Mi profesor de matemáticas
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Yero.
Todo empezó un día cuando terminamos un examen del 3er parcial, y el profesor de matemáticas me pidió un favor, que si podría ayudarlo a calificar los exámenes en la hora final, como yo era el favorito de su clase era lo más obvio, yo encantado accedí, desde el primer día de clases yo estaba fascinado con él, era un hombre guapo, apiñonado, fornido, barbudo, velludo, alto, de cómo 1.80cm, y muy formal. Yo por otra parte soy delgado apiñonado, 1.70cm, pero eso si con unas buenas pompas, ya que siempre he ido a clases de natación.
Ese día tuve que salir de inmediato de mi última clase para llegar con mi profesor y ayudarlo a calificar los exámenes, subí hasta el 4to piso y entre en su cubículo, cuando lo vi ahí estaba con la pierna cruzada y con un pantalón de vestir, junto con su camisa blanca y su corbata roja que tanto me gustaba, yo iba con mi sudadera favorita gris y con un pantalón de mezclilla. Al verme el profesor sonrió y me ofreció los exámenes junto con las hojas de respuestas para empezar a calificar. Yo lo miraba de reojo pero desviaba la mirada cuando él me miraba a mí. Al poco rato salió y dijo que iría a ver al conserje para que le dejara las llaves ya que íbamos a tardar mucho y el conserje tenía que irse temprano. Yo le respondí que si y salió del lugar. Al poco rato regreso y estaba algo cansado de subir los cuatro pisos y se fajo la corbata, tomo un vaso de agua y me ofreció uno a mí también, al ver eso me pare y tome el vaso que me ofrecía, lo tome y empezamos a platicar:
-Me he dado cuenta que la mayoría de tus compañeros salieron muy mal en el examen y ya no creo poder ayudarlos más, si todos fueran como tú…. Todo sería mejor, tú siempre tienes buenas calificaciones, participas en clase, siempre me pones atención y lo entiendes todo a la perfección. Dijo él.
-Bueno lo que pasa es que usted es un buen profesor y los demás no lo aprovechan. Conteste.
-Pero sabes… Dijo mientras se acercaba hacia mí.-Hay algo que también es una buena virtud tuya, ¡esto!, lo dijo mientras me pasaba mis manos por mi cintura hasta llegar a mis pompas y apretarlas.
Del susto yo solté mi vaso y se derramo el agua. Y el luego dijo:
-¿Me vas a decir que tú no sientes lo mismo?, estamos solos y nadie se va a enterar y esto te ayudara a aprender más de cómo debes de tratar a un hombre…
Yo seguí como asustado pero al mismo tiempo excitado por las palabras que me decía, entonces de mí salió un impulso y lo bese en la boca, y para mi sorpresa él me correspondió, nos besamos muy efusivamente mientras el tocaba, apretaba y sobaba mis nalgas, luego puse mis manos sobre su pecho y lo fui sintiendo, luego de esto el me susurro:
-Puedes bajar tus manos si lo deseas, en este momentos es sólo tuya…
Mientras me besaba el cuello, baje mis manos y pude sentir su gran verga, estaba gruesa y a mi parecer grande comparada a la mía, en realidad no sé como de cuantos centímetros pero les puedo asegurar que era grande. Luego de sentirla el me quitó mi sudadera dejándome con sólo mi playera, yo proseguí quitándole la corbata y la camisa para ver su velludo y musculoso pecho. Yo iba a proseguir a quitarme mi playera de cuello V y de color verde, pero él dijo:
-No te la quites, siempre me ha gustado esa playera.
Yo para hacerlo feliz no me la quité y entonces me desabrochó el pantalón y me lo bajó de un tirón, dejándome sólo en unos bóxers grises apretados que dejaban ver todo de mí, y luego dijo:
-Has lo mismo con los míos, siempre he querido que me bajes tú los pantalones y beses mi verga sobre encima de bóxer.
Así que eso fue lo que hice, le desabroché el cinturón, y lo quité de un tirón, luego bajé sus pantalones lentamente hasta el piso y quede frente a esa hermosura de verga, que suplicaba que la sacara de ahí. Empecé a besar y luego a lamer sobre su bóxer tal y como él quería, subí la miraba para ver su cara y él se moría de la excitación, yo igualmente me moría de ya mamarla, así que la saqué de ahí y sin pensarlo dos veces la metí en mi boca, luego la volví a sacar y lamí su glande como un paleta de dulce y muchas veces, ya que había leído que esa era una zona de mucho placer y yo quería complacer a mi hombre. Proseguí a meterla toda en mi boca y mamarla como si no hubiera un mañana, luego él me tomó de mis cabellos y me empezó a coger por la boca, eso me excitaba bastante ya que siempre quise que me hicieran alguna vez, ya que yo lo veía muy rica, luego el paró y dijo:
-Si sigo así me vendré en tu boca y en realidad quiero seguir con esto un poco más…
Me tomó de mi brazo y me levanto me beso y me aventó contra el escritorio, me dio la vuelta y me dijo:
-Ésta es mi parte favorita, espero que te guste ya que yo lo disfrutaré al máximo.
Tomó mis nalgas y me dio dos nalgadas, se puso de rodillas, y abrió entre mis pompas y metió su lengua, primero la sentí cerca de mi ano y luego en mi mismo ano, fue de las mejores cosas que jamás había experimentado, sentía como esa sensación recorría todo mi cuerpo, lo tomé de la cabeza y le dije:
-Sigue papi, chúpalo todo, hazme tuyo….
Cuando escuchó eso, trató de meter completamente su cabeza en mis pompas y luego me dijo:
-Creo que ya estas, ¿Estás listo?
Yo asentí con la cabeza y me empezó a meter su dedo, luego fueron dos y por último tres, luego se puso de pie y dijo:
-Espero que no te duela mucho bebé, ya que no traje nada para hacerlo más fácil, pero creo que al natural es mejor o qué opinas tú?
-Yo creo que al natural es mejor. Me acerqué a él y lo bese.
Luego él me tomó con una mano de la cintura y luego con la otra empezó a meter su pene entre mis pompas para que entrara en mi ano, sentí como se me partía el alma, y luego me dieron ganas de grita, para que él luego me tapara la boca y dijera:
-Créeme duele menos cuando te acostumbras…
Yo no sabía qué hacer, así que me tomé duramente del escritorio y sentí como empezaba a meterla y sacar, un poco despacio y luego empezó a subir el ritmo, y para mí ese dolor se empezó a convertir en placer, y luego me dijo:
-Y qué tal?
-Se siente muy bien papi…
Luego yo empecé a empujar mis nalgas contra su verga para sentirla más dentro de mí, a lo que respondió:
-Ves bebé, te dije que te iba a gustar… sigue así, métela toda dentro de ti.
Luego, obedecí e hice lo que él me pedía, seguí moviéndome hacia él para que entrara y saliera de mí, luego me dijo:
-Bueno, ahora hay que cambiar. Se salió de mí y se sentó en una silla que estaba cerca y dijo:
-Súbete a mí te va a encantar…
Entonces lo seguí ciegamente e hice lo que él me dijo, y me senté encima de él y sentí como ésta vez entro un poco más y me encantaba cada vez más….
Luego de un poco más de tiempo cambiamos en distintas posiciones hasta quedar en que yo estaba acostado en el escritorio y él en la orilla metiendo y sacando su jugosa verga… Luego dijo:
-Bebé me vengo! Me vengo!
A lo que le dije:
-Dame tu lechita papi, dámela. Mientras abría la boca…
Se acercó y me puso su verga dentro de mi boca para dejarme toda la cara y la boca llena de esa sabrosa leche, cuando la sentí al mismo tiempo me vine yo en toda mi playera. Me tome la que pude y la otra la limpié con mi playera. Luego nos quedamos un momento mirándonos y se sentó, me hizo un gesto para que me uniera a él y eso hice, me senté en una de sus piernas y nos besamos por un buen rato…
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