Mi primera vez fue con dos amigos de la iglesia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Esto ocurrió hace ya muchos años atrás. Tengo cerca de cuarenta y en ese entonces acababa de cumplir 18.
Mi nombre es Alberto aunque todo el mundo me dice Tito. Desde niño asistía con mi madre a una iglesia evangelista de esas que prohiben todo. El alcohol, el cigarrillo, el baile….todo era pecaminoso. Ni hablemos del sexo. Las relaciones sexuales antes del matrimonio eran pecado y las homosexuales caían en la categoría de abominación, más o menos como el pecado de los pecados. Se predicaba mucho sobre los "pecados de la carne" (hoy pienso que muy poco sobre la injusticia, las inequidades, el hambre, la desnutrición infantil y algunos otros verdaderos pecados de la humanidad – pero no es mi intención hablar de religión sino de mi iniciación sexual en ese contexto).
Uno de mis grandes amigos, en realidad mi mejor amigo, en la iglesia (y hasta estaba mal visto tener amigos afuera de la iglesia) era el hijo menor del pastor, se llamaba David. David, que era sólo dos meses menor que yo, era un verdadero dolo de cabeza para su padre. Se iba a excondidas a bailar, tomaba cerveza y su "vida pecaminosa" (pecaminosa por hacer estas cosas) era motivo de mucha preocupación entre el círculo íntimo de los líderes de la iglesia, ya que un hijo de pastor debía ser ejemplo de buena conducta……….
Por ese entonces llegó a la iglesia y aceptó la fe y se hizo bautizar un joven de 19 años llamado Fernando. Hacía sólo tres meses que Fernando asistía y ya nos habíamos hecho, David y yo, grandes amigos suyos. Era un tipo genial, buena pinta (buena presencia), alegre, le gustaba hacer chistes, contar cuentos a veces "subidos de tono" para nuestros evangélicos oídos pero que en el fondo nos gustaban. Un tipo sumamente querible.
Nos anotamos los tres para ir a un retiro espiritual y junto con más de un centenar de jóvenes de nuestra edad de todo el país pasamos una semana entre oraciones, adoctrinamiento y algo de diversión (sumamente inocente) provista por los que participábamos con un poco de ceño fruncido de los líderes que esperaban que todo fuera profundamente serio y motivadora de cambios para bien en todos los que participamos. Uno de los líderes principales de esos momentos de diversión era Fernando y nosotros nos sentíamos orgullosos de ser su entorno más cercano.
Uno de los temas del retiro tenía que ver con la "santidad del sexo". Cada día recibimos una conferencia sobre lo sagrado que era el sexo, sólo dentro del matrimonio, sólo con deseos puros, sólo dando gracias por la maravilla de la creación, etc. Algo de anatomía relacionada con la maravilla de la creación hablándonos de óvulos y espermatozoides pero muy poco de lo que a nosotros desde hacía años nos interesaba saber sobre la relación en sí. Hoy liberado en mi lenguaje diría que lo que nos interesaba saber era cómo era cojer. Cómo se usaba la verga. Cómo darle placer a una mujer. Bueno más allá de estos detalles, la convivencia durante esta semana nos acercó mucho a Fernando a David y a mi de tal manera que yo ahora sentía que tenía dos "mejores amigos" y que creo que esto era mutuo. Estábamos muy unidos y con un sentimiento de cercanía "espiritual" que iba más allá de lo religioso.
David era el hijo menor del pastor, como ya les conté, y era el único que vivia con sus padres, los dos más grandes estaban casados y tenían su propia familia. Sucedió, dos semanas después del retiro, que los padres de David tuvieron que viajar por un asunto relacionado con la iglesia, estarían afuera una semana y David quedaría al cuidado de la casa. Fue muy fácil conseguir el permiso para que Fernando y yo nos quedáramos a dormir con él esa semana para hacerle compañía (durante el día cada uno tenía su propia actividad).
Un deseo secreto que David y yo habíamos compartido era que Fernando pudiera hablarnos de cómo era realmente el sexo ya que él, antes de unirse a la iglesia, había tenido una vida muy activa en "actividades pecaminosas" que a nosotros nos intrigaban y al menos en mi caso producían algún tipo de morbosidad (aunque no aceptada como tal).
Decidimos dormir todos juntos en la habitación de David. La habitación era demasiado ajustada para tres personas así que sacamos la cama y pusimos dos colchones juntos para dormir los tres uno al lado del otro. David y yo usábamos pijamas (casi como que eso era parte de la castidad de vida impuesta, rechazando cualquier tipo de desnudez), pero Fernando no trajo pijamas porque estaba acostumbrado a dormir practicamente desnudo sólo con su boxers. Para qudar todos igual David y yo tiramos fuera los pijamas y nos quedamos todos en boxers.
Esa misma noche, la primera, sacamos el tema del retiro y las charlas sobre sexo que nos habían dado. Le contamos a Fernando nuestro deseo de saber más.
Una de mis preocupaciones más secretas era el tema del tamaño. Me atreví a abrir el fuego con ese tema. Cuánto mide una pija "normal"? (me atreví a decir pija y me pareció que mi boca se había ensuciado). Cuál es el tamaño adecuado para hacer gozar a una mujer?
Yo: – Muchas veces he pensado que mi pija (me parecía tan raro decir "pija" y no pene o miembro) es un poco chica.
Fernando: – Te la mediste alguna vez?
Yo: – No nunca. Pero no mide mucho más de quince centímetros y no es muy gruesa.
David: – La mía debe ser más o menos parecida, aunque yo nunca me preocupé mucho.
Como siempre me baño en el club me he comparado con otros, con la pija dormida por supuesto, y me pareció que la mayoría somos más o menos iguales. Salvo algunos que la tienen más grandes y otros que son medios caballos. Pero son los menos. He oído decir que el tamaño no importa tanto sino saber usarla. A mi me preocupa más que no sé cómo hay que hacer para usarla bien. Qué decís vos Fernando? Vos tenés mucha experiencia.
Fernando: – Bueno, en el caso de ustedes creo que no importa tanto el tamaño como saber usarla. Quizás en mi caso es distinto pero de eso podemos hablar después. Porqué no me las muestran y las medimos.
Para esa altura yo tenía la pija completamente parada y después me di cuenta que David también. David en señal de asentimiento se levantó y sacó una regla de su escritorio que estaba justo enfrente nuestro, a los pies de los colchones en el piso.
Me dio un poco de verguenza, pero era tal el sentimiento de afecto a mis amigos que me uní a David en el acto de bajarnos los boxers y quedarnos en pelotas frente a Fernando. Nuestro amigo y consejero en los temas que nuestros padres y la iglesia nos habían dejado ignorantes y confusos. 15 x 3,5 y 15 x 4 fueron las medidas mías y de David respectivamente.
Fernando: – No tienen una pija que se pueda decir grande, pero hay otras más chicas. Sabiendo usarlas bien pueden hacer bramar a cualquier hembra y tener una docena de hijos…..
Fernando nos habló de cómo era una mujer, del clítoris, de las caricias, del orgasmo. Lo llenamos de preguntas. No nos habló de su propia experiencia más bien nos habló como un profesor que sabe bien del tema. La verdad es que sabía mucho de todos esos aspectos reales y prácticos de los que nadie quería hablarnos en la iglesia (mejor dicho "de eso no se habla"). Se hicieron las dos de la madrugada y decidimos que seguiríamos la noche siguiente porque había que levantarse temprano al día siguiente.
No podía esperar a que llegue la noche. Quería seguir hablando de sexo, de pijas, de conchas, de cojidas, de orgasmos, de clítoris, etc.
Llegó la noche. Ansiosos nos acostamos en los colchones, Fernando en el medio, y seguimos con la charla. Más preguntas, montones de preguntas. Hasta que en un momento David le hizo una pregunta muy directa a Fernando:
David: – Ayer cuando hablábamos del tamaño de la pija vos dijiste que en tu caso era distinto. Qué quisiste decir. La tenés muy chica?
Fernando: – No. Mi problema es que la tengo demasiado grande. Muchas mujeres se asustan y no quieren cojer conmigo porque tienen miedo que las desgarre si se la meto toda. La vagina se puede estirar bastante de ancho y de largo pero no tanto. Yo les prometo que voy a tener cuidado pero en muchos casos no hay tu tía.
Yo: – Pará. Que nos estás queriendo decir que sos un super dotado.
Fernando: – Yo no diría super dotado. Mas bién demasiado dotado. Los únicos que se atreven a aguantarla son los hombres. He tenido muchas más relaciones con hombres que con mujeres.
David: – Uy, uy, uy…. Esto toma un camino toalmente inesperado. Si mi papá oyera esta conversación le da un infarto. Pero primero de todo, porqué no nos mostrás tu pija?
Fernando: – Creo que es justo. Yo vi las de ustedes. Pero por favor no se burlen.
Yo sentía algo muy extraño. Mi morbo estaba a mil y mi pija dura como un palo, como decimos en la Argentina: completamente al palo.
Fernando se arrodilló, se bajó el boxer y salió disparado su instrumento, de piel bien oscura, muy grueso y larguísimo. Automáticamente David y yo también nos habíamos sacado los boxers (no sé porqué lo hicimos pero estábamos los tres en pelotas y con las pijas al palo). David buscó la regla.
David: – Dejame que te la mida.
Fernando: – Dale, medila.
Hubo una diferencia, tanto David como yo nos habíamos medido nosotros mismos nuestra pija y no uno a otro. Ahora David estaba agarrando la pija de Fernando y midiéndola. 25×6. Pero no la soltó, se quedó con la pija de Fernando en la mano, con la mano abajo como sosteniéndola.
David: – Y cómo es eso de que cogiste más con hombres que con mujeres.
No le soltaba la pija, estaba como extasiado.
Fernando: – En primer lugar no tiene nada de malo.
Y allí nos explicó cómo los religiosos se equivocaban mucho cuando condenaban todos los temas sexuales y que eran interpretaciones equivocadas de los escritos sagrados.
Davbid soltó la pija durante la explicación pero se quedó con la mano cerca y mirándola como con cariño.
Yo: – Y qué se siente al cojer con un hombre? A vos también te cojieron?
Fernando: – Claro que me cojieron, cuando acordamos hacerun ida y vuelta. Una vez que te acostumbrás la sensación es maravillosa. Es muy difícil explicar lo que se siente cuando te meten una pija en el culo. En cuanto a ponerla también es fantástico y no sólo porque las mujeres se me escapen. Cojer con un hombre tiene lo suyo. Pero te aclaro que me gustan mucho las mujeres y me gusta cojer con ellas cuando me dejan.
David: – Pero ahora que venis a la iglesia, dejaste de hacerlo?
Fernando: – Porqué? El sexo no tiene nada de malo. El placer sexual, cuando no viola la voluntad ni la dignidad de la otra persona y hay respeto mutuo se puede considerar tan sagrado como cojer en el matrimonio. El bueno, te desestresa, es saludable!!!!
David: – (volviendo al tamaño). Pero qué aparato!! Es realmente fabuloso. Y no estás circuncidado (David lo estaba). Te la puedo tocar de nuevo.
Fernando que todavía estaba de rodillas y con la pija al palo se dobló hacia adelante y se la acercó a la mano de David que se estaba acercando. David la agarró y le hizo algunos movimientos masturbatorios tirando el prepucio para atrás. Apareció la cabeza, no grande pero suave y brillante. David siguió pajeando a Fernando suavemente.
Yo: – Puedo tocar, realmente me fascina.
Me uní a David. No sé cómo llegamos a eso pero en un momento David la tenía en la boca. Bueno, no toda la pija, la partecita que le cabía y yo había bajado mi mano a los huevos de Fernando, grandes y sin pelos, y se los estaba masajeando.
Al rato cambiamos, yo chupaba y Fernando masajeaba sus huevos, besaba sus tetillas y con otra mano acariciaba su cabeza y su espalda. Yo le tocaba el culo a David mientras chupaba a Fernando.
No sé como fue ocurriendo todo. Fue algo como instintivo. Seguimos así como por veinte minutos.
Fernando: – Despacio o me van a hacer acabar y todavía no quiero.
David: (casi en un susurro) Que será sentir esto en el culo?
Fernando: – Si te atrevieras experimentarías algo que nunca vas a olvidar de tan lindo.
Dvid: – Pero me va a doler?
Fernando: – Puede ser que un poco hasta que el culo se te adapte. Pero con una buena lubricación y haciéndolo con cariño en un ratito vas a estar suspirando de placer.
David no dijo nada más. Se levantó y saió de la habitación. Fue al baño. Trajo un frasco de crema para manos.
David: – Esto sirve para lubricar.
Fernando: – Seguro. Perfecto. Dejame ponerte un dedito.
David se puso en cuatro patas con el culo hacia Fernando y éste comenzó a jugar en su rajita, a acariciar la entrada de su ano, y lentamente a meter el primer dedito de los tres que terminaría metiendo en los próximos minutos.
Fernando: – Cómo vamos?
David: – Se siente lindísimo… seguí que me estás matando.
Después del segundo dedo.
Fernando: Y ahora? Molesta?
David: – Muy poquito. Seguí….seguí… Ya no molesta . Me gusta.
Lo mismo con el tercer dedo.
Fernando: – Duele?
David: Muy poquito. Dale, seguí. Así…..así…..
Yo no sé cómo llegué a esa posición pero yo estaba también en cuatro patas en posición paralela a David con el culo hacia Fernando ofreciendo mi culo. Fernando con la otra mano me comenzó a acariciar el culo, se puso crema en un dedo y comenzó el proceso. Tuvo que sacar los dedos del culo de David por un momento. David suspiró y medio que se quejó por la salida
Fernando: – No seas egoísta. Eso es pecado. Aquí hay otro culito con ganas de ser desvirgado. Después voy a dejar que ustedes me coja a mi para que entiendan que importante es compartir todo.
Llegó el momento, nuestros dos culos estaban lubricados y dilatados. Un cuarto dedo había entrado al final.
Fernando apuntó la pija al culo de David y la fue metiendo. Como era gruesa pero no cabezona (al contrario la cabeza era un poco más fina que el resto del tronco) entraron fácil los primeros dos o tres centímetros, yo me había levantado y estaba mirando lo que Fernando le hacía a David y luego me haría a mi.
Fernando: – Duele?
David: – Si. Andá despacito pero seguí. Siento que el culo se me está abriendo al límite imaginable. Despacio…..despacio por favor……….. Quedate un ratito quieto. No, no la saqués. Así….Así. ponemela despacito. Asiiiiii… Así……
Lentamente el trmendo mástil fue entrando hasta que los huevos de Fernando chocaban con el culo de David.
Fernando: – Me voy a quedar un ratito quieto pra que tu culo se acostumbre.
David: – Sí por favor. Me parece que me voy a partir en dos. Me duele bastante pero me gusta. NO puedo explicarlo. Me siento lleno, completo.
Fernando se quedó quieto y luego comenzó un mete saca lento y suave. Con movimientos cortitos al principio.
David: – Ay que lindo. Ay que lindo. Así…. ASí….
Siguió unos minutos de mete saca.
Fernando: – Bueno no hay que ser egoísta. Ahora le toca a Tito. Vamos a dilatarlo de nuevo un poquito.
Me volvió a meter los dedos con crema uno a uno. Entraron fácil. Yo hábía puestos el culo en pompa y sentí de pronto la cabez de la pija de Fernando en lugar de los dedos. La experiencia fue semejante a la de David. Me dolió bastante no voy a negarlo, pero gocé como nunca hubiera podido imaginar.
Fernando nos estuvo cogiendo a uno y otro por espacio de quince o veinte minutos. Después sacó la pija de mi culo, en el que estaba en ese momento, se dio vuelta y dijo
Fernando: – Ahora me toca a mi. Por favor dilátenme con dos o tres deditos y después me la meten.
Lo dilatamos, lo encremamos y lo cogimos con un cariño que muchos no podrían entender. Éramos amigos y ahora más que nunca.
Fernando suspiraba, gemía, se reía:
Fernando: – Así….así…. Que buenos cogedores que resultaron. Qué lindo. Denme más por favor….
Nos turnábamos para penetrarlo bien a fondo.
Fernando: – Estoy gozando como nunca. Ven que no tiene que ver con el tamaño sino con saber usarla. La puta que aprendieron rápido. Qué bien bque la usan!!! Vamos cojanmé con gusto. Ah….ah…..que lindo.
Finalmente sacamos nuestras pijas, nos pusimos los tres de rodillas con las pijas bien juntas mirándonos a los ojos con todo amor unos a otros y nos pajeamos hasta acabar tanta leche como nunca había logrado en otras pajas que me habían hecho sentir como si estuviera haciendo algo malo.
Esto no era malo!!! Nos queríamos, eramos amigos en profundidad, nos habíamos dado placer, con amor, respeto buscando la alegría del otro.
Nos abrazamos y nos acostamos. Eran como las tres de la madrugada. Estábamos transpirados pero no quisimos ir a bañarnos nos abrazamos con nuestra transpiración nuestra leche y nuestro cariño hasta la hora de levantarnos en que nos fuimos a bañar todos juntos.
Esa fue una semana inolvidable. Todavía hoy, de vez en cuando nos encontramos y gozamos aunque los tres estamos casados y con hijos. Ser bisexual no es un tabú pra ninguno de nosotros, auqnue desgraciadamente tengamos que mantenerlo en reserva. Hay muy pocos con los que se puedan hablar estas cosas con altura y sin prejuicios. Bueno, aunque sean pocos es bueno que los haya, incluso en el ámbito religioso.
Con Fernando aprendimos el sexo sin tabúes.
Seguimos siendo, a pesar de los años, los mejores amigos, Ah! También seguimos asistiendo a la iglesia, aunque no dejamos que los sermones del pastor nos afecten en ese sentido. Ya no tenemos miedo a que el sexo sea un pecado que nos mande al infierno, al contrario es una bendición para disfrutarlo. Pobre tipo el pastor, si supiera le daría un infarto. Por otro lado, no sabe lo que se pierde.
Yo también lo disfrute con dos miembros de la iglesia, pero ya no porque viven en otro país