Mi primera vez en la primaria

Hola! Este es mi primer relato en esta plataforma y espero que les guste. La mayoría de lo que pasa aquí es verídico y fue hace mucho tiempo. Era aún tan chico que ni siquiera sabía que ya había iniciado mi vida sexual sin pensarlo o planearlo.
Mi nombre es Antonio, aunque todos me llaman Tony y esta es la historia de como inicié mi vida sexual sin siquiera saberlo

Por fin estaba en la primaria! Estaba súper contento de por fin ser más grande y conocer muchas personas nuevas ya que era un nuevo colegio. Al principio fue difícil ya que la mayoría se conocía desde el kinder y yo era el chico recién ingresado, pero después hice dos amigos muy cercanos, una chica llamada Melanie y otro chico que se llamaba Diego.

Los tres éramos inseparables, aunque a veces estábamos un poco separados, a veces yo estaba con Diego, otras con Melanie, otras juntos, otras veces nada más eran Diego o Melanie. Diego era un chico alto para la edad que teníamos en ese entonces al igual que yo y tenía una piel morena de un lindo tono canela, su cabello siempre lo traía muy corto y tenía unos labios muy gruesos; mientras que en esa época yo era muy blanco y muy delgado, aunque tenía una estatura bastante envidiable y siempre he sido de partes prominentes como mis nalgas y mis piernas.

A un cuarto del ciclo escolar nuestra profesora de inglés desapareció de manera extraña y misteriosa dejándonos con unas cuantas horas libres en la mañana en las cuáles nos dejaban salir a jugar o nos ponían a ver alguna caricatura en la sala audiovisual. Ahí es cuando básicamente inició nuestra extraña aventura…

Un día muy temprano Diego y yo éramos los primeros en llegar al colegio además de algunas chicas y obvio las profesoras. Yo tenía la mala costumbre de siempre entrar al baño siempre que llegaba a un lugar y Diego tenía algo parecido, entramos al baño ambos y los mingitorios estaban algo altos para nuestra edad así que ambos íbamos a entrar al privado, cuando a mi y a Diego se nos ocurre algo raro y sucio…

D: —La mayoría de estos están muy sucios!

T: —Aquí hay uno limpio!

Entre al único cubículo limpio y le miré mientras el entraba detrás de mí.

D: —Tengo que entrar muy urgente, me hago pipí!

T: —Yo estoy igual, pero solo hay un cubículo libre.

D: —Y si entramos en el mismo?

Diego soltó mientras entraba detrás de mí al cubículo y cerraba la puerta sin seguro aún esperando mi respuesta

T: —Si, solo hagámoslo

D: — No te importa verme él…

Diego señaló su pantalón el cual empezaba a abrir.

T: —Jamás he visto otro más que el mío, pero no importa, solo quiero hacer pipí.

D: —Igual! Quieres hacerlo a la cuenta de 3?

T: — Vale!

Diego y yo contamos juntos y a la cuenta de tres bajamos nuestro pantalón hasta las rodillas y empezamos a hacer pipí, yo estaba súper nervioso ya que el mío era muy diferente al de Diego pero trataba de no verlo y de no decir nada.

D: —El tuyo es muy diferente al mío! Es un poco más blanco y tienes un poco más de la bolsita de abajo.

T: —El tuyo igual, además de que tienes piel en la punta!

Yo estoy circuncidado y Diego todavía tenía su piel extra en su punta. Y después de hacer pipí ambos nos quedamos ahí sin saber que más hacer, aún con los pantalones abajo y viendo nuestros penes con curiosidad hasta que yo rompí el silencio

T: —Te gustaría tocarlo? Obvio yo también tocaría el tuyo…

Diego solo asintió con la cabeza sonriendo y tomando mi pene entre sus manos al igual que yo hice con el suyo. Nos quedamos así un rato, Diego sonreía al igual que yo mientras me miraba y se acercaba. Estábamos tan chicos que solo lo envolvimos con la mano, no sabíamos que era la masturbación y tampoco teníamos la edad suficiente para tener una erección de manera propia más que un poco duro.

La campana de entrada sonó y sabíamos que teníamos que salir, no sin antes lavarnos las manos, pero…

D: —Te gustó?

T: —Se sintió raro pero rico. Y a ti?

D: —Me gustó mucho, podría volver a hacerlo

Diego en ese momento se llevó su mano a la nariz y después de frotarse por comezón olió su mano

D: —Espera! No laves tu mano, primero huele!

Dijo emocionado a lo que yo lleve mi mano a la nariz, olía algo raro, como salado y a pipí. Algo que no me incomodaba y de hecho me hacía sentir algo raro. Ambos salimos de ahí no sin antes jurar que jamás diríamos lo que hacíamos, el escupió en su mano y yo también lo hice en la mía y nos dimos un apretón sonriendo por lo que acabamos de descubrir.

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Después de una semana ninguno de los dos dijo algo y solo seguíamos siendo amigos normales y todo eso. Con la única diferencia de que el día que íbamos a la sala audiovisual Diego usaba la oscuridad para agarrarme la mano debajo de varias chamarras mientras sonreiamos y veíamos las caricaturas.

Unos días más tarde Diego y yo decidimos que queríamos ir al baño de nuevo juntos y que el tenía algo que enseñarme. Yo solo asentí y acordamos ir juntos al día siguiente, yo siempre llegaba muy temprano y el llegaba un poco después, yo lo esperaba ya en el privado y el tocó la puerta entrando.

T: — Hola! Qué era eso que querías enseñarme?

Diego sonrió y se bajó su pantalón y se me quedó viendo sonriente.

D: —Baja el tuyo.

Seguí sus órdenes y me le quede viendo.

D: —Ahora súbete a la tasa.

El chico cerro la tapa del WC la cuál era muy dura, lo suficientemente para aguantar mi peso y subirme de manera torpe aún con los pantalones.

T: —Listo, ahora, por qué…?

De pronto Diego metió mi pene a su boca y lo saboreó entero pasando su lengua por todos lados lo cual me dejó confundido y extasiado. Se sentía rico, caliente y muy raro.

T: —Espera! Eso seguramente es sucio. No pares!

El sonrió mientras sacaba mi pene de su boca el cual estaba cubierto de saliva y tenía los pequeños hilos de baba que iban de mi miembro a su boca.

D: —Te gustaría intentarlo?

T: — Cómo sabe? Sabe bien?

Dije algo nervioso mientras que el sonrió y yo solo asentí mientras me bajaba del WC.

D: —Es algo salado y sabía muy bien, nada extraño, raro…

Yo solo sonreí mientras el subía con su pantalón abajo y una vez lo tuve enfrente de mi solo abrí la boca y lo empecé a chupar.

Creo que ese fue el momento que me di cuenta que me encanta chupar vergas y que quería hacerlo casi siempre

El solo abrió los ojos de manera enorme y agarró mi cabeza dándome un masaje.

Dure un tiempo moviendo mi lengua alrededor de su pene (en ese tiempo eran ambos algo chicos, lo suficiente como para tenerlo entero en la boca) hasta que el lo saco viéndome con una sonrisa.

D: — Lo hiciste muy bien! Se sintió impresionante!

El bajo del WC y sin pregúntame o hacer algo se acercó a mí y planto un beso largo y algo torpe, medio su lengua y yo solo seguí para después sonreí saboreando su boca con sabor a mi pene y a pasta dental infantil sabor goma de mascar.

Después de eso casi hacíamos eso a diario y siempre intentábamos cosas nuevas.

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Una tarde antes del recreo ambos traíamos dinero para comprar en la cafetería y decidimos hacer un plan, compramos varios caramelos dulces, mentolados, con chile, goma de mascar.

Al principio empezamos a besarnos solamente y nos pasábamos los dulces de boca a boca, jugábamos con la goma de mascar y seguíamos así. Hasta que me subí a la taza, el sonrió y se metió uno de los caramelos dulces y empezó a chupármela hasta que al igual que el yo hice lo mismo.

O también esa misma tarde nuestra profesora decidió darnos como premio una tarde en la sala audiovisual. Diego y yo nos sentábamos juntos mientras que Melanie siempre estaba con otro chico que no nos agradaba del todo así que estábamos atrás juntos.

Diego puso su suéter sobre mi pantalón y abrió el cierre y el botón metió sus manos en mi calzón y agarró mi pene sonrió y me dijo que hiciera lo mismo.

Y así yo también lo hice, así duramos por un rato juntos con las manos en el pene del otro hasta que de manera extraña el cambio su mano hacia la parte de atrás y estuvo jugando con mi agujero, solamente que no hubo penetración

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Y así duramos lo que restaba del año escolar, haciendo cosas sucias sin saberlo y disfrutando de experimentar con un millón de cosas. Hasta que el año terminó y por azares del destino ambos nos salimos de la escuela, nos despedimos con una última vez ya que ambos iríamos a colegios diferentes por problemas en el que estábamos.

D: —Quiero intentar algo, me dejas?

Estaba tan enamorado de el que solo asentí sonriente, estaba arriba del WC y el en pidió que me bajara. Me dio la vuelta y metió su cara entre mi culo empezando a chupar mi agujero y jugar

T: —Wow! Se siente bien!

Se sentía raro, sucio, pero bien. Duro un buen rato jugando con su lengua detrás hasta que en algún momento se puso detrás y trato de meterme su verga, como lo dije antes eramos tan pequeños que era imposible tener una erección, tal vez un orgasmo, pero una erección o tal vez sacar algo de esperma era imposible.

Después de un rato de intentar y frotarse solo me beso y me puso delante de la tasa del baño

T: —Quiero hacer pipí!

Dije mientras el seguía frotándose agarró mi pene y lo puso frente a la taza, me ayudo a orinar, aunque sin notarlo no me di cuenta que si mano se había manchado un poco.

El solo sonrió y se llevó sus dedos a la boca y a la mía. Nos despedimos besándonos lo que quedaba del día y después de eso no lo volví a ver.

Un final bastante triste, seguramente ahora debería de ser un dios en la cama y seguramente alguien muy sucio. Además, nunca supe de dónde sacaba tanta creatividad e ideas y tiempo después pensándolo solo podría pensar que lo sacaba de casa y de sus papás, pero eso es otra historia…