sus viejas para estar aquí”-Dijo bastante seguro y nos quedo asentir.
-“Solo veníamos a hablar”-Respondió Fede.
-“Que bien, bueno yo les guardo un secreto y ustedes me guardan uno a mi”-Dijo mientras sacaba un cigarro y lo prendía-“¿Quieren?”.
Fede que era el más lanzado de los 3, agarro el cigarro e inhalo, ahogándose con él, botando el humo.
Toni reía con nosotros mientras Fede trataba de aguantar pero no podía.
-“¿Y por qué peleaban?”-Rompió las risas Toni.
-“Por nada”- respondí yo pero fui interrumpido por Fede.
-“Este mentiroso nos iba a contar que vio a alguien cogiendo”-Me delató Fede.
-“¿En serio?”-Puso cara de asombrado Toni mientras botaba el humo hacia arriba-“¿Quién Fue?”.
Otra vez me sentía bajo presión, todos esperaba que les dijera algo con sus ojos fijos en mi.
-“Viste que eres un embustero”-Se enojó Mateo.
-“Yo si he visto coger y hasta yo casi lo he hecho”- Soltó otra pared de humo hacia abajo mientras veía nuestras caras-“Ustedes son unos renacuajos y no saben nada”.
Me sentí mal porque si lo había visto pero no podía contarlo, cada vez que lo recordaba sentía mi verga latir, me venía la imagen de José viéndome a la cara mientras movía un poco su pelvis hacia adelante penetrando a mi madre.
Toni había resultado ser una enciclopedia, cigarro tras cigarro nos contaba con quienes se había besado, las tetas más grandes y hasta a quien le había metido mano con lujos de detalle.
Fede y mateo estaban relajados disfrutando de las historia pero yo me sentía bastante tenso, la excitación por los cuentos iniciales había derivado a que sin querer mi vista se desviara por unos segundos al paquete de Toni sin saber la razón, el lo había notado pero lo ignoró.
-“Por el camino de toño después de salir del liceo, detrás de un árbol de mango estuve con Petra.
No aguante las ganas y les bese las tetas, son las más grande del pueblo, casi me ahogaba con ella pero lo mejor fue cuando metió mi mano por el pantalón y empezó acariciar mi verga…”-Toni contaba sus anécdotas mirando cada una de nuestras caras, se notaba el gozo de poder contar todo, de vez en cuando se tocaba el paquete erecto dejando poco a la imaginación bajo ese pantaloncillo de jugar básquet.
Mis amigos estaban erectos también, de vez en cuando tocaban sus paquetes pero mientras ellos gozaban con las historias, yo lo hacía con el paquete de Toni que me llamaba demasiado la atención.
Yo trataba de disimular pero había una conexión con su paquete que me hacia sentir algo desconocido.
-“La tengo demasiada dura, provoca una paja”-Dijo Toni-“¿ya se la hacen?”.
-“Sí, mi hermano me dijo como se hace”-Dijo emocionado Fede que era el más extrovertido.
Mateo solo asintió y yo me quede rojo como un tomate, no los podía ver a la cara una vez que se dieron cuenta que no había respondido de ninguna manera.
Todo lo que sabía de sexo era por mis amigos ya que mi mamá nunca hablaba de ello.
-“Vamos a enseñarte Javi pero nada de esto saldrá de aquí, podemos meternos en problemas”-Susurro el mayor.
Aprovechando que estábamos en un círculo, Toni frente a mí y mis amigos a su alrededor, sentados.
–“Sácate la verga”-Toni se acaricio el paquete.
-“No puedo”-Respondí.
-“Estamos en confianza”-Puso cara seria y boto una colilla de cigarro-“Esto no saldrá de aquí, a veces los muchachos y yo nos hacemos pajas juntos, no hay problemas porque somos machos y debe haber confianza”-Me convenció.
Si quieres ve”-.
Bajó su ropa y de un estirón salió una verga morena aunque él era bastante claro.
Se oyó un suspiro de sorpresa de mis amigos, quienes veían hipnotizados como Toni con su mano subía y bajaba el cuero que recubría su glande.
-“Ustedes también, estamos en igualdad”-Ordenó.
Nunca en mi vida había hecho algo similar, era el mas tímido del grupo y de cierta forma siempre había evitado hablar de sexo y de las chicas.
Me parecían raras a diferencia de los demás chicos que hablaban constantemente de ellas.
Baje mi ropa junto con Fede y Mateo, mi corazón latía a mil, sudaba y Toni me observaba con cara de divertido.
-“Agarra tu verga como nosotros”-Indico el mayor-“Ahora sube y baja con tu mano”.
Mateo parecía un demonio subiendo y bajando su mano rápido, los demás lo hacían mucho más lento.
-“Aprieta duro, tienes que subir y bajar este cuero”-Toco mi verga y luego puso su mano sobre la mía apretándola causándome una corriente en mi cuerpo que solo él y yo sentimos.
-“¡Que tetas!”-Grito Mateo y echaba un liquido transparente al suelo.
Fede tenía los ojos cerrados pero estaba demasiado agitado, Toni me había soltado pero su cara había quedado muy cerca de la mía ambos con la respiración al máximo, en un descuido siento su mano en mis nalgas, fue como un reflejo y las quito.
Un chorro salió a toda presión directo hacia ese ser que me tenia hipnotizado, éramos solo él y yo, no pudo aguantar más y bajo gritos terminamos bañándonos en nuestra leche.
Que desastre.
FIGURA PATERNA
Cuando mi papá desapareció mi mamá y abuela se encargaron de mi, algunas veces el hermano de mi padre venia a visitarme, él era de la ciudad por lo que en las vacaciones era seguro verlo en la casa.
Siempre me enviaba dinero en mi cumpleaños y una que otra llamada.
Esas vacaciones mi tío no vendría, al parecer iría a vivir por unos meses con él, eso fue a los 15 años cuando una de esas tardes en las que estaba solo en casa mi mamá me encontró con Fede haciéndonos una paja.
Según había escuchado en una llamada, mi mamá le pidió a mi tío llorando que yo necesitaba ayuda ya que no quería un “hijo raro” y el estar tanto con ella me había afectado.
Algunas lágrimas cayeron sin querer, no sabía que ella pensaba eso de mí.
Siempre andaba corrigiéndome algunos gestos y palabras pero pensé que eso era normal, no estaba haciendo nada malo.
Así fue como llegue a Caracas, una ciudad muy diferente para mi.
Demasiado ruido, demasiado movimiento, demasiada violencia.
Mi tío vivía en pequeño apartamento en un edificio de tres pisos donde se escuchaba el tráfico de la avenida que pasaba al frente.
Mi primera impresión al llegar al lugar fue que desde donde estuviera podía ver el lugar completo ya que era una sola gran habitación, no había paredes para el dormitorio o la cocina, si bien es cierto que incomodo no era, solo el baño era privado en aquel lugar.
-“Tendré que hacerme la paja en el baño”-Pensé.
Recuerdo que ese día de mi llegada me asome por el balcón y contemple los edificios mientras un aire frio algo contaminado llegaba a mi cara, fue inevitable no pensar en mi casa y mis amigos.
Mi tío era alguien bastante especial para mí, tal vez haya sido lo más parecido a un padre.
Siempre que llegaba a la casa llenaba un cierto vacío, ese que tanto sentía cuando esperaba que viniera mi papá por la ventana algunos días.
Lo que ya yo tenía claro es que una cosa es conocerlo por una visita de unas semanas y otra es convivir, ahora solo éramos nosotros dos.
Mi madre se había ido un domingo a casa, dejándome completamente solo con mi nuevo compañero.
Sentía miedo, molestia, tristeza y una gran sensación de inseguridad.
-“Yo soy normal”-Me repetía a mi mismo cuando recordaba aquella llamada que desato esta mudanza temporal.
LA ESPERA
Ya era la hora, cierto nerviosismo recorría mi cuerpo apenas mi madre se había ido, veía televisión en la sala mientras giraba obsesivamente la mirada hacia un reloj de pared que estaba encima de la entrada a la cocina.
La puerta del patio estaba abierta para cuando llegara pero para eso faltaban 20 minutos, yo tenía mi verga despierta era algo automático cada vez que se iba mi madre de nuevo al trabajo.
La tocaba de vez en cuando pero quería guardarme para él, sentía que acabaría sin siquiera tocarla.
Fui al baño, la emoción del momento me causaba todo ese tipo de cosas.
Luego del baño me asome discretamente por la ventana de la casa, veía a un grupo de mis amigos jugando.
Cerré todas las ventanas y verifique que la puerta tuviera seguro.
Escuche a Astro ladrar y enseguida vi como se acercaba Toni, que habia brincado la pared del patio con esa sonrisa que me ponía bruto.
Desde aquella vez en la guarida nuestros encuentros eran constantes.
Nos saludamos con un estrechón de mano y me miró fijamente a los ojos, soltó una carcajada ahogada.
No me soltaba.
Se acerco un poco más a mí, dejándome su cara muy cerca pero me evadio y dirigió mi mano a su paquete que estaba duro.
Ya la cotidianidad de estos actos, me habían hecho aprender.
Apreté mis dedos en su verga e iba definiendo su forma encima de su ropa, el me seguía mirando con esos ojos profundos que incitaban a besarlo pero él se alejaba cada vez que lo intentaba.
Yo deseaba besar por primera vez pero Toni decía que eso no era de hombre, así que no lo intentaba más pero aun así lo deseaba y mucho.
Estaba enamorado de él pero no lo sabía y él se aprovechaba.
Entramos a mi cuarto como casi siempre lo hacíamos, el enseguida bajo su pantaloncillo a medio muslo y se sentó en el borde de la cama dejando sus piernas afueras y abiertas esperando que me colocara en todo el medio.
-“Chupa“-Dijo Toni mientras su mano movía bruscamente su verga.
Ya no me importaba que fuéramos al grano, solo agarre con mi mano aquello en lo que tanto pensaba y lo dirigí a mi boca, el sabor inundo mis sentidos y el olor me drogó.
Me había convertido en todo un catador y él lo sabia
Introduje toda su carne hasta llegar a mi garganta, a él le encantaba que lo hiciera sin importar que me ahogara.
Yo era su Petra, su Carmen y hasta su Luisa, cuando yo estaba con él me encantaba pensar que lo hacia olvidarse de ellas.
-“Quitate todo”-Ordenó.
Se quito su franelilla y al igual que yo quedamos como Dios nos trajo al mundo.
Habían sido muchas las semanas que habíamos hecho esto pero hoy íbamos a dar otro paso y eso me tenía más loco.
Se recostó en mi cama y yo viendo como aquello seguía tieso babeando, me subí a la cama a seguir jugando a meterlo hasta el fondo de mi garganta cosa que ninguna de sus novia había logrado.
El pegaba leves gritos cuando lograba introducirme todo y yo quedaba unos segundos enchufado con mis ojos lagrimeando, apenas podía ver cuando su cuerpo se tensaba y cerraba los ojos por aquella sensación que causaba todo su cambur en mi boca.
Todavía recuerdo lo tanto que sufrí para tragarme la mitad las primeras veces de mi desvirgamiento oral pero ahora me sentía orgulloso de lo que podía hacer.
Lo repetía una y otra vez, le había mamado tanto a Toni que sabía que al inicio es un poco difícil pero luego de mamar algunos minutos ya estaba lo suficiente relajado para lograr aquella hazaña bucal y más aun teniendo una mano empujándome hasta el fondo.
-“Ya quiero metértelo ¿Dónde está?”-Dijo desesperado mi amante mientras yo me recomponía, pasando mi mano por mi cara limpiando un poco el desastre de babas.
Me levante y busque en una gaveta aquel regalo que él me había dado, había sido un tarrito de vaselina que yo guardaba de mi mamá con la vida.
Las veces anteriores no me había entrado y me había negado a abrir mis puertas pero hoy lo intentaríamos de nuevo.
Yo estaba en 4, sentía un dedo lleno de lubricante que jugaba con mi entrada, era incomodo, me dolía pero seguía tan erecto como al principio.
Quería que me penetrara duro, que lo hiciera de una vez por todas, quería entregarle todo de mí.
Cuando sentí su cabeza punteando sentí una emoción enorme, quería sentir a José, el marido de mi madre, aunque era Toni que ahora tanto me gustaba con su verga morena y esa actitud de machito que tanto me gustaba, tal vez era por ser mayor que yo, no sé.
Presionó y sentí como algo en todo mi anillo iba abriendo, dolía como el demonio.
Toda aquella entrega que sentía hace segundos se borraba, mientras más presionaba mas sentía morir.
-“Espera, me duele”-Grité-No puedo más, sácalo.
-“Aguanta, ya te va entrando bien”-Me agarro con toda su fuerza mi cintura.
-“Me duele demasiado Toni, no puedo de verdad”-Le rogué.
-“Tienes el culo demasiado apretado, afloja vale”-Respondió-“Ahorita te entraba mejor, relájate que si puedes”.
Sentía que la presión era demasiado, me dolía a un nivel superior y me paralizaba totalmente pero él seguía introduciéndola hasta hacer tope con mi culo.
Sin cuidado y con torpeza.
-“Ya la tienes toda adentro”-la voz de Toni temblaba-“Ya eres una hembra”.
Seguía tenso, ya no era tanto el dolor sino una incomodidad que abrumaba todo.
No me dejaba ni respirar bien, ni pensar, ni disfrutar.
Mi culo era el centro de todo en ese momento y parecía estallar.
-“Que rico Javi, me tienes demasiado excitado”-Toni estaba fuera de sí mismo, entendí que también había sido su primera vez.
No sabía que era así.
No sé cuando tiempo pasaría, ya el tiempo no era nada para mí solo quería sacar su verga que me hacía sentir todo el cuerpo de esta forma.
-“Ay Toni, sácalo mejor”-Rogué pero el solo empezó a sacar y meter muy lento, haciéndome gritar cada vez que la metía.
-“Quédate tranquilo Javi, me está gustando mucho”-Dijo excitado.
Saber que le gustaba me creaba una sensación de satisfacción pero mi culo seguía siendo prioridad aunque desconociéndome me quede tranquilo en 4 patas recibiendo las embestidas de Toni quien aceleraba un poco más.
No sabía si era dolor, todo era muy raro ya no era igual que al inicio, creo que me dolía pero no estaba claro, no lo estaba gozando pero claramente no era ese dolor punzante del inicio.
Creo que algo empezaba a despertar en mí.
-“No aguanto más”-Toni acelero sus embestidas y a su ritmo, de mi boca no podía evitar salir gritos ahogados.
Yo debía aguantar, yo mismo me había buscado esto.
-“Más nunca lo haré”-Pensé.
Giré mi cabeza hacia la mesilla donde estaba una figura de acción que me había regalado mi tío, concentre mi mente hacia eso y aguante hasta que Toni descargo su leche en mi culo en movimientos que si me dolieron.
Con la cadencia cada vez más lenta, se fue acostando sobre mí, uniéndose nuestros sudores y un beso salió de la nada, yo no lo había buscado pero lo correspondí.
Era la primera persona que besaba en mi vida y usaba mi culo.
Ayúdame a saber si te gusto mi primer relato a través de los comentarios.
Pronto publicaré una segunda parte titulada Mi segunda vez.
Twitter @cacaoskin
Si me gusto mucho, sigue adelante