Mi primo y yo a los 5 años
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Actualmente tengo 20 años, y a veces recuerdo días en los que iba a la casa de unos primos de mi madre, los cuales tenían tres hijos, primos míos (lejanos) uno de ellos al cual le gustaban los niños pequeños, como yo entonces.
No se si será que luego de esos episodios me incline hacia la homosexualidad.
pero la historia es la siguiente:
Yo 5 años, recuerdo que iba al jardín en ese entonces, el supongo que tendría unos 14 o 15 años, esa edad donde se la pasan con el pene en la mano.
muchas tardes jugábamos en su patio, a veces con sus hermanos, a veces solos.
Un día fui por alguna razón a su casa (ellos vivían a 20 metros de mi casa), y me quedé hablando quién sabe que cosa con su mamá, cuando en un momento lo escucho llamándome en voz baja para que me dirija a su habitación, entré y me subí a la litera en la que él estaba acostado, a esa edad me parecía divertido subir ahí ya que mi cama era común.
Cuando ya estuve arriba, me tapo con las sábanas, y me empezó a tocar la cola, yo sólo me reía, no sabía qué estaba haciendo, me sentó en sus piernas (encima de sus genitales) y frotaba su bulto contra mis nalgas, luego tomó mis manos e hizo que las pasará encima de su Sport abultado y cada vez más duro (yo no sabía qué pasaba debajo de ese short), un rato después de estarlo tocando me dejó bajar y fui a la cocina junto a su madre.
Ese mismo día a la tarde, fui de nuevo a su casa (las calles no eran lo mismo que ahora, iba y venía cuando quería), y por alguna razón todos mis parientes se habían ido a algún lado, dejándome ahí sólo con Leo (Así se llamaba él), luego de un rato hablando y jugando a correr y a atajar goles, me pregunto si me había gustado lo de hoy a la mañana, y si quería repetirlo haciendo cosas nuevas, yo asentí.
Estábamos en la cama de abajo de la litera, él se recostó e hizo que le sentará en una de sus piernas, con una mano me tocaba la cola y con la otra se tocaba la entrepierna por encima del pantalón.
me dijo que me arrodillara frente a la cama, mientras el piso sos piernas una en cada lado mío, dejándome a mi en el medio de estas.
me dijo que tocara su entrepierna, yo lo hice, el sólo cerró los ojos y me abrazaba con sus puertas, yo seguí frotandolo hasta que note que estaba dada vez más duro.
Yo pregunté que era eso.
Ante mi pregunta el sólo dijo que lo averigura por mi cuenta, "queres saber?, fíjate" fue lo que me dijo.
Con mis manos chiquitas intentaba bajar su pantalón de algodón pero como el estaba acostado, me costó, así que él me ayudó levantando un poco la cintura, hice fuerza para bajar su pantalón y su calzoncillo también bajó, haciendo que un palo duro y cubierto de pelos saltara frente a mi cara.
Era su pene, erecto a centímetros de mi cara, nunca antes había visto un pene aparte del mío que era demasiado chico al lado de este.
Me quedé mirando ese pene de piel un poco más oscura que la mía, sus huevos colgando, y todo cubierto por rizados pelos oscuros.
Sin que le lo pidiese sentí necesidad de tocar eso que era desconocido para mí, el pene lo sentía duro y blando a la vez, estaba tibio, era suave.
note que la piel que lo cubría se corría hacia abajo, y comencé a jugar subiendo y bajando sin saber que lo estaba masturbando, el sólo me pidió que lo siga tocando.
Pasé mis manos a lo largo de su pene, que ahora puedo decir que mediría unos 15 0 16 centímetros, tocaba sus testículos y el sólo feliz de placer.
Me pidió que me lo acercase a la boca y le diera un beso, lo hice, pero no me gustó el sabor que me quedó en los labios, así que me pidió que lo acompañe al patio (lleno de plantas, por lo que ningún vecino veía algo), abrió una canilla y metió su pene debajo del chorro de agua, para lavarselo bien, sacando sabores y olores que en ese tiempo no me gustaban.
Cuando terminó sacudió su pene para secarlo y me preguntó si así me gustaba más, el estaba parado frente a mi, con su pene duro a centímetros de mi boca, lo toqué un rato y luego decidí pasarle ha lengua, el sabor era un poco más agradable, hice lo mismo durante un rato, como si fuese un helado, y en un momento Leo me agarró de la cabeza y me introdujo la mitad de su pene en la boca, al principio trate de quitarmelo, pero me fui acostumbrando a respirar por la nariz, y el siguió metiendolo y sacandolo de mi boca por un buen rato.
Minutos después llegó alguien de su familia, no recuerdo quién, sólo se que Leo se subió los pantalones antes de que lo vean, y le aviso que estaba en el patio jugando conmigo.
Me invitó a seguí "jugando" en un cuarto de madera lleno de herramientas y acepté.
Entramos y comenzó a tocarme las nalgas, mi pene se endurecio por primera vez, y el lo comenzó a tocar.
luego de un rato me dijo que mirara entre unas grietas de la pared de madera para avisar si alguien venía, lo hice y quedaba dándole la espalda.
El me paraba su pene por la espalda, hasta que me bajó los pantalones, y y metía sus dedos entre mis piernas, mis cachetes del culo, y la puerta de mi ano, nunca penetrandome.
Comenzó a masturbarse cada vez más rápido y apoyaba su pene duro en mi cola, sentía como su pene quería entrar en mi ano, pero no lo hizo (supongo que no quería lastimarme y que todos se dieran cuenta de lo ocorrido), sólo frotaba sus genitales contra mi colita y a mi me gustaba esa sensación, un cosquilleo me recorría el cuerpo, hasta que.
sentí algo caliente en mis espalda, que chorreaba por mis nalgas y seguía por mis piernas.
Leo sólo hizo un sonido de placer, y me abrazó contra su cuerpo.
Y así quedó por unos segundos, después se subió bel pantalón, me subió el mío y al hacerlo sentí que tenía toda la cola húmeda, no pregunté, ni dije nada, solo fui hacia mi casa.
Ahora soy lo suficientemente consciente para saber que esa humedad que sentí era su leche recorriendo mi espalda, nalgas y piernas.
Me pregunto si mis padres lo habrán notado cuando me cambié de ropa, por lo que recuerdo, nunca me reclamaron por tener manchas blancas en mis prendas, nunca se dieron cuenta supongo.
Esa fue la única vez que hice algo como eso con mi primo, no lo volvimos a hacer, y unas semanas después nos mudamos, así que no lo volví a ver hasta hace unos dos años, pero el actúa como si nunca hubiese pasado nada.
o quizás piense que yo era muy chico para recordar algo.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!