Mi primera vez como pasivo 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Jeison y yo nos convertimos en amantes inseparables, siempre que podíamos nos hacíamos un 69, nos mamábamos las vergas el uno al otro hasta que nos escurríamos en la boca del otro, o bajamos al trastero y él me cacha y luego lo cacho yo a él.
Cuando volvemos al monte donde mi hijastro me había roto la cola, yo me bajo el pantalón y voy andando así con mi cola al aire, dejando que Jeison juegue con mis nalgas y terminamos cachando como locos.
Una tarde estaba yo haciendo un mandado y pase por un sex shop, y vi un juguete sexual, largo, en sus puntas era como si terminara como una cabeza de verga y la compré.
"Mira lo que compré", le dije a Jeison, dejando que él guarde ese juguete, no quería que mi compañera lo descubra.
Una tarde cuando estábamos yendo al monte, íbamos caminando de la mano, nos íbamos besando, mi hijastro metía su mano dentro de mi pantalón y me acariciaba las nalgas y yo hacía lo mismo, o íbamos caminando, con la verga del otro en nuestra mano, entramos al monte y nos besábamos con pasión con mi hijastro, nos íbamos bajando los pantalones, las manos acariciaban la cola del otro, nuestras vergas se rozaban, hasta que entre beso y beso, nos quitamos los pantalones y los dejamos tendidos en el pasto, ya que era muy duro y nos podía hacer daño, yo me acosté boca arriba y mi hijastro se acostó sobre mi, pero al revés, metiendo la verga en la boca del otro y así nos estamos mamando las vergas cuando siento como mi hijastro empieza a pasar saliva por mi chiquito, y yo a lamer su ano también, Jeison fue a buscar el juguete mientras yo me ponía en cuatro patas en el suelo del monte y mi hijastro empezó a meterme una de las puntas del juguete en mi cola, haciendo que gima de placer a medida que me iba metiendo el consolador, y él mismo se puso en cuatro patas y se empezó a meter la otra punta, hasta que empezamos a movernos para atrás, haciendo que ese juguete se vaya metiendo dentro de nuestras colas, hasta que las nalgas de ambos quedaron pegadas con todo el juguete sexual metido dentro de nuestras colas, nos movíamos haciendo que nuestras nalgas se rocen entre si, "Justo, quédate así, no te muevas", me dijo, sacando la parte que estaba dentro de mi cola y siento como me agarra de la cintura y acomoda su verga contra mi chiquito y mete toda su verga sin ninguna dificultad dentro de mi cola, ya que mi ano esta completamente abierto, y empieza a cacharme así, yo estaba en cuatro patas y él sobre mi, pegando bien su cuerpo contra mi nalgas moviendo su verga dentro de mi cola, pero cuando me giro mi cabeza, mi hijastro me estaba cachando, pero no se había sacado la parte del juguete que tenía dentro de su cola.
Me siguió cachando hasta que siento como su verga empezó a palpitar dentro de mi cola, señal de que me estaba llenando de leche.
Sacó su verga de mi cola y me empezó a mamar la verga, hasta que me hizo que me escurra en su boca, pero yo le dije que no trague la leche, así cuando termine de escurrir mi leche en su boca, nos besamos y él me pasaba mi propia leche a mi boca y yo se la devolvía, hasta que tragamos un poco cada uno.
Si bien no era la primera vez que tragaba leche, ya que siempre se la trago a mi hijastro, si era la primera vez que tragaba mi propia leche.
La relación con mi hijastro se hacía cada vez mas profunda, hasta mas de una vez dormimos juntos cuando mi compañera por razones de trabajo no estaba en casa, nos quedábamos dormidos con nuestras colas llenas de la leche del otro.
En mi cabeza empezaba a dar vueltas la idea de probar otra verga, mas gruesa que la de mi hijastro, quería sentir como otro hombre me cachaba, a ver que sentía, pero la pregunta que me daba vueltas en la cabeza era con quien, pero tampoco quería que mi hijastro se entere, ya que me sentí como si lo estuviera traicionando, ya que él había sido el primero en mi vida.
En mi trabajo ni lo pensaba, hasta que un sábado me dicen de hacer un servicio extra, en una nave, que servía de gomería.
Yo dije que sí, ya que eso me suponía ganar mas dinero.
El servicio era de las diez de la mañana a las ocho de la noche.
Cuando llego, estaban los operarios trabajando y en seguida cruce mirada con un hombre muy fuerte, de barriga abultada, estaba todo sudado por el trabajo que estaba haciendo, ahí a las dos de la tarde ya cerraban, así que a esa hora todos se fueron a bañar y yo verifique que todo estuviera bien cerrado, hasta que se fuera el último y cerrar la puerta principal y esperar a que venga mi relevo.
El último en irse fue ese hombre con el que habíamos cruzado algunas miradas.
Como a las dos horas de estar ahí, escucho que tocan el timbre de calle, atiendo por el telefonillo,que tenía una cámara de seguridad y veo que es el hombre ese que nos mirábamos, me dice si lo dejo entrar, que se había olvidado no se que en su taquilla y lo deje entrar, lo acompaño hasta el vestuarios, donde empezó a rebuscar en su taquilla, yo no dejaba de mirarlo e imaginar como sería su verga, estábamos los dos solos en el vestuario y no había nadie en la nave, así que haciéndome el tonto me acerque a él y como si hubiera sido un accidente, pase mi mano por su verga, él ni se inmutó, pero sabía que había sentido mi mano acariciar su verga, y volví a pasar mi mano por su verga, y él la agarro, sin dejar que la saque, nos miramos y yo seguía acariciando su verga, que se notaba como se iba poniendo dura dentro del pantalón, "te gusta la porra de carne?", me dijo, abriendo su pantalón y dejando fuera su verga, no era larga, pero si gruesa, yo sin decir nada, deje la porra reglamentaria que uso sobre una banca, me agache y le empecé a mamar su verga, mientras ese hombre gemía, movía su cuerpo haciendo que su verga entre y salga de mi boca y acariciaba mi cola por encima del pantalón.
Yo estaba como loco mamando esa verga gruesa, nada que ver con la mi hijastro, estaba nervioso, aunque me había metido juguetes sexuales en el chiquito, no sabía que iba a pasar metiendo semejante verga en mi cola, "quieres bajar tu pantalón así te meto la polla y te follo?", me dijo, acariciando mi cabeza mientras yo no dejaba de mamar su vergota.
Yo no decía ni una sola palabra, me enderecé, me desabroché el pantalón y me lo baje hasta los tobillos, dándole la espalda, me paso saliva con mis dedos por mi chiquito, me agacho y me abro las nalgas, ya estaba entregado, me iban a cachar y no es mi hijastro quien lo iba a hacer, ese hombre, que ni nuestros nombres nos dijimos, me acomoda su verga contra mi chiquito, yo temblaba de nervios y ansias de que me meta su vergota en la cola, quería saber que se sentía ser cachado de verdad, "haaaaaaaa", digo, cuando hace una fuerza seca y su verga empezó a entrar en mi cola, yo seguía agachado y abriendo mis nalgas, gimiendo a medida que ese empleado de la gomería me estaba cachando, sentía como metía su verga en mi cola, como me abría el chiquito, "este culete ya esta roto", me dijo, pegando mis nalgas a su pelvis, tenía toda la verga de ese hombre dentro de mi cola, sentía como la movía despacio, como me hacía disfrutar de su verga cachando mi cola, yo gemía de placer a medida que ese hombre me cachaba despacio, "te gusta que te follen, he, tienes un culete goloso", me decía metiendo y sacando su verga de mi cola, haciendo que solo gima de placer al sentir como me cachaba, "si, me gusta como me estas cachando", le dije entre gemidos de placer, abriendo lo mas que podía mis nalgas, y su verga entraba y salía de mi cola, dándome un placer tremendo, "como me gusta follar mariquitas", me decía haciendo que gima de placer con los movimientos que hacía con su verga dentro de mi cola, "te gusta mi polla mariquita", me decía sin dejar de cachar mi cola, abriendo mi chiquito como nunca lo tuve, ni con los juguetes sexuales que usamos con mi hijastro
"si, me encanta tu verga", le dije, dejando que me cache y me haga disfrutar como estaba disfrutando, "quieres la lechita en la boca o en el culete mariquita?", me decía acelerando las embestidas que hacía con su verga en mi cola, "en la boca, quiero tu leche en la boca", le dije desesperado de placer, siento como me saca la verga de la cola y agarrando mi cabeza me mete su verga en la boca, haciendo que se la mame, hasta que dando casi un grito, siento como empiezan a salir chorros de leche de su verga, espesa, caliente, estaba extrañado de mi mismo al sentir tanto placer tragando la leche de ese desconocido, sentir como me palpitaba mi chiquito de como me había cachado, haber sentido tanto placer, un placer que jamás imagine sentir, hasta que dejo de escurrir su leche en mi boca, yo trague todo sin sacar su verga de mi boca, se la lamí toda.
Nos arreglamos la ropa, "te gustó mi porra de carne se nota", me dijo, pasando su mano por mi cola, hasta que llegamos a la puerta de salida, donde se fue y hasta ahora no lo he vuelto a ver, pero si lo sigo recordando.
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