Mi Primera Vez, Parte 4
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por carlos.cifuentes280.
Después de un rato recuperando el aliento, nos levantamos y vestimos… y empezamos el camino de vuelta al campamento. Llegamos más o menos a la hora de almuerzo por lo que nos sentamos todos en una mesa a comer (todos los de mi carpa). Las horas pasaron y cada quien se fue a hacer alguna actividad. En mi caso, después de tremenda sesión de sexo, estaba exhausto, por lo que me fui de nuevo a la roca cerca del río a descansar mirando el paisaje.
Al parecer Christian no había tenido suficiente con la paja de la mañana, porque lo vi pasar en dirección a su “punto de desahogo” xD! Cansado como estaba dudé si seguirlo o quedarme descansando, pero había algo en Christian que me atraía enormemente, por lo que junté fuerzas y me acerqué sigilosamente a donde él iba. Cuando estábamos por llegar a su escondite, se detuvo pensativo a unos metros de este. Pensé en hablarle, pero había estado distante de mí desde que tuvimos nuestro encuentro la noche anterior. Justo cuando iba a dar la vuelta para alejarme de ahí, él se volteó. Su rostro mostró sorpresa durante una fracción de segundo, seguido de una risa, para luego transformarse en una mueca de tristeza, mientras bajaba la vista. Mi corazón dio un vuelco al ver aquella imagen.
No entendía por qué aquel adolescente me producía tales emociones, no sabía por qué al verlo triste me dañaba tanto. Solo atiné a dedicarle una sonrisa y emprender mi camino de vuelta a mi roca. Había dado un par de pasos cuando escuché que me decía:
C: Me seguías?
Y: No – Mentí, sin darme vuelta
C: Ah, Ok… Seguiré caminando… – Dijo con tono triste
Y: Espera – Le dije, volteándome… Fue cuando vi la cara más triste que he visto en toda mi vida. Sentí mucha pena por él.
Y: Te pasó algo? – Le pregunté preocupado
C: … no nada – Me mintió, mirando hacia el rio
Y: Si quieres podemos hablar – Le dije mientras me acercaba a él
C: … – Ahora estábamos a solo unos metros de distancia, él mirando al suelo.
Pensé que no aceptaría, y ya pensaba en devolverme cuando vi que una lágrima caía desde su mejilla. Mi corazón se aceleró y quise protegerlo con todo mi ser. Me acerqué a él y lo abracé, al principio él no hizo nada, pero luego me abrazó con fuerza, mientras enterraba su rostro en uno de mis hombros… No sabía que hacer o decir, así que no hice ni dije nada… Sólo estuve ahí, sintiendo como sus lágrimas mojaban mi hombro, como sus manos apretaban mi cuerpo, como su cuerpo temblaba de vez en cuando.
Ahí fue cuando lo supe…
Christian me gustaba.
Por un segundo entré en pánico, era la primera vez que sentía algo así por alguien, pero lo dejé pasar, ese momento no era para mí, era para él… así que suprimí mis deseos de correr y esconderme en algún lugar a pensar que mierda pasaba conmigo.
Pasaron los minutos, talvez toda una hora, cuando Christian se separó de mi abrazo. Le pregunté:
Y: Estás bien?
C: Si… gracias por estar aquí
Y: Qué pasó?
C: … – Su silencio era acompañado de su intento de evitar mi mirada
Y: Me puedes contar, no le diré a nadie si no quieres
Dio un suspiro, lo meditó un par de minutos y luego me invitó a irnos a unas rocas para sentarnos. Nos sentamos uno frente del otro, a uno metro de distancia aproximadamente. Ahí me empezó a contar su vida, que él era hijo único en una familia evangélica, una familia muy estricta y machista. Que su niñez no había sido de las más felices, pero tampoco una de esas trágicas. Me contó que cuando era más chico, sus compañeros lo molestaban y se burlaban de él, por ser gordo, el más lento de su clase en deportes, etc. Que su padre lo retaba por portarse como un maricón y no defenderse. Yo estaba sorprendido, su vida no era fácil y era totalmente alejada a lo que yo vivía en mi propia familia. Luego me dijo que entró a la liga de rugby cerca de su casa porque se aburrió de que lo molestaran y para complacer a su padre, al ser el rugby un deporte de “machos”. Dijo que se esforzó al máximo para ser uno de los mejores, hasta que le dieron la capitanía de su equipo. Que si bien no bajo de peso, creció mucho, por lo cual ya no era “gordo”, y que su padre se sentía orgulloso de tener un hijo tan “masculino y macho” y que no aguantaba a conocer a la que sería su próxima nuera.
Yo escuché silenciosamente su historia sin interrumpirlo ni una sola vez, hasta que terminó, luego de unos 30 minutos. Le pregunté:
Y: Ok, entiendo que tu vida no ha sido fácil, pero… ¿Por qué me cuentas esto? Y ¿Por qué estabas llorando hace un rato?
C: Es que… nada de lo que he hecho importa… Porque soy un fleto (es una manera despectiva de referirse a un gay) culiao.
Y: Por qué dices eso? – Le pregunté con genuino interés
C: Tú sabes por qué – me dijo mientras veía como sus ojos se aguaban otra vez
Y: Porque tuvimos sexo? – Le dije como si no hubiese sido nada – Somos chicos todavía, está bien experimentar… Que hayamos tenido sexo no te hace gay
C: No, tu no entiendes – dijo mientras una lagrima hacía el intento de rodar por su mejilla
Y: Pero hazme entender entonces – Le dije ya mal humorado
En ese instante, su rostro cambió, de estar triste a tener rabia. Pensé que me iba a mandar a la mierda (xD!!) o a pegar. Pero en cambio, hizo algo que no esperaba. Se acercó a mí y me plantó un beso, uno agresivo en un inicio, pero suave después. Un beso diferente a los que nos dimos mientras teníamos sexo… Al principio me pilló desprevenido, pero después me dejé llevar y correspondí a su beso. Nos besamos por largo rato hasta que él me separó, volví a ver esa mirada de rabia y tristeza en sus ojos y volteó su rostro en dirección al rio. En me cabeza todo pasaba muy rápido, desde el día en que nos conocimos, hasta cuando tuvimos sexo. No sé en qué pensé cuando lo hice, pero le dije:
Y: Me gustas – El rostro de Christian no se movió, pero pude notar la sorpresa contenida… Hubo un gran silencio después de mis palabras
Y: No tienes que decir nada, esto igual es nuevo para mí… y entiendo que tal vez temas por cómo se lo tome tu familia… si es que decides contarles… Pero ya lo dije, no lo puedo retirar… Piénsalo
.
Me levanté y me fui. Ese día no pasó nada más… Hicimos las actividades del campamento y nos fuimos a dormir. Esa noche dormí con Arturo, ya que Christian ya estaba en un colchón con David. A la mañana siguiente todo se desarrolló normalmente, era el penúltimo día de campamento y no pasó nada extraordinario (no andaba ni con ganas de pajearme xD!, lo único que supe en tema sexual fue que David con Mario se fueron juntos a dar una “vuelta” xD!, más tarde Mario me contó que tuvieron sexo y que se penetraron el uno al otro). Esa noche me acosté temprano, no estaba de humor para nada. Al rato entraron el resto del grupo excepto Christian, por lo que me acurruqué y me quedé dormido. No sé cuánto habré dormido (pero sé que era tarde, ya que no se escuchaba ruido ni nada por el estilo), cuando escuché el cierre de la carpa abrirse. Se escuchó el sonido de ropa moverse y luego nada. Cuando pensé que estaba escuchando cosas, sentí el peso de otra persona en el colchón inflable. Se acostó dándome la espalda, de manera que cada uno quedó mirando hacia el lado contrario. Yo ya estaba enojado, ya que ese día no supe nada de él, ni siquiera lo vi, por lo que intenté dormirme.
Desperté al rato, por un ruido. Christian me abrazaba desde atrás (a lo cucharita) mientras sentía sus lágrimas correr por mi espalda. Le toqué levemente la mano que tenía sobre mí, a lo que él dio un saltito. Se quiso separar de mí, pero no lo dejé. Me di vuelta y quedamos frente a frente, pero él miraba hacia abajo mientras aún seguía llorando.
Y: Que pasa? – Le susurré. Me contestó algo casi sin voz
C: Como? No te escuché
Y: Yo también te quiero – Dicho esto, levantó el rostro y me besó.
Compartimos el beso durante mucho rato, hasta que se detuvo y se me dio la espalda. Yo lo abracé y nos quedamos dormidos así.
A la mañana siguiente era el día en que nos devolvíamos a nuestras respectivas casas, así que arreglamos nuestras cosas y nos subimos al bus. Nos sentamos juntos y nos fuimos hablando de cosas banales todo el camino. Cuando llegamos al colegio (que era el punto final del recorrido en bus) nos bajamos y esperamos que llegaran a buscarnos. Mi padre llegó a los 5 minutos y le ofreció a Christian a llevarlo a su casa, este aceptó y todos nos subimos al auto. Para cuando llegamos a la casa de Christian no había nadie, sus padres trabajaban hasta tarde y era relativamente temprano (cerca de las 4 de la tarde, sus padres no llegarían hasta cerca de las 10 de la noche), por lo que mi padre le dijo que fuera a nuestra casa y que cuando sus padres llegaran, él lo venía a dejar.
Cuando llegamos a mi casa, dejamos las cosas en el lobby y partimos a mi cuarto. Mi padre nos avisó que saldría a comprar cosas y que después pasaría a buscar a mi hermano, así que llegaría como a las 9 de la noche. Nos dijo que había comida y que nos sirviéramos lo que quisiéramos.
Christian se sentó en mi cama y yo me senté a su lado. No hicimos nada por largo rato, hasta que nuestros meñiques se juntaron (teníamos las manos en la cama). Fue tal y como lo hicimos la primera vez que nos tocamos, unas noches atrás en aquella carpa en el campamento. Mi mano subió por su brazo hasta su mejilla y lo volteé. Nos quedamos frente a frente. En ese momento le di un gran beso, mientras que sentía una corriente recorrer mi cuerpo. Mi pene reaccionó al instante, poniéndose duro como el acero. Christian se dio cuenta, por lo que acercó su mano a mi pene y lo empezó a masajear por encima de la ropa. Yo dejé de besarlo para dejar escapar un “Ah” prolongado, lo cual él tomo como señal para ponerse de pie y posicionarse entre mis piernas. Me quitó las zapatillas y las lanzó hacia atrás. Luego, me desabotonó el pantalón para dejar a la vista mi bóxer azul con rayas negras, el cual se veía abultado por mi prominente erección. Empezó a lamer el cuerpo de mi pene por sobre la tela mientras me quitaba el pantalón y los calcetines. Acto seguido, dejó escapar mi glande por el elástico del bóxer, para luego succionarlo fuertemente. Yo me aferraba fuertemente al cubrecama mientras Christian me sacaba el alma por el pene. Me quitó el bóxer y también lo lanzó hacia atrás, mientras yo me quitaba la chaqueta y quedaba sólo con una polera. Me miró con una cara entre ternura y lujuria, para luego abalanzarse sobre mi sexo. Empezó a lamerme las bolas (que es lejos mi punto más erógeno xD!), mientras que con la izquierda me masturbaba firmemente y con la derecha hurgaba en mi ano. Era una sensación rara pero placentera (hasta ese momento, nunca había jugado con mi ano), y no me dañaba, ya que su baba escurría desde mis bolas hasta mi ano. Estuvo así un rato hasta que logró meter dos dedos dentro de mí. Me sentía en la gloria, sus dedos se movían hábilmente en mi cavidad anal y su boca se alternaba entre mis bolas y mi pene. Cuando sentía que estaba a punto de eyacular, lo detuve. Era mi turno de hacerlo sentir bien.
Me puse de pie frente a él y lo empecé a besar, le quité su chaqueta y su polera y le dejé el torso desnudo, luego me quité mi polera quedando totalmente desnudo. Lo seguí besando mientras apretaba sus pectorales (que eran grandes, si bien tenía grasa y parecían unas pequeñas tetitas, debajo se sentía duro el musculo) y apretaba sus rosadas tetillas. Me lancé a succionar sus tetillas con gran entusiasmo, mientras él se dejaba caer en mi cama. Luego empecé a bajar hasta llegar a su pantalón, el cual desabroché y bajé, para luego quitarle las zapatillas y calcetines, dejándolo sólo con boxers.
Los cuales eran verdes claro, pero con una gran mancha de verde más oscuro a la altura de su glande. Estaba tan mojado que cuando me acerqué a lamer su pene por sobre la tela, sentía que su pre semen manaba y no paraba, era casi como si estuviera eyaculando. Liberé su pene de aquella prisión y me lancé a mamar como si no hubiera un mañana. Estuve un par de minutos hasta que eyaculó una gran cantidad de semen, el cual tragué una parte y la otra la mantuve en mi boca. Me acerqué a sus labios y compartimos un exquisito beso con su semen. Luego volví a bajar y me metí en su ano y empecé a lamer. Christian gemía y gritaba como loco, mientras su pene volvía a recuperar fuerzas. Luego de un rato me levanté y acerqué mi pene a su entrada. Él estaba en cuatro, y así en esa pose, empecé a penetrarlo lentamente, cuando ya estuve totalmente dentro de él me empecé a mover. Christian gemía y me pedía más duro, yo estaba en éxtasis, estaba tan caliente que empecé a jugar con mi ano mientras que con la otra mano masturbaba a Christian. Lo volteé y puse sus piernas sobre mis hombros. En esa pose lo empecé a penetrar más agresivamente mientras que él se agarraba del borde de la cama.
Pasaron un par de minutos y Christian empezó a eyacular, sin siquiera tocarse, cantidades industriales de semen. Su ano apretaba firmemente mi pene, el cual no resistió más y soltó mi elixir de la vida. Me detuve un rato a descansar, pero seguía caliente, por lo cual saqué mi pene de su ano y me recosté en la cama al lado de él. No sé en qué momento se me ocurrió pero le dije:
Y: Métemelo
Christian me miro sorprendido, pero no se rehusó. Puso su mano en su ano e hizo fuerzas, mi semen cayó en su mano y acto seguido fue a parar a mi ano virgen. Empezó a dilatarme con este y luego de que estuve listo, ocupó parte de mi semen para lubricar su pene de 12 cm, pero grueso como de 5 cm. Su pene era parecido al mío en forma, por lo que facilitaba la penetración. Puso su glande en la entrada de mi ano y empezó a presionar. Mi primera reacción fue de miedo, por lo cual me tensé, pero él me dijo que me relajara, que lo haría con cuidado. Su glande ya estaba dentro de mí y yo no sentía ni dolor ni placer aún. Empezó a empujar lentamente hasta que sentí que topó con algo, una pared o algo por el estilo. Me dijo que quizás me dolería un poco pero que resistiera. Empujó con fuerza y la pared cedió, con lo que su pene entró hasta la profundidad de mi cavidad anal. Sentí sus bolas golpear mis nalgas y un gran dolor se apoderó de mí, cerré muy fuerte mis ojos mientras que me aferraba como un depredador a su presa del colchón de mi cama. Christian al ver esto se acercó a mí y me dio un beso que me alejó del mundo, sólo sentía sus labios en los míos.
Luego, sentí su pene palpitar en mi ano, y le di la señal de que se podía mover. Al no ser tan largo, su pene tocaba perfectamente mi próstata y tenía el grosor justo para hacerme ver estrellas. Mi pene ya había recuperado toda su magnitud y soltaba pre semen a raudales. Christian se movía gentilmente y luego agresivamente y así. Estuvimos un rato hasta que siento que el pene de Christian se empieza a hinchar. Christian toma mi pene y me masturba frenéticamente mientras acelera su movimiento pélvico. Nuestras respiraciones están agitadas y un par de minutos más eyaculamos de nuevo. Grandes cantidades de semen me inundan por dentro, mientras que yo mismo me baño con grandes cantidades.
Desde ese día empezamos a pololear (es como hacerse novios o algo asi xD!)… duramos cerca de un año… quizás un poco más… Él se cambió de casa así que ya no lo vi más… Sus padres nunca supieron que Christian era gay… aún somos amigos… y le pedí permiso a él para escribir nuestra historia (que abarca toda la “saga” de “Mi primera vez”)
Sé que dije que era Activo, y lo soy… pero he sido pasivo un par de veces… En un inicio no iba a incluir esta parte en el relato… pero tiene que ver con lo que quiero escribir más adelante…
Bueno… disculpen lo largo del relato… y el cambio de tono (de solo sexo xD! a algo más “romántico” xD!)
Comenten 😀
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