Mi real pero oculta vida.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por magb2028.
Cuando por fin cuadramos para vernos, luego de muchos intentos e insistencias por internet y la falta de tiempo, se dio la oportunidad, ese día luego del trabajo quedamos en vernos en un centro comercial cercano, cuando llego y antes de presentarnos lo detalle inmediatamente, flaquito, bajito, moreno, sin musculatura alguna, exactamente como a mí me gustan,
Parecido un adolescente, aunque ya bien pasada esa etapa de nuestras vidas.
Solo hablamos esa noche y nos conocimos un poco más, para estar seguros de que si podía haber algo entre los dos. Luego de eso quedamos en vernos para el fin de semana y el sábado por la tarde salimos a reencontrarnos, nos vimos y nos fuimos a un sitio hablar y tomar algo, luego de un rato anocheció y entonces fue cuando decidimos que hacer, a partir de ese momento empezaba todo, esa noche llovía así que pedimos un taxi para que nos llevara a algún hotel, ya estando allí después de buscar y de que nos aceptaran (cuento largo por cierto)
Subimos a la habitación, desde ese momento lo abrase y empezamos a besarnos, al principio con algo de pena pero al poco rato ya estábamos desnudos y en la cama, yo me acosté y se puso sobre mi y seguimos besándonos con mas pasión todavía, jugando con nuestras lenguas y de vez en cuando mordisqueándonos suavemente los labios, era algo increíble, aunque lo había hecho antes esta vez había mas fuego en el ambiente, así seguimos solo besándonos y acariciando todos nuestros cuerpos por muchísimo rato, fueron casi dos horas solo de besos y caricias, luego de eso el fue bajando lentamente con su lengua por mi pecho hasta llegar a mi pene, yo estaba full caliente cuando poso sus manos sobre mi pene lo masturbo levemente, fue una sensación extraordinaria; inmediatamente acerco su boca y empezó a pasar su lengua por la punta de mi pene jugueteando e intentando arroparlo todo con su lengua, seguidamente se lo introdujo en su boca, que experiencia tan exquisita, sentir su calor y la humedad de su boca por cada parte de mi miembro, eso fue demasiado, pero debía aguantarme por que la noche aun era joven y no quería cortar el momento.
El siguió lamiéndolo y masturbándolo con su boca por otro rato. Debo decir que es un placer enorme el hacer sexo oral y saber que ambos disfrutan es aun mejor.
Yo también me puse a lo mismo y le pedí que se posara sobre mí, esta vez con su pene sobre mi cara para hacerle sentir eso mismo que yo sentía; su pene no es más grande que el mío pero si un poco más grueso, con su piel lisita al igual que su punta.
Me lo introduje en la boca y empezamos hacer un 69 espectacular, mientras se lo chupaba empecé a juguetear con mi dedo en su traserito que ya empezaba a pedir ser penetrado, lo sabía por sus movimientos intentando introducirse de una vez todo mi dedo, fue demasiado bueno sentir como su esfínter intentaba apretar con fuerza mi dedo a medida que se introducía mas y mas.
Al observar su grado de excitación tome la acción y lo coloque sobre la cama sosteniéndose sobre sus rodillas y sus manos y empecé a pasarle mi lengua por su hoyito sentía cada ves como se abría a medida que se dilataba y como hacia gemidos de placer mientras lo lamia, intente masturbarlo pero él me quito la mano por qué sabia que ya no le faltaba mucho y todavía quedaba la mejor parte.
Al observar el grado de dilatación de su culito, le pedí que mojara mi pene con su boca, yo mientras tanto le metí de a poco un dedo haciendo movimientos circulares, preparando el camino para lo que venía.
Seguidamente le pedí que se colocara boca arriba sobre la cama y yo de pie, lo arrastre hasta mi, agarre sus piernas y las abrí y se las puse hacia atrás, con sus manos el las sostuvo así permitiéndome ver su hoyo dilatado y pulsante pidiendo de una vez ser invadido, se notaba en su cara el placer que sentía de solo saber lo que vendría a continuación.
Acerque mi pene hasta su abertura, coloque mi punta frente a su hoyo y poco a poco sin prisa pero sin pausa, fui penetrándolo hasta llegar a sus entrañas, que sensación tan exquisita lo que sentía a medida que le metía mas y mas mi miembro, el calor de sus paredes y su esfínter haciendo presión sobre mi pene, era algo muy intenso.
Cuando lo introduje por completo, dirigí mi mirada hacia su rostro que en ese momento expresaba el enorme placer que estaba sintiendo.
Su lengua hacia movimientos lentos por sus labios al mismo tiempo que escuchaba sus gemidos de deleite.
Continúe con mi tarea de empezar a embestir, primero lentamente entrando y saliendo, haciendo mi camino y luego acelerando las envestidas a medida que veía en su cara el placer que sentía, el empezó a pedir mas y mas y yo le obedecí, en esa posición me acerque hasta su boca y seguimos besándonos apasionadamente, estuvimos un rato volando entre las nubes del placer que estábamos sintiendo.
Luego de un rato cambiamos de posición esta vez los dos de pie, el se agacho solo un poco para guiarle el camino a mi pene hasta su hoyo ya bastante dilatado, que esta vez entro sin ningún tipo de oposición, seguí penetrándolo furiosamente, mientras le pasaba mis manos por su cuerpo, le acariciaba intensamente su pecho, llegue hasta su pene y empecé a masturbarle suavemente, así como pudimos, sin sacarle mi miembro de su culo, lo acosté sobre la cama y seguí dándole cada vez mas y mas duro, mis piernas chocaban con sus glúteos provocando un sonido que me incitaba a seguir dándole y dándole mas duro, en ese momento me dice que ya no aguanta más y que está por venirse yo sin creerlo sigo en mi tarea cuando empiezo a escuchar sus gemidos y siento las contracciones de su ano en mi pene.
Me asombre de ver que se había corrido sin siquiera tocarse pero así era, para no quedarme atrás seguí envistiéndolo rápidamente hasta que también me vine dentro del, llenando sus entrañas con mi semen que por la calentura estoy seguro que era abundante.
Me quede un rato dentro del descansando de tan tremenda faena que habíamos tenido de ese placer tan inmenso que obtuvimos, después me levante, lentamente fui sacando mi pene ya flácido de su interior y me recosté a su lado.
Al poco rato nos quedamos dormidos hasta la mañana siguiente.
Eso fue el inicio de lo que hasta hoy son nuestros encuentros, en privado, en secreto y que hasta ahora solo él y yo sabíamos.
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