Mi primo y la pandilla. La iniciación

Ahora sí comienza lo bueno. El cuarto blanco….
Cuando se abre la puerta nos recibe César, con un pantaloncillo corto blanco, que ya estaba un poco humedecido por el palo que hacía una carpa entre sus piernas, me saluda con un abrazo fuerte que hace que sus manos recorran toda mi espalda hasta llegar a mis nalgas, mi primo cierra la puerta rápidamente y se quita toda su ropa, hasta quedarse en un pantaloncillo similar al de César.
Corta, nuestro abrazo, cuando mi primo pregunta ¿Ya está todo preparado? Y ¿los muchachos llegaron??
A lo que César, responde claro están en el salón de juegos y en el cuarto blanco hay una sorpresa sorpresa, que no pudo esperar. Sus comentarios hicieron que me perdiera, ¿Que no pudo esperar? ¿Quién no pudo esperar?
Rápidamente, bajamos al salón de juegos y en efecto, los dos muchachos estaban en pantaloncillo blancos, con sus carpas entre las piernas, y jugando a los dardos, con pequeño papel que decía ganador… Que estaban sorteando mi culito??? Me pregunté…

Lo cierto es, que cuando llegue al medio del salón, cada uno me abrazó, acarició mi espalda, y mis nalgas, me decían cosas ricas al oído, cosas como voy a meter mi lengua suavecito en ese culito tuyo hasta comérmelo por completo, o quiero atravesar tu culito todo el día hasta llegarte dentro.

Por un rato me perdí, estaba extasiados por tocar esos cuerpos de la pandilla tan ricos, y algunos velludos, con esa línea que va desde el ombligo hasta perderse en su pantaloncillo.

Pero algo me despertó, fue que tocaron la puerta que daba al cuarto blanco, era un toque cómo un mensaje, a lo que César grito, vaya muchachos ya el gran líder está preparado, y todos preguntaron, El gran líder va a participar??? Cesar respondió si ayer hablé con él y me dijo que está oportunidad no se la iba a perder, ya hace tiempo tenía muchas ganas de el pequeño godito.

Entre los cuatro me desvistieron dejándome solo en trusas, esas de comiquitas que tenía, unos me besaban las tetillas otro me besaban la boca otro los pies estaba como en una danza de excitación.

Hasta que se abrió la puerta del cuarto blanco, y realmente les digo era bastante blanco, sus paredes blancas, suelo blanco, techo, cama, sábanas, y todo blanco. Mi sorpresa fue, quién estaba en la cama abierto con el miembro más erecto que había visto en mi vida. Nada más y nada menos que el Sr. Víctor, o gran líder hemos traído a esta pandilla al pequeño godito, para iniciarlo y que forme parte de usted y nosotros, con una sonrisa de oreja a oreja, solo me hizo con la mano que la acercara a él en la cama. Note que el eco en ese cuarto no era normal, estaba construido con paredes que no dejaba que el ruido saliera de allí, así que podía gritar por días y no se iba a oír, nunca.
Me aproxime a la cama con miedo hasta detenerme en cuatro con la cabeza en su miembro y mis culito apuntando a los 4 muchachos.

Abre la boca, así te doy la bienvenida a este grupo, saboreandote a tu líder.

Su pene era de cabeza gruesa, largo y con abundante vellos en las bolas, las cuales estaban cargadas, puesto a que solo pase mi lengua por su cabeza como 3 minutos y se vino a cantidades extremas, diciéndome ahora sí ya eres parte del grupo, ordenando a los muchachos a bajarme la trusa y dársela a el, la cual olía y olía y su verga se paró las dura que nunca, nuevamente ordenó a los muchachos a darme mi primer beso negro, cada uno comenzó a pasar su lengua en mi culito, mientras en tenía mi cabeza y boca enterrado en su verga, no sé quién mamaba mi culito más, rico, cada lengua que entraba hacia gemir de placer, hacía temblar de placer, así duramos media hora, hasta que no aguanto más y se corrió el Sr Víctor está vez en mi cara. Y ordenó a su hijo cesar a llevarme cargado al baño, para darme la bendición de cada uno, cuál bendición, una lluvia dorada, cada uno orino mi cuerpo diciéndome que me iba hacer después de eso. Comenzó el señor Víctor, ya que ahora formas parte del grupo ese culito sentirá lo que es un verdadero hombre, te lo meteré suavecito y te haré querer más y más de mi y tras eso sus orinas en mi cuerpo, luego pasó cesar y decía ese culito lo deseaba hace tiempo, es tan gordito y suavecito que voy a tratarte como mi perrita hasta que me pidas que pare, y su orina vino a mi, luego Juan hizo que tocará su pene full erecto y decía yo solo meteré mi pene de forma salvaje en ese culito hasta ver cómo tus ojos pidan que pare serás mío y te haré gritar y gemir de placer…