MI SOBRINO DE 14
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Desperté y él estaba abrazado a mí, su cuerpo pegado al mío con tal delicadeza que, la desnudez de ambos me hacía sentir pleno con él.
Era ya la mañana, sin embargo, la noche que pasamos juntos fue la mejor en este 2017 próximo a terminar.
Me levanté aún desnudo, me excita mucho ver mi cuerpo completo de 25 años en el espejo, pero me excita más ver a mi sobrino de 14 que sigue acostado desnudo en mi cama y envuelto en mi sábana.
Todo comenzó la noche anterior en una reunión familiar.
Mis tío, hermano de mi padre realizó una fiesta para celebrar el 5° año de su hija, como cada año, se esperaba la visita de la mayoría de nuestro familiares, desde tíos cercanos a nosotros hasta los lejanos.
Fue sorpresiva la llegada de uno de mis primos, él es 15 años mayor que yo y tiene un hijo de 14, mi sobrino Alex.
Cabe señalar que, desde que yo tenía unos 13 años siempre quise coger con mi primo pero nunca se pudo, el vive lejos y muy rara vez lo veía a través de los años, es por eso que me sorprendió su presencia en la reunión familiar que se celebraba.
De igual manera y como era obvio, no veía a Alex desde que tenía unos 7 años, pero esta vez, me llamó mucho la atención ver a este muchachito ahora de 14 años siendo delgado, tez morena, cara tierna pero al mismo tiempo comienza a tornarse de hombre, una voz de puberto, de 160 cm, tímido e intrigante.
Se acercó a saludarme y parece ser que también le sorpendieron mis cambios, soy un chico un poco atlético, mi tono de piel no es ni moreno ni blanco, mido 172 cm y peso cerca de 68 Kg.
Como era de esperarse, la noche continuó normal, mi sobrino tímido se alejaba un poco de la reunión, al parecer no le gustaba mucho esto de las fiestas.
Las horas pasaron, yo tomé unas copas aunque no hasta embiragarme; dieron las 3 am y yo sentía que mi cuerpo se desvanecía de cancancio ya que, soy químico y salgo tarde del laboratorio, además de impartir clases en una universidad de la ciudad por las mañanas.
Yo vivo cerca de la casa de mi tío en la que se llevó a cabo la celebración, cuando comencé a despedirme, mi familia seguía aún en el relajo a excepción de alguien: mi sobrino Alex, quien parecía morirse de aburrimiento.
En cuanto mi primo vio a su hijo y supo que yo iba descansar se acercó hacia mí antes de que saliera por la puerta:
– Primo: Disculpa, John.
No sé si sea mucha molestia, sabes que vivímos lejos y ya viste cómo anda mi hijo.
Mi esposa y yo pensamos quedarnos hasta el amancecer en la fiesta.
me apena un poco la petición, pero, ¿podría Alex ir a dormir a tu casa? En la mañana Laura y yo pasamos por él.
– Yo: Por su puesto, primo.
No hay ningún problema.
Si, ya vi que está muriéndose de aburrimiento, por lo menos en casa podrá estar cómodo, jugar con el xbox, ver la TV, no sé, podrá entreneterse.
Además puede dormir en la habitación de huéspedes en caso de que lo que quiera es ya dormir.
– Primo: Gracias, primo.
Te debo una muy grande.
Mi primo llamó a su hijo y le que se iría conmigo para que no estuviera aburrido en la fiesta o si quería ya durmiera.
Como la casa de mi tío está a tan solo 4 cuadras, no llevé auto, así que regresé a casa caminando en compañía de Alex.
Abrí la puerta, Alex entró primero y se dirigió tímidamente a la sala:
– Yo: Acómodate, Alex.
Estás en tu casa.
– Mi sorbino muy apenado se dirigió al sillón que está frente a la pantalla.
– Alex: Gracias, tío.
– Yo: No es necesario que me llames tío.
Cuando éramos pequeños me llamabas por mi nombre, ¿lo olvidas? Tú tendrías unos 7 años y yo cerca de 18 o quizá menos.
– Alex: Está bien, John.
– Yo: Perfecto, así me gusta.
Puedes tomar de la cocina lo que gustes, ver TV, usar el xbox.
hacer lo que quieras.
Es más, si te quieres sentir cómodo no importa si andas en calzoncillos por la casa, eres bienvenido.
Ese último comentario que le hice a Alex parece que lo avergonzó un poco por que se puso colorado y cambió la mirada.
– Yo: Bueno, yo subiré a descansar al cuearto, aunque no bebí mucho, sí me siento cansado.
Descansas, Alex.
Ten una excelente noche.
ah, espera.
Lo olvidaba; arriba, frente a mi habitación se encuentra la habitación de huéspedes, ahí puedes subir a dormir cuando gustes.
– Alex: Gracias, John.
Subí a mi cuarto, me quité la corbata, la camisa, los zapatos y los calcetines, hasta quedar sólamente en bóxer.
Como soy soltero y nadie vive conmigo, disfruto de mi sexualidad y de mi libertad en esta casa que es exclusivamente mía.
De vez en cuando llega una amiga o amigo a pasar la noche loca en mi casa, y son noches de sexo en la sala, el baño, el jardín, el pasillo, escalera, o donde se nos ocurra que podamos tener sexo.
Me recosté y prendí la calefacción y me recosté a descansar.
Pasaron unos 30 minutos y me dio sed, bajé a la cocina en silencio por si acaso Alex estaba ya durmiendo en la habitación de huéspedes, bajé las escaleras y la pantalla estaba prendida, sin embargo no había nadie en la sala, pensé que quizá Alex olvidó apagarla, me acerqué al sillón a buscar el control remoto y cuál fue mi sorpresa, Alex no se había ido, estaba acostado en el sillón desnudo martusbándose, por eso no lo vi desde la parte trasera del sillón cuando bajé las escaleras:
– Alex: ¡John! – Se sorpendió y rápidamente se tapó con su playera que estaba en el suelo a lado de él.
Yo inmediatamente me volteé para que no se sintiera más avergonzado.
– Yo: Disculpa, Alex.
No pensé que estuvieras aún aquí – me dirigí a la cocina mientras le decía desde lejos – Yo sé que es normal, es más, qué importa si te vi, yo lo hago a veces en la comodidad de mi casa.
Lo único sorprendente es que pues no esperas que pase así de la nada, es decir, ver a uno de tus sobrinos desnudo en tu propia sala.
Me despedí y subí a mi cuarto, él avergonzado no me volteó a ver, ya se había colocado su playera y sus bóxers.
La escena que había visto me calentó mucho, nunca creí que mi sobrino se viera tan sensual desnudo masturbándose tan deliciosamente.
Apagué la luz y me quité mi ripa interior, recuerdo que cuando sorprendí a Alex por unas milésimas de segundo estoy seguro que observó mi entrepierna.
Comencé a masturbarme pensando cómo haría que ese chico estuviera en mi cama, la respuesta era la siguiente: NO HARÍA FALTA PROVOCARLO.
Olvidé cerrar la puerta ya que era costumbre que al ser el único habitante de esa casa no era necesaria la privacidad, la oscuridad del pasillo y de mi cuarto no me hicieron percatarme de que Alex entraba en silencio y se subía a mi cama, se pronto, sentí como su boca se acercaba a mi pecho y me daba un beso tierno, encendí la luz de la lámpara de mesa, estaba igual que yo totalmente desnudo, me miró con lujuria:
– Alex: Desde que me estaba masturbando pensaba en tí soalmente.
– Yo: Pero, eres mi sobrino, no podemos hacer esto.
– Alex: si podemos, yo no diré nada, además, vi cómo me miraste cuando llegupe a la fiesta y te saludé, desde ahí sabía que había despertado tu interés sexual en mí.
– Yo: Eres muy travieso, ¿y cómo supiste que llegarías aquí a mi casa?
– Alex: Por que yo le dije a papá que si podía venir a dormir a tu casa cuando te estabas despidiendo.
Acerqué mi boca a la suya y comenzamos a besarnos, nos metimos entre las sábanas y comenzamos a acariciarnos como locos.
Yo estaba disppuesto a apagar la luz, pero me detuvo con su brazo.
– Alex: No, tío.
Quiero ver tu cuerpo y cómo me coges.
Eso me prendió, me puso más caliente.
Comencé a besar y lamer su cuello mientras mis manos recorrían su espalda, sus muslos, y todo su cuerpo sensual de puberto convirtiéndose en un adolescente.
El gemía desesperado como si hubiera estado esperando mucho tiempo el estar desnudo comigo.
Nuestros penes ya muy erectos se rozaban y chocaban encendiendo más la pasión entre ambos, me puse boca arriba y se subió a mí como vaquero, mis manos llegaron a sus nalgas y comenzaron a acariciarle, pellizcar y jugar con su culito redondo mientras mordía y lamía su pecho y sus pezones; uno de mis dedos se dirigió a la zona que tanto deseaba ahora: su ano.
– Alex: Tío, por favor, hazme tuyo.
– gemía como loco y se retorcía de deseperación por ser penetrado.
– Yo: ¿Te encanta cómo te beso y comienzo a hacerte mío?
– Alex: Si, John.
Por favor, quiero ser sólo para tí.
Con mis brazos tomé a Alex y lo puse boca arriba en la cama, levanté sus piernas y me dirigí a hacerle sexo oral, desde su pene pasando por sus bolas y llegando hasta su ano.
– Alex: ¡Tíooooo! Ahhh, qué rico.
por favor no pares.
ahhhh, mmmmm.
Mi lengua jugueteaba con cada rincón de su entrepierna y me excitaba escuchar cómo gemía.
Cuando mi lengua entró sus gemidos parecían indicar que estaba a punto de explotar.
Sab´´ia que ya estaba listo para la cogida que le esperaba.
Me acomodé y me rodeó cons piernas, mi pose favorita: el misionero.
mi punta estaba en la entrada de su ano, empujé un poco y entró como si nada, mi sobrino ni siquiera se quejó, al contrario, mientras entraba su ojos blancos, su boca abierta y su espalda arqueada eran señal de que no era la primera vez que alguien lo hacía suyo.
– Alex: ¡Ahhhh! Dame duro, por favor, se siente muy rica tu verga (pene), tío.
– Yo: ¡Ahhhh! Alex, que rico culo tienes.
aprietas muy rico.
MIentras comenzaba a cogerlo, él y yo gemíamos, estábamos ya empezando a sudar y no creo que por la calefacción, sino por lo claientes de nuestros cuerpos.
Mis bolas rebotaban en sus nalgas y hacían un sonido ta excitante con cada embestida que le daba mi sobrino de 14 años, el gemía cada que le entraba con fuerza.
Cambiamos de posición, cambiabamos de ritmo, lo hicimos en la cama, en la orilla de la misma, en un silloncito que tengo en mi habitación, en el suelo, provando cada posición: perrito, misionero, gran V, vaquero, etc.
Lo más escitante fue cuando abrí las cortinas de la ventana y lo recargué contra el cristal para cogerlo ahora de pie, no había nadie en el patio (que es a donde dirige la ventana) y desde ahí también se ve la casa del vecino, específicamente, la habitación del chico de 13 que vive con su hermanito de 12 y sus papás.
Mi intensión era clara, que mi vecino de 13 me viera mientras cogía mi sobrino de 14; como es sábado, mis vecinos siempre salen a fiestas y dejan a los hermanitos de 13 y 12 sólos, se saben cuidar bien, y por lo general se desvelan jugando videojuegos en su cuarto, como era de esperar, seguían despiertos, el chico de 12 se asomó por la ventana, en ese momento estiré mi brazo hacia el apagador para encender la habitación del cuarto y se apreciara mejor cómo me follaba a Alex.
Renzo (así se llama el vecino de 12) enseguida se percató de lo que pasaba, se quedó unos segundos pensando antes de darse la vuelta y cerrar las cortinas.
Yo sabía que era la primera impresión de ver sexo real ante sus ojos, pero al cabo de unos 2 o quizá tres minutos, se abrió la cortina, de nuevo Renxo estaba viendo aquella escena.
– Alex: Creo que le gusta vernos, tío.
ahhhh, más duro, papi, ¿si?
– Yo: Lo sé, por eso te traje aquí, mi niño.
Renzo comenzó a tocarse mientras nos veía desde su ventana a Alex y a mí, de repente, embestí más rápido y más fuerte, Alex gemía más fuerte, con más placer (casí como una mujer), se masturbaba más rápido y sudaba como si estuviera en el sauna.
Renzo ya había savado su pene y estaba masturbándose ante nosotros.
Pasaron unos segundos, di mi última embestida hasta el fondo de Alex y este se arqueó hacia atrás para besarme, ambos terminamos eyaculando al mismo tiempo, un sexo perfecto en que los dos llegamos al éxtasis al mismo tiempo.
Saqué con cuidado mi verga, bajér a su culo y con mi boca esperé a que mis chorros de semen salieran de su culo, los recogí con mi boca y me levanté, Alex en seguida supo para qué y se acercó a besarme apasionadamente mientras ambos compartíamos esa leche y nos cariciábamos como dos amantes muy conocidos.
Poco a poco cerre la cortina mientras Renzo nos veía y Alex se despedía haciéndole un gesto de placer total.
Renzo parecía no quería que aquello terminara.
Al final, cargué a Alex y lo llevé hasta mi cama, se recostó sobre mí como mi amante perfecto, nos besamos tiérnamente y nos dispusimos a dormir.
Antes de que ambos cerráramos los ojos y quedáramos completamente dormidos me hizo una pregunta:
– Alex: Oye, Jonny.
¿Te has cogido al chico de enfrente que nos miraba?
– Yo: No, nunca.
PEro después de esto, me gustaría hacerlo mío.
– Alex: Pero tú eres sólo mío, John.
– Yo: Es cirto, chaparro.
Seré sólo tuyo.
– Alex: Puedes cogerte al otro chico con una condición.
– Yo: ¿Cuál, mi amor?
– Alex: Que cuando esté en este cuarto contigo, yo igual quiero estarlo.
es decir, que nos cojas a los dos.
– Yo: Me gusta como piensas, mi niño.
– Alex: Te quiero, Jonny.
– Yo: y yo a ti, Alex.
A las pocas horas amaneció, eran cerca de las 8 am, él seguía desnudo envuelto entre mis sábanas, me levanté aún desnudo para observar mi cuerpo desnudo en el espejo.
Me excita más ver a mi sobrino sin ropa en mi cama.
bajé así a la sala, y no pude creer lo que había en el suelo.
Era una nota que me llenó de espanto al ver el nombre en letras rojas de quien había dejado esa nota "Hugo Ramírez".
el nombre de mi primo, papá de Alex.
Desdoblé la hoja esperando lo peor, no recordaba que la zona donde vivo es muy confiable y segura por lo que nunca pongo seguro a la entada de la casa, él debió de haber entrado al percatarse de ello y ver lo peor.
La nota decía así:
"Ya vi que Alex y tú disfrutaron la noche por cómo los encontré en tu cama abrazados y desnudos.
No diré nada, primo.
Sólo cuida a mi hijo como yo lo hago y espero la hayas pasado muy bien.
Paso más tarde por Alex para que puedan descansar los dos.
P.D.
: ¿Quién crees que le enseñó a mi hijo a moverse tan bien?"
Esas palabras me llenaron de terror, Hugo había visto más temprano al entrar en mi casa que Alex y yo estábamos abrazados en ,mi cama, y lo que es peor, sin ropa.
Sin embargo, su postdata me hacía imaginar nuevas cosas "¿Quién crees que le enseñó a mi hijo a moverse tan bien?".
Nunca esperé algo así, pero fue la puerta que me permitió entrar a nuevas experiencias con mi primo Hugo, mi sobrino Alex y con Renzo y su hermano (mis dos vecinos de a lado), cosa que contaré próximamente.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!