Mi primo me la chupa (2)

Está vez debería tomar el control.
Después de ese día ví de forma diferente a mi primo y mi realidad sobre mi miembro , pues hasta ese momento la única función que tenía era la de orinar. (Mi padre no ha sido muy educativo sobre sexualidad, por lo tanto en ese entonces no conocía para nada mi cuerpo y era muy dependiente de los tabúes que tiene la sociedad). Y bueno mi primito me indujo a el mundo del placer y el autoconocimiento «quien creería que un niño de 6 le pueda quitar la inocencia a un niño mayor».

Empecé a tomar una relación más cercana con mi primito y se nos veía más juntos, en especial a la hora de dormir en la que ambos elegíamos dormir en el cuarto de al lado que nadie pensaba utilizar; pues como éramos 3 niños y un adulto, usábamos a mi tía como protección contra los miedo de la noche, pero como yo ya había recibido mi primera mamada de madurez me solté de todos mis miedos para buscar placeres.

Cada noche de esas vacaciones hubo toques y roces. El siempre se hacía el dormido esperando a que yo me durmiera y como claramente mi mente inquieta con ganas de más morbo no se calmaba «Me quedaba dormido» , fingía un sueño profundo y descubrí un gran talento actoral escondió ( mis falsos ronquidos eran más realistas que escuchar los de un borracho). Mi primo al escuchar la dulce melodía de mis ronquidos comenzaba tocando mi rostro, asegurándose que mis ojos estuviesen cerrados, pasaba por mi nariz y lentamente acariciaba mis labios; atento a una respuesta de mi cuerpo para confirmar mi desapego de la realidad. Para mí era cuestión de emoción y no iba a dar ni un paso atrás, jamás por más que me tocara los ojos o hiciera caricias en el cuello que me estremecían; iba a demostrar la realidad de mi lucidez. Al asegurarse de que mi inerte cuerpo no iba a darse cuenta de nada, rápidamente metía su mano bajo mis cobijas, después más profundamente adentrándose en mi camisa, para así poder acariciar mi caliente piel ( Que por alguna razón es más caliente que la mayoría de personas), se entretenía pasando sus manos suaves por mi lisa y lampiña piel, e iba enlentando paso mientras bajaba a la orilla de mi pantalón. Allí imagino yo, pensaba en si tocarme el bulto desde encima o meter la mano inmediatamente y empezar con la estimulación y asi erectar mi miembro, (Normalmente todo esto ocurría en 40 mins, por lo que al llegar a este punto mi placer se centraba en los toqués a mi tronco y mi joven amiguillo de abajo decidía dormir de nuevo) en todos los casos despues de ese momento de pausa mi primo tocaba lentamente mi miembro sobre la pantaloneta, que al sentir desde la pelvis este toque se erectaba a mas no poder, mi primo estiraba sus dedos y rozaba el tronco de mi miembro que muy felizmente palpitaba por su llegada. Como podía mi pequeño primo acomodaba su cuerpo para alcanzar mi polla que para tener 12 no estaba mal con un largor de 13 cm y muy bien distribuido el grosor, siempre ha tenido el glande mas fino el cual engruesa segun la exitación, perfecto para la pequeña boquita de mi hermoso familiar; Sobre el pantalón tocaba cada parte de mi pito, toques que me daban electricidad desde el periné hasta las orejas, lo agarraba y masajeaba desde las pelotas hasta la punta del glande de tal forma que sentia que mi cuerpo se estremecía, despues de lograr excitarme de esa manera, se hacia paso lentamente a través del elastico de mis boxers, bastante suave y alerta de cada uno de mis temblores, para no ser descubierto por su primo mayor; muchas veces le ayude a abrir paso, yo lograba de alguna forma con mi mano contraria a la posición de él, levantar mi elástico y darle el paso libre a mi verga. Ya entre mis calzones se daba el gusto de tomar mi prepucio (No soy emancipado) y moverlo de arriba abajo de un lado a otro, darle círculos y meter sus deditos entre mi glande para bordearlo completamente; de vez en vez sacaba su mano y claramente lo hacía para poder oler y lamer todo lo que allí encontraba.

Se que no es del otro mundo pero son experiencias sin exageración, en esos momentos dominaba un aire de curiosidad, erotismo y miedo a algo nuevo. Con ignorancia de todo lo que ese mundo daba y solo seguíamos lo que nuestros deseos dictaban.