Mi primo y yo en una cabaña juntos cogiendo
Ahí estábamos en la cabaña solos, todos estaban dormidos y nadie podía escuchar lo que hacíamos. Así que mi primo aprovechó..
Hola, que tal, me llamo Michael, y soy gay, narraré esta historia que me pasó con mi primo en una cabaña con toda mi familia.
Yo tenía 13 años, era alto como de 1,75 y mi primo tenía 14 años, y medía como 1,60.
Mi hermano cumplía años, por lo que mi familia decidió alquilar una cabaña para pasar el fin de semana y divertirnos. La cabaña tenía varias habitaciones pero aún así no eran suficientes, por lo que nos tocó compartir algunos. Algunas tías dormían juntos y otros miembros de la familia.
Creí que me tocaría solo, pero para mí suerte me tocó con mi primo, él y yo no nos llevábamos también. Nos hablábamos algunas veces pero nunca tuvimos una gran relación de primos ni de amigos. Por lo que esta sería nuestra primera interacción más seria, la cual terminaría en algo sexual.
En toda la tarde hubo una gran fiesta y muchos tragos, todos los adultos tomaron y tomaron. Mientras los pequeños solo mirábamos sin saber que hacer, hasta que nos mandaron a dormir.
Los más grandes seguían afuera tomando con la música altísima, y los no tan grandes estaban en la cabaña jugando pool mientras los otros dejaban la borrachera.
Mi primo y yo entramos al cuarto y nos acostamos en la cama, era algo grande y cabían varias personas. Esta vez solo fuimos él y yo, pero había espacio para muchas más personas que nosotros.
El caso es que, nos acostamos a intentar dormir, pero con todo el ruido de afuera no podíamos. Así que comenzamos a hablar.
–Oye primo- me susurró al oído con la voz medio ronca.
–¿Te puedo abrazar? Enserio me ando muriendo de frío-
Sin esperar una respuesta me abrazó como si nada, ocasionando que me empezara a poner duro.
—Uy primo, ¿Qué tenemos aquí?- comienza a bajar su mano y a acariciarme la verga, la cual ya tenía a reventar por él.
Yo no quería decir nada, era algo incómodo tener a mi primo tocandome de esa forma. Y más sabiendo lo mucho que me ponía caliente sentir su tacto.
–Déjame dormir- intenté alejarme pero con su mano mantenía mi verga pegado a él.
–Yo sé que no puedes dormir con todo ese ruido de afuera-
–Pero igual ando aburrido- me soltó la verga de la nada y se sentó en la cama.
–Te puedo enseñar algo para que no te aburras-
Sin ninguna advertencia se bajó la ropa y dejó su verga al aire, era larga como de unos 15 cm. Estaba algo flácida pero se notaba que ya venía muy caliente.
–Primo, déjate de estupideces- me dí la vuelta y cerré los ojos.
Hasta que sentí sus manos levantándome y haciéndome acostar boca abajo en la cama, dejando su verga frente a mi cara.
–Ahora chúpamela, cabrón- me agarró la cabeza y comenzó a metermela sin piedad una y otra vez.
Parecía no importarle la gente que había afuera, ni el mismo hecho de que fuéramos primos, solo le importa meterme su verga.
–Eso, cabrón, trágala todita- decía a cada rato mientras se le escapaban varios gemidos de placer.
–Ah, ya me vengo, cabrón- yo solo intentaba sacarme su verga de la boca pero no lo lograba.
Hasta que finalmente sentí como terminó dentro de mi boca.
-Dale, cabrón, traga toda mi leche- era raro ver a mi primo así, casi no hablábamos pero juraría que él no era así.
Tragué su semen y me tiró a la cama, dejándome muy cansado.
–No te muevas, cabrón- abrió mis piernas y comenzó a meter su verga lentamente por mi agujero.
No lo podía creer, recién me había puesto a darle una mamada y ya quería metermela. No tengo idea de como tenía tanta fuerza para seguir caliente.
–Ponte en 4 primo, te quiero ver- sus palabras estaban cargadas de lenguaje obsceno y no paraba de verme con deseo.
–Te dije que en 4 puta- me agarró del cuello y me dió la vuelta, comenzando una vez más a intentar meterla.
Escuchamos que la música de afuera se intensificó, y todos los adultos gritaban sin parar. Dejándole a mi primo la oportunidad perfecta para no contenerse conmigo.
Sin avisar la metió toda hasta el fondo, haciéndome gritar como nunca antes lo había hecho. Por desgracia para mí nadie podía escucharme sufrir.
–Esto no tomará mucho- susurró a mi oído entre un montón de gemidos de placer y la voz ronca.
Siguió metiendo y sacando su verga de mí sin parar, con el tiempo comenzaba a aumentar la velocidad y la fuerza. Dejándome sin más opción que soportarlo todo.
–Eres un buen chico- susurró y después me empezó a besar todo el cuello mientras me la seguía metiendo y sacando.
–Esto no me gusta..- decía intentando contener gemidos.
–Yo sé que te encanta- con sus manos comenzó a acariciarme, bajandolas por todo mi pecho.
–Porfavor déjame- sus caricias ya casi me tenían a sus pies, no lograba contener más los gemidos.
Siguió acariciando mi pecho hasta bajar sus manos a mis pezones, los cuales comenzó a masajear con sus dedos, poniéndome a mil.
–Ya casi acabo, cabrón- dió una última metida, gimiendo como nunca lo había oído.
–Duele.. mucho…- sacó su verga lentamente y se acostó a mi lado mirando hacia arriba.
Me dí la vuelta y quedé viendo al techo igual que él.
–Eso estuvo increíble, ¿No?- me volteó a ver, viendo cómo yo lloraba como nunca.
–Fue doloroso..- continué llorando sin poder contener las lágrimas.
–Perdón, no era mi intención- me abrazó y me comenzó a acariciar la cabeza para calmarme.
Esta vez ya no parecía querer sexo, simplemente me quería consolar de verdad. Su abrazo y sus caricias se sentían más cariñosas.
–Perdón por esto..- realmente se arrepentía, sus lágrimas comenzaban a bajar por su cara y no paraban.
–No fue tan malo- me miró con confusión, a lo que aproveché para plantarle un beso en los labios.
Nos quedamos abrazados hasta que terminamos dormidos ahí mismo como si nada.
Al amanecer despertamos y ya estábamos con ropa otra vez y las sábanas estaban limpias.
Continuará…
Como sigue?
Excelente relato. Como sigue?
Gran relato… me has hecho disfrutar de mi paja. Ojala continúes con la historia.