Mi primera vez a los 19.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Luis y yo conocimos por latin chat, desde el primer momento congeniamos super bien, y tuvimos algo digamos como una relación a distancia de varios meses ,pues el chico es de una ciudad que está a 8 horas de la mía. Sin embargo la esperanza era conocernos pronto pues tenía familia viviendo en su ciudad.
Un fin de semana, se me ofreció viajar a esa ciudad, para ese entonces nos habíamos distanciado mucho, pues las condiciones eran muy difíciles, sin embargo se me presentó la oportunidad y no tenía la mínima intención de rechazarla. El día anterior en la noche, ya casi listo para salir pues el viaje es largo y por la madrugada, estuvimos conversando mucho, nos pusimos muy cariñosos el uno con el otro y acordamos en que nos veríamos en la terminal de la ciudad apenas yo llegara. Tal cual como quedamos así fue, llegué a la ciudad temprano en la mañana y me fui a casa de mi tía, me bañé y me inventé que saldría a conocer a una amiga, pues no sabía que yo era gay. Sinceramente no llevaba las intenciones de solo tener un encuentro con él que solo pudiese llegar a lo sexual, pues era alguien muy especial y tenía muchas expectativas y los nervios a mil.
Llegué a la terminal primero que él, al rato cuando llegó, lo vi venir y fue sin duda lo mejor que había vivido en mucho tiempo, tanto que lo había anhelado y por fin estaba frente a él, mirándolo a los ojos y sonriendo, pensando en tantas cosas bellas que nos habíamos prometido tiempo atrás. Luego de eso, caminamos un rato por la ciudad y nos tomamos un refresco, mientras hablábamos, solo nos mirábamos y sabíamos que era el momento de por lo menos, darnos un beso, pero era difícil pues estábamos en la calle y no era lo conveniente. Luego de tanto hablar, pasamos frente a un motel que estaba cerca y ambos nos miramos, fue tan espontáneo que ni lo discutimos, solo entramos y pedimos una habitación. Yo tenía una vergüenza enorme, era mi primera vez, además de que estar frente a él y habernos deseando tanto tiempo me tenía con una ansiedad descomunal.
Entramos a la habitación, pequeña, cómoda con una cama grande, una mesa y una tv, lo suficiente para pasar un buen rato. Estando ambos nerviosos solo entramos, y nos quitamos los zapatos, él se echó a la cama y luego lo hice yo a su lado, super nervioso, en ese momento tomé su mano, lo acaricié y el volteó a mirarme, nos vimos a los ojos y nos dimos un profundo beso, sentía como todo mi cuerpo se emocionaba y se aceleraba mi respiración al mismo tiempo que la de él. Lo abracé con tanta fuerza que inmediatamente el placer se apoderó de nosotros y nos quitamos las camisas, al mismo tiempo que nos íbamos besando con mucha intensidad, le quité su pantalón y noté como estaba de erecto su pene, aunque no tan grande, pero sí muy excitado me hizo sentir mucho placer. Así mismo él me quitó mi pantalón y sentado yo sobre la cama, se me sentó encima quedando frente a mí, rodeándome la espalda con sus piernas, al tiempo que yo le besaba el cuello y le oía gemir y suspirar.
Él se levantó y yo me acosté de frente, me quitó mi bóxer y se quitó el de él, sentándose encima de mi pene y moviéndose muy despacio hacia adelante, mientras yo comencé a sobarle la espalda lentamente hasta llegar a sus nalgas, su piel era muy tersa y suave, sin vellos, cosa que me enloquecía. Me mojé el dedo índice y comencé a pasarlo en su ano, haciéndole presión suavemente, lo que provocaba que él me gimiera al oído, super caliente, me besaba descontroladamente el cuello y el pecho, fue bajando a mi abdomen hasta que llegó a mi pene, algo grueso, de 17cm, y me lo tocaba, cuando casi sin darme cuenta se lo metió a la boca casi completo, comenzó a chupármelo y a pasarle la lengua, al tiempo que me acariciaba el abdomen con sus manos.
Se movió otra vez hacia mi oído y me susurró muy despacito "quiero sentirlo dentro", lo que me puso muy intenso y de inmediato le di vuelta y quedé encima de él, puse sus piernas arriba en mis hombros y me puse un poco de saliva y comencé a presionar su ano con mi pene, hasta que se lo fui metiendo muy despacio, ya que sentía mucho dolor. Una vez todo dentro comencé a moverme despacio y acelerando el ritmo poco a poco embistiéndolo, viéndolo a los ojos y escuchándolo gemir. Cambiamos de posición y él se colocó boca abajo abriendo las piernas, con sus manos abriéndose bien las nalgas dejándome ver su ano dilatado, era primera vez que tenía algo así al frente, me puso tan excitado que comencé a besarlo, le mordía las nalgas y pasaba mi lengua por su agujero, hasta que volví a penetrarlo con más fuerza, oyéndolo quejarse y morderse los labios, diciéndome que le encantaba lo que le estaba haciendo.
Luego me acosté y tal vez por ser vez primera y por mucha curiosidad, le propuse que cambiásemos de rol, a lo que él accedió e intentó penetrarme con mis piernas en sus hombros. Apenas sentí que me penetró, me dolió muchísimo y le pedí que parara, por lo que lo hizo despacio pero no duramos mucho tiempo así pues me dolía muchísimo, así que volví a penetrarlo otra vez boca abajo con las piernas abiertas, besándole el cuello y mordiéndole la espalda mientras lo hacía.
Me preguntó que si ya me acabaría, y que quería que lo hiciera dentro de él, eso me puso a mil, y al ratico lo hice, y me dejé acabar dentro de él, gimiendo muy fuerte y embistiéndolo con fuerza, luego nos levantamos y nos fuimos al baño que tenía la habitación, bajo la ducha lo abracé por la espalda y lo masturbé hacer deslecharlo, viendo como su semen salía con tanta fuerza cayendo encima de la pared que teníamos al frente.
Casi sin darnos cuenta, se nos habían pasado 3 horas, era casi de noche por lo que nos vestimos rápido y salimos del motel, nos despedimos, y su cara, fue lo más lindo que pude ver de él, de anhelo y de mucha nostalgia, pues nos volveríamos a separar sin saber cuándo volveríamos a vernos. Ese chico logró meterse en mi corazón de una manera inexplicable, y aún ansío volver a verlo y revivir ese momento, solo que mientras tanto me he matado a pajas imaginándomelo, y viviendo algunas aventuras que luego les contaré, mientras sigo esperando el momento de volver a verlo.
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