Mi proceso hasta mi desvirgación con 15 a manos de un maduro
Esta es mi historia real del proceso que pase para que un maduro de 36 años me desvirgase a mis 15.
Este es un relato real sobre el proceso por el que pase al perder la virginidad a mis 15 años con un hombre de 36. Desde conocerlo, pasando por mis miedos e inseguridades hasta el punto en el que consiguió desvirgarme.
Principios de verano, yo un chico de Mallorca, moreno, 14 años,1’80m, pelo castaño estilo Beatle, con poco vello en el cuerpo y todavía sin barba y con experiencia nula en el sexo mas allá de haber realizado varias mamadas a un hombre de 54 años. Veraneaba como cualquier otro adolescente, con el curso encarrilado y a punto de acabar, feliz de poder estar en la playa, en el hotel de mi abuelo donde a veces echaba una mano y otras pues simplemente me divertía como un turista mas… Una tarde cualquiera, muy típica, de estar en la playa viéndome con gente conocida del instituto, jugando a palas, cartas, paseando y yendo a hacer alguna que otra visita al chiringuito de playa del hotel de mi abuelo fue cuando en esa misma barra un hombre de 36 años, aspecto rudo,1,95m aprox, con varios kilos de mas, velludo, pelo rizado corto y con un moreno de piel curtido en la obra. Me fui a la barra, esperando a que me dieran mi mochila donde guardaba mis cosas y de repente irrumpió el con la frase: ¿Te vas con lo bien que se esta y lo que queda de tarde?. Sonreí y dije con total inocencia que tenia cosas que hacer… me pregunto si eran cosas del instituto y le dije que si a lo que el contesto: Lastima, pareces un chaval muy simpático, te vi varias veces por aquí, ayudando a recoger y la verdad es que un chico como tu se merece una propina, aunque sea en forma de helado. Sonreí, le di las gracias por el comentario y le dije que me tenia que ir.
Dos días después, nos volvimos a encontrar, en la playa apoyado el en el chiringuito del hotel, era un jueves y yo ayudaba a la chica del bar a recoger ya que su compañero libraba ese día, a lo que se me acerco y me dijo: Ponme 2 helados, los que mas te gusten y te invito a uno. Le sonreí y la chica del chiringuito nos oio y nos dijo que tenia ya la caja cerrada, que o ya lo pagaríamos o que fuéramos dentro a pedir cosa a la que yo conteste que no se preocupara, que invitaba yo esta vez. El agradecido acepto la invitación con una condición: Que le diera mi Messenger para así poder quedar otro día y poderme invitar el al helado. Acepte, era un hombre simpático, agradable y la chica del chiringuito parecía conocerlo y tener cierta confianza con el. Llegue a casa y nada mas abrir el ordenador ya vi su solicitud de amistad, la acepte y no tardo mas que unos minutos en hablarme, se llamaba Andrés y quería invitarme al día siguiente al helado, después de cenar, con tranquilidad en una heladería del fondo del paseo a lo cual después de lanzarme algún que otro piropo acepte.
Al dia siguiente, cene en mi casa y justo después le dije a mi madre que había quedado con unos amigos para dar una vuelta, a lo que ella pues no le dio mayor importancia. Yo sabia que estaba quedando con un hombre mayor, pero tampoco pensaba en ese momento que Andrés querría algo, yo sentía que me atraían los hombres pero tenia aun esas pequeñas dudas en mi. Termine de cenar y me dispuse a ir donde habíamos quedado, fue un rato agradable, pedimos un helado y estuvimos caminando un rato, me preguntaba cosas del instituto, de mis hobbies, todo resultaba ameno y en cierto modo entrañable. Eran ya casi las 12 de la noche y me propuso subir a un mirador, seguir charlando sin todo el ruido del paseo, a lo que accedí, de manera inocente y sin pensarlo. Subimos allí y seguimos la conversación hasta el punto en que el me dijo sentirse mas culpable por haber quedado conmigo y que si habíamos subido ahí era para evitar que la gente hablara si nos veía paseando juntos a lo que yo le respondí que me daba totalmente igual, que no hacíamos nada malo. Él se me quedo mirando, en silencio durante unos segundos hasta que rompió con un suspiro y me dijo: No estamos haciendo nada mal, pero no te negare que me tienes fascinado a pesar de tu edad, pero es complicado que tu quieras lo que yo… Le replique que no era tan pequeño, que no me tratara como a un niño, a lo que el me respondió: Pero si yo te digo que quiero besarte, seria una temeridad. Y yo le contesté: No si yo decido que también quiero… Se me planto delante y me dijo: En ese caso tu eres quien decide… Le di un pico en los labios y me quede a centímetros de su cara, a lo que el contesto con otro pico para empezar a dejar paso a besos mas lentos y profundos, un momento mágico que desencadeno en mas frenesí hasta que el paro y me pregunto: Sabes hacer una mamada? A lo que yo respondí un tímido mas o menos y recibí como respuesta que se bajara los pantalones y me dijera: Quiero saber si sabes o no… Me quede algo en shock, el noto mi inexperiencia y timidez, cogió mi mano y la puso en su polla, de unos 15-17cm, gruesa y velluda, me seguía besando lento mientras me hacia manosear su polla… Me excite, para mi en ese momento era lo máximo, respire y me arme de valor, a pesar de ya tener una mínima experiencia para mi eso era como una repetición de la primera vez que mamaba. Me puse de rodillas, el apoyado en el lateral de su coche, pantalones bajados y yo empecé a lamer, el a gemir y poco a poco empecé a introducirla en mi boca, lento, mientras el me pedía que usara más la lengua y me decía que lo estaba haciendo muy bien. A los pocos minutos unas motos subiendo nos interrumpieron, paramos y ya decidimos que nos íbamos, ofreció acercarme a mi casa, paro una manzana antes de mi casa y en la despedida nos volvimos a besar.
Al día siguiente no recibí ningún mensaje suyo por la noche ni por la mañana, me extrañaba mucho, así que decidí bajar a la playa para ver si estaba allí, sábado por la tarde, playa llena y cuando fui a saludarlo el simplemente me rehuyó, me pidió que por favor en ese momento no, a lo cual yo me sentí muy mal y decidí irme, se respiraba tensión. Llegue a mi casa, me duche y me puse a jugar con mi consola y al aburrirme me pase al ordenador, donde encontré un mensaje suyo en Messenger, pidiéndome por favor quedar esa noche para hablar de lo sucedido, en primera instancia me negué, estaba dolido, pero insistió hasta que acepte, quedamos donde me había dejado la noche anterior. Acudí, subí a su coche a lo cual el me pidió ir un poco más arriba de mi urbanización, para estar mas tranquilos. Una vez allí me pidió disculpas por el trato y me dijo que no quería problemas, ser el mal visto por lo que había pasado a lo que yo le respondí que yo no quería dejarlo correr, que me había gustado y era yo quien quería seguir conociéndole… Fue una charla tensa, donde ambos acabamos medio gritándonos, con sabor a desesperación de no llegar a un punto que ambos deseábamos, hasta que el me dijo: Tu no entiendes que provocas a mi demonio interior cuando estas cerca chaval… Le conteste que no tenia miedo a asumir el riesgo, que yo también me enfrentaba mis demonios con casi 15… le mire a los ojos y le dije que no tenia miedo de él, ni de sus demonios. Silencio tenso, miradas fijas que no se despegaban y su mano lanzándome una caricia para romper el silencio resoplando mientras me decía: Demuéstrame que no tienes miedo a mis demonios… Se bajo el pantalón como pudo, sentado en el asiento del piloto, tirándolo hacia atrás al máximo, sentí su mano en mi nuca y no lo dude, baje la cabeza mientras su mano la acompañaba, aproximándose a la oscuridad que reinaba en la parte mas baja del coche, cerré los ojos y enseguida note como algo se movía, de un lado a otro, hasta impactar con mi cara, buscando mis labios… su glande hizo contacto con mis labios aun cerrados, abrí mi boca, su mano acompaño hasta el fondo a mi cabeza mientras su polla entraba en mi boca hasta tocar su mata de pelo, donde solté una arcada, el quito su mano de mi nuca mientras gemía levemente… Empecé a comérsela, lento, libre, sintiendo como el gozaba, como se humedecía toda su polla, emanando de su entrepierna ese olor a hombre, a sudor, al mismo tiempo que mi boca revivía mis anteriores 2 experiencias haciendo una mamada con ese sabor a macho, a lo que hoy identifico como sabor a pre lefa… No quería que acabara ese momento, oía gemir a Andrés como nunca había oído gemir a un hombre, hasta el punto de que abrió su puerta, me aparto de su polla, salió del coche y en la misma acera no pudo aguantar y termino corriéndose. Me quede ahí, viendo como se corría de espaldas a mi, se giro y me dijo: No sabia si estabas dispuesto a tanto, por eso te quite. Yo respondí que jamás lo había probado y que gracias por haber preguntado… El camino a mi casa fue silencioso, pero no había tensión, sino sonrisas, me baje del coche y nos besamos, quedamos en hablar y me fui camino a mi casa, recorriendo esta manzana pensando en Andrés y las ganas de volver a quedar con el, de volver a saborear esa polla.
Nada mas llegar a mi casa le escribí diciéndole las ganas que tenia de volver a verlo, de volver a “calmar a sus demonios” a lo que recibí a la mañana siguiente como respuesta la dirección de su casa y una hora, sin pensarlo al día siguiente fui al lugar y a la hora que me había dicho, subí a su casa y simplemente sobraban las palabras, 5 minutos hablando de nada en concreto, con esa tensión sexual en el ambiente que conduce a un silencio algo incomodo y que Andrés rompió con un: Quieres…? Asentí con la cabeza antes de que terminara la frase a lo que el reacciono yéndose al sofá y bajándose los pantalones, fui tras el, me arrodille y sin pensarlo puse la cara en su entre pierna a lo que el reacciono parándome y diciéndome de forma muy seria: No quiero ofenderte, pero quiero enseñarte a que lo hagas mejor, lo haces muy bien pero eres un chico joven y quiero que aprendas… A lo que yo le conteste que si, que quería mejorar. Empecé a comérsela, pero no solo ese día, a las puertas de Julio y con mis 15 a 2 meses de cumplirse empezaba un verano en el que mi mayor deseo y pasión era que llegara la tarde para ir a casa de Andrés y que me pusiera a mamar, iba prácticamente a diario, quería complacerle, aprender y poco a poco iba despertando mi sexualidad…
Fueron 2 meses en los que me desmelene hasta cierto punto, tenia complejo de que vieran mi cuerpo desnudo y a pesar de mi convicción de ocupar un rol pasivo empecé a sentir el vértigo de ver como Andrés quería mas que una boca donde aliviarse, quería que probara su lefa, quería desnudarme, manosearme piel con piel… pero sobre todo quería ser el primero en follarme, en entrar dentro de mi, quería hacerme suyo. Empezó a pedirme que avanzáramos y ante mis miedos, dudas y negativas la situación se torno algo tensa, dejo de ser tan comprensivo, empezó a ser mas arisco conmigo, mas rudo… Hasta que llego principios de Septiembre y fue cuando el exploto y me dijo que no quería quedar mas si no era capaz de darle mas, diciéndome que solo había estado jugando con el, con sus ganas… Me desmorone, me sentía triste y no lo podía ocultar y menos a mi madre, quien a pesar de ser muy liberal y siempre contarle yo todo no sabia nada de mi historia con Andrés, por la diferencia de edad, por no meter en problemas a Andrés y por miedo a perderlo pero se lo acabe contando a falta de 2 días para mi cumpleaños, ella me entendió, me dijo que no pasaba nada que simplemente debía seguir mi instinto y no tener miedo a cosas tan naturales como el sexo y que a pesar de todos los factores si yo quería estar con Andrés debía luchar por ello.
Llego mi cumpleaños, un miércoles a punto de empezar las clases del instituto, celebre un cumpleaños con mis mas íntimos amigos, pero seguía faltándome Andrés, quien me felicito de manera muy escueta, mientras yo seguía dándole vueltas a las palabras de mi madre. Llego el sábado, mi sensación de que el verano se acababa era total y no quería que acabara con ese mal sabor de boca, eran las 22hs y cogí mis llaves y me fui a casa de Andrés, le llame cuando estuve abajo y le pedí que me abriera, cosa que el se negó al principio, le pedí que por favor me abriera, que necesitaba verlo y acabo accediendo. Subí a su piso y me pregunto que que quería y simplemente me plante en medio de su salón, respire hondo y empecé a desnudarme, por primera vez en mi vida ante alguien estaba desnudo e indefenso en mitad de su salón, a lo que el me miro y me dijo: ¿Que quieres decirme con esto? Volví a respirar hondo y le dije: Quiero que seas tu el primero… Volví a respirar hondo y cerré los ojos, no podía creerme lo que acababa de decir ni hacer, cuando abrí los ojos el esta a centímetros de mi, empezó a tocarme el culo, lento y suave, para acabar pasando sus manos por todo mi cuerpo, nos besamos y se empezó a quitar el pantalón, me arrodille y empecé a comérsela. Volvía a estar en el quinto cielo.
Conseguí relajarme, ponerme muy cachondo mientras se la estaba comiendo, estaba cómodo, controlaba el estar de rodillas ante el comiéndosela hasta que quito su polla de mi boca, se echo un paso atrás y yo lo mire, desde el suelo y el me pregunto de forma muy seria: ¿Estas seguro de querer que te desvirgue? Asentí. Me hizo levantarme del suelo y me condujo, yendo yo delante pero agarrados de la mano hacia su habitación, entramos, cerro la puerta y me dijo: Cuando esta puerta vuelva a abrirse ya no serás virgen. Me puso de pie, en un lateral de la cama, mirándolo a el, con su cama a mi espalda, me beso lento y apasionado pero poco a poco aumentaba la intensidad, el manoseo, notaba como todo el se aceleraba, saco un bote de lubricante del cajón de su mesita de noche y me giro mirando hacia la cama, me puso en 4 apoyado en la cama, con los brazos sobre la cama, las rodillas en el suelo, se unto un dedo con lubricante y empezó a jugar con mi culo, lo que empezó a producirme algo de placer, pero tengo que confesar que es una practica que jamás me entusiasmo, pero ese día lo sentía todo al máximo, me giraba para verlo, veía su mirada famélica, lo acelerado que el iba… De golpe paro con el dedo, unos segundos de silencio y oi como cerraba y dejaba el bote de lubricante en su mesita, a continuación note su mano, fría por el lubricante, pasando por toda mi raja y ahondando en mi ojete. Paro, mi culo estaba totalmente lubricado y de nuevo el silencio, me pareció eterno, sabia que había llegado el momento, respire hondo y sentí como el se posaba sobre mi, sus manos recorrían mi espalda para acabar deteniéndose en mi cadera para empezar a notar algo duro jugueteando entre mis nalgas mientras notaba cada vez mas sobre mi su presencia física… Me sentí tan vulnerable, tan indefenso pero a la vez en cierto modo sentía que era como debía ser. Note su aliento en mi espalda avanzando hacia mi nuca, sentía como su polla se abría paso hacia mi ojete, dura, aun sin penetrarme… “shhhh relájate, respira, estira los brazos” me dijo con voz dulce pero a la vez con un toque perverso, respire y estire los brazos, el empujo y su glande entro en mi culo totalmente lubricado, yo gemí levemente y el me pregunto: ¿Bien? No conteste, me encontraba en shock, ni para bien ni para mal pero si en shock. De nuevo el silencio, durante unos segundos, es esperando respuesta yo sin poder darla y de nuevo embistió un poco mas, gemí mas fuerte y volvió a preguntarme: ¿Bien? Seguía sin poder dar respuesta, a lo que el dijo: Si no hay respuesta negativa el resto siempre es que si. Empujo hasta el fondo, hasta que su cadera choco contra mis nalgas, gemí bastante fuerte, había dolor y placer, me sentía vulnerado, penetrado, invadido… y empezó a moverse, a follarme lentamente mientras yo no podía articular palabra, cada vez aceleraba mas y yo me iba alejando de la idea de una primera vez idílica, romántica de las de película para dar paso a lo que en ese momento fue para mi una experiencia de choque al sentir a Andrés gemir cual cerdo, posándose sobre mi, atrapándome entre su cama y su cuerpo, inmovilizándome para así follarme a placer, me sentía muy sucio… Fueron 20 minutos en los que mi cuerpo se quedo totalmente a su merced, mi mente dejo de gobernarse a si misma y que culminaron con el gimiendo como jamás lo había oído gemir para acabar extenuado sobre mi, sin sacarla y diciéndome: Te he preñado, pero no te preocupes, estoy sano y tu también.
La saco, yo me quede inmóvil en la cama, respirando, intentando asimilar todo lo ocurrido, el me levanto, me beso y me dijo que fuéramos al baño de su habitación. Me planto ante el espejo, abrazándome por la cintura y escondiendo medio cuerpo tras el mío, sonrió de forma muy vacilona, perversa diría yo y me dijo al mismo tiempo que cogía su polla y la meneaba: ¿Que pasa? Mírate, lo has hecho, me has dado tu virginidad. Me quede frente al espejo mientras el me besaba el cuello y seguía con su cara de felicidad, mientras yo me observaba a mi mismo y a él, simplemente no podía creer que acabara de darle mi virginidad a un hombre de 36 el cual con el tiempo acabaría convirtiéndose en un autentico cerdo pervertido (pero eso ya es otra historia). Avise a casa que no iba a dormir, prometiendo dar explicaciones al día siguiente, me acosté a su lado y simplemente estuve toda la noche sin poder dormir, viendo a mi lado al hombre desnudo que me había desvirgado, oliendo a sudor y sexo, asumiendo lentamente que esa habitación, esa cama, esa polla que asomaba entre todo ese matojo de pelo, ese hombre… siempre formarían parte de mi de una u otra forma….
Dios que estupendo relato, me gustó y recordó mi desvirgación.