MI PRIMERA VEZ. EL ABOGADO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Un viernes ayudé a un señor serio, mayor, de unos cuarenta y cinco años quien me dio una buena propina. Seguí pendiente de él todos los viernes estando listo a ofrecerle mis servicios y siempre me daba una excelente propina. Como al mes y medio de estarle ayudando todos los viernes con el mercado, me dijo que si tenía tiempo y le ayudaba a sembrar unas palmas en un predio cerca al pueblo a lo que accedí sin reparos.
La tarea no duró mas de 1 hora y me recompensó generosamente, regresando en su auto y me dejó en el mercado público. Al viernes siguiente cuando termino de mercar, me preguntó si tenía tiempo disponible, como dos horas manifestándole que sí y al preguntarle que tenía para hacer me dijo que en el camino a su casa me lo explicaba. Una vez entre el mercado a su apartamento y al preguntarle que tenía para hacer, me dijo que no estaba seguro de hacerme la propuesta pues se trataba de una cosa indecente, y que si aceptaba me daría una buena propina, superior a lo que me había dado por todos los acarreos que le había hecho. Al conocer su ofrecimiento le expresé sin duda alguna que aceptaba hacer lo que fuera con todo gusto y sin esperar a que terminara de hablar expreso: sexo. Que cosa? Le pregunte y repitió lo que oíste: sexo. En ese momento sentí un escalofrió que recorrió todo mi cuero y por primer vez me detuve a mirarlo como un hombre. Era de mediana estatura, yo creo que 1,75 metro, tez bronceada, manos fuertes, de cuerpo atlético, a pesar de su edad, bien vestido y usaba unas lociones que me parecían fabulosas. Por mi parte tenía 16 años de edad, cabello castaño oscuro, delgado pero por mi trabajo tenía el cuerpo bien formado. Me mire de pies a cabeza y me di cuenta que llevaba puesto un jean ajustado, sucio por el trabajo, una camiseta playera azul, tenis y cachucha. Con voz entre cortada por la emoción o por la excitación que me iba llegando le dije que estaba bien, pero ignoraba lo que debía hacer pues no tenía experiencia alguna.
El señor, con toda naturalidad entró al baño y me paso una toalla grande diciéndome que me quitara la ropa, habiendo puesto a llenar la bañera, regresando al baño donde se desvistió regresando con una salida de baño blanca. Me invitó al baño donde se quito la salida quedando totalmente desnudo procediendo a meterse en la tina, invitándome a seguirlo. Me di cuenta que tenía una erección, observando que su pene era regular tirando a grande, unos 17 cm, grueso y con bello púbico corto o rasurado, experimentando un nuevo escalofrió lo que generó mi erección. Ya en la tina el señor se sentó a mi lado, pasando su brazo derecho por mi espalda acercándome a su cuerpo, sintiendo cierta tranquilidad y mayor excitación. Sentí como me iba tocando, con la mano izquierda, la pierna, subiendo hasta mi zona mas íntima, tomando mi pene con mucha suavidad haciéndome llegar a mi máxima excitación. Luego siguió acariciándome el ano introduciendo suavemente uno de sus dedos.
Me pidió que me pusiera de pié, introduciendo en su boca mi pene , succionándolo con cierta ansiedad lo que me puso a mil. Seguidamente tomo una crema trasparente que tenía en una caja, poniéndome lubricante en mi ano, introduciendo en él nuevamente uno de sus dedos y luego dos produciéndome una sensación agradable. Luego me hizo sentar sobre él, de frente suyo, besándome el pecho, el cuello y la boca levantándome suavemente y acomodando su pene en mi orificio, sin presión mayor, pero por mi peso corporal y el lubricante, sentí como se iba introduciendo en mi interior sin causarme dolor alguno. Seguidamente me abrazó con fuerza por la cintura, presionándome hacia abajo sintiendo como su pene llegaba hasta mis entrañas causándome cierta incomodidad o dolor tenue el que se convirtió rápidamente en un gran placer relajante, seguramente por el efecto del agua tibia de la tina. Poco a poco su movimiento se fue acelerando, el que con el movimiento del agua se realizaba sin mayor esfuerzo hasta que se hizo muy rápido viendo como el señor se convulsionaba de placer sintiendo como su pene bombeaba dentro de mí su semen espeso.
Con una de sus manos tomó mi pene siguiendo el rimo suyo haciendo que yo eyaculara, igualmente con un estremecimiento de placer que recorrió todo mi cuerpo cosa que hizo que mi ano se contrajera con fuerza y sintiera mayor placer al sentir su grueso pene dentro de mí, quedando abrazado fuertemente con él. Seguidamente me besó de nuevo, haciendo que me sentara a su lado, acariciándome todo el cuerpo, viendo como mi erección no cedía sino que seguía con mucha excitación.
El señor se recostó en la tina, sacando sus piernas abiertas por fuera de ella, apoyándolas en los costados, haciendo que me acostara en medio de sus piernas sobre él, tomando mi pene y acomodándolo en su ano, presionando mi trasero sobre sí hasta que entró hasta el fondo. Yo de inmediato empecé con mi mete y saca yo creo que por unos 5 minutos hasta que me vine dentro de él quedando extenuado encima suyo.
Esta fue la experiencia mas agradable que he tenido hasta la fecha, sin que haya vuelto a encontrarme con el señor, enterándome al mes siguiente, cuando quise verlo de nuevo y al pasar por su apartamento, que era un abogado que se había mudado a Bogotá.
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