Mi sueño del otro día.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por gordito19madrid.
Bien, empecemos.
Yo estaba en la casa de un vecino mío, un hombre bastante mayor, jubilado, que vive solo. Estaba yo allí por que le estaba ayudando a arreglar su aparato de vídeo (que seguía siendo vhs). Yo estaba sentado en el suelo, justo delante de el aparato, que se encontraba en el mueble donde se apoyaba el televisor. El viejo estaba de pie a mi lado, contando un poco de sus cosas, lo típico de personas tan mayores, las pensiones, esas bobadas. Yo fingía que me interesaba como bien podía, pero él se daba cuenta de mi falta de interés. Así que comenzó a preguntarme sobre mí. Las típicas preguntas, los estudios, las notas… las novias. Aquí yo le respondí que las chicas no me interesaban. Entonces él, captando el mensaje, empezó a contarme sus vivencias en la mili, con otros hombres, y que se vió forzado a casarse. Sus narraciones homoeroticas eran tan calientes que se me puso dura. Así que, cuando acabó su historia, me eché un poco para atrás para que viera mi bulto en los vaqueros. Enseguida me empezó a acariciar paternalmente mi paquete, agarrándome la polla fuerte por encima del pantalón, yo me incorporé, y me desabroche la bragueta. Él enseguida me la saco y empezó a succionar mi rabo de una forma intensa y a la vez suave. Sus finos labios me rodeaban el glande y bajaban hasta mis huevos metiéndose toda mi polla en la boca. Sus lengua jugaba con la puntita mientras sus labios apretaban en la base. Entonces llamaron a la puerta.
Rápidamente me abroché los pantalones y me puse la polla contra la goma de los calzoncillos para que no se notara bulto alguno. Él abrió la puerta.
Saludó efusivamente y al salón entró acompañado de un chavalín de 15 años. Era rellenito y miraba siempre hacia el suelo. Llevaba camiseta de tirantes que le marcaban las tetitas y las barriga redonda que tenía. Me puse de nuevo con el vídeo, ignorándole un poco. Su abuelo (ya que el chaval era el nieto del abuelo (obvio)) le ofració un vaso de agua y, cuando volvió de la cocina con el vaso, le dijo, mientras se lo entregaba:
-¿Sabes? Le estaba contando a Jose (yo) lo que hacía en la mili, y tanto le ha gustado que me estaba ayudando a rememorar viejos tiempos.
El chico me mira (por primera vez desde que entra) y yo me pongo de pie y me saco la polla que aún seguía dura. Los dos, abuelo y nieto, se arrodillaron frente a mí, empezando a comermela por turnos, primero el abuelo, y luego el nieto, que chupaba con mucha ansia y dureza, comiendomela salvajemente. El sosiego y saber hacer del abuelo se juntaba con las ansias y fervor del joven. Iba a explotar, y exploté. Lefandole la cara al nieto, el abuelo le lamió las mejillas para tragarse mi lefa. Eché una buena lefada en la cara del nene, con lo que tenia mucha mas. Así que con mi polla fuí recogiendola, como si de una cuchara se tratase, para dársela de comer al nene, que devoraba mi polla junto a la lefa.
Ellos se desnudaron, los dos con las pollas duras, el abuelo la tenía bien grande y el nene tenía una polla más pequeña que la mía, rosada, y con poco vello. Agarre al nene de la cabeza y le di de mamar la polla de su abuelo. El nieto comía con las mismas ansias la polla de su abuelo. Que debería medir 20 centimetros. Mientras mamaba yo baje mi lengua por su espalda hasta su culo. Le lamía el ojete mientras se movia para meterse la polla entera en la boca. Me ayudaba de sus movimientos para empezar a presionar levemente mi lengua contra su ano. Él gemía, al menos lo intentaba, sus gemidos escapaban de entre sus labios y la polla de su abuelo. Su abuelo le decía guarradas a cada cual mas gorda. Yo estaba loco de caliente.
Subiendo de nuevo mi lengua por su espalda, le lleve a la cama de su abuelo y le puse a cuatro patas. Su abuelo rapidamente le tapo la boca con su polla, y yo comence a penetrarle suavemente. Él movía su culito redondo y gordito solo. Yo solo tenía que pararme y disfrutar. A cada movimiento de vaiven se la metía un poquito más. Hasta que ya se la metía toda dentro. En ese momento le agarre bien de la cintura y empecé a embestirle rapidamente. Él empezó a gritar de placer, escapándosele la polla de sus labios. Su abuelo pronto la metió otra vez diciendo “mama, cariño, mamasela a tu abuelito”. Yo le agarraba del pelo mientras le follaba, metiendole la polla hasta la garganta. Por dos veces se atranganto el chico, pero nunca se quejaba. Era momento de cambiar de tornas y el abuelo se puso a mi lado para pedirme permiso. Yo le cedi el culito del chaval, que estaba ya un poco abierto para recibir la gran polla del señor. El señor la metió de una embestida.
-Toma cabrón, disfruta de mi rabo.
El chico grito aun mas, su polla estaba muy dura. Yo me eché boca arriba y me puse con la cabeza debajo de sus tetitas, para jugar con ellas y mi lengua, mientras le tocaba. Al tocarle el rabo directamente se corrió en mi mano. Así que le di mi mano para que la lamiera. El viejo empezó a embestirle salvajemente, creía que le iba a matar a golpes con su pelvis, se estaba corriendo dentro de su nieto…
y ahí me desperte :(.
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