MI PRIMERA VEZ A LOS 9 AÑOS
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por zoofmalaga.
Para los que habéis leído mis anteriores relatos, quisiera contaros donde esta el principio de mi afición al sexo, a cualquier tipo de sexo.
Todo sucedió cuando tenía tan solo 9 años, por razones de trabajo de mi padre nos habíamos trasladado a vivir a Madrid, a una colonia de casitas que estaba a las afueras de la ciudad, era una zona muy tranquila y en la que se podía jugar en la calle sin miedos ni problemas.
En verano, todas las tardes mis amigos y yo quedábamos para jugar y aunque nuestros padres no nos dejaban en ocasiones lo hacíamos fuera de la colonia, en un arroyo que había cerca, donde nos bañábamos desnudos o en ropa interior y pasábamos la tarde jugando y divirtiéndonos.
En alguna ocasiones habíamos visto alguna persona pasear por el entorno pero solo me llamó la atención un hombre al que había visto más de una vez, tenía unos 40 años, alto y de aspecto muy cuidado, alguna vez se había sentado a mirarnos mientras nos bañábamos.
Un día que había quedado con mis amigos en el arroyo llegue un rato antes de la hora a la que habíamos quedado y encontré a ese hombre allí sentado, al verme me saludó y me preguntó mi nombre, se lo dije y comenzamos a hablar, era muy agradable en su conversación, al llegar mis amigos me despedí y me fui con ellos a jugar, él después de un rato también se marchó.
Pasados unos días mas tarde, volvimos a quedar los niños para bañarnos en el arroyo y yo me fui media hora antes, por si estaba ese hombre y volver a conversar con él, al llegar al lugar no lo vi de algún modo me sentí desilusionado, pero mi sorpresa fue oír que me llamaba, al girarme hacía donde procedía la voz, observé que estaba sentado en una piedra detrás de unos matorrales.
Lo salude y me pidió que me acercara, cosa que hice inmediatamente a los pocos minutos de estar hablando me dijo.
EL- Tengo ganas de orinar, te importa si lo hago aquí?
YO- No, no me importa.
EL- Si te da vergüenza o te resulta incomodo me alejo para hacerlo.
En el fondo sentía curiosidad por ver como era el pene de un hombre, ya que en mi casa se cuidaba mucho eso de la intimidad.
YO- No me siento incomodo, pero si quiere me vuelvo de espaldas.
EL- No me importa que me veas, me gusta que me miren.
Se abrió el pantalón saco su miembro y comenzó a orinar, yo me quedé sorprendido por el tamaño de aquel pene, nunca había visto antes el pene de un adulto y no me lo imaginaba tan grande.
El hombre debió darse cuenta de mi asombro y me dijo:
EL- No te preocupes, cuando crezcas la tuya también crecerá y cuando tengas mi edad la tendrás igual que yo.
YO- No había visto nada mas que las de mis amigos y me ha parecido muy grande.
EL- Yo también os he mirado algunas veces mientras os bañáis y la tuya tampoco es tan pequeña, la tienes más grande que tus amigos.
YO- Pero la tuya es muy grande.
EL- Quieres verla mejor?
Sin saber por que, respondí inmediatamente que sí, se giró hacia mi y me la mostró más de cerca, realmente me atraía ver aquello.
EL- Me voy a bajar el pantalón para que puedas verla mejor.
YO- Vale
Se bajó el pantalón y pude ver en todo su esplendor aquel miembro que me parecía maravilloso.
Yo no sentía ningún tipo de atracción hacía los hombres, es más, ya a esa edad me asomaba por los muros de las casas de la colonia, en las que sabía que vivían chicas guapas, con la esperanza de verlas desnudarse en sus dormitorios y alguna vez había tenido suerte, incluso en una ocasión pude ver como la madre de un amigo se duchaba y me gustó verlo, pero nunca había pensado en ver a los padres, pero esto era distinto, sentía curiosidad y a la vez atracción por ese miembro.
EL- La ves mejor así?
YO- Si, bastante mejor.
EL- Te gusta?
YO- Si, solo fui capaz de decir eso y creo que lo hice sin pensar en lo que iba a decir.
EL- Quieres tocarla?
Sin pensarlo y creo que con dificultad acepte la invitación, acerqué mi mano y coque su miembro con la punta de los dedos.
EL- Así no la vas a apreciar bien, tócala con la mano entera y si quieres agárrala.
En ese momento oí la voz de mis amigos que se acercaban y despidiéndome me marché para que no me vieran salir de los matorrales, pasamos la tarde jugando y sin ver a ese hombre, pero yo me había quedado con las ganas de tocársela.
Al día siguiente volví a ir antes de la hora y allí estaba aquel hombre, nada más verme se introdujo en los matorrales y yo le seguí, aun no se por que lo hice, sin mediar palabra se bajo los pantalones y se saco el pene, entonces fue cuando pronunció las primeras palabras, “sigamos donde lo dejamos ayer” me cogió la mano y la puso sobre su polla yo no dije nada solo la toque y siguiendo sus indicaciones comencé a acariciársela.
Aquel miembro crecía y se endurecía a gran velocidad y eso me producía más y mas curiosidad.
Pasados unos minutos de masajes dijo algo que en un principio no entendí.
EL- Te gustaría besarla?
YO- No se que quiere decir.
EL- Dale un beso a mi polla, veras como te gusta.
YO- De acuerdo, lo haré
Me acercó la polla a la boca y le di un beso, entonces me dijo.
EL_ Dame un dedo.
YO- Para que?
EL- Te enseñaré a hacer algo que nos gusta a los hombres, quieres?
YO- Vale
Me agarró el dedo y se lo introdujo en la boca, chapándolo mientras se lo metía y sacaba, después de hacerlo varias veces me pidió que se lo hiciera yo a él y cuando le pedí el dedo me dijo que no se refería al dedo y se señaló la polla yo dude unos segundos pero sin pensarlo me lo introduje en la boca y comencé a chapársela, al principio me resultaba extraño pero en seguida le tome el gusto y creo que fui mejorando en mi ejecución, lo supe por sus gemidos y por que pasados unos instantes se corrió en mi boca llenándomela de su leche, no pude tragármela y la escupí, me pidió que no se lo contara a nadie y se marchó.
En los días siguientes no volví a verlo, pesé que ya no vendría más, pero yo seguí yendo diariamente a la misma hora hasta que un día volvió a ir, al verle me sentí muy contento y por su reacción él también.
Como de costumbre me pidió que lo acompañase a los matorrales, pero en esta ocasión nos adentramos mas en el bosquecito, hasta una zona que estaba totalmente oculta a las miradas de los que pudieran pasar.
Había un tronco de un árbol costado y se sentó en él, mirándome con una mirada nueva para mi me dijo que me acercara.
YO- Por que hemos venido hasta aquí?
EL- Porque hoy quiero enseñarte una cosa nueva y no quiero que nos vea nadie.
YO- Que me vas a enseñar?
EL- Ahora lo veras, acércate un poco más.
Me acerqué a él y si decir nada me bajo los pantalones y los calzoncillos, yo me deje hacer, la curiosidad era mayor que el miedo que sentía, comenzó a acariciarme los testículos y el pene, en ese momento tuve una erección, creo que fue la primera, me cogió a pulso y me subió al tronco, mi pequeño pene erecto quedaba a la altura de su boca y sin que me diese cuenta la empezó a chupar, yo creí que era aquello lo que me quería enseñar, aunque ya se lo había hecho yo a él el último día, aquello me gustaba y no quería que terminara, pero entonces dejo de mamármela, me dio la vuelta, comenzó a acariciarme el culito y abriendo mis nalgas tote como comenzaba a lamerme el ano, sentir su lengua en mi culo me encantaba.
Pero aquello tampoco era lo que quería que hiciéramos, se bajo el pantalón, sacó su pene que ya estaba totalmente dura, de un bolsillo saco una latita la abrió y con los dedos tomo un poco de su contenido y me lo aplicó en el ano.
Comenzó a frotarme la entrada de mi culo con el dedo impregnado en esa pasta que luego supe que era lubricante, tras jugar durante unos minutos con sus dedos en mi ano, empezó a introducir muy despacio uno de ellos, no me dolió sino todo lo contrario, me gustaba.
Metía y sacaba el dedo con suavidad y aumentando el ritmo progresivamente y cada vez me gustaba más, hasta que introdujo un segundo dedo, esto si dolió al principio pero enseguida ese dolor se trasformo en gusto, pasados unos minutos los dedos entraban y salían sin problema.
Paró su penetración de dedos, me miró de nuevo con esa mirada especial y me dijo, EL- Ya ha llegado el momento, estas preparado?
YO- Si, creo que si. Dije aunque no sabía de que hablaba.
EL- Ven siéntate aquí en mis piernas .
Me senté en ellas y note que seguía con aquello duro, tomó un poco mas de lubricante se frotó la punta de la polla con el y el resto me lo puso en la entrada de mi culito.
Me acomodó encima de él de forma que su polla quedaba debajo de mi culo y acercó la punta a la entrada del ano.
Noté la presión en mi agujerito y como este cedía poco a poco al empuje que ejercía sobre él, comenzó a entrar la punta de su pene y me dolía un poco pero no dije nada, no quería que se asustara y dejara de hacer aquello, quería sentirlo, saciar mi curiosidad.
Al instante sentí como entraba la cabeza de aquella enorme polla, por lo menos así me lo parecía al compararla con la mía, se detuvo un instante para preguntarme si me dolía y solo pude contestarle que no con un movimiento de cabeza, reinició su empuje y aquello fue entrando poco a poco, con mucha delicadeza, mientras me decía que si me dolía se lo hiciera saber.
Continuó así hasta meterla casi por completo, volviendo a parar otra vez, imagino que para dejar que mi culo se acostumbrara a tenerla dentro y al instante empezó a sacarla casi del todo para volverla a meter.
El dolor que había sentido al principio fue desapareciendo dando paso a una sensación que nunca olvidaré, el ritmo de entrada y salida iba en aumento y a cada embestida introducía un poco más de su polla, hasta que note tenerla entera dentro por que sentía sus vellos en mis nalgas.
En ese momento oí como se le escapaba un suspiro y eso me excitó, repitió las embestidas una y otra vez, al tiempo que empezó a susurrarme cosas al oído.
EL- Que ganas tenía de hacerte esto, pero no imaginé que estuviera tan rico, que culito más bueno tienes, cuanto estoy gozando contigo, hoy vas a ser mi putito.
EL- Te esta gustando?
YO- Si, creo que si.
EL- A mi me encanta, me vuelves loco.
Después de varios minutos así note como su respiración se aceleraba y lo mismo sucedía con las embestidas que cada vez eran mas rápidas y mas fuertes hasta que en un momento noté como su polla engordaba e instantes después soltó un pequeño grito y note como un líquido caliente me inundaba por dentro.
En ese momento un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y sentí como ese macho se detenía en sus movimientos e tenía varias convulsiones, luego sin sacarla me abrazó y comenzó a besarme el cuello.
EL- Me has hecho gozar como nunca nadie lo había hecho hasta ahora.
EL- Es la primera vez que lo hago con alguien de tu edad y nunca imaginé que fuese tan especial.
EL- Te ha gustado?
YO- Si me ha gustado
Me sacó la polla aún dura y me pidió que se la chupara y sin dudarlo ni un segundo se la chupe hasta que se volvió a correr, esta vez dentro de mi boca, pero a diferencia de la vez anterior, en esta ocasión me trague hasta la ultima gota de su leche.
Cuando terminé tomó un pañuelo y me limpió el esperma que salía de mi culo, se vistió y me dijo que yo también lo hiciera.
Una vez los dos vestidos me cogió la cara con sus dos manos y dándome un tierno beso en la boca se despidió, pidiéndome que no se lo contase a nadie, que sería nuestro secreto.
Se adentro en el bosquecito y nunca más volví a verlo, aunque durante muchos días iba con la esperanza de encontrarlo y repetir la experiencia.
Desde ese momento no volví a tener ningún tipo de relación sexual con ningún hombre hasta que a los 14 años tuve una con mi profesor de geografía y entrenador de fútbol.
como continua