Mi tío Sebastián II
Lo que pasó después de que mi tío me quitará mi virginidad.
Primera parte: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/gays/mi-tio-sebastian-2/
La mañana siguiente era un lunes, despertamos en mi cama y Sebastián se fue a trabajar muy temprano, con mi papá.
Recuerdo que cuando me levanté estando desnudo el dolor que sentía en mi culo era grande, aún tenía el ardor de haber tenido sexo por primera vez, ese día cuando fui al baño pude ver unos cuantos rastros de sangre saliendo de mi, y al tocar mi ano podía sentir que estaba adolorido.
Ese día no hice muchas cosas, el llegó como siempre en la tarde y me saludo d ella forma más normal. La última plática que tuvimos en la noche del Domingo dónde me contó sobre su bisexualidad me pidió que por favor no dijera nada, pero obvio yo no lo haría, primero porque lo quería a mi tío, segundo porque me dejaba en evidencia a mi también, y tercero porque me gusto lo que hicimos, y si me gustó, no había porqué armar dramas.
Esa noche si fue mejor. Lo que me gustaba era esa forma de llegar y ponerse en su cama como si nada pasara y el ambiente no se pusiera algo tenso, ni siquiera jugamos al Play, solo charlamos, reímos un poco, tuvimos un momento tío-sobrino que sí fue puro, y me gustó.
Llegada la hora de dormir me mira y me dice -Quieres que durmamos juntos?- yo hice como si me lo pensara, pero realmente quería dormir de nuevo con él -Pero en mi cama, así no tengo que pasarme en la mañana cuando te vayas- le dije y sonrío, tengo que admitir que me gustaba mucho el cuerpo de Sebastián, con esas piernas fuertes y esos brazos algo trabajados, una barriga no ejercitada, pero si plana, y tenía muchos vellos en las piernas y brazos, como yo, que es de familia. Ese hombre para el chico de 14 años que era yo, me ponía a mil, no podía dejar de pensar en lo erótico que era el tenerlo a él de 22 años en mi cama un día después de haber perdido mi virginidad, y más morboso aún, que es mi tío.
Nos pusimos en boxer, ya era tarde, si teníamos sueño pero nos acostamos el uno al lado del otro en mi pequeña cama individual, ahí apretados mirando hacia arriba, pero yo lo ojeaba a él.
En eso, cuando creí que esa noche no pasaría nada, él me dice:
-Sus (diminuto de Jesús) quiero pedirte disculpas- dejándome extrañado, pues no sabía porqué se disculpaba- lo que hicimos ayer no estubo bien, yo soy tu tío, y mayor que tú, eres básicamente un niño- yo iba a hablar, estaba nervioso pero lo iba a contradecir de todas formas- y siento que rompí un lazo de confianza que había armado con tus papás, eres mi sobrino- creo ahí entendí un poco, y lo único que atiné a decir sin pensarlo mucho fue – no tienes que verme como tu sobrino, yo a ti no te veo como mi tio- él me miró, acostado al lado mío, se volteo poniendo su cuerpo de lado y acuerdo que yo me pusiera de lado también, mira solo fijamente – no lo hago, y quiero que te disculpes conmigo, y me prometas que no volverás a hacer lo que me hiciste a mi dormido a ninguna persona más – me sentí mal cuando dijo eso, me sentí un sucio -eso no está bien, si quieres algo con un hombre, seduselo mientras está despierto y consciente- asentí, derrotado.
Estábamos ambos en boxer, y yo solo podía ver la boca rosada de mi tío, que me miraba sin prestarle atención a más nada. Ahí fue cuando él se acercó y me besó, yo obvio me deje, sentía su cuerpo pegado al mío, como chocaban sus piernas con las mías y su estómago con el mío, era rico como su lengua quería entrar en mi boca, básicamente me estaba enseñando a besar, pues no sabía.
Yo con mi inexperiencia solo quiero tocar más y más de él, pasaba mis manos por su abdomen, se sentía planito y duro, cálido a comparación de mis dedos fríos. Ya podía sentir la dureza de su pene en ese boxer que cargaba puesto, era excitante tocarlo por encima de la tela, como lo hice por primera vez, eso le gustaba, todo mientras nos seguíamos besando, él tocaba mi cintura, mi pene, le gustaba mucho apretar mi glande y eso era muy placentero, tocarme el culo, en una de esas paso su mano derecha por debajo de mi boxer y quiso meter sus dedos en mi, precionando mi ano, cosa que me dolió,pues seguía algo lastimado.
Yo sabía que ese día mi tío quería más de mi culo, y la verdad yo quería más de su verga.
Cuando bajé su boxer, cuando por fin dejo de besarme, él se puso boca arriba y seguí bajandolo hasta sus pies, que debo admitir me gustaban mucho, es un fetiche mío que descubrí con él. Me quité mi boxer y lo ví, así era que más me gustaba verlo, con su verga dura como un mástil, llendo hacia arriba y un poco a la izquierda, la piel de su prepucio aún cubría parte de la cabeza de su pene, rosadita, y en base tenía esos testículos que se veían apretados, color ocre y grandecitos.
Yo se la empecé a chupar, si bien nunca me pareció muy placentero ser el que lo chupa, me gustaba ver cómo el abría más las piernas y hacía su cintura hacia arriba queriendo meter más, que no podía. Lo que si me gustaba era echar la piel de pene hacia abajo y ver todo su glande, era grande y cada vez que se excitaba en la pintita tenía presemen, era viscoso y salado, me gustaba pasar mi lengua y probarlo.
Me acuerdo que me pregunto si quería y estaba seguro, puesto que sabía sobre cómo estaba mi ano, yo la verdad estaba súper caliente, quería más, y si, dolía, pero también sabía que la sensación al acostumbrarse a que la verga de mi tío me diera una y otra y otra vez era fenomenal, así que le dije que sí.
Esa vez bajamos el colchón de mi cama y lo pusimos en el piso, para que la cama no hiciera ruido, mientras yo me acosté y él me la chupaba ponía mucho lubricante en mi agujero, era doloroso, pero con el frio del lubricante la sensación iba mejorando, era más que todo sus dedos, que me daban esa sensación de querer ir al baño pero que en realidad sabes que es de querer que te la metan. Pero yo no sabía qué más hacer, estaba ya encantado con su boca comiendose toda mi verga, mientras me masajeaba el culo con los dedos, no gemía para no hacer ruido, y hacía los mismo movimientos hacía arriba que él me hacía, cogiéndome su boca.
Si algo le gustaba era cuando ya tenía el culo listo, el estaba duro y yo lo veía ponerse en frente mío, ya con la almohada debajo de mí, con sus brazos ponía y levantaba hacia los lados mis piernas, dejando mi culo justo para que el pusiera su verga, esa posición me gustaba, era placentero que me besara mientras sentía que pasaba su verga lentamennte por mi culo, como si me cogiera pero no, era solo rozar su miembro por encima de mi ano, y cuando la punta de su pene tocaba mi agujero ya dilatado sentía un sensación de placer que recorría mi cuerpo, era ligera pero me ponía cada vez más loco por tenerlo dentro.
Así fue hasta que mientras me besaba, puso la punta de su pene en mi culo y sentí su dureza entrando en mí, era fuerte, y gorda para mí ya lastimado culo, me provocaba una sensación de estar ensartado y a la vez de necesitar que se metiera más a fondo. Cuando entró toda, dejo de besar y me miró, sabía que le gustaba tenerme así por esa mirada de placer que ponía, no movía su cadera pero sí acerco a mi sí cara, y sentía su respiración agitada, y su cuerpo caliente aplastando el mío, y su pelvis tocando con mis nalgas, con sus vellos púbicos raspando. Así, dió un pequeño movimiento hacia atrás, y luego, hacia delante, entrando y saliendo, yo solo suspiraba sin poder hacer ruido.
Así fue aumentamos el ritmo, se oía como entraba y salía y de vez en cuando chocaba, sentía mucho placer, su verga gruesa tocaba mucho en mi interior, deslizaba y quería que fuese más rapido, que me cogiera más rápido. Pero paró, me dijo que él se acostaría y yo me iba a sentar, sentí su verga saliendo de mí, dejándome vacío y con el culo caliente deseando de nuevo estar lleno, chorreando un poco de lubricante, y así estaba su pene, muy húmedo y muy duro, lo vi un poco lleno de sangre, y brillante por el lubricante, pero la calentura ya solo me dejaba pensar en tenerlo dentro otra vez, en qué me removiera todo.
Se acostó boca arriba, y así yo me fui a sentar en él, mirándolo y poniendo mis manos en su pecho fui bajando con dolor cuando sentí la cabeza de su pene en mi entrada y luego abriéndose camino en mis interior, esa posición me costaba, pero ese día me esforcé y logré meterme todo, de ahí solo comencé a moverme hacía adelante y hacía atrás, ya sentía más o más placer y solo quería que me reventara con su pene, saltaba viendo la cara de mi tío con la boca abierta y respirando fuertemente, retorcía los dedos de los pies y con sus manos solo me agarraba de la cintura para empujarme más abajo cuando echaba su pelvis hacía arriba, como cuando se lo chupaba, y así tocaba lo más profundo que podía en mi culo.
Ahí no aguanté más, cansado de ser yo el que saltaba y con la verga de mi tío durísima en mi interior dando una y otra vez me vine, me corrí dejando mi leche en sus estómago, él lo hizo en un ratito más, sentí como se ponía muy rígida su verga y soltaba su leche dentro mío, apreté el culo y después sentí como se escurría por la pose en la que estábamos, y cuando me levanté sacándome lentamente su pene sentí vacío otra vez y la leche que aún tenía dentro cayó sobre su verga.
Él está eyaculaba mucho, siempre me llevaba el culo de semen y yo por la edad que tenía no soltaba tanto.
Ese día solo lo hicimos una vez, estamos cansados y ya era tarde, como las 2 de la mañana, solo nos limpiamos con un trapo de él, fuimos por separado al baño y nos acostamos, en mi cama los dos. Dormíamos bien cómodos restregandonos toda la noche y yo aún viendo dormir estaba anamorado de su miembro, no podía creer que de estar flacido pidiera ponerse tan grande y duro y menos que me cupiese. Me dormí con mi mano en su verga, como me gustaba.
Ese fue el segundo día, pero él vivioo bastante tiempo conmigo, después de eso solo cogíamos así los días de semana y los domingos que estábamos solo nos daba más libertad de experimentar, él decía que le daba demasiado morbo que yo fuera menor que él, y a mi me pasaba al revés, una vez compro unos juguetes para que los dos probarnos los domingos, solos. Hasta llegamos a arriesgarnos el lugares públicos, y en algunas reuniones familiares, en casa de su amigo, en la de nuestro tío, incluso me enseñó a mi a ser el activo una que otra vez.
Mi tío Sebastián es genial, y ciertamente no lo veo como un tío, y él dice que no me verá a mi tampoco así, sino como los mejores amigos, lo que comparten sexo, sangre y amistad.
Mi inicio día similar pero con un vecino maduro.,..😈😈😋😋
wow erres tremendo bro y tiene mas relatos podras seguir cvontando otro bro?
Podrías contar más experiencias con tu tío????