Mi primera vez fue con dos amiguitos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Ocurrió cuando tenía 15 años, en diciembre de 1995. Soy delgado, trigueño, de 1.75 y atractivo, más por personalidad que por físico, aunque no estoy nada mal.
Mis dos mejores amigos contaban con 13 y 14 años: Pablo, Moreno, bajo de estatura, pero con un cuerpo perfecto y un aroma que aun hoy recuerdo y Alex, Blanco, alto y delgado; ambos lampiños para ese entonces.
Alex vivía en el apartamento junto al mío en el mismo piso y edificio y Pablo a dos calles. Un día nublado, jugando nintendo, Alex propuso que lo dejáramos y comenzáramos otro juego, uno que ya practicaba con Pablo y en el que querían incluirme. Catapiz (juego de mesa infantil), era lo que proponía, pero les dije ya estar grande para eso, a lo que respondieron que no se trataba del juego convencional, que ellos le decían así a otro tipo de juego. Pregunte curioso a que se referían y, decidido, Pablo, se levanto y se arrodillo a los pies de Alex, bajo su pantaloneta y comenzó a mamar su larga pero delgada cola, aun dormida pero que se animaba con los besos que le eran proporcionados por Pablo.
Pasmado y mudo, observe sin participar por unos minutos, pero la idea de ellos era incluirme en su jueguito. Alex con la pantaloneta en sus rodillas se dirigió hacia mi, yo me encontraba sentado en mi cama, con el control aun en mis manos, me lo quito y sus manos, que parecían expertas retiraron la corre que traía, desabrocho el botón de mi pantalón y bajo el cierre, dejando expuesta la carpa que formaban mis calzoncillos azules, a cuadros y mi delatadora erección. Por encima de ellos comenzó a morder mi glande suavemente. A Pablo le pedí que se acercara y baje so sudadera que ya mostraba la dote con la que había sido favorecido, sin dudarlo, aunque inexperto, me introduje su musculoso miembro a la boca; delicioso, ese fue el momento en que me enamore de su olor. No podía detenerme, jugaba con su prepucio y sus testículos como si de ello dependiera mi vida.
Ellos, aunque precoces en sus actos, no conocían la finalidad de una mamada… ésta fue su gran lección; la emoción que me proporcionaba aquel pedazo de carne morena y la mamada que recibía de Alex, lograron que inundara la boca del flaco y que este se echara para atrás, escupiendo fastidiado y aturdido, pues creía que me había orinado en él. Aparte, con pesar de mi boca ese pene perfecto y me vi en la necesidad de explicarle que era lo que había obtenido de mi por sus acciones, sugiriendo que se masturbara un rato largo y sin parar para obtener el mismo resultado. Se sentó obediente y comenzó con su ritual mientras yo me dedique a Pablito y su cola maravillosa, después de minutos que parecieron cortos, logre mi cometido con Pablo; sus testículos se contrajeron y broto de él, una cantidad nada reprochable de semen, que para ser su primera vez, lo hizo estremecer como si fuera electrocutado continuamente.
Después de limpiarnos, dedicamos el tiempo al videojuego, como si lo que paso, hubiese sido un mundo mas por pasar.
Catapiz Fue desde entonces mi juego favorito, lo hicimos durante unos cuatro meses después de la primera vez, e incluimo a dos jugadores más. Aun hoy lo practico; aunque no con ellos dos. Los dos se casaron y salieron del país.
Espero que haya sido de su agrado. Luego les cuento la incursión de los otros dos jugadores. Hasta pronto!
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