Mi taxista preferido
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cuánto tenía unos 20 años de edad, decidí entrar a trabajar a una tienda de conveniencia y pues mi puesto era en ventas, como ya sabrán, en estos lugares suelen llegar clientes frecuentes y uno de ellos era un chavo que se dedicaba al oficio del transporte público (taxista), se llamaba Sergio, para esto les describo a Sergio, tenía aspecto de chacal, moreno, más o menos alto, de 1.
74mts, unos brazos ejercitados, bien rico el wey, y agradable.
Él todas las noches llegaba a comprar cervezas, pues decía que le ayudaban para ir a dormir ya que lo relajaban, esa situación era noche tras noche.
Hasta que un día siendo ya conocidos en la rutina, me preguntó si yo tomaba, a lo que le conteste con un “sí, ocasionalmente”, entonces fue cuando me dijo que un día podíamos ir a su departamento a beber y “cotorrear”, en mi mente sólo cruzo un “ya cayó ”.
Le dije el día que puedas me avisas pues él ya sabía que mi turno terminaba a las 9pm.
Esto ocurrió un lunes, transcurrieron los días hasta que llegó el sábado, a la hora de mi entrada de turno me lo tope y me preguntó mis planes para la noche y le comenté que no tenía nada en mente, entonces me invitó a tomar algo.
Sergio me dijo que pasaba por mí a la hora que de mi salida, compraríamos algo y nos iríamos a su departamento.
Transcurrió mi turno y al rededor de las 10:15pm llegó a comprar su six de cerveza y salió, obviamente yo sabía cual era el plan.
Al salir yo, me compre otro six para no llegar con las manos vacías, me subí a su unidad y nos fuimos a su departamento que quedaba bastante cerca de mi trabajo.
Al llegar me empezó a contar de su vida con forme íbamos bebiendo, estábamos sentados en un sillón que tenía, todo iba bien, pero conforme iban pasando las cervezas Sergio me miraba más fijamente, de arriba a abajo y se tocaba su entrepierna, la verdad el alcohol estaba haciendo su efecto y mi cuerpo se estaba calentando, sentía como me estremecía, tenía un poco de esa adrenalina que sientes cuando estás a punto de coger.
Tome le iniciativa de inclinarme hacía Sergio y él respondió de igual forma acercándose a mí, dejamos de lado las cervezas y comenzamos a besarnos, me besaba de una manera tan pasional y rico que me calentó y excitó al momento, Sergio me acariciaba la espalda y me pegaba hacía él con sus brazos, mientras que yo con mi mano acariciaba su entrepierna, debo decir que su verga ya se estaba poniendo muy dura y comenzaba a mojarse, mi erección la presionaba contra su estómago, me tenía ya muy caliente.
Sergio se paró del sillón donde estábamos y me llevo a su habitación, estando allí me incline ante él, desabroche su pantalón, bajé su ropa interior hasta sus tobillos y su verga ya estaba excitada, entonces la tome con mi mano derecha, pase mi lengua con movimientos circulares por su glande y la metí de poco en poco en mi boca, escuchaba como exhalaba mientras lo hacía, tenía una verga de entre 16 y 17 centímetros un poco gruesa, mientras le daba el oral, yo con mi mano izquierda acariciaba mi verga que ya estaba como brazo de albañil.
Sergio parecía disfrutarlo pues acariciaba mis cabellos y me decía “sí, así que rico”, yo estaba fascinado pues la verdad desde que lo vi me encantó y quería comermelo pero no me quería ver tan puta.
Sergio tomó mi cabeza con sus manos y follo mi boca sacando y metiendo su verga, yo la estaba llenando toda de saliva mientras con mi mano derecha le masajeaba los huevos.
Sergio se quitó la playera que llevaba ese día y me hizo que me parara, me tomo de la cintura y me acerco a él para besarlo, y me dijo que me recostara en la cama, me quité el pantalón que tenía y me recosté, ambos quedamos totalmente desnudos, entonces él colocó una almohada en mi espalda baja para poder así dejar mi ano abierto al aire, mi verga ya estaba dura de solo tener a este chacal frente a mí y con la verga bien parada.
Entonces estaba con las piernas abiertas y Sergio se acercó y me empezó a besar las nalgas, a besar mis muslos y piernas, me besaba el nies,(zona entre el ano y los testículos) me besaba y lamía mis huevos, eso me calentó demasiado, y entonces le dije:
Yo: comeme el culo
Él: ¿quieres que te lo mame?
Me separe mis nalgas y se acercó a comerme el ano de una manera muy rica, yo empezaba a gemir, mi verga rebotaba en mi abdomen, sentía demasiado placer, solo veía su mirada en mí al ver como le gustaba mi cara de placer, no podía más y le dije:
Yo: por favor, meteme la verga
Él: ¿te meto mi pito, putito?
Yo: sí, meteme todo
Sergio se paró y fue a una gaveta cerca de su cama y sacó unos condones, tomó uno y lo colocó en su verga, tomó un poco de saliva, se la unto en su pito y de un escupitajo, como buen macho, echo otro poco en mi ano, entonces con su glande golpeaba mi ano y de poco en poco me metió la verga hasta la mitad, se inclinó a mí y me dio un beso, me dijo al oído entre gemidos “que rico culo tienes”, al terminar de decir esto me metió toda su verga y comenzó a moverse lentamente, para disfrutar mi estrecho ano, yo estaba extasiado, estaba casi con los ojos en blanco, cada centímetro de él dentro de mí me hacía gemir como perra en celo, y eso parecía gustarle, pues su ritmo se incrementaba.
Sergio dijo que quería montarme, me saco su pito y yo me coloque en cuatro, con mi mano derecha separe mis nalgas, él se colocó detrás de mí y me metió la verga hasta los huevos, como ya estaba excitado mi ano estaba ya dilatado y sin problemas entró en mí, él me decía:
Él: que rico culo tienes cabrón
Yo: ¿te gusta? Meteme hasta los huevos
Y comenzó a darme, como dicen por ahí, sonaba que alguien estaba corriendo en chanclas, sentía como sus huevos rebotaban en mi ano mientras que sus manos sostenían mis hombros para que la penetracion fuese profunda.
Estuvimos unos minutos así y me dijo que me quería ver la cara de placer que ponía, entonces me coloque de lado, así que Sergio quedó entre mis piernas con una de ellas en su pecho, y me siguió cogiendo, como su ritmo estaba siendo rápido me dijo que ya se iba a venir a lo que le dijo que no, que aún no quería que se viniera, entonces me la saco y se recostó junto a mí y nos pusimos a fajar, él masajeaba mis nalgas, mientras yo sostenía sus brazos, entonces sucedió algo que le dio un giro muy interesante, me dijo:
Él: oye… ¿y qué se siente?
Entonces yo lo quede viendo y le dije:
Yo: ¿quieres probar?
Sergio dudo unos segundos y dijo “va”, así que lo coloqué de a cuatro, le pedí que se separara las nalgas y cuando le di el primer lengüetazo oí como salía de su boca un “no mames, que rico”, entonces le empecé a comer el ojete de arriba a abajo, de lado a lado y en círculos, era delicioso como se movía y pedía por más, entonces mi mirada se puso en algo que me llamó la atención, un pequeño cuadro sobre su gaveta en donde Sergio se encontraba besándose con una chica, entonces caí en que este chacal era hetero y con novia, eso me calentó y aumentó mi morbo, vi que estaba bien excitado y le pregunte:
Yo: ¿te la meto?
Él: orale…va
Entonces así de perrito, me coloque un condón, y lo empecé a meter mi verga, debo decir que tengo unos 16 centímetros, casi llegando a 17.
Una vez que ya lo tenia bien ensartado comencé a bombear su culo y me sorprendió porque gemía como putito, y yo con mi morbo que estaba en la cama donde se cogia a su novia, le daba aún más.
Luego cambiamos de posición, lo puse boca arriba con sus piernas de arete como dicen, entonces le seguí dando y veía como su cara de placer pedía por más, mi verga estaba a reventar dentro de su ano, entonces le dije que me iba a venir ya, me dijo que se la sacará y me viniera en él, saque mi pito, me quite el condón y me puse junto a su verga y comencé a masturbar a ambos, era muy delicioso, entonces de un gemido me vine sobre la verga de Sergio, y cuando terminé de eyacular, Sergio también comenzó a sacar toda su leche, me pare de la cama, traje papel para limpiarnos, nos vestimos y despedimos.
Fue una noche la verdad muy placentera, pues no siempre te encuentras chacales así, y el morbo de coger en su cama donde se acuesta con la novia, me encantó, luego lo repetimos algunas ocasiones, donde me pedía que yo solo me lo cogiera como una puta, hasta que perdí contacto con él.
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