Mi primo y mis recuerdos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy Angel, hijo de un contador público y de una mujer humilde que por designios del destino mis padres se separaron teniendo yo seis años, mi madre se desempeñaba como empleada doméstica, vivíamos arrendando en un cuarto cercano a la casa de mi tia carnal y mi tio político que era chófer de camión de fletes, mi mamá me recogia donde mi tia cuando salía del trabajo, mi vida la pasaba jugando con mis primas Isabel de dieciocho años, Raquel de quince años y Diana de once años y mi primo Faustino de nueve años. Yo jugaba más con mi primo a los carritos, soldaditos y cosas así.
Mi primo Telmo de ocho años nos visitaba siempre con sus padres y sus hermanos muy mayores, Faustino, Telmo y yo siempre jugábamos en la tina del baño ducha la llenábamos de agua y nos imaginábamos que era el mar poníamos barcos de papel y todo era divertido, siempre se miraban y asentían en gestos con roces de mano en el culo y metidas de dedos que yo no entendía, pero veía que quien empezaba era Faustino bajándose la trusa dejando descubierta la verga la jugueteba con los dedos, le seguía Telmo y cuando me tocaba a mi se me reían porque la tenia chiquitita eso me daba rabia y vergüenza y me arrinconaba rencoroso en un ángulo a jugar solo.
Se les veía los culos brillosos por el agua que le escurría, Telmo se arqueó boca arriba en el borde de la tina su verga estaba bien descubierta y se unia a Faustino pecho con pecho con las vergas pegadas, Telmo se daba la vuelta ahora su culo chorreado de agua estaba en punta esperando que la verga de Faustino se la corra con movimientos largos torpes y rápidos como dos perritos en celo, finalmente Faustino se arrimaba de espaldas a la tina lo jalaba a Telmo en su delante quedando sentados Faustino pegaba su pecho a la espalda de Telmo, la barbilla de Faustino se apoyaba sobre el hombro de Telmo y sus cachetes se pegaban, se movían graciosamente para adelante y para atrás en realidad era una forma de culiarse pero yo creía que era un juego divertido
Me llamaban para sentarme delante de Telmo y formar una cadena de tren, me gustaba porque yo era el primero, todos estábamos sentados, mi espalda estaba en contacto con el pecho de Telmo su pene contra mi culio, la espalda de Telmo se pegaba al pecho de Faustino quien nos empujaba, estábamos todos sentados y nos movíamos alegremente como un tren que va para atrás y para adelante deslizándose nuestros culos sobre la base de la tina con fondo de jabón.
Un dia que me bañé con Faustino en la tina, hubo masturbación, abrazos con penes unidos, montadas sobre el filo de la tina Faustino actuaba con la verga cuando yo estaba de boca a la tina, me apretó contra el borde con el peso de su cuerpo al rato sentía su pene entrar en mi culo, creo que solo fue algo de la punta de la cabeza de pene virgen asi que no sentí dolor pero un poquito de molestia y lo más sorprendente es que sentí placer ante tanto movimiento de pene, a cada ratito me preguntaba si me gustaba, al responderle que que si, me pasaba el pene más rico, desde ese momento dejaba que me coja en cualquier sitio donde estábamos solos yo mismo me le desnudaba o le insinuaba que fueramos a un lugar a hacer el amor, cuando terminaba de hacernos el amor, sentía vergüenza y pena, en mi subconciente creía que estaba mal pero luego desaparecia ese sentimiento de culpabiidad porque mi deseo más era fuerte, quería sentir esa rico pene, muchas veces lo hicimos con mi primo Telmo.
Cuando terminé la escuela mi padre me llevó a vivir con él para darme mejores estudios secundarios, sólo visitaba a mi madre dos o tres veces al mes, o en feriados, aunque también ella me vistaba cuando podía. La mayoría de las primeras vacaciones la pasaba con mi padre, mis hermanitos de padre: Rita de ocho años y Salomón de cinco años, un hijo de mi madrasta con otro compromiso, Juan, de diez años, mi madrastra, una buena persona debo reconocerlo. Por aquel tiempo yo tenia casi doce años
Me enamoré del físico de Juan, por esa época era tan bello en todo aspecto, me moria de gusto y deseo cuando lo sorprendía orinando y se estiraba el pene yo al ver eso me imaginaba esa verga pasar por mi cuerpo igual que la mia por el suyo y me masturbaba en su nombre idealizando el momento de tenerlo, el culo que tenia era voluminoso que se apreciaba deliciosamente por la tela de su pijama, desde el primer día en que nos presentamos ya noté un pequeño amaneramiento en su forma de caminar y mover las manos, que eso me dio impulso para lanzarme con toques sutiles a su piel, hablarle de sexo, desde allí nuestras miradas fueron más frecuentes, la unión de nuestros cuerpos eran constantes, permitia que le hiciera montaditas recorriendo nuestros penes por nuestros culos desnudos
En una noche en que mi padre y mi madrasta salieron a una fiesta nos quedamos cuidando a nuestros hermanitos, ya dormidos los niños, tuvimos más tiempo para amarnos en el cuarto, estábamos desnudos dentro de las sábanas de mi cama empezamos frotando nuestros cuerpos con las manos, nuestras piernas y nuestros pies se frotaban haciéndonos màs calientes y con más deseo de sexo, me tocó a mi mamarle el pene le gustaba porque se estremecia, le pedi que mamara el mio, después de tantos ruegos aceptó, abrió la boca y le entró poco a poco mi pene tieso, los labios carnudos se pegaban a la piel de mi glande, la lengua húmeda actuaba sobre mis pelotas y mi pelusa, por ser su primera vez, Juan me lo hacia con dificultad, le enseñé con las manos para que me lo haga delicadamente, le enseñé a hacer el boca – punta, cabalgué sobre su verga bien parada que rozaba mi culo, lo acosté boca abajo pegué mi pene en el culo delicioso de Juan, empecé a penetrarlo con dificultad porque se movia a todos lados, me decía que le dolia, mi verga algo desforrada (por tanta masturbación y crema cuando lo hacia en el baño) buscaba entrar en todo ese hueco, hasta que venci sus temores y terminé en algo penetrarlo lo dejé de hacerlo porque también sentí algo de desforre en un poco más en la cabeza de mi verga, se lo saqué con suavidad, nos besamos, nos pusimos de perfil enroscando nuestras piernas, nos agarramos las nalgas, pegamos nuestros penes y pechos asi de perfil culiandonos por largo rato, me paré en frente de la cama Juan seguia acostado boca arriba mirándome que me estiraba la verga.
Juan estaba acostado con las piernas abiertas y su verga parada masajeada por sus manos, lo jalé sobre el colchòn arrastrándolo con las sábanas hasta ponerlo al filo de la madera de la cama, las piernas se le doblaron, los dedos querían topar algo el suelo, sus pies se agitaban en el aire que querian topar suelo, su verga no podía estar mejor expuesta y parada, verlo en esa posición me calentó más el deseo de hacerle el amor asi que le abri más las piernas, me arrodillé a mamarle la verga, luego de un rato gemiò de placer muy fuerte sabia que había hecho su orgasmo porque le salió alguna babita con miado.
De inmediato me monté sobre él uni mis piernas, pecho y pene sobre él, agité mi verga entre la suya me gustaba hacerlo asi en esa posición, las piernas se le abrían a los costados, es una postura deliciosa, yo no quería acabar, quería que sea eterno este delicioso momento, no quería soltarlo por esa piel deliciosa, ese pelo sedoso que se le hacia una especie de flequillo en la frente, esos labios carnudos abiertos pujando placer, esos ojos cafès hermosos y esa expresión facial que pedía más y más pero mi amor por él y ese deseo de que sea mio me hizo que botara el semen chorreándoselo en el estómago, el ombligo y mojando nuestros penes, me acosté encima de èl, nuestros pulmones estaban acelerados de respiración, juntamos nuestras mejillas calientes de excitación, al pegarme a él también se me pegó el semen, busqué sus manos para entrelazarlas, nos dimos un beso de cansancio y cuando disminuyó la aceleración de nuestra respiración nos levantamos a asearnos, esta actividad sexual la hicimos por mucho tiempo, lo que más me gustaba de todo es que Juan se dejaba sin chistar
Asi nos penetrábamos poco a poco y nos deteníamos cuando ya nuestras cabeza de verga nos dolían y echábamos semen porque conmigo botó su primer semen, yo le dije que aprendi a culiar con un primo en el baño y él me dijo que aprendió con un vecino del lugar donde antes vivía en cuartos desocupados en donde se encerraban, se desnudaban, se mostraban sus penes, se montaban entre si un buen rato y salian. Nuestra relación se cortó cuando Juan cumplió trece años fue cuando nos peleamos muy fuerte y me dijo cosas feas que eran injustas, aunque ahora nuestra relación es cordial.
Cada vez que iba de visita a ver a mi madre me dejaba hacer el amor de Faustino por corto tiempo, pero llegó el momento especial de hacerlo por largo rato, y fue en una visita a la casa de mi madre, me enteré que mi tio estaba con infección a los riñones lo fui a vistar, a la entrada me encuentro con mi primo y fuimos a ver a mi tio quien se alegrò de verme, antes de que salga Faustino y nos deje a solas, mi tio le dijo a Faustino que mañana llevara y trajera el camión de un flete, por fortuna no había policías en ese trayecto rural, pero Faustino decidió decirle a mi tio que yo lo acompañara por si acaso alguna novedad al conducir, mi tio aceptó, yo ya tenía 15 años me faltaba dos años para graduarme de bachiller, él ya lo era con los 18 años que tenía, su forma de hablar y hacer gestos era delicada y aniñada tal cual la mia, asi que seguíamos haciendo química. En la ida nos la pasamos manoseando las partes intimas me ladeaba de perfil para que me sobara el culo y él también lo hacía en una de esas casi nos salimos de la carretera, de pronto se detuvo, acelerò otra vez para meterse en una guardarralla cerca del paso de una quebrada.
Vimos un lugar apropiado para hacer el amor, nos desvestimos, no esperamos mucho para tocarnos, nos llenamos de más pasión y deseo lo cual me hacía recordar nuestra infancia y nuestros primeros momentos, seguimos luego con las cabalgadas de culo y pene, con boca – punta, besos de labios mordidos, pases de lengua en culo y pene. Faustino fue le primero en acostarse boca abajo diciéndome que le diera pene, se lo meti todo sin dificultad por entre esos pelos que rodeaban su culo, la sensación era agradable, la cabeza de mi pene aceleraba de gusto, era fantástico lo que estaba sintiendo, me recosté sobre su espalda sin dejar de darle verga entrando y saliendo mi cabeza, él me pedía más y más y yo lo hacía tan rápido hasta que no pude resistir más el deseo y boté semen dentro de ese culo abierto, pese a todo mi pene seguía dentro de su culo por un ratito, se la saqué y toda estaba mojada de semen, le chorreaba algo por las piernas, ahora yo me acosté boca abajo, se le pegaron hojas a mi pene y pecho pero de lo excitado que estaba no me importaba, aunque sentía recelo de que al meterme el pene ya antes lo habíamos intentado de poco pero ahora era el momento ideal para consumarlo, sabia que me iba a doler, asi que aguanté, quería darle totalmente la cueva de mi culo a quien me enseñò todo, asi que apreté los dientes cuando sentí que entraba el pene en mi culo, algo de dolor sentí no el que yo esperaba ya que antes con Juan ya habíamos cogido penetradas cortas, pero cuando lo sentí todo adentro, se me vino un dolor pero de tantas entradas y salidas, me nació un gusto superior al de las otras pequeñas cortas penetradas de Juan, sentí dentro de mi el semen de Faustino que caia sobre mi con placer, ese era el pene que soñaba siempre tener, me enamoré aún más de mi primo
En una de aquellas veces después de hacer el amor, le preguntè quièn le había roto el culo y me confesó que había sido Rogelio, un chico maltón que primero le enseñó a hacer sexo cuando tenia siete años y se lo rompió de visita en su casa cuando ya tenía diez años, desde ese momento siguieron tirándose con posturas que aprendió y que eran deliciosas, dejaron de hacerlo muy seguido cuando mi primo cumplió los quince años pero a él ya le gustaban los hombres, ahora lo hacen de relancina. Me dio un poquito de rabia de no haber sido el primero en romperle el culo a mi primo como se lo hice a Juan pero Faustino me enseñó unas deliciosas posturas y sigo siendo su amor hasta hoy que tengo 24 años.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!