Mi primo Sammy y yo, por fin nos mamamos la verga. Él 13 y yo 16

Después de tantas jaladas mutuas, por fin se nos hace mamarnos la verga.
Les conté que con mi primo Sammy, la hice más de maestro sexual, poco a poco fuimos descubriendo ambos qué nos gustaba, dónde sentíamos rico. Él no es gay, no lo era tampoco en esa época, yo sí, pero me hacía wey.

Pasamos de jalarnos la verga mutuamente, a chuparnos el cuello, los pezones, los muslos, la espalda, ya saben, para conocer nuestras zonas erógenas.

Yo moría por mamarle la verga y chuparle el culo lampiño, pero quería que fuera él quien diera ese paso cuando se sintiera listo. Sammy era curioso, pero me tenía confianza, por lo cual preguntaba de todo.

Llegó el día, sin realmente planearlo, cuando se daba ya sabíamos que el chiste era quedarnos juntos a dormir, jalarnos la verga, chuparnos lo que quisiéramos (excepto la verga y el culo).

Pero, ese día, por fin lanzó la pregunta: «¿a qué sabrá la verga?», y le contesté: «¿te refieres a qué sabrá de sabor?, de por ejemplo, cuando se chupa?».

Sammy dijo: «sí, a eso». «No sé», le contesté, con toda la inocencia del mundo, jaja, obvio ustedes saben que ya me había comido la de mi tío Jaime, pero eso él no lo debía saber.

Yo intuyendo hacia dónde quería ir Sammy, le dije: «¿a poco te atreverías a chuparla?», lo dudó un segundo y dijo mientras se la jalaba y ya con la respiración excitada: «No sé, y tú?».

Le contesté igual: «No sé, pero pues sí me gustaría saber, y a ti?», lo pensó un segundo y dijo: «también». Imaginen eso, mientras mi primo Sammy se estaba jalando la verga bien dura y respiraba agitado.

Inmediatamente me dijo: «Si lo hacemos, ¿eso ya es muy gay?», le respondí: «sí eso ya es muy gay, peeero, pues no lo somos, ¿o sí?».

Dijo: «no, no, yo no soy gay, ¿y tú?», le dije, pues tampoco. Ese momento no saben cómo lo soñé, cómo lo imaginé, entendí un poco cómo pudo sentirse mi tío la primera vez que me pude meter la verga, era como un llevarlo al límite con paciencia hasta que sucediera.

Le dije a Sammy que pues primero él, para que si le daba asco, o no quería, pues ya siguiéramos como siempre. Obvio actué como de «espérate», respira, wey…jaja hasta que le dio un primer chupadón, leve, sin experiencia.

Le dije «¿y?», dijo, «no sabe mal». Le dije bueno, he visto en películas que pues le haces como una paleta, y respondió: «sí he visto cuando las viejas lo chupan», y así lo empezó a hacer.

Wooow, nunca me la habían chupado, NUNCA, mi tío no lo hacía. Fue la gloria, aunque estábamos a oscuras, daba luz de la ventana y se veía riquísimo haciéndolo. Sí, era torpe, pero era normal.

Llegó mi turno. Me hice el torpe, como que no sabía, como que era mi primera vez. Y fue glorioso, esa vergota en mi boca sabía deliciosa, él gimió desde el primer momento en que me la metí a la boca.

Le dije: «no te vayas a venir eh», dijo: «no, no, sigue». Ahí noté que pese a la excitación y todo, era de aguante, no se rindió y aguantó bien mis mamadas. Ya después de un rato, sí, hicimos un 69, fue para ser parejos en esto de la mamada. Fue ahí cuando de la excitación, y el rico olor de su culo, me fui hacia él. Me acosté boca abajo, Sammy quedaba encima.

Él seguía mamándome la verga mientras yo ahora le estaba chupando el culo por primera vez, ni siquiera se negó, ni dijo nada, se rompió completamente el protocolo.

Sabía delicioso ese culo, su ano era lampiño, estaba limpio, pues en realidad ambos nos habíamos bañado antes de dormir, pues nos la íbamos a jalar, pero de todos modos sabía rico.

Esa vez ambos nos venimos mucho, fue un buen rato entre la jalada, las chupadas de tetas, las mamadas, mis chupadas de culo.

Terminamos, en el piso. Tuvimos que limpiar con una playera. Nos acostamos, extasiados. Le pregunté: ¿cómo te sientes, te arrepientes o te gustó?. Sammy respondió: «No me arrepiento, sí me gustó cómo se siente, no sabe fea la verga, y la chupas rico, oye, me chupaste la cola».

Le dije, «sí, perdón wey, es que ya estando ahí imaginé que eras una vieja y que era su panocha», y él dijo: «ah sí, se parece, pues eso se sentía raro, pero rico».

Le volví a decir: «pero te gustó o no, sino, para ya no hacerlo». Obvio era un comentario con truco. Respondió: «sí me gustó, a la otra lo intento yo, a ver si te gusta».

Dije va. Y pues hecho estaba, y esto no había terminado, era obvio que habíamos avanzado mucho e íbamos en el camino correcto. Pensarán ustedes, ¿se cogieron?, pues ya lo sabrán en un próximo relato.

Les recuerdo que me pueden escribir a mi tg: @York85n, y les aclaro de nuevo que estos relatos son 100 por ciento reales. Si fueran ficticios, lo diría, no pasa nada, pero no, sí son míos y me pasaron a mí.