Mi tío Ulises me da su verga IV
Mi tío y yo fuimos descubiertos follando por su hermano Juan.
Después de muchos encuentros sexuales con mi tío Ulises, les contaré el día que fuimos descubiertos por su hermano, mi tío Juan.
Mi tío tenía una carnicería cerca de mi casa, una ocasión me pidió que nos viéramos allí, me cito para las 8 de la noche. Llegué a la hora acordada a la cita. Ya mi tío me esperaba con la verga muy dura y húmeda. Me llevo atrás de un enfriador grande donde guardaban carne y como siempre empezó a besarme y a acariciarme el culo. Después de un rato me puse a mamarle la verga, el me mamo el culo y me penetro, ya mi culo estaba acostumbrado al tamaño de su verga así que la metía sin dificultad y yo lo disfrutaba mucho. La puerta de atrás de la carnicería, era una puerta de madera algo vieja, con rendijas a lo largo de la misma y daba hacia el patio trasero de la casa de mis abuelos, pero a esa hora nadie andaba por ahí, o eso creía. Mi tío Ulises y yo estábamos disfrutando de la cogida, que no nos percatamos que alguien estaba viéndonos. Asomado por una de las rendijas estaba mi tío Juan. El era un hombre de 37 años, casado y con 2 hijos varones, gemelos. Era algo robusto, de 1.80 más o menos, blanco, con mucho vello, usaba bigotes, los cuales eran muy espesos. El era taxista y vivía en la casa de mis abuelos. Cuando terminé de follar con mi tío Ulises, me abrió esa puerta y salí por ahí. Allí en el patio había una especie de baño improvisado dónde orinaban los trabajadores de la carnicería, era una teja de asbesto grande que estaba recargada sobre una pared. En ese baño se escondió mi tío Juan. Había dado unos pasos cuando me tomo del brazo y me dijo: ya ví lo que estabas haciendo con Licho, (así le llamaban a mi tío Ulises), yo me asusté y me puse a llorar. El me dijo que no llorara, que no le iba a decir a nadie lo que había visto, se agachó y me abrazó y al hacerlo sentí la dureza de su verga, que quedaba justo a la altura de mi verga. Yo lo abrace y sin pensarlo mucho le di un beso en la boca, el me correspondió y empezamos a besarnos muy rico, se sacó la verga por un lado del short de futbolista que traía puesto y llevo mi mano hacia el para que lo acariciara mientras el me mamaba las tetillas. Con una mano me tenía sujetado por la cintura y con la otra me quitaba la ropa. Empezó a acariciar mis nalgas y metía un dedo sin dificultad, ya que seguía algo dilatado por la cogida anterior. Se puso de pie y se quitó el short quedando solo con la playera, me excitó mucho ver cómo su verga curvada hacia arriba, bastante gruesa y llena de pelos, le levantaba la playera, tenia unas bolas muy peludas y grandes. Empecé a chuparle la cabeza de la verga, era similar a una ciruela, ligeramente más grande que el resto de la verga, estaba abriendo mi boca al máximo para darle una buena mamada, le chupaba las bolas y trataba de tragar lo que más podía de su verga, con sus dos manos me agarraba la cabeza para poder follarme la garganta, haciendo que me diera arcadas y se me salieran las lágrimas, también me pidió que le chupara el culo, era la primera vez que lo haría, se puso de espaldas a mi y abrió sus nalgas dejando expuesto su orificio, tenia unas nalgas grandes y tenía mucho pelo en el culo, metía casi toda mi cara en ese enorme culo, el se movía de arriba a abajo y en círculos, mientras se masturbaba, me tenía bien caliente, no me dejó chuparle por mucho tiempo porque, según el, era muy sensible y quería correrse en mi culo. Me puso de espaldas a él y se hinco para mamarme el culo, que aún tenía restos de semen de mi tío Ulises, me abrió las nalgas y metió su lengua, yo sentía muy delicioso y lo imite moviendo mi culo de arriba a abajo y en círculos. Luego empezó a pasar su verga de arriba a abajo por toda la raja de mi culo, yo arqueaba la espalda, levantaba el culo y empujaba hacia atrás para que me la clavara, estábamos muy calientes. Me acomodo la cabezota de su verga en el culito, como la tenía bastante húmeda de su precum y mi saliva y además estaba dilatado, de un empujón entro casi la mitad, me dolió, sentía mi hoyito muy estirado, a pesar de aún tenía restos de semen de mi tío Ulises, le costó un poco poder meterla toda. Sentí como traspaso mi esfinter y sus pelos pegados a mis nalgas. Puse mis manos en sus muslos para detener un poco la penetración, me tenía trabado completamente. Empeze a moverme de adelante hacía atrás, yo solo me clavaba en ese vergon grueso y cabezón. Así estuve por unos 10 minutos. Empezó a bombear más rápido, dio una embestida dura que me llegó hasta el fondo y me lleno el recto de leche. Sentía cómo se hinchaba su verga con cada chorro de leche que descargaba. Se quedó un rato pegado a mi, giro mi cabeza y me besaba en la boca. Se puso de pie y me pidio que le chupara la verga para limpiarla. Se vistió y se fue de ahí. Yo me quedé un rato, mis piernas me temblaban y me dolía el culo. Descargué la leche que me había dejado adentro, me puse mi ropa y me fui a casa. Eran casi las 10 de la noche. Ahora tenía un nuevo amante.
Uffffffff 🤤 🤤 🤤 que afortunado eres, dos machos cogiendo te, muy rico tu relato amigo, sigue contando, me corrí riquísimo, saludos 😁 😁 😁 😁
comos igue
Estás historias son 100% reales, con los nombres reales. Son mis vivencias de niño.
Ufff, que morboso relato, me ha encantado!