Mi querido
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me levanté, se me ocurrió verlo, mi corazón aceleraba de emoción, entré despacio a su habitación, por la ventana de su cuarto entraba el claro de luz de luna mostrándome su cara entre las almohadas, el pijama se movía con su respiración, me acerqué lentamente a presenciar su rosto y esa respiración leve que me ponía caliente miré hacia sus piernas abiertas algo del pene se podía ver por las rayitas del pijama, sus pies habían rechazado las sábanas que estaban encogidas al filo de la cama a punto de caerse, hacía mucho calor, los brazos estirados con las manos abiertas sobre la cama, mi respiración aumentaba, con un leve movimiento atrevido traté de bajarle el pijama quería ver ese pene a plenitud, era difícil, acerqué mi nariz a su pene vestido, oli ese pene con residuos de orina pegada en el pijama, me calenté más, hice pasar despacito mi lengua por ese pene vestido cuya suave tela me hacía sentir delicioso el momento, no podía dejar de mirar su cara, esos labios que deseaba besarlo, esas orejas rosagantes tan bien formadas ahora escondidas por su pelo castaño claro, mire hacia sus delicados pies no remilgué el deseo de olerlos y lamerlos despacito, fui a oler y besar sus manos, ya estaba bien caliente y me atreví muy levemente a rozar nuestros labios, hice pasar delicadamente mi lengua por las orejas luego la punta de mi nariz hacia movimientos delicados en sus mejillas, eso lo despertó, súbitamente levantó su tronco quedando sentado en la cama, me miró primero con asombro pero la luz de luna hizo que viera detenidamente mi rostro diciendo mi nombre: Kevin, sin permitirle hablar mi mano se metió por su pijama me llevé le dedo índice a mis labios en señal que hiciera silencio, comencé a estimular su pene para que se estire, se dejaba, se ponía ardiente, su tronco se dejó caer hacia atrás a la cama chocando su lindo y sedoso pelo a las almohadas, de ahí me miraba lo que le hacía que era bajarle el pijama hasta sus rodillas, acerqué mi cara a su pene, abrí mi boca saqué la punta de mi lengua para lamerle el glande, corri apenitas el prepucio, mi lengua recibia el sabor saladito de residuos de orina alojados en su frenillo que apenas salía y también en el orificio de la uretra, mis labios completaron la sutileza de probar ese manjar ensalivándole el pene hasta llegar a sus testículos, fuero segundo de prodigarle placer, de ahí fui a sus mejillas para besárselas
El me respondía sobándome las piernas con las manos, me paré a quitarme el pijama, él se corria el pijama con sus pies acostado en la cama, lo noté algo dormido aún, aproveché del momento para ponerlo boca abajo le dije al oído: te voy a culiar, él metió su cara entre las almohadas pasé mi lengua por su espalda recorriendo sus lomos mordiendo suavemente la piel de sus nalgas con los dientes en forma suave cosquillosa como quien quiere y no quiere morderlos, movía sus piernas tensando sus pies mis manos acariciaban sus brazos y piernas, llegó el momento tan esperado de pasarle mi pene, el glande anunciaba penetrar en complicidad con la saliva que le puse mezclada con el liquido preseminal, se lo metí despació golosamente, quería sentir a plenitud la tibieza de su ano abrirse, le besaba el pelo y la nuca a lo que le hacía de esas metidas y sacadas le decía al oído cuanto lo deseaba, él me respondía con gemidos, sentí el insytinto por venirme, le hice mover, mi pene se lo puse en el estómago y ya en el instante en que botaba el semen lo besé con lengua desesperadamente, mis manos recorrían su piel suavecita quedando mi semen en nuestras barrigas, me levante presuroso para que nos e manchen las sábanas pasé mis desos por el estómago boté al piso los restos del semen, lo dejé acostado mirándome cariñosamente a trasluz de la luna y me dirijí a mi cuarto, me acurruqué con las sábanas totalmente desnudo.
Al salir el sol, me despertó una mano que pasaba por mi trasero, los dedos frotaban los pelos de mis testículos, era Jasmany sonriente, no lo pensé más tomándolo del brazo llevándolo a mi cama vi su pene largo como lanza e su pijama, le quité la ropa enredándonos en las sábanas, solamente le dije que culiemos lo abracé dándonos vueltas en la cama a punto de caernos, se reía y le dije shhh ahí fue que lo besé, dejé que me montara y me pasara su pene por las nalgas, me penetró suavemente, eso era el motivo de su visita ya que teminó jadeante lo arrodillé en el piso yo sentado en la cama atraje sus labios a mi pene mamándomelo con delicadeza, ya que deseaba terminar lo levanté poniéndolo en cuatro a filo de cama, le metí el pene hasta más no poder en un mete y saca inolvidable parte de mi pene quedó en su ano y otra parte en sus nalgas coriendo brillosamente por la piel de ambos, pese a que terminé segui con el mete y saca mientras le besaba la espalda, nuca, pelo y orejas diciéndole que él era sólo mio, la cama se movía tanto que llevaba el ritmo de la cogida que le estaba dando al chiquillo, olé.
Nos miramos frente a frente y nos besamos, esta es una de tantas cogidas con mi primo Jasmani al que quiero tanto recordando sus inicios sexuales conmigo desde hace casi quince años.
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