Mi profesor de español
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Empezare por describirme, yo tenía 17 años, recién entrado en segundo semestre en la preparatoria, soy alto, moreno y muy esbelto debido a mis genes, no obstante cuento con un cuerpo sano y tonificado.
Mi profesor Vicente que impartía la clase de Literatura y lengua española debe tener alrededor de 32 años, era alto, de tez muy blanca, con un buen cuerpo robusto que si bien no estaba marcado, tenia unos brazos torneados y un buen abdomen, su manera de vestirse y verse era generalmente en onda hipster, su bigote café se lo dejaba crecer hasta tocar su barba en tipo candado y lo moldeaba como mostacho.
El primer día que entro en nuestro salón no pude evitar notar su paquete, era la primera impresión pero concordamos (yo y más amigos) que ese día se le marco demasiado un enorme bulto en su pantalón de mezclilla, el con ser tan buena onda y atento me cayó demasiado bien.
Al grano, al pasar el tiempo crearon un grupo de redes sociales para estar en contacto con los eventos relacionados a la materia a los cuales se le atribuían puntos extras, yo quería que el profesor me notará así que comencé a sacar malos resultados, para la mitad del semestre él me había agregado a sus amigos y habíamos platicado acerca de que me estaba pasando, yo sólo le decía que lo haría mejor y me esforzaría, ya para la semana de finales del semestre había mejorado, participaba en todo y me notaba demasiado.
Un día llegué tarde a otra clase y la maestra me cerró la puerta en la cara impidiéndome pasar, estuve un buen rato vagando hasta que fui al baño, entre y estaban solos, puse mi mochila en el suelo, desabroche mi bragueta y comencé a orinar en los mijiteros, el profesor Vicente entró y me vio ahí, yo me puse algo nervioso, solo me sonrió y entró a un baño con puerta, continúe en lo que hacía, cuando terminé repentinamente él abrió su puerta y se me quedo viendo, por un largo rato, yo me quede pasmado sin saber como reaccionar, ni me percate que mi pene se había puesto duro con la sensación de que me miraba, él se acercó y me rozó el trasero con una de sus manos susurrando "Deberías procurar llegar más temprano".
Cabe resaltar que no me considero demasiado notorio, pero debe haber sido en alguna vez, un comentario que solté cuando el iba pasando por mi lado " pues, ese chico esta guapo, yo me lo tiraba".
Después del incómodo momento del baño todo transcurrió normal, hasta su clase, dada ya por terminada me tomo del antebrazo y me pidió de favor que le ayudará con la caja que tenía en el escritorio llena de exámenes, fuimos juntos hasta el estacionamiento, el abrió su coche y me dijo que la pusiera en la parte de atrás, yo solo la coloqué, me estire para ponerla y me agache, pude ver que estaba viéndome por detrás, luego de esto, tome mi mochila y me iba a ir, a lo que él dijo:
– Te vas a ir caminando? Venga, subete yo te llevo a tu casa o le tienes miedo a tu profe?
Yo me heche a reír y le dije que no, subí y puse la mochila en mis pies y me abroche el cinturón, mientras yo le indicaba el camino hizo una pausa, se frotó la cabeza y dijo – Uy, espero no te moleste que haga una parada en mi casa, necesito arreglar algo, me vas a tener que acompañar.
Yo solo reí de nuevo y en el camino venía haciéndome preguntas como "que si tenía novia" "que si me gustaba la música" cosas que le preguntas a un amigo supongo, lo vi normal.
Llegamos a su casa, un departamento en el quinto piso, bastante grande cabe mencionar, era espacioso y con una buena vista hacía la calle, desde ahí arriba se veía todo en un muy bonito paisaje, el entro hasta su cuarto y me dijo que me quedará ahí sentado, obedecí, quizás cuando me toco fue por accidente pensé
El salió de su cuarto con una toalla puesta, con la luz que entraba de las ventanas del departamento se le iluminaba todo el cuerpo, su pecho tenía vellos rubios y sus pectorales estaban bien torneados, su abdomen era plano más no marcado, llevaba un camino de vellos por debajo del ombligo en vertical hacia abajo, sus piernas torneadas con muchos vellos rubios, mi cara se ruborizó y me dijo
– Espero no te moleste que me meta a bañar, no me tardaré, huelo a macho
Era verdad, olía a eso, acto seguido levanto su brazo derecho, e hizo un gesto de desagrado, su axila tenía vellos y su brazo se marcaba un musculoso bícep, así que se dirigió a su baño, yo no sabía ni que hacer ni decir, comenzaba a sentir como si nada fuera real, pero por un momento pensé "era ahora o nunca"
Corrí a seguirlo, lo más silencioso que pude, la puerta estaba media abierta, la toalla en el suelo y el bañándose, con los ojos cerrados y sus manos en su pelo mientras lo enjabonaba, mi pene se puso duro, el se giró hacia mí, dejándome ver su pene que estaba aún dormido de unas 5 pulgadas de largo y muy ancho, lleno de vellos color cafés y abundantes, no pide aguantar y entre
– Profe, quería preguntarle algo
Me miró y simplemente dijo
– No lo preguntes, solo hazlo
Me le acerqué y el abrió la puerta corrediza de cristal, me acercó a él y me beso, yo no sabía besar, solo me deje llevar y comencé a abrir y cerrar mis labios procurando dejar en medio los de e, sentía cosquillas por su bigote y barba, introdujo su lengua brutalmente en mi boca y rodaba la mía, era una sensación tremenda y combinada con que el fuera mi profesor mucho más, su brazo rodeaba mi cintura para empujarme hacia el, me quito la camisa con ambas manos y me seguía besando, yo baje mis manos a mi pantalón y comencé a quitarle el cinturón sin dejar de besarlo en la boca, el se acercó mas y me besaba el cuello, sentía que mis pelos se ponían de punta, me paso su lengua por todo mi cuello hasta llegar a mi boca, me giró la cabeza y me mordía los oídos, yo me quité el pantalón y quedé en boxers que apaciguaban mi erección, la mantenían hacia la derecha, me daba pena quitármelos pero el metió su mano grande y rasposa a mis boxers, comenzó a sobarme el pene por debajo de los boxers y luego la paso a mis nalgas y metía sus dedos, yo sentía muchísimo placer y él también ya que se le estaba empezando a parar su pene, no paraba de besarme mientras me metía dos dedos
– No tengas pena, dejate llevar, te va a gustar
Me bajé el bóxer sin pensarlo y entre a la regadera, ambos nos quedamos mirándonos mientras nos mojábamos, sin pensarlo tomo mis muñecas y las alzó me puso contra la puerta corrediza y se inco, sentí como metía su lengua dentro de mi ano, le daba lenguetazos y la movía en espiral, me escupía y me nalgeaba, su bigote y barba de nuevo picaban, yo solo me quejaba en voz baja por pena
– Quiero escucharte gritar
Comencé a gemir más fuerte, el se paró y tomo su pene con su mano, lo veía por detrás de mi hombro, le había crecido a 7 pulgadas, sus venas se le marcaban, en el pene y en sus brazos me lo comenzó a empujar, mientras le escupía saliva y la untaba en mi ano, y con la otra mano me tomaba del cuello, después la paso a mi boca y metió sus dedos, mientras lo veía pararse en puntas y arqueado a mi, mis nalgas contra su pene, el lo intentaba meter pero no podía, cerró la regadera y me levantó abrazado cara a cara, me cargó hasta su habitación y me lanzó a la cama, me acomodo de espaldas y de nuevo intento meterla, me decía "Aprieta, relaja" a cada vez que seguía su indicación sentía como poco a poco iba entrando, una sensación extraña, me dolía mucho pero en cierta forma me gustaba.
Me la metió de golpe y comenzó a mover sus caderas como un gusano, solo sonaba el choqué entre mis glúteos y su pelvis mientras sentía el mejor dolor posible, de nuevo puso una de sus manos en mi boca e intencionalmente lo mordí, le gustaba tanto que lo hacía gemir, y me daba unas embestidas más fuertes, el colchón se hundía y rechinaba mientras yo gritaba de dolor.
Me volteo y me levanto las piernas en posición V, le echó otro escupitajo de saliva y la volvió a meter, me daba mas fuerte y miraba al techo, el sonido era cada vez más grande y yo gemía como loco de placer, el me sonreía y me escupía en la boca, me obligaba con su mano a abrir mi mandíbula, paro de posición y me levanto "agarraré con tus piernas de mi espalda" y me la metió mientras yo me sujetaba de su cuello y con mis piernas de su espalda mientras el solo hacia flexiónes para meterla y sacarla.
Luego de nuevo me tumbo a la cama, el se acostó boca arriba y me dijo "montame" yo me le subí tímidamente y comencé a saltarle encima, lo estaba dominando, arqueaba mi espalda con movimientos de todo tipo mientras el estiraba sus manos para tocarme los pezones y todo mi abdomen, terminaba tocándome el pene y masturbandolo
– Desde que te vi me gustaste, te voy a coger como nadie, vas a quedar llorando
Me tumbo a la cama y me puso en cuatro – Ahora si me vas a conocer y dejar de provocar – Me comenzó a dar tan duro que me hizo incluso llorar, mis gemidos eran súplicas de que parará, el seguía, le gritaba "profe paré" y parecía exitarle más, el decirle profesor era una completa fantasía para mí.
Por último me la sacó y me la puso en la boca, me acomodó sentado en el suelo recargado en la base de la cama y el parado, yo me le acercaba y se la chupaba torpemente, me decía que abriera más la boca mientras reía, me estaba empujando con una mano hacía su pene, sabía extraño, es como si lamieras un dedo pero con más sal, poco a poco lo hacía mejor y el profesor se aprovechaba y la sacaba de mi boca para darme con su pene cachetadas, seguí comiéndosela hasta que me dijo que se iba a venir
Me acostó en la cama y preguntó que en donde la quería, yo le dije que en la boca y en el ano, solo se río y me dijo "eres un goloso, no tienes llenadera" y me la metió mientras la movía suavemente hasta que su cara cambio en un gesto de placer que lo obligo a abrir la boca y gritar, mientras sus pies se estiraban, sentí mi ano caliente, con todo su semen ahí, rápidamente lo sacó y me lo metió en la boca, no mentiré, no me gustó, el me comenzó a masturbar poniéndo su cara al lado de mi pene, hasta que me corrí y le llené la cara, su mostacho y barba de semen, el se levantó, me invito de nuevo a la ducha y pasamos todo el rato con roces y besos.
Pero no todo fue feliz, me llevó a comer a un sitio de hamburguesas, donde sentía que era la persona más feliz, era mi profesor, un sueño hecho realidad, me dolía mucho aún y sentía como si no pudiera apretar y estuviera entumido, pero valía la pena, al llevarme a casa paro su auto a dos cuadras y sin decir una palabra me abrió la puerta indicándome que bajará, no me miró ni a los ojos, me fui.
Al día siguiente todo transcurrió normal, nunca volvimos a tocar el tema, fue como si jamás paso, lo comprendí, era totalmente algo prohibido e inmoral.
Nuestra relación se desgastó y en mi desesperación por llamar su atención cometí varios errores de los que si bien disfrute, no me siento orgulloso de haber tenido sexo por venganza con demás hombres.
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