Mi primera vez a los 9 años
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ichigo45.
Una mañana estaba viendo películas con mi padre y de pronto pasaron una escena XXX, que me dejo impactado, por mi mente durante toda la semana rondaba esa imagen, antes de ese momento no sabía nada del sexo o relaciones sexuales, era muy inocente, pero quería imitar lo de película, así que luego de un mes de investigar mis millones de preguntas por internet, pues decidí a experimentar, pero no quería hacerlo con una chica, ya que lo veía peligroso, porque podía quedar embarazada (pensaba yo en mi inocencia).
Así que un buen día, estaba jugando con mi primito y recordé esa escena, entonces pensé que podía intentarlo con el (lo que vi en la peli fue un anal, así que por obvias razones pensé que podía con el), estábamos en el frente de la casa, unos pequeños arbustos tapaban nuestros cuerpo hasta la mitad, pero no me pude resistir, lo levante, le baje el interior que llevaba, pude ver esas nalgas blanquitas, con aroma de bebe y mientras le hablaba del arbusto y de sus flores, saque mi pene (que no media mucho en ese entonces), le abrí las nalguitas y vi su culito, rosadito y tan lindo, pero no quise meterle mi pene, aunque tenía ganas, pero temía que el también quedara embarazado (inocencia infantil), solo le metí mi pene entre sus nalgas, senti como me apretaban, era divino sentir mi pene ajustado entre sus nalguitas y empecé a moverme para atrás y adelante, me sentía en la gloria, de un momento a otro olvide que estábamos en el frente y veía que muchos niños pasaban, nos veían y no decían nada, solo seguían caminando, pero eso no me importaba, mi primito y yo estábamos calladitos disfrutando los dos.
Empecé a moverme más rápido, mi respiración era más profunda y mi primito estaba inmóvil disfrutando, luego de unos 15 minutos (creo), sentí un gran escalofrió por todo mi cuerpo que me hizo temblar y mi pene daba saltitos, no sabía que era, pero me gusto y me dejo temblando, le levante el interior a primito y me guarde mi flácido pene, solo para caer ambos acostados en la grama, veía que mi primito tenía una erección, pero como su mama de pronto apareció, ni me atrevía a agárrala por accidente.
Luego de ese día, esas experiencias se repitieron muchas veces más, pero eso es otro cuento, que quizás se los escriba después.
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