Mi primo de 13 años me mama el guevo.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por mersex.
Esto ocurrió hace 3 años yo tenía 19 y mi primo 13.
Él era más pequeño de lo que debía para su edad, de un cuerpecito bien formado porque practicar futbol y karate, es trigueño, de ojos azules y de aptitud muy amigable.
Jamás me hubiera imaginado que tenía este tipo de inclinaciones o que yo le atrajera.
Yo por mi parte jamás me habría fijado en el ese sentido, era como un hermanito para mí, y jamás me había pasado ninguna experiencia sexual con ningún primo hasta ese día.
Ese día habían muchos primos en casa de una tía, y el decidió dormir conmigo, cosa que ya habíamos hecho muchas veces.
Como a la 1 am, siento que él me estaba tocando el bulto, yo me quede en shock, pero lo deje que siguiera a ver hasta dónde iba a llegar, el siguió tocando por encima del short y poco a poco lo fue bajando, yo ya tenía ese guevo duro, sentía que me iba a romper el bóxer.
Él se acercó a mi oreja y susurro mi nombre, pero yo seguía haciéndome el dormido, cuando siento el mismo sube mi camisa también me da un leve beso en la tetilla izquierda, y baja hasta mi paquete, empieza a darle besos a mi guevo por encima del bóxer uff y yo súper excitado.
De repente me baja el bóxer, y le da un beso tímido a mi guevo en toda la punta, y empieza a darle lengüetazos por los lados, uff yo quería agarrarle la cabeza y hacer que se lo tragara todo, pero decidí dejarlo que fuera a su propio ritmo, lo agarro con su mano y empezó a masturbarme lentamente, subió de nuevo a mi oreja sin soltarme el guevo y me dijo: No te hagas más el dormido yo sé que te gusta.
Yo voltie y le zampé su buen beso, que el correspondió torpemente, cuando le metí la lengua trato de zafarse, pero yo no lo deje, poco a poco le agarro gusto y ya nuestras lenguas se encontraban entrelazadas la una con la otra.
A este punto yo ya empece a meterle mano también, notando que tenia unas nalgas duritas y redondas, muy bien formadas ya.
Luego de como 3 minutos de besos y manoseo, el mismo se baja y se mete casi todo mi guevo en su boca y me da una de las mejores mamadas que me han dado, se notaba lo inexperto, pero por lo pequeño de su boca y tan húmeda se sentía la gloria, con una mano se la tome y se la puse en mis bolas para que las masajeara mientras me mamaba el tronco del guevo, y si era bien obediente mi primito.
Lo tuve mamando como 12 min y cuando sentí que iba a acabar le tome su cabeza se lo metí lo más profundo que pude y le acabe en lo boca, el empezó a toser y no se tragó nada jaja lo escupió todo sobre mi guevo y abdomen, salió corriendo al baño a lavarse la boca.
Yo me limpie con la funda de la almohada y me quede dormido de una vez.
Si quieres saber cómo luego lo desvirgue y otras cosas que han pasado entre nosotros, comenta.
Espero les haya gustado es mi primer relatos saludos.
-A
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