MI PROFESOR DE SECUNDARIA
Yo estaba casi temblando y entonces sucedió lo inesperado, el me acercó a su cuerpo y me acarició el culo, primero suavemente y como vio que no respondí me metió el dedo al culo por encima del pantalón. .
Soy Rubén y les contaré una historia real.
Estando en 1ro de secundaria en un colegio estatal de Lima, yo era un muchacho jovial de 12 años, mi piel es clara, ojos verdes, trigueño, de contextura normal y había ingresado al equipo de básquet de mi colegio.
El colegio estaba a 15 minutos en bus de mi casa y me dejaba a una cuadra del mismo. Ingresaba a las 7 am. y salía a la 1 pm. El recreo era a media mañana, y un día jugamos a la pelota en el patio, nos dio por empujarnos y a tocarnos el culo entre nosotros en son de chacota, y allí estaba él, el profesor Contreras de OBE (orientación al bienestar del educando). Seguimos jugando hasta que sonó la campana del término del recreo, la pelota iba en dirección mía y el profesor Contreras la detuvo pisándola con el pie.
- No sabes que lo que has hecho es una falta grave – me dijo mirándome fijamente a los ojos –
- Pero profesor sólo era un juego y lo hicimos todos – frunció el ceño y su mirada se torno atemorizante para un niño de 12 años como yo –
- Cual es su nombre alumno – cogió una libreta dispuesto a anotarme –
- Rubén Palacios profesor – me sentí el más desafortunado del mundo –
- Repórtese en mi oficina de OBE mañana a la 5 pm.
- Pero profesor – y entonces me interrumpió bruscamente –
- Nada de peros o quiere que esto repercuta en sus calificaciones. – no me quedó más que decir que –
- Está bien profesor, allí estaré.
Ingresé a clases y la pasé pensando en lo que pasaría y el problema en que me había metido, y si el profesor se lo dice a mis padres (a esa edad no comprendía la gravedad del caso) y si ellos se enojarían conmigo y la vergüenza que sufrirían ellos y yo mismo.
Terminaron las clases, me dirigí a tomar el bus, estaba ya tan distraído que perdí el primero. Ya dentro me senté y mi mente quedó en blanco, qué me dirá el profesor y qué castigo me daría, tenía miedo por mis padres y por el docente.
Ya llegando a mi casa, subí a mi cuarto y tiré mi mochila al suelo e inicié pensando en una ronda de excusas para mis padres, para que me dieran permiso para el día siguiente.
Por fin elegí una. A la hora de la cena tomé mi ubicación inicial y miraba de reojo a mis padres, ignorando la presencia de mis hermanos, esperando el mejor momento para decirles mi mentira, y dije en forma casual como si no fuera importante.
Ah papá, el profesor de OBE nos ha citado a mí y otros compañeros, parta ver la probabilidad de ser Boy Scout, es sólo para una orientación, saber en que consiste y es gratis.
- Pero hijo, sabes que no puedo costear los uniformes y los pasajes extras.
- No te preocupes papá, como te dije es gratuito y nos darán el uniforme gratis, además sólo es una orientación, para ver si me gusta o no.
- Bueno siendo así no hay problema.
- Gracias papá, no ha citado mañana a las 5pm. me dejas el pasaje porfa.
Pasé la noche pensando en un discurso para que el profesor me disculpara, pero no se venía nada a mi mente, en todo caso que excusa podría darle ante lo sucedido.
Al día siguiente, luego de terminar mis clases, me dirigí rápidamente a mi casa, entre a mi cuarto y me quite el uniforme escolar poniéndome un short y un polo, mi mamá ya tenía el almuerzo listo el cual terminé de inmediato, fui al baño y estaba ocupado por mi hermana, le toque la puerta y pedí que se apurara pues tenia que salir. Felizmente salió e ingresé para bañarme, cepillarme los dientes y acicalarme.
Eran las 4.30 pm. y salí, entonces tomé el bus, estaba nervioso, asustado, queriendo salir de este problema, se me hizo un mundo algo que probablemente no tenia mucha importancia (pero en mi mente de niño, quizá lo estaba exagerando).
Llegué al colegio, eran casi las 5 pm. busqué el aula de OBE pues no la conocía, estaba en una habitación a un extremo del colegio, afuera estaban las siglas OBE y una pequeña ventana alta.
Ingresé entonces y vi que constaba de 2 habitaciones, una como un recibidor y otra donde recibía a los padres y los alumnos. Había un futón (sofá cama) a un costado donde había 2 padres esperando su turno cada uno, el profesor estaba en la otra habitación tras un escritorio, atendiendo a un padre sentado al frente de él.
- Siéntate – me dijo – en el futón, junto a los padres de familia.
Me senté, y esperé a que atendiera a los padres de familia, escuchaba que hablaban de las quejas sobre sus hijos. Se demoraba una eternidad con cada uno y cada segundo que pasaba aumentaba mi nerviosismo, mas aún con las quejas que escuchaba de los alumnos.
Eran ya las 7 pm. y terminó con el último padre de familia. Se acercó a mí, me miró de pies a cabeza y avanzó hacia puerta, cerrándola.
- Que voy a hacer contigo Rubén – dijo mirándome fijamente a los ojos – ven para acá.
Me paré y me acerqué a él, yo estaba asustado, petrificado a lo que el prosiguió.
- Te gusta meter la mano al culo a tus compañeros y que también te la metan.
Yo estaba casi temblando y entonces sucedió lo inesperado, el me acercó a su cuerpo y me acarició el culo, primero suavemente y como vio que no respondí me metió el dedo al culo por encima del pantalón. Sentí algo extraño, no sabía qué era, al ver mis ojos, con sus manos acarició mis cabellos y luego mi cara. Yo parecía una estatua de piedra, no atiné a nada.
Entonces acercó sus labios a los míos y acarició mi labio superior, luego rosaba y lamía el inferior, apretándolo suavemente entre los suyos. Sentí una sensación extraña, entre miedo y placer, parece que me gustaba. Él se dio cuenta pues reaccioné con un temblor fino, entonces abrió mi boca con su lengua y se unión a la mía. Emití un gemido que el percibió y descendió por mi cuello, mordisqueando deliciosamente mis orejas.
Desabrochó lentamente los botones de mi camisa, al mismo tiempo que besaba mi cuello y mis hombros. Yo estaba en otro mundo, no creía lo que sucedía, pero me agradaba.
- Te gusta Rubén – lo dijo con una voz tranquilizadora en contraste a lo que me trato antes –
- Sssi – balbucí con un gemido –
Me desató la hebilla, abrió el botón de mi pantalón y me lo bajó y quitó, dejándome en calzoncillo.
Me agarró de la mano y me jaló hasta el interruptor de luz, apagándolo. Pero si se veía todo, pues por la ventanilla alta ingresaba luz del exterior. Me llevó ahora cerca del futón y besándome las tetillas se quitó la camisa y el pantalón, me abrazó acariciándome la espalda y me baja la trusa acariciando mis nalgas y presionando con sus manos ambas.
- Humm, están duritas – me dijo –
Se arrodilló y cogió mi pene, empezó a lamerlo iniciando por el glande para luego metérselo a la boca y chuparla, yo me puse muy caliente, me sentí no se si mareado o cachondo, pero quería que siguiera haciéndolo y mi pene se endureció, estaba muy excitado.
El profesor se paró y se quitó la trusa y pude ver su verga, era mediana y su glande ancho, claro que hasta ese momento no había visto muchos penes.
Chúpamela – me ordenó –
Bueno, había visto algunas películas porno con mis amigos y vi como se hacía, empecé lamiendo su glande, y bajé lentamente por el tronco hacia las bolas, donde le di pequeños mordiscos que al parecer le gustaron al profesor pues escuchaba sus gemidos. Luego metí su verga en mi boca la cual llegó a mi garganta. El profesor me agarró de loa cabeza y de los cabellos y me la empujaba cadenciosamente llevando su verga hacia dentro y fuera de mi garganta, tuve algunas arcadas, pero no llegue al vómito.
- Ahh, ahh, que rico – gemía el profesor a cada movimiento de su pene en mi boca –
Me agradaba tener su miembro en mi boca, creo que era algo instintivo, no sé, pero quería tenerla allí, parecía una golosina en mi boca.
Entonces el profesor me apartó y transformo el futón en cama, se tendió boca abajo en la misma y me jaló, me puso encima de él y me dijo.
- Cáchame, cógeme el culo y disfrútalo – me sorprendió, pues yo nunca lo había hecho –
Me coloqué encima de él y empecé a moverme puede ser instintivamente, acuérdense que a los perros nadie les enseña y yo ya me masturbaba, no lo penetré, pero mi verga se rozó entre la raja de sus nalgas y eso me excitó sobre manera, me mordía los labios y lo abrazaba fuertemente, hasta que se hinchó mi verga y con un pequeño grito, un chorro discurrió entre sus nalgas y sus piernas.
- Te gustó Rubén – claro me gustó y mucho –
- Si profesor, estuvo riquísimo.
- Entonces ahora me toca a mí.
Se incorporó, se limpió mi semen con una franela y fue a su escritorio de donde sacó un chisguete. Me tendió boca arriba y se echó encima de mí y empezó a besarme el cuello y pasó a mis labios, yo me puse muy cachondo, a full, estaba muy excitado cerrando mis ojos a cada momento y disfrutándolo al máximo.
Bajo a mis tetillas las cuales mordisqueó, y me hizo temblar con una emoción delirante. Bajo hasta mi ombligo y lo lamio, yo agarré su cabeza y le jalé los cabellos de los nervios, el se dejó, no dijo nada. Bajó nuevamente y chupó mi pene el cual aún estaba con un poco de semen y lo chupó lentamente, lo que me hizo erizar la piel.
Entonces subió mis piernas a sus hombros y elevó mi culo, buscó mi ano y metió su lengua, con movimientos rápidos, hmmm, que me hizo delirar de placer.
- Arrrg profesooor que, que rico, ahhaa, que deliciooo..so, que bien lo hace, es todo un maestro, es mi maestro, es mi profesor, siga, siga siga, queeee riiiico.
Entonces el profesor agarró el chisguete y puso la jalea en sus dedos, y me lo metió en mi orificio, metió luego otro dedo, quiso meter el tercero, pero ya no pudo, se puso jalea en su verga y me dijo.
- Quiero metértela, está bien – yo estaba a full, delirando de placer temblando de excitación máxima, claro que quería, lo ansiaba en ese momento –
- Si profesor, métala por favor.
- Mira al principio te va a doler, pero no temas pues poco a poco va a pasar y luego te va a gustar, entiendes – Eso me asustó, pero más pudo mi delirante excitación que el miedo –
- Adelante profesor.
Entonces agarró su pene y lo puso a la entrada de mi ano, intentó ingresar, pero me dolió y lancé un grito desgarrador, tanto que él me tapó la boca con sus manos.
- Calla, alguien nos puede escuchar, tranquilízate, iré metiéndolo poquito a poquito.
Asentí con la cabeza, entonces me acarició la cara y me dio un tierno beso en la boca que me calmó.
Me aplicó más jalea a mi ano y sobre su glande, trató de introducirlo nuevamente, esta vez más lentamente, apreté los dientes y soporté el dolor que producía, unas lágrimas atravesaban mis mejillas, hasta que su glande atravesó las puertas de mi orificio. Calmó un poco el dolor e introdujo poco a poco todo su pene venciendo toda resistencia posible, y es aquí que el placer iba reemplazando al dolor.
Veía al profesor desenfrenado, erguido hacia atrás, con la mirada al techo y veía su abdomen retirarse y acercarse con cada embestida. Yo me sentía desfallecer, que deleite, que placer, con cada arremetida el roce de su verga con mi ano me daba tal satisfacción que me hacia cerrar los ojos y gemir ahora fuerte. Ya no importaba el silencio, el profesor bramaba fuertemente, y yo casi gritaba de tanto gozo. Mi cuerpo estaba ye en otro plano astral y quería que este momento sea eterno.
El profesor bajó uno de mis piernas y la cruzó y me cachaba de costado, pudiendo besarme en el cuello lo que me hizo tiritar hmmmm, que rico.
- Siga profesor, deme más, deme más
- Eres lindo, muy bello muchacho, eres hermoso y delicioso y me encantas, eres mi mujer, eres mi amante, eres mi puta.
- Si profesor soy su alumno estrella, su alumno preferido, soy tu mujer y tu puta, me gusta que me caches, que me jodas.
Era un momento memorable, un momento eterno, un momento divino, algo que nunca hubiera imaginado y que lo estaba viviendo ahora. Mi cuerpo delirando de placer y mi profesor en un éxtasis total, moviéndose a un ritmo celestial.
Fue acá que me dio vuelta y me puso de rodillas al borde del futón y me penetró nuevamente empezando sus embestidas en este momento con un ritmo mucho, muchísimo más rápido.
Yo me sentía en las nubes y me acometió una sensación inigualable, como mil masturbaciones juntas que me produjo una profunda erección y me corrí en semen manchando el futón.
El profesor aceleró aún mas el ritmo y comenzó a bramar fuerte, gemía y se retorcía.
Ayyy, que rico culo, que rico muchacho, que rico mi alumno, eres mi putaaaaa.
Sentí dentro de mi que se hinchó su miembro y por fin explotó en un mar caliente que inundó mi interior, él se quedó quieto por un momento hasta que su miembro se puso flácido dentro mío y lo sacó suavemente. Su semen cayó a través de mis nalgas y mis piernas, me dio vuelta nuevamente y metió su verga en mi boca, yo feliz la recibí estrujándola hasta la última gota.
Nos vestimos y me dijo entonces.
Por favor, nada de esto con nadie, especialmente con tus padres, este es nuestro secreto.
Claro profesor, solamente es para nosotros.
Toma, te quiero dar esta propina – sacó una gran cantidad de dinero para mí y me la extendió-
No profesor, no es necesario
Agarró mi mano y me lo dio.
Por favor, quiero que lo tengas, gástalo como quieras.
Ya salía por la puerta, volteo y corrí a sus brazos dándole un tierno beso que el me respondió con una sonrisa.
Sali del colegio, había un quiosco de periódico, compré un paquetón de figuritas del mundial de futbol (por cierto, llené mi álbum) y regresé a mi casa, al entrar mi padre preguntó.
- Como te ha ido hijo
- Muy bien papá, nos han enseñados que hacer, todo con prácticas. El profesor es muy bueno, tiene paciencia para enseñar. Vamos a tener prácticas una vez a la semana, y me ha gustado.
El culo me quedó doliendo por tres días, especialmente cuando iba al baño, no podía sentarme recto, pero todo pasó.
Es así que perdí mi inocencia y mi virginidad a mis 12 añitos, pero me dieron la mejor lección de mi vida. Y todo, por mi gran profesor de secundaria.
Muy buen relato, yo también soy de Lima. Si quieres conversar mi tlg esta en mi perfil.
Qué rica forma de iniciar.
gran relatos como sigue