Mi primo me hizo su primita III
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Marilinacarolina.
A la mañana siguiente, mi primo salió con sus amigos y yo me quedé con mi prima.
Laura me dijo entonces:
-Vení a mi cuarto.
Ya en su cuarto me indicó que me inclinara hacia el agujerito de la llave y que pusiera el oído ahí.
Luego entró a la habitación nuestra y empezó a gemir.
-Ahh.
aia.
ahhh.
También empezó a agitar una pequeña botella con agua y se escuchaba un ruidito particular.
Finalmente dijo en voz muy baja:
-Sos una perra.
-Soy una nena.
Cuando volvió, me hizo mirar también a través de agujero de la llave.
Se veía poco, pero se veía.
-Bueno, primo: Quiero saber qué hacen vos y mi hermano por las noches.
Contestame con la verdad que no te va a pasar nada, me dijo seriamente.
Yo me quedé sin palabras un rato.
El silencio era peor que un grito.
Ella permanecía con sus brazos cruzados frente a mi esperando respuesta.
Con voz muy baja respondí:
-Nos hacemos la paja.
-¡No!, dijo, se dice nos "masturbamos", pero no es eso lo que hacen en la misma cama.
Anoche pusieron el colchón en el piso para no hacer ruido, pero me dieron una mejor visión.
¿Uno de ustedes es la nena y el otro el macho o los dos son las dos cosas? ¡Contestame ya o hago un escándalo contando todo a mis padres!
Temblando de pies a cabeza, mirando para abajo, le contesté:
-Yo hago de "nena", pero no le cuentes a nadie, por favor.
No lo haré más.
Te lo juro.
Bueno, bueno.
me imaginaba.
O sea que vos sos la nena.
Pero no tienen porqué dejar de hacerlo.
Yo seré tu cómplice.
¿ Lo harán esta noche de nuevo?
-No lo sé.
Cuando le cuente esta conversación, seguro que no querrá hacerlo más.
-Es que no le vas a contar.
Al contrario, esta noche le vas a dar una gran sorpresa.
Lo vas a esperar en tu cama, vestida de mujercita.
Yo te voy a producir.
Te voy a dejar hecha una nena preciosa.
Y cuando él te llame a su cama, prendés la luz del velador para que te vea bien y para poder verlos yo también.
Yo le voy a decir que saldré a dar una vuelta con mis amigas y te esperaré en mi habitación.
Te preparo y me quedo para ver todo.
¿Estás de acuerdo?
-Me da miedo y me da vergüenza- Contesté
-Pero no tenés miedo ni vergüenza para dejarte coger por mi hermano, nena ¿Cómo es eso?
Me quedé en silencio.
No le podía sostener la mirada.
Me dio un escalofrío.
El resto del día lo pasé preocupado y con miedo, pero también con cierta ansiedad.
A la noche mientras veíamos tele después de cenar, mi hermana dijo que la luz de afuera no andaba justo cuando ella salía a dar una vuelta.
No estando mi tío, Francisco debió ir a cambiarla.
Laura me llevó rápido a su habitación.
Me hizo poner unas bombachitas con dibujitos de cuando era chica.
Cuando me vio la pija me prometió que alguna vez jugaríamos "juntas".
Las bombachitas me ajustaban, marcándome bien el culo.
Luego un vestido mini de ella que a mi me llegaba a las rodillas.
Con un cinto lo abollonó y me quedó cortito como mini falda.
Me pintó los labios y los ojos, me puso rubor y me dio un par de zapatos de niña, con tiritas al costado y sin tacos.
Me miré al espejo y me dio un escalofrío en todo el cuerpo porque parecía una nena.
Estás bonita, me dijo, ahora andá y metete así en la cama.
Cuidado con el maquillaje.
Luego de cerciorarnos de que nadie nos veía, me fui corriendo a mi cama.
Goza mucho mi putita, me dijo a modo de despedida.
Yo estaba hirviendo, ansiosa de que llegara Francisco y me llamara.
Francisco llegó, cerró con llave, sin prender la luz acomodó el colchón en el piso.
Esperó un rato tratando de escuchar algún ruido, pero no se escuchaba nada.
Al ratito, susurró:
-Venga primita, que estoy caliente.
Entonces prendí el velador, que estaba medio tapado con papel de regalo rojo preparado por Laura.
-¿Qué hacés? ¡apagá la luz! Boluda.
-Esperá que te presento a alguien.
Y tu hermana no está.
Los tíos ya están arriba.
No hay peligro, contesté tranquila.
Me destapé, me paré y me acerqué coqueta hasta mi primo que estaba atónito, parado , desnudo, sobre el colchón.
-Pero estás vestida.
de nena.
sos preciosa.
¿cómo hiciste? Se le paró la pija en un segundo.
Yo me acerqué al velador y le pregunté:
-¿Apago entonces la luz?
-Noo, te quiero ver bien, da una vuelta.
Di media vuelta y al quedar de espaldas, levanté un poquito el culo y luego me agaché sin doblar las rodillas para que viera mis bombachas.
Al estar yo vestida, Francisco se cubrió instintivamente con la sábana.
Se acercó y me abrazó por detrás.
Me di vuelta y lo abracé por el cuello.
Y tirando de la sábana le pregunto:
-Qué es esa cosa dura que me pincha la panza? Cuando le saqué sábana y quedó desnudo de nuevo, le agarré la pija diciendo:
-Ah, era esto.
qué linda herramienta.
Se volvió loco.
Me abrazó fuerte, me levantó la falda y me apretó las nalgas, mientras por delante me empujaba con su pene erecto.
Me besaba el cuello, las orejas y finalmente me dio un beso en la boca.
Sus manos seguían haciendo travesuras por todas partes y yo levanté una pierna poniéndola sobre la de él.
Me tomó la pierna y me la acarició, llegando hasta mi nalga y luego pasando la mano sobre la bombacha mientras yo no reprimía mis gemidos.
Me sentó sobre la cama y me empezó a meter mano en las piernas, bajo la falda, que bastante levantada dejaba ver mi bombachita de nena.
La otra mano me tocaba las tetitas, mientras me chuponeaba el cuello.
Me empezó a sacar el vestido.
Se arrodilló y me besó las piernas centímetro a centímetro.
Entonces me puso de rodillas, aún con la bombacha puesta y me puso a mamar.
El estar vestida, la charla con Laura y la desesperación de Francisco, me habían desatado.
Estaba hecha una verdadera puta.
Chupé con tanto entusiasmo que Francisco se vino en mi boca.
Me tiró sobre la cama, se colocó a mi lado y me empezó a besar y acariciar.
Yo le agarré la pija y se la empecé a pajear.
Pronto estuvo parada de nuevo.
Empezó con sus besos y chupones, me acariciaba las nalgas, me colocó boca abajo y sacándome la bombachita, me lubricó impaciente.
Me ordenó abrirme de piernas y me empezó a penetrar, con ímpetu.
Me hizo doler un poco, pero mis gemidos se impusieron sobre mis quejidos.
Me puso boca arriba, me volvió a penetrar.
Me decía al oído que era una nenita muy puta.
Que era su mujercita .
Yo le contestaba que sí que era suya , que era una nena, que me gustaba ser cogida.
Pronto volvió a llenarme de leche.
De nuevo me masturbé como las chicas, mientras él me chupaba las tetitas.
Me dijo al oído que me vistiera así todas las noches.
Que yo sería su novia.
Quedamos abrazados un largo rato.
Me besó en la boca, como se besa a las novias.
Apagamos la luz y se fue a lavar.
Cuando volvió, fui yo al baño.
Casi conmigo entró Laura.
Me dijo que se había masturbado viéndonos y se lavó en el bidé.
Yo también.
Estábamos desnudas las dos.
Total éramos dos chicas.
Me sacó el maquillaje y prometió conseguirme otra ropa para la noche siguiente.
Sos muy putita prima, te vestiré más puta que hoy.
Nos dimos las buenas noches y nos fuimos a dormir, satisfechas y cansadas.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!