Mi tío Roberto II

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Alexxxito.
No perdía oportunidad mi tío Roberto (26 años) para llevar su miembro a mi boca, de las primeras veces que lo hizo recuerdo una que me aceleró el corazón casi al desmayo. (Yo de 7 años). Llegaba yo de la escuela y para mi sorpresa ahí estaba mi tío; era raro porque aún era medio día y él siempre llegaba más tarde.

Entré a casa y no había absolutamente nadie más que él y la abuela -como siempre en la cocina. Apenas crucé la puerta me dice: "Javi, chúpamela nene". Ese fierro ya estaba preparado, parecía que iba a romper su pantalón, se lo tocaba, se lo apretaba, sí que estaba caliente ese hombre. Quería que en ese instante se la chupara… ¡ahí en medio de la sala! Por algún motivo, me dio rechazo esa situación, le dije: -"Espera que ahí está mi abuelita en la cocina, va a salir y nos va a ver". Responde: -"Saca un libro de tu mochila", obedecí. Me posiciona junto a su cadera izquierda (esa era la altura precisa que yo le llegaba, a la altura de sus hermosas caderas perfiladas). Toma el libro y con un ademán me indica que lo sostenga del extremo izquierdo y él lo haría con su mano derecha colocándolo frente a mi cara a manera de barrera por si salía la abuela según él no pudiera ver. Era demasiado el estrés para mi, además teníamos la puerta principal a espaldas nuestras y… ¡estaba abierta!, en cualquier momento alguien podría llegar.

Con su mano libre saca su poderosa verga que casualmente apuntaba hacia su lado izquierdo y ordena: -"¡Chúpala! Comienzo mi labor con mucho temor de ser descubiertos y terror de que esa persona pudiera se mi pobre abuela; ya nacía en mi el sentimiento de culpabilidad. Aún así, continué con la mamada, pero no podía concentrarme, sólo recuerdo su constante olor a queso añejo y ahora tenía una plus, sabor a orín. Como era costumbre me empujaba mi cuello por atrás para forzarme a tragármela toda. Hasta que escuchamos que la abuela se aproximaba gritando mi nombre. A lo que él responde -"Aquí está conmigo. Me pidió que le explicara una tarea". Me dio más rabia su respuesta y me aparté de él. Notó mi enojo. Sin embargo, ya era demasiado tarde para detenerse y con solo un par de jaladas bastaron para que esa verga ejemplar escupiera abundante y espeso semen manchando mi camisita del uniforme escolar y terminando mayormente en el piso, pudiéndose escuchar el golpe de los chorros.

Ya para las 5:00 pm volvió a casa, era la hora que todos tomaban la siesta y yo estaba solito en la sala viendo mis adoradas caricaturas. Me habla hacía su cuarto al final de la casa, un cuarto separado de la casa en el patio, era originalmente un cuarto de trebejos. Fui y me dice: -"Ya no estés enojado conmigo bebé, no te vuelvo a poner en esa situación". En ese momento hace algo que no se me olvidaría jamás. Me dice que me pare en su cama a manera de quedar a la misma altura que él… y… Oh Dios mío… acerca sus labios a los míos, me da su suave beso, acto seguido introduce su enorme y gorda lengua en mi pequeña boca y explora… Yo siento que algo en mi interior abandona mi cuerpo, siento que me elevo y vuelo. ¡Esas sensaciones únicas!: El sabor de su boca, mezcla de cigarrillo y cerveza. La suavidad y al mismo tiempo agresividad de su lengua y los piquetes de los pelos gruesos de su bigote, Uufff muero. Pongo mis ojos en blanco y siento desfallecer. Yo simplemente respondo, en automático, copiando sus movimientos de lengua. Pero no había comparación, mi pequeña lengua no llegaba tan lejos como la suya que alcanzaba lo más profundo de mi garganta. Nos fundimos en ese beso que se prolongó toda una vida, pues hasta hoy no lo olvido. Él acariciaba mis nalgas y yo me le prendí del cuello como hembra enamorada, ya sentía que lo amaba y que ese beso me demostraba que me amaba y que ahora él era mío y yo de él, su novia.

Afortunada o desafortunadamente, aún no losé, nunca logró penetrarme. Aunque lo intentó, sólo lograba dejarme roja la colita, no me forzó. Así concluyo mis relatos acerca de ese hombre que marcó mi vida, sin embargo tengo más experiencias que en breve les relataré.

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