Mi soldadito (Un paseo sin él).
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Al preguntar si Jesús vendría con nosotros como en otros viajes, mi padre me informó que no podía pues ya estaba por terminar su período de servicio en la fuerza y debía prepararse para su retiro.
Aquella respuesta no me gustó para nada, la noche antes del viaje, me escapé a su habitación y él me estaba esperando, aquel hombre y yo estábamos conectados de alguna manera, esa noche hicimos el amor hasta casi el amanecer, al regresar a mi cuarto, a la media hora llegó mi madre a despertarme porque ya estábamos a salir. Todo el viaje lo pasé durmiendo y al llegar al hotel, me fui directo a la cama mientras mis padres se quedaban en la piscina tomando y conversando con otras personas que conocieron en ese ínterin. Al día siguiente salí de mi habitación, pues me tocaba dormir solo en un cuarto al lado de mis padres, cuando me asomo al balcón del pasillo, siento una puerta abrirse y sin querer volteo y veo a un chico de unos nueve años, blanco de piel, ojos claros, pelo crespo, pero rojizo, una cara angelical, de estatura no le tendría unos 30 cm menos que yo y para ese entonces ya medía 1.57 cm, el cuerpo definido, no delgado en extremo, pero tampoco gordito, lo que más me llamó la atención fue lo pronunciado de sus nalgas, eran paraditas, grandes y se veían duras.
Hola, me llamo Rubén y estoy en la habitación de al lado con mis abuelos, estamos de vacaciones, ya casi se nos terminan porque tenemos aquí más de tres semanas y mis padres están fuera del país. Aquel abordaje del chico me hizo verlo tan profundo que me quedé lelo viéndolo, al terminar de presentarse me preguntó, con quien viniste y le respondí, ha con mis padres, pero ahora duermen, no sé a qué hora subieron de la piscina y el chico me respondió, creo que a las tres de la mañana, porque a esa hora llegaron mis abuelos y los escuché hablar con otras personas, además en este piso del hotel solo estamos nosotros y una pareja de recién casados en el otro extremo y te puedo decir salen poco de la habitación y sé que están recién casados porque mi abuela les brindó un trago por su matrimonio la noche que llegaron y estábamos en el restaurant.
Pasado un buen rato de charla, salen mis padres de la habitación y nos dispusimos a bajar a desayunar, pero mamá fue a la puerta de la habitación de los abuelos de Rubén y les tocó, la abuela de Rubén salió y más atrás el abuelo, cuando ambos estaban fuera de su cuarto mi mamá me presentó a los señores, bajamos desayunamos y nos fuimos a la playa, pasamos todo el día allí, en la tarde, nos fuimos a la piscina y mientras yo tenía que jugar con el chico ellos disfrutaban de los tragos, llegó la noche y a dormir, en mis noches pensaba en Jesús y por lógica me hacía mi respectiva paja pensando en su tremendo pene. Los días siguientes fueron rutina, un buen día los abuelos de Rubén y mis padres, decidieron ir de compras a la ciudad donde estaba el hotel y Rubén y yo nos quedamos en la piscina, lo que pedíamos era cargado a las habitaciones y esa era instrucción que habían dejado los mayores, en la piscina no habían muchas personas pues la temporada estaba casi muerta, a lo sumo estábamos bañándonos unas cinco personas tres jóvenes con nosotros y la pareja de recién casados
el chico y yo jugábamos a las luchas, nos apretábamos, nos tomábamos de los cuellos, yo lo lanzaba, así transcurría nuestro juego, de pronto notaba que el chico cuando me tomaba por la espalda rozaba su pene contra mis nalgas y lo notaba erecto, eso me activó el morbo, y comencé un ritual con él, ya no dejaba que me agarrara, pero cuando lo agarraba yo por la espalda le hacía lo mismo y podía sentir como él cuando sentía mi miembro en sus nalgas hacía presión hacia mi pene, después de un rato, él me dice, tengo ganas de ir al baño, yo le indico donde quedan los de la piscina, que estoy seguro él los conoce ya que tiene más tiempo que yo aquí, él me responde, es que tengo ganas de hacer puss y prefiero subir a la habitación, seguido me pregunta, me acompañas, de momento no vi la intención, pero ya en la habitación el chico me pide que lo ayude a lavarse porque si solo se limpia se irrita su colita, aun no me entraba la mala intención, paso al baño y pude ver el pene de aquel niño, pequeño no más de 10 cm, pero grueso en exageración, como lo hago le pregunté, él me respondió, ya está limpio solo tienes que ponerte jabón en los dedos y poner la ducha para que deje sin rastros mi culo, él se inclinó hacia delante y puse mi mano en aquellas tremendas nalgas, tan blancas o más que el resto de su cuerpo y en efecto duras como lo imaginé
él me indicaba que hacer, trata de llegar a mi hueco que es lo que se me irrita y metí mis dedos hacia dentro y pude tocar su gruta, estaba caliente y pude sentir los pliegues que lo recubren, sin darme cuenta estaba tan excitado que con mi pene casi le habría un hueco en la cara, él chico de repente con una mano me tocó el pene y yo salté hacia tras soltando la ducha, me tomó de sorpresa, Rubén me pregunta que te pasó y respondí es que me asustaste, pensé que te hacía daño en el hombro, él chico me dijo bueno casi, pero eso fue lo que me hizo traerte a mi cuarto, el tamaño de tu pene, que me lo haces sentir en mis nalgas cuando jugamos en la piscina, yo estaba fuera de mí y quiero saber si puedo tocártelo, con la calentura que tenía no pensaba en nada y saqué de mi short mi pene muy mojado de líquido y en su plena erección, Rubén se me acerca y lo toma y me dice que bello pene, los de mis primos son blancos y delgados, esto me hizo saber que ya sabía lo que hacía, me abandoné a la lujuria y le pedí que me lo mamara, aquel infante se apoderó de lo que le entraba en la boca y chupaba como quien chuca un helado, pasaba su lengua por mi glande, se lo sacaba y pasaba la lengua desde la cabeza hasta la base de mi pene, mi experimentado chiquillo era una putica, después de un rato mamando me pregunta que si quiero mamar su culo, lo cargue y lo puse en la cama y coloqué debajo de él una almohada y abrí aquella gruta
Efectivamente era casi naranja de color, un olor entre cloro del agua de la piscina y el jabón que había colocado hacía un rato, puse mi lengua en su hueco y comencé a lamer, chupar y penetrar con mi lengua aquel manjar que se me entregaba, mamaba, ensalivaba, penetraba hasta donde el grosor de mi lengua lo permitía, mientras el chico se retorcía como culebra, de pronto me dice métemelo antes de que lleguen nuestros familiares, yo solo obedecía y me puse entre sus piernas, escupí en mi pene y puse más saliva en su entrada y puse mi cabeza en aquella entrada que estaba ardiendo de lo caliente, me dejé caer sobre su espalda y le decía al oído, quieres que te lo meta, quieres ser mía, quieres ser mi puta, mientras le decía esto le empujaba a cada respuesta positiva que el daba, ya en mi tercera pregunta y al escuchar su respuesta, dejé caer mi vientre y le introduje todo mi pene en aquel culo tan hermoso
El sollozó un poco y yo me quedé quieto mientras su culo se amoldaba al grosor de mi pene, cuando ya no sintió más dolor me dijo en voz baja, dale que te quiero sentir y sin esperar me separé un poco de él sin sacar por completo mi pene y lo volví a embestir, el chico se aferraba a las sábanas de la cama y su cabeza enterrada en la almohada me indicaba que sentía dolor pero no lo manifestaba, aquello me puso a mil y comencé mi mete y saca primero lento y luego a sentir que estaba por llegar apresuré mi movimiento, aquel culo estaba ya al grueso de mi verga y seguía metiendo y sacando mi pene, cuando estaba por llegar siento que el chico aprieta su hueco y eso me hizo explotar en leche, me descargue como un tanque, creo que estuve emanando leche como una hora porque sentía como botaba, al rato mi pene se puso flácido y lo saqué de su culo, venía acompañado de leche, hilos de sangre y puntos de caca ya que él había estado haciendo puss realmente, él se volteó y me tomó el pene con sus manos y lo limpió, para luego metérselo en la boca, yo le indicaba que ya nuestros familiares podían haber llegado. Salimos de la habitación y nos fuimos nuevamente a la piscina, allí a la media hora aparecieron nuestros familiares y pidieron de comer, al chico le quedaban solo cuatro días y a mí una semana más, esos días antes de irse dos los pasó en mi habitación con consentimiento de sus abuelos para que yo no estuviera solo, ni se imaginaban que su nieto a esa edad era una zorra, aquel niño hizo del sexo conmigo lo mejor que me había pasado después de Jesús, claro Jesús era mi hombre y aquel niño era mi hembra.
Espero les guste este relato, al regreso a casa me toca la despedida de Jesús, yo con 15 cumplidos y con el sentimiento de dejarlo ir.
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