Mi primo de 12 con su macho de 33
Mi primito de 12 años resultó ser una puta y se deja coger por un venezolano casado con hijos de 33 años..
Buenas, foro. ¿Cómo están?
Esta ocasión les contaré sobre una maravillosa historia que sucedió en 2020, allá bien en el inicio de la pandemia cuando nos pedían que nos quedemos en casa.
Antes que nada me presento, mi nombre es Román, en aquellos tiempos tenía 27 años, soy un hombre bisexual relativamente alto, mido 1,82, soy de tez blanca, delgado, y mi pelo es castaño, hace años que me lo dejé largo para poder hacerme un rodete que combina muy bien con mi barba.
Toda mi vida viví en Rocha, un departamento de Uruguay, pero a inicios de marzo de 2020 tuve que hacer un viaje a Montevideo, la capital del país, por unos trámites y ya le había pedido a mi tía si me dejaba quedarme en su casa así me ahorraba la estadía. Dio la casualidad de que esos momentos coincidieron con su luna de miel ya que mi tía se había casado nuevamente en 2019 pero recién ahora podían irse de viaje con su flamante esposo.
Mi tía vive en una casa enorme que es del tipo este con el que se casó, es tan grande el terreno que arriba la casa tiene un apartamento que está alquilado por un venezolano.
En esa casa, aparte de mi tía y su esposo, vive con ellos Gabriel, mi primito de 12 años en aquellos tiempos, un preadolescente hermoso, precioso, rubio con el pelo un poco largo, una piel hermosa, bien blanca pálida y sobre todo muy, muy flaco. Si bien no me excitaba de momento, siempre reconocí la extrema belleza casi nórdica de mi primito.
Cuando llegué a la casa de mi tía me estaba esperando Gabo ya que mi tía y su esposo no estaban. Esos días me sirvieron para acercarme más a mi primo que debido a las distancias no veo con mucha regularidad y también conocí al inquilino venezolano con quien Gabito tenía una estupenda relación.
El inquilino en cuestión, como ya dije, era un muchacho venezolano de 33 años llamado Yeferson, el tipo es de tez marrón muy oscura, no llega a ser negro pero sí mulato, trabajaba como repartidor en esas aplicaciones de comida rápida y la verdad es que está buenísimo el tipo, un cuerpazo todo duro siempre con ropas bien apretadas que dejaban a la vista sus músculos aparte de un culazo increíble.
Yeferson siempre hablaba conmigo, aparte de ser super simpático el tipo teníamos muchísimo en común, a él le gustaba mucho el baloncesto igual que a mí y me contaba de sus cosas, como que dejó a su esposa y tres hijos allá en Venezuela, todo muy ameno fueron esos días.
Yo había iniciado los trámites que tenía que hacer en la capital hasta que la situación del país comenzó a empeorar, empezaron a cerrar escuelas, aeropuertos, mis tíos no podían volver de su luna de miel, yo tampoco me podía volver a mi casa, todo se volvió un caos.
De a poco los tres nos fuimos adaptando, Gabito con sus clases por Zoom, yo esperando a que todo pase y Yeferson seguía trabajando igual, él no paró nunca. Si bien el tipo vivía en su apartamento separado, convivíamos los tres porque el venezolano este ya era parte de la familia.
En lo sexual era todo pésimo, vivía a paja, quería coger con alguien, hombre, mujer, ya no aguantaba más conforme pasaban las semanas, por suerte tenía un buen catalogo de pornos en mi teléfono que hacían amenas mis noches en soledad.
Una de esas semanas de cuarentena pensé regular mi sueño ya que estaba durmiéndome muy tarde por mirar porno y decidí irme a la cama a las 10 de la noche. A las 3 de la mañana me desperté porque tenía ganas de ir a hacer pis, estaban todas las luces de la casa apagadas, obviamente no le di ninguna importancia.
Llegue al baño, saqué mi pija toda erecta por las ganas de orinar, acaricié mi falo un poco, sentí mis rugosos pelos y las venas de mi verga y empecé con cuidado a orinar para no salpicar nada, vacié mi vejiga, sacudí mi ya flácido pene y tuve un gesto muy masculino, con mi mano derecha manoseé mis huevos y olfateé mi mano, muy rico y masculino aroma.
Me lavé las manos y me fui a mi habitación con ganas de dormir otra vez, por lo que escucho al fondo unos gemidos, en mi cabeza pensé que eran algunos vecinos que estaban cogiendo, por lo cual procedí a abrir la ventaba para escuchar mejor y resulta que no era ningún vecino sino que el ruido venía de la casa de Yeferson.
En ese instante pensé que mi amigo el venezolano estaba viendo porno, me dio morbo pensar en semejante macho caribeño pajéandose, quería escuchar más…
Conforme pasaron los segundos me percaté que no, no era porno, pensé que este tipo se había traído a alguien. ¡Qué hijo de puta! Fue lo que pensé en ese momento, ya que uno estaba tan solo y este tipo trayendo a gente, con todo lo que está pasando pero el morbo y la curiosidad pudieron más conmigo.
Asomé la cabeza y vi luz encendida, como su apartamento era un simple monoambiente, también conocido como estudio, pensé que seguro podría ver qué estaba haciendo.
Subí cautelosamente las escaleras, no quería hacer ningún ruido, para espiar lo que estaba haciendo Yeferson me asomo a la ventana, las cuales son espejadas, es decir durante el día para adentro no se ve nada pero por la noche sí se puede ver.
Cuando me acerco para ver el espectáculo mis ojos no podían dar crédito a lo que veía, mi corazón empezó a latir, mi boca se secó y mi mandíbula empezó a temblar…
Yeferson estaba todo desnudo tumbado en su sillón, que también era donde dormía, y estaba siendo cabalgado salvajemente por mi primito de 12 años, un rubiecito precioso, hermoso, con la piel más pálida que ya había visto, imaginen el contraste!
-AAAAhh, AHHHHH, OOOOOH OOOH… – Gemía Gabriel como una puta.
-¡Cómetelo todo, perra! ¡Oh, sí! ¡Qué tragona eres! – Decía Yeferson con su sexy acento venezolano.
Gabriel movía su pelvis con toda la verga negra bien oscura del venezolano toda metida dentro de su orto. Meneaba su culo como una puta sucia mientras con ambas manos acariciaba su pelo y Yeferson pellizcaba sus pezones.
Me percaté que mi primito apenas tenía una leve erección y también sus labiecitos pintados, pocos segundos después de eso cambiaron de pose, vi por primera vez la verga de Yeferson, terrible falo gordo y negro y el culo de mi primito todo banco y se notaba muy golpeado.
Yeferson empezó a bombear el culo de mi primito con una violencia extrema, el negro tenía un cuerpazo tremendo aparte de una verga monumental, todo su torso estaba sudado y sucio.
El culito de mi primo estaba sufriendo una vejación total.
-AHHH, AHHH, ¡QUÉ PERRA ERES! ¡ERES TODA MÍA! – Decía Yeferson con mucha lujuria.
-¡Ayyy, toda tuya! ¡Toda tuya mi amor! – Respondía Gabriel.
A todo esto, mi verga no daba más de la exitación, me dolía toda la zona por la enorme erección que tenía, no podía moverme estaba totalmente petrificado viendo a mi hermoso primo el rubiecito deborándose analmente una pija negra.
Era obvio que no me iba a poder mover sin pajearme antes porque me dolía ya las piernas. Saqué mi verga toda pegajosa y hedionda a preseminal, mis pelos se habían manchado, así como mi bóxer también y no habré hecho más de tres movimientos con mi mano que ensucié violentamente la pared del apartamento.
Fueron cinco lechazos muy fuertes, tanto que al salpicar en contra la pared hicieron efecto rebote y ensució mi mano. Mientras yo estaba al borde del ataque cardíaco, mi primito estaba siendo empalado de costado hasta que veo que Yeferson se levantó, se quitó el preservativo y tomó a Gabriel por la nuca y lo hizo arrodillar para eyacular en su cara.
-AAAAAHHGHHH, SEEEE, SEEEE, ASÍ MI PRINCESA – Exclamaba Yeferson
Le hizo un facial en todo el rostro, Gabrielito con sus dedos de nenito de 12 años se quitaba la leche de la cara y lamía su mano como si de dulce de leche se tratase pero no, era la leche de un degenerado de 33 años, un hombre padre de familia, Gabrielito en ese momento era “la otra” del venezolano.
Para mi mente fue muy duro procesar esto, como ya habían terminado decidí irme con mucho cuidado porque tenía miedo que se dieran cuenta de mi presencia.
Fue tremendo para mí todo lo que pasó después, no podía dormir, estaba super nervioso. Al otro día fue terrible, no conseguía mirarlos a la cara, sentía sucio pero con muchísimo morbo.
La incomodidad era total, me sentía muy desconcertado también. En el primer momento que lo vi a Gabriel después de todo fue como si hubiese visto un fantasma del susto que me llevé, cuando él no se daba cuenta miraba el culo de Gabito y pensaba: Lo abierto que debe estar eso. Juro que quería ir a bajarle los pantalones para comerle el ano todo abierto que le dejaron ayer.
Pasaron los días y ya se había vuelto una rutina, ya no estaba yo tan nervioso; todas las noches a eso de las 3:00 iba discretamente hacia la puerta del apartamento de Yeferson para ver mi porno favorita de la noche: el espectacular culo de mi primo siendo cogido por un venezolano marrón.
Gabito cogía muy rico se veía, le vaciaba los huevos a Yeferson todas las noches, le ponía el condón con su mano, la tocaba toda. Ya era toda una puta. Mi primito hacía de todo, lamía el sobaco del negro, le lamía los pies, también le gustaba que le metan el pie en el culito, tragaba leche sin ningún tipo de asco.
Obviamente tenía que probar el culo de mi primito, no podía sostener esto en el tiempo. ¿Pero cómo?
Pasé varios días pensando cómo llegar a Yeferson para que me permita coger con Gabriel… no se me ocurrió mejor idea que invitarle unas cervezas para ver qué decía.
Fui al super y compré las cervezas, las puse en el frío y esperé a que volviese de trabajar Yeferson, llegaba siempre por las 10 de la noche. Yo estaba firme al lado de la puerta para ver cuándo llegaba el negro.
Hasta que llegó, obviamente…
-¡Hola, Yerfer! ¿Cómo estás genio? – Lo saludé haciéndome el distraído.
-¡Epa, chamo! Yo bien, fino, ¿y tú mi brother? – Me respondió amistosamente como de costumbre.
-Bien, por suerte. Che, compré unas cervezas estaban de promo, ¿querés tomar unas? – Le pregunté duvitativo.
-Uffff, lo que más yo quiero ahorita es eso. ¡Claro que sí! – Respondió el venezolano.
Había gastado un montón de plata en las cervezas, no había ninguna promoción pero necesitaba varias para animarme.
Empezamos a hablar de la vida, de las hijas de él, de su vida que dejó atrás y me mencionó que quería traer a su familia lo antes posible, ni bien pasara todo el tema del COVID.
En mi cabeza yo me decía: “¿Ah, sí? Este quiere traer a la esposa y seguir cogiéndose a mi primito”
-Ehh, te quería preguntar algo… – Le dije a Yefer.
-Sí, dime. – Me respondió mientras escuchaba atentamente.
-Ehh, contame… jajajajaj, vos, emmm, esto, ¿desde cuándo vos y mi primo cogen? – No sé cómo hice pero se lo pregunté de una.
Cuando dije eso, los ojos de Yeferson se abrieron por completo y casi se le salen, se atragantó y no sabía qué responder. En ese instante Yeferson pasó de marrón a blanco en un instante. No sabía qué responer.
-Ehh, no sé de qué estás hablando mi pana. – Dijo ultra nervioso.
-No te hagas el boludo, jaja si ya los vi, vi que todas las noches Gabito va a tu casa a ordenarte la pija.
Yeferson no lo podía creer, se asustó muchísimo, lo tenía en mis manos.
-No, no, no yo te juro que no más, no lo vuelvo a hacer. – Dijo totalmente cagado el venezolano.
En ese momento dije tengo que calmarlo.
-No te preocupes, yo también quiero. – Le dije timidamente a Yeferson.
-Ahh, ¿es eso? – Respondió entre risas…
-Sí, es justamente eso. – Dije creyendo que se negaría.
-Eso dalo por hecho, jajaaja creí que me denunciarías o algo.
-Eh, no pero, ¿cómo que dalo por hecho? – Pregunté dudoso.
-Eso dalo por hecho, hermano. Si te quieres coger a Gabito es todo tuyo. Te lo garantizo. – Me respondió con un tono muy honesto.
-¿Cómo puedo tener tanta seguridad? – Le pregunté.
-Porque Gabito es una puta, ya se ha ido a la cama con varios amigos míos, él lo chupa sin ningún problema, cualquier verga que se le ponga por delante.
No podía creer lo que escuchaba, mi primito se acostaba con hombres, con muchos, con varios. ¡Una cerda total!
Seguimos conversando, me contó pormenores de su relación, que lo encontró en una app de citas gays buscando perder la virginidad a los 11 y como estaban al lado, él aprovechó. Que a veces inventa que tiene que ir a casa de sus compañeros del colegio y Yeferson muy “desinteresadamente” se ofrecía a llevarlo pero no iban a la casa de ningún amigo sino a la casa de alguno de los amigos degenerados del negro.
Y también me contó que ya se había ido a la cama con varios amigos de él, tanto en trío como individualmente.
Esa misma madrugada iba a pasar… estaba muy emocionado por todo esto, ansioso. Quedamos en que él me iba a mandar un WhatsApp avisándome para subir al apartamento.
Eran las 3 de la mañana, recibí el mensaje para subir e inmediatamente subí con mil mariposas en el estómago, toqué la puerta y me abrió rápidamente Gabito.
Gabito estaba todo maquillado, con base, rubor, con las pestañas bien arqueadas y una tiara en su cabeza, también llevaba puesto un vestidito de tiradores color rosado de tela de satin.
-Hola, mi amor. – Fue lo único que alcancé a decir.
No dije más nada y me avalancé sobre Gabito, le metí la lengua por la boca junto a un fuerte beso que li mientras mis temblorosas manos tocaban todo su pequeño y flaquito cuerpo de 12 años.
Nos besamos locamente en el sofá del apartamento, ni me percaté de la ausencia de Yeferson, en el mundo sólo estábamos Gabito y yo.
-Ayyy, primo… qué rico, primo, me encanta. – Decía con muchísimo placer contenido.
-Te amo bebé, sos mi nenita. – Le dije con voz de baboso degenerado.
-Te amo, papi, te amo mucho. – Respondía embriagado de placer Gabito.
Empecé a bajar su vestido de satin y a mamar sus pezones, los chupaba como si me fueran a amamantar, nos volvíamos a besar mientras Gabito acariciaba mi bulto, íbamos a tener una rica sesión de sexo.
-Me contaron que sos muy puta… – Mencioné.
-Ay, sí papi, soy una puta sucia, me acuesto con todos, soy un depósito de lechita. – Me dijo apasionadamente Gabito.
Yo ya no podía más, el nivel de excitación había llegado a niveles increíbles en mi cuerpo, la tenía como piedra.
-Puta de mierda, me das asco. – Le dije al oído a Gabito.
-Papi, no tengo dignidad, me abro de piernas con todos. – Decía mi primito buscando una reacción mía.
Después de que Gabito me dijera todas esas cosas, lo tomé de la garganta, apreté un poquito sin mediar nada escupí su cara con un moco incluído, mi moco chorreaba por la cara mugrosa de mi primo, por esto abrió la boca y sacaba la lengua diciendo:
-Dame más, dame más, dame más papi.
Me sorprendía el nivel de puta al que podía llegar un niñito de escasos y tiernos doce años. Obviamente le di un par de escupidas más y me levanté, quería ser mamado por mi primito Gabriel.
Me paré al lado del sofá y Gabitos sentado me desabrochó mi pantalón y empezó a mamarmela…
Toda la sangre de mi cuerpo estaba agolpada en mi pija, nunca me la había sentido tan dura, ni tan parada. Gabito empezó a mamarla, la tragaba toda, su lenguita hacía hincapié en la cabeza, la chupaba riquísimo.
-Epale mi brother, ¿cómo estás? – Apareció Yeferson todo desnudo.
El cuerpazo del venezolano me dejaba sin palabras, ver esos abdominales marcados, esa piel color caramelo oscuro y una vergota hermosa, con dos huevos gordos llenos de semen mientras estaba siendo mamado por mi primito era sublime, el peak total de la excitación.
– Yo mejor imposible. – Le dije totalmente exictado a Yeferson.
Entre risas el negro se acercó a mí con toda su verga dura y se la dio para que chupe Gabito. El nene las chupaba juntas, se metía las cabezas de nuestras vergas en su boquita, se sacó la mía de la boca y empezó a mamarsela a Yeferson mientras yo le acariciaba los pezones al negro.
Al minuto volvió a chuparmela solo a mí y Yeferson tocaba mi pezón, pellizcaba mientras Gabito me la mamaba. Cuando mi primo se las mete en la boca a las dos empezamos a besarnos con Yeferson, nuestras lenguas jugaban mientras un niñito de 12 nos la chupaba, apreté el gordo culo negro de nuestro amigo venezolano y él manseó el mío también, fue super caliente.
-¿Te gusta que te mamen el culo? – Me preguntó Yeferson.
-SEEEEEEEEE. – Fue mi babosa respuesta.
Cuando respondí eso, Yeferson tomó a Gabito de los pelos, se la sacó de la boca y me dijo que me diera vuelta, abrí mis nalgas dejando a la vista mi culo y mi ano peludo para que le metiera la lengua mi primito hermoso.
-¡Huele! ¡Huele la mierda! – Decía Yeferson mientras pasaba la nariz de Gabito por mi ano.
-Qué rico, bebé… – Decía yo muy caliente.
Entre tanto, Yeferson le hablaba a un calladísimo Gabito.
-Huele la mierda, puta, que ese es tu lugar, es de donde saliste, asquerosa. – Decía Yeferson.
En ese instante, Gabito sacó su lengua y empezó a limpiar mis nalgas, lamía todo, introdujo su lengua dura en mi cavidad anal.
-De aquí saliste, perra. – Decía Yeferson a Gabito.
Nunca me habían mamado el ojete, fue una experiencia tremendamente deliciosa. Mi calentura no daba para más, mi verga iba a explotar si seguía así, se la quería enterrar de la forma más violenta.
En otras ocasiones había estado con prepagadas, con putas de oficio, pero nunca con una cerda asquerosa como Gabito.
-Te la quiero meter, puta. – Le di la orden a Gabito.
Obedientemente mi primito se quitó su tiara de la cabeza, todo su vestido hermoso y se quedó con unas preciosas medias largas blancas que ya tenía puestas.
Se subió al sofá y se puso en cuatro, abrió sus nalguitas dejando a la vista un hoyito rosado y se notaba que totalmente usado y no precisamente para cagar…
Vi eso y tuve que meterme la lengua.
-AAAAHHHGHGGGGGG!!!! – Decía Gabito mientras se retorcía de placer.
Como yo tenía el pelo largo mi primito con sus bracitos quería tocar mi pelo cuando le estaba chupando el culo, se daba una pequeña vuelta y lo tocaba.
En eso dejé de chuparselo y empecé a pasarle la verga toda dura por su pequeña rajita, la cabeza de mi verga acariciaba las nalguitas de mi primo el puto asqueroso.
Cuando Yeferson me vio haciendo eso me dio un preservativo y un sobre con gel el cual me puse y usé, cuando ya tenía todo era momento clave, penetrar el orto de Gabito.
Agarré sus nalguitas con ambas manos y se la metí toda y de una adentro. Su culito se tragó perfectamente TODA mi verga, me la desapareció por completo. No puedo poner en palabras lo que mi pija sintió en ese momento al ser tragada entera por ese pequeño y dulce ano.
Empecé a bombear el culito precioso y sin pelos de mi primito Gabo.
-AHHH AHHH AHHH. – Gemía Gabito como una sucia meretriz.
-UFFF, SEEE ASIIII, ASIII, SEEEEEEEE. ¿TE GUSTA LA PIJA DE MACHO? – Le grité a Gabito.
-¡¡¡¡ME ENCANTA!!!! – Dijo Gabito lleno de placer anal todo un maricón.
Se la di toda mientras Yeferson se tocaba, me dijo que quería que Gabito y yo tuviésemos nuestra primera vez juntos solos, que él sólo se pajearía.
Mientras Gabo y yo cogiamos por primera vez, Yeferson estaba con su paja y se me acerca para decirme
-Por favor, quiero acabarle en la puertica.
Me despegué un momento y Yeferson tomó mi lugar, hizo dos movimientos de paja y tiró varios lechazos dentro de ano de mi primito, totalmente dilatado asquerosamente por mi poronga.
-AAAAAAAAAAHHH SEEEE, QUÉ RICO VALE, ME ENCANTÓ. – Gritó el venezolano.
-MMMMMM, papito, qué ricos tus hijitos, papito, muy calentito – Dijo Gabito como toda una puta.
Después de su venida me pidió que le meta adentro la leche a Gabito, toda la leche que le había quedado entre las nalgas. Obviamente los pedidos para mí son órdenes.
Empecé a metersela después de la acabada de Yeferson quien se había ido a higienizarse al baño.
-AAAHH, BEBITO, TE GUSTA QUE LA DEN ADENTRO? – Le decía mientras me lo cogía.
-SII, PRIMO, QUIERO SER EL DEPÓSITO DE TU LECHITA. – Respondía Gabo con el culo sediento.
En ese instante ya no tuve más maniobra, se la di bien fuerte como una bestia degenerada en puto celo, desfiguré lo que quedaba del ano de mi primito.
Y aun así, con condón y todo, me vine adentro de mi Gabito.
-AAAAAAHGGGG, RICO, RICO, RICO BEBÉ, LA SENTISTE?
-AYYYY LA SENTÍ TODA, QUE RICO PAPI. – Me respondió Gabito entre gemidos.
Se la había dado toda y aunque la lechita quedó en el condón, Gabito la sintió en el orto, sintió todos los lechazos que me sacó, me convirtió en un animal pracitcamente.
De a poco me fui despegando de su cuerpito todo sudado, los dos estabamos totalmente sudados, nuestros pelos parecían recién salidos de la ducha pero en realidad era transpiración.
Toda mi pija seguía parada y tenía el condón puesto con todo el semen en la punta, Gabito me miró a lo ojos y me dio un piquito, mientras con sus dos manito tocó mi pene reitrando lentamente el preservativo.
Agarró con sus manitos el condón y lo vació en su boca, todo mi semen adentro del estómago de mi primito Gabo, un flaquito rubio hermoso, rubio, un muñequito divino.
-Pff, qué rica estuvo papi! – Me dijo Gabito todo satisfecho.
Esperamos un tiempito tumbados en la cama Gabo y yo hasta que Yeferson salió de la ducha.
-¿Qué pasó, ya terminó? – Nos dijo el venezolano saliendo del baño.
-SEEE, ya está. – Respondí.
-¿Y cómo estuvo eso, Gabriel?
-Me encantó, me la tomé toda. – Dijo Gabito con mucha malicia.
En ese momento, Yeferson me dio un abrazo con palmada y nos besamos con lengua muy apasionadamente los dos con la presencia de Gabito en frente, yo acaricié su pene y el venezolano el mío. Cuando hicimos eso, Gabito vino a darnos un abrazo y un beso de a tres.
-Los amo, los amo, los amo. – Nos repitió tres veces.
-Te amo, lindo. – Le dije yo primero.
-Te amo mi vida, eres hermoso, te amo más que a mis hijos, eres todo, te amo. – Le dijo Yeferson.
Después de todo esto ya se hicieron más de las 4:40 de la madrugada, era hora de irse a dormir. Al otro día despertamos a las 2 de la tarde, obviamente todo lo que duró el confinamiento nos la pasamos cogiendo, hicimos doble penetración, todo e incluso Yeferson y yo cogimos juntos con Gabito mirandonos. Fueron las mejores semanas de mi vida, todo fue riquísimo y asqueroso pero esas historias quedarán para otra ocasión.
Si llegaron hasta acá, les agradezco muchísimo. No se olviden de dejarme su comentario. Muchas gracias, abrazos a todos!!
Uffff que gran historia porfavor sigue jeje
Como sigue? necesito mas
Como sigue? necesito mas de esta historia.
como sigue?
Ufff amigo está bien increíble esos wow si ahy más relatos no tardé papi
eres el mejor