Mi primo cabrón de secundaria
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Aquí les dejo mi segundo relato, esto me paso con un primo un par de años más chico que yo, hace un buen que no lo veía y vaya que crecio el canijote
Bueno, primero que nada me presento para los que no me conozcan, me llamo José, tengo 19 años soy un chico de piel aperlada, pelo negro, mido 1.73, estoy flaco y velludo. Tengo barba y cejas gruesas. Mi pene mide 19 cm de largo y es bastante grueso. (Lo tengo en mi avatar)
Vivo en Monterrey, Nuevo León, México.
Esto me pasó hace poco, mi prima acababa de tener un hijo y toda la familia se fue al hospital a cuidarla y a conocer al bebé. Edgar mi primo aún estaba en clases así que no podía ir, y a mi como "adulto responsable" me mandaron a cuidarlo.
No se dejen engañar, el niño no necesitaba que lo cuidaran de que le pasara algo malo, tenía que cuidar que él no hiciera algo malo, era de esos muchachos cabrones y desobligados que viven para el desmadre. Su nombre es Edgar, a sus 17 años a penas estaba en tercero de secundaria, había reprobado varias veces así que tuvo que repetir el año.
Tenía que ir por él a la hora de salida para asegurarme de que no se fuera a ningun lado, no lo veía ya desde hace tiempo, pero había visto en fotos que la pubertad le sentó bastante bien. Cuando llegué a la secu vi varios chicos en el patio jugando fut bol y ahí estaba él. Me reconoció en seguida y me hizo una seña para que lo dejará jugar más rato, yo accedí y me senté en una banca a observarlos.
Ahí estaban todos esos muchachos, con su uniforme color caqui (es un café claro), algunos ya no traían camisa puesta y dejaban ver su abdomen marcado, otros tenían el pantalon arremangado dejando ver sus piernas bien formadas, sin exagerar, realmente eran bastante delgados, pero para ser de secundaria estaban bastante bien, era todo un espectaculo de chacalitos jovenes, morenos, flacos, peludos, varoniles, completamente sudados a la luz del sol.
Pero a mi primo se le notaba la diferencia de edad, aunque no fuera mucha la diferencia con los demás chicos. El estaba aún más formado de su cuerpo, a parte de que era algo robusto (no gordo), practicaba box desde que era más pequeño y se podían ver los resultados en su cuerpo. Edgar es de pelo negro, piel algo clara, cejon, peludo de los brazos y las piernas, de cuerpo ancho como ya dije y tenía un par de nalgas tan perfectamente redondas que parecían burbujas de jabón.
Él es de esos galanes del salón que saben lo que tienen, así que mientras jugaba siempre procuraba estar bien fajadito para marcar sus nalgotas en esos pantalones de su apretado uniforme.
Finalmente Edgar metió gol y se escucho una voz de un chico que gritaba: GOL DEL CULITO RICO!
-Verga- pensé yo – hasta apodo le tienen en honor a esas nalgotas.
Les avisó a sus amigos que tenía que irse y mientras se despedían y celebraban el gol, vi varios arrimones y apretones en las nalgas que le daban a mi primito. Ustedes saben, así "juegan" los heterosexuales.
En el camino me fue platicando de muchas cosas respecto a sus compañeros y el fut bol, lo chido de estar con mi primo es que es muy abierto para platicar cualquier tema, después descubri que también para otras cosas…
Llegamos a su casa y me recosté en el sillón. Él aún escurriendo en sudor se quitó la camisa, traía una playera de tirantes color blanca debajo, el sudor hacía que se transparentará un poco y que se le pegara a la piel, marcando su rico cuerpo, no esta muy marcado, como dije es algo robusto, pero sin pancita y sin lonjas, era carne de buena calidad.
Saco una coca del refri y se prendió del pico, se la acabo en menos de un minuto sin desprendersela. Mientras yo admiraba como su boca se aferraba al pico de la botella como si la estuviera mamando, y veía su brazo flexionado marcando un buen conejo.
-Si quieres agarra- me dijo
Me sorprendí con sus palabras por un segundo, pero luego pensé bien y entendí que se refería a algo en el refrigerador.
-¿Qué pasa primo? ¿POR QUÉ PONES ESA CARA?- me dijo en tono burlón – No seas mal pensado- me dijo mientras reía y se agarraba el paquete
Tenía que controlarme, sabía que cualquier tipo de expresión provocativa que saliera del muchachon era en juego
-No seas cabrón y pasame una- dije sin especificar que quería, quizás así me pondría una de sus protuberancias en mi mano
Era obvio que no lo haría. Saco una coca del refri y me la lanzó, como no lo esperaba no pude atraparla.
-¡No sabes atrapar!- me dijo mientras se reía
Solo reí un poco y me agache a recogerla. Sin duda me daba cuenta que por muy grandote que se viera este niñote aún era un poco inmaduro.
Cuando volví a sentarme en el sillón vi aquella escena que desato por completo mi instinto. se bajo un poco el pantalón dejando al descubierto sus nalgas y un tremendo paquete, aún con boxer claro. Tomo una toalla y la metió por detrás para cercarse el culo. Al terminar se saco la toalla y se acomodo el boxer, subiendolo más dejando más apretadas sus nalgas y el paquete que se cargaba, mis ojos no podían creer como esa tela delgada aguantaba, parecía que se desgarraría en cualquier momento debido al tamaño de esas cosotas. La tela estaba realmente estirada.
-Perdón primo, es que sudo mucho- me dijo mientras tomaba sus nalgas con ambas manos y las meneaba
-Claro, con ese culote como no vas a sudar- le contesté – además estamos bien peludos-
Mientras se reía por mi respuesta tomó la toalla con la que se secó y me la lanzó. Cayó en mi cara. Estaba húmeda y caliente, pude sentir un rico aroma en ella. No olía mal, era un sudor distinto, un sudor sexy, tampoco olía a culo, era un olor realmente incitante que no daba nada de asco.
Aspire profundamente y me la quité de la cara.
-Esa si la atrapaste- me dijo burlandose
-Pinche cerdito, sudas un chingo- le contesté, poniendo la toalla en mis piernas para que no se notará la erección que tenía ya desde hace rato
Se metió a su cuarto y sacó su laptop. La puso en la mesita central de la sala y se sentó junto a mi.
-Bueno primo, parte de mi rutina diaria es jalarmela llegando de la secu, espero que no te importe- me dijo mirandome seriamente
Yo no lo podía creer, pero intente actuar natural ante la situación.
-Pues dale si quieres- le dije riendo
-No te creas es juego- me dijo mientras se carcajeaba – Pero, ¿puedo contarte algo?
-Seguro- le dije, imaginando lo que venía seguro sería algo que me pondría aún más caliente
-Una vez que estaba muy caliente, me termine encuerando por completo mientras me la jalaba y un amigo me había dicho que le excitaba mucho cuando su novia le apretaba detrás de las bolas así que lo intenté, y sí, se sintió muy rico- me contaba mientras hacía muchos movimientos con sus manos, representando la historia
Yo escuchaba mientras mi sangre se calentaba y recorría mi cuerpo a una velocidad enorme, mi corazón así como mi verga que comenzaba a mostrar su erección aún teniendo la toalla encima
-Cuando acorde ya me había metido el dedo al culo- me dijo con cara de sorpresa
Mi verga rogaba que la sacará y se la metiera en la boca al muchacho, algo en mi decía que no desaprovechara cualquier oportunidad que tuviera de ahí en adelante
-No le vayas a contar a nadie pero se sintió muy rico… y ya lo he hecho varias veces- me dijo con cara de niño inocente
-No te preocupes, no les voy a contar que eres joto- le dije bromeando – Pon porno wey, yo no me la he jalado ya en mucho tiempo y no he cogido
Edgar tomó la computadora y rápidamente tecleo una página de vídeos donde puso uno de sus "favoritos". Un vídeo de un negro vergón que le hacía sexo anal a una rubia nalgona. Curiosamente el primer plano del vídeo era la enorme verga del actor. Edgar no tardó en sacarsela y comenzar a estirarla. Solo se desabrocho el pantalon y bajo su cierre.
No cabía duda que lo vergón es de familia. Antes ya había visto la verga dormida de un tío y otra de un primo, ambas gruesas, largas, venudas y bien peludas. La de Edgar no era la excepción, si bien no era tan larga como la mía la tenía un poco más gruesa. No había mucha diferencia pero para mi se veía perfecta. El chico jalaba su prepucio atrás y adelante y sus ojos no se apartaban de la pantalla. De pronto metio su mano por debajo de la verga y sacó un par de huevotes peludos y grandes, abarcaban más de la palma de su mano.
Yo solo apretaba mi verga por encima del pantalón, esperando a recibir una invitación, la cual no tardó mucho…
-No hay pedo primo… sacatela… estas en confianza- me dijo en tono pausado y con la respiración un poco agitada
-Pues sobres- le contesté
Me bajé el pantalón rápidamente y mi verga salió de mi boxer como disparada. Comencé a jalarmela lentamente para que mi primo pudiera apreciarla. Noté sus ojos en ella en seguida.
-Woao, se nota que somos familia primo!- me dijo apretándome los huevos
Me salió presemen con sentir sus manos tocandome. El vídeo siguió, volteaba a verle le la cara esperando descubrirlo mirandome la verga, pero sus ojos estaban concentrados en la pantalla. Me subí un poco la playera y comencé a apretarme un pezón, acto seguido él hizo lo mismo, levantandose completamente la playera y dejandola por encima de sus carnosos pectorales. Comenzó a apretar fuertemente y de pronto se le salían gemidos, gemidos bastante agudos para su voz varonil, parecidos a los de la chica del vídeo.
De pronto su mano paso de su verga a la mia, y comenzo a apretarla y a jalarla, con algo de torpeza, a pesar de tener manos grandes batallaba para agarrar mi vergon y masturbarlo, pero el simple hecho de tener su mano en ella me prendía mucho. Tome su verga y la masturbe lentamente, recorriendo su largo cuerpo hasta llegar a la cabeza, ahí la frotaba con mis dedos y esparcía su presemen al rededor de ella. Mi primo empezó a gemir cada vez más fuerte. Coloco sus brazos detrás de su cabeza y observaba como jalaba su enorme palo. Mojaba sus labios con la lengua de vez en cuando y me miraba con ojos de lujuria.
Escupí en mi mano y comencé a frotar la cabeza en forma de circulos. Esto hizo que soltara gritos de placer, ponía la mano en su boca para evitar ser escuchado. Mi cara estaba cada vez más cerca de su pitote. Sin pensarlo más me puse de rodillas frente a él sin dejar de masturbarlo. Lo miré a los ojos esperando una mirada de afirmación, lo pensó un momento y sentí como sus brazos estuvieron a punto de bajar y quitarme, pero en cambio solo cerro sus ojos y recargo su cabeza en el respaldo del sillón.
Comencé a darle placer a este machito lamiendo sus bolas y pasando a meter su gordo pene en mi boca, me dejo haciendo todo el trabajo, no usó sus manos, debió haber estado imaginandose alguna chica, aunque comencé a dudarlo un poco después de eso…
Mi boca saboreaba su verga una y otra vez, pasaba mi lengua por todo su cuerpo. Bajaba a las bolas y las olfateaba un poco, para después metarlas ambas en mi boca y succionarlas. Observaba el rostro de mi primo, de pronto me miraba pero parecía no poder tener los ojos abiertos por tanto placer, quería abrirlos pero los entrecerraba con cada gemido que daba.
Baje un poco más y comencé a lamer ese lugar atrás de sus bolas que tanto le excitó descubrir por si mismo, esto hizo que el chico diera un salto en el sillón. Su mano tomó mi cabeza intentado quitarme por un momento pero termino rindiendose. Apreto el sillón con ambas manos, daba tragos enormes de saliva y respiraba muy agitadamente, cada vez más. Tomó mi cabeza pero esta vez para empujarla y apretar aquel lugar tan excitante.
Me quité y lo mire fijamente, el chico jadeante y sudando de nuevo, parecía aliviado por el descanso que le estaba dando, pero sus ojos y respiración parecían pedirme que continuara…
-¿Cuantos dedos te has metido?- le pregunté provocatimamente
-Primo no porf…- su voz débil y jadeante se detuvo cuando lo interrumpí metiendo el primer dedo
Sus ojos se abrieron y soltó un gemido débil. Sentí aquel orificio peludo ya húmedo bastante caliente, metí mi dedo hasta dentro y luego lo saqué, pero comencé a sentir una fuerza que lo quería regresar adentro. Edgar mordía los dedos de su mano para evitar seguir gimiendo. Tomó su verga y comenzó a jalarla. Quité su mano y comencé a chuparsela de nuevo mientras metía un segundo dedo en su rico culo. El chico quedó indefenso, entregado completamente al placer estaba tendido en el sillón gimiendo fuertemente. De su boca comenzó a escurrir algo de saliva.
Su ano se dilataba rápidamente, se notaba que le gustaba lo que estaba pasando. Cada vez más húmedo, hacía más fácil la entrada y salida de mis dedos, por lo que metí el tercero sin problemas. Esto parecía volverlo loco. Sentía como apretaba su hoyito cuando mis dedos estaban dentro. El muchacho a pesar de estar chorreando presemen no se venía aún, lo cual era una ventaja para mi, tenía que buscar la forma de ponerlo en cuatro.
-Muy bien primito, tengo que enseñarte algo más que te hará sentir muy rico, pero lamento decirte que esto no lo puedes hacer tu solo- le dije mientras metía los dedos y masturababa su enorme pene.
El solo asintió con la cabeza. Tome sus grandes, peludas y gruesas piernas y las doble hacía atrás para dejar su culo más al descubierto. El chico era bastante flexible y logro poner sus rodillas cerca de su cara sin problema. Comenzando por sus bolas puse mi lengua caliente a lamer, lamí por toda esa línea hasta llegar al ano donde lamí con fuerza para penetrarlo. Puso sus ojos en blanco y apreto los dientes para no gemir. Metí mi boca completa entre sus nalgas y frote el orificio con mi lengua y mis labios. Le comencé a dar besos tronados que lo hicieron enloquecer.
Me levante rápido y me puse frente a él. Él me observaba fijamente, sus ojos tenían cierta desesperación por más, pero al parecer no sabía como pedirmelo.
-Sientate en mi cara- le dije
Sin tardar se levanto y se sacó el pantalón y el boxer por completo. Me recoste en el suelo y él bajo en cuclillas con lentitud, hasta quedar su culote frente a mi cara. Acomodo sus rodillas para quedar semi arrodillado y no cansarse. Tome su cintura y puse sus nalgas en mi cara, lamiendo, besandolas y succionando, el chico se sabía mover como toda una puta, movía su cadera atrás y adelante y luego arriba y abajo como ando sentones, sus nalgas rebotaban en mi cara, sin duda era el paraíso.
Después de un rato y sin darle indicaciones se puso en cuatro recargado en el sillon con las piernas bien abiertas, volteo a verme y jadeante me dijo
-Meteme la verga ya-
Mi pene como un imán se fue enseguida a penetrar ese culote. Sentí como mi cabeza se abría paso entre las nalgas hasta topar con el agujero. Comencé a empujar despacio, a pesar de la dilatada que le di aún estaba un poco cerrado, lentamente la cabeza comenzó a ser absorbida por el ano para después darle paso al resto del cuerpo. Mi primito solo gemía y se quejaba con placer.
Lo tome por detrás de la cabeza, jalando su cabello comencé a cogermelo de una forma ruda. Sabía que le gustaba, era toda una puta el cabrón. Su rostro topaba con el sillón, sus manos buscaban de donde agarrarse o algo que apretar para resistitir, su cuerpo emitía un calor impresionante. Cuando me di cuenta el chico apretaba sus pezones fuertemente, los retorcía, incluso ponía saliva en sus manos para hacerlo mejor…
Me detuve y jale una silla del comedor, la puse en la sala y me senté en ella. El se levanto del sillón y se iba a sentar en mi verga dandome la espalda. Lo detuve y lo voltee de manera que quedaramos cara a cara
Me comenzó a dar sentones lentos, de pronto solo dejaba mi verga dentro de él y movía su cadera atrás y adelante, pero yo no iba a dejar que tomará control de todo el asunto. Rápidamente comencé a mamar uno de sus pezones. Usaba toda mi boca para chuparlos, me pasaba de uno a otro mientras el daba sentones cada vez más rápidos. Mis huevos rebotaban en la silla haciendo ruido de tambores, combinado con sus gemidos hacíamos la mejor melodía sexual.
De pronto Edgar quitó mi boca de sus ricos pechos e inclinandose hacía atrás, jalando su enorme pene soltó chorros de leche caliente en mi cuerpo y mi cara. Sin dejar de dar sentones sacó hasta la ultima gota de semen que venía con ese orgasmo. Nos detuvimos un momento, el con mi verga bien metida respiraba completamente agitado…
-Bueno primo, sigues tu… donde los quieras hechar- me dijo levantandose de la sillla
Lo voltee y lo hice ponerse en cuatro en el piso. Levante su cadera y baje su cabeza de modo a que quedará sus nalgas inclinadas hacía arriba en dirección a mi verga. Sin levantarme de la silla comencé a frotar mi pito en ellas, las pasaba por todo su esplendor, en sus nalgas, en la raya de en medio y un poco en su ano. En un momento empecé a golpear mi verga contra ellas, haciendolas rebotar de una forma deliciosa. Después de un rato de jugar con ellas terminé, me salieron más mecos que nunca! parecía un orgasmo interminable…
Sus nalgas y su espalda quedaron empapadas así como mi rostro y mi torso… Nos dimos un regaderaso rápido para enjuagarnos el semen.
-Bueno primo muchas gracias, de rato va a venir un amigo, se me hace que le voy a enseñar todo lo que aprendí de ti hoy- me dijo giñandome el ojo y riendose
-Morro cabrón- le contesté
Él en puro bóxer fue a acostarse y se quedó dormido después de un rato. Antes de irme a mi casa no desaproveche la oportunidad para ir y apretar una de esas nalgotas por ultima vez.
Espero que les haya agradado mi relato y me sigan leyendo 🙂
un saludo!!!
Mi otro relato > http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-20084.html
como sigue