Mi soldadito (La despedida).
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Al regreso del viaje con mis padres, al llegar a casa un día sábado, descubro que Jesús ya no se encuentra y papá nos informa que a partir del día lunes tendríamos nuevo chofer, pues ya Jesús había terminado de cumplir con el servicio militar y seguramente ya estaría fuera del cuartel, aquella noticia me cayó como balde de agua fría, sin esperar mas explicación de mi padre fui a mi cuarto y lloré la ausencia de Jesús, como nuestra hora de llegada fue a media mañana, salimos a almorzar y luego regresamos a casa, mis padres salieron al club de los militares y yo por mi parte me quedé en casa a dormir. En horas de la noche me despertaron las voces de mis padres y al ver el reloj eran ya casi las nueve de la noche, al rato de escucharlos hablar, los escuche irse a su habitación, encendí la tv y me puse a pasar canales sin encontrar alguna programación que me entretuviera, en ese cambiar de canales, siento un pequeño golpe en mi ventana, al ver quien tocaba mi corazón dio un salto enorme, me agité de inmediato, corrí y abrí la ventana para que entrara mi amante, Jesús se había ido a despedir ya que el día siguiente domingo, saldría definitivamente del cuartel.
Al entrar a ni habitación me dio un abrazo fortísimo y besó mis labios con tanta pasión que creía que me los arrancaría, nos fuimos a mi cama sin hacer ruidos, Jesús besaba mis ojos pues yo lloraba desconsolado, me besaba el cuello mientras me decía lo mucho que me extrañaría, fue quitándome la ropa y yo la de él, quedamos desnudo y Jesús aun besaba mis labios, mi cuello y comenzó a bajar por mi cuerpo, se apoderó de mis pezones, los cuales mamaba, mordía y los alaba con sus dientes, todo aquello con una delicadeza y una dulzura incomparable, luego bajó por mi abdomen, pasando su lengua y besando cada palmo de este espacio, llegó a mi centro y pasaba su nariz por mis bellos, daba besos a todo el alrededor de mi pene, que para ese momento estaba al máximo de su capacidad y era una fuente de líquidos, Jesús seguía su juego con mi pene, besaba, lamía, chupaba mis testículos y volvía nuevamente a mi cabeza, la cual metió en su boca para hacerme una mamada espectacular, sentía como su lengua jugaba con mi glande, aquello me tenía en el limbo, luego bajo a mis bolas, las que chupaba y metía todas en su boca y poco a poso, fue bajando hasta llegar a mi culo al que comenzó a mamar desesperadamente, yo abría mis piernas como si quisiera que él entrara todo dentro de mí por ese hueco, Jesús seguía su ritual de lamidas, chupadas y metidas de dedos para lubricar todo mi culo
Después de un buen rato, Jesús se desprende de mi culo y levanta mis piernas para penetrarme, les puedo decir que esta posición nunca en nuestros dos años de relaciones la había hecho conmigo, creo que lo dejó para lo último para que lo recordara por siempre, en aquella posición, colocó su cabeza en mi hueco y lo fue metiendo poco a poco, mientras yo me retorcía del placer, ya cuando lo tenía todo adentro, Jesús se acostó sobre de mí y yo sentí que me tocó el estómago, mi hombre había guardado aquella posición para despedirse de mí, me besaba y me embestía con mucha delicadeza, su pene entraba y salía de mi culo y el frote que producían nuestros dos vientres contra mi pene me masturbaba increíblemente, hasta que exploté en un orgasmo descomunal, la lubricación que creó mi eyaculación entre los dos hizo que Jesús acelerara sus embestidas, y seguía besándome, su lengua llegaba más allá de mi garganta, aquel hombre me quería comer, quería tragarme, estábamos locos, de pronto siento su explosión en mis tripas Jesús me inundó como la primera vez, sentía sus espasmos cada vez que lanzaba un chorro de leche, puedo asegurar que fueron como diez, Jesús seguía beso y beso, al rato se desplomó por completo sobre mi pecho y nos quedamos en esa posición hasta que su pene se puso flácido y salió de mi culo por su cuenta, Jesús se acostó a mi lado y hablamos, planeamos vernos en el futuro, me dejó un papel con una dirección en un estado del interior del país, con la promesa de que si lo buscaba allí estaría.
Nos volvimos a besar y tomé aquel pene que fuera mío hasta ese momento y lo mamé como nunca, hasta que hice llegar a Jesús en mi boca, nos besamos y compartimos su semen con nuestros besos, ya entrando el amanecer, salió de mi cuarto y de mi vida aquel quien me enseñara todo lo que hasta ese momento sabía del sexo. Luego de aquella noche no volví a tener relaciones donde me penetraran, me convertí en el cogedor del cuartel, por mis manos pasaron, compañeras de clases, compañeros, chicos que conocía en la calle o en algún cine, soldaditas, pero nunca más tuve relaciones con soldados.
Al cumplir mayoría de edad ya tenía carro y en unas vacaciones salí de recorrido por algunos estados de mi país, con amigos y amigas, no pude llegar a encontrarme con Jesús más nunca. Su dirección la extravié en una limpieza que hicieron en mi habitación en mi ausencia y no pude reclamar nada. Espero mi relato les haya gustado, en la actualidad soy casado y disfruto del sexo a lo máximo, pero ya no con hombres, pero no dejo de coger a mis victimas por el culo.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!