MI TRANSFORMACION DE NIÑO A MUJER
Relato basado en un 80% de hechos reales, donde se puede leer la transformación y vivencias de una criatura nacida hombre, pero en el transcurso de su vida, todo va tomando un rumbo totalmente diferente, llegando a ser la mujer que siempre quiso ser desde su niñez..
Todo empezó cuando tenía entre 7 años, vivía en el pueblo junto a mi familia, madre, hermano, hermana y demás familiares. Mi padre trabaja lejos para poder mandarnos dinero para vivir. Convivimos en la casa familiar de mi abuela, puesto que aparte de nosotros vivía una tía con su familia.
Soy de piel trigueña, ojos negros claros, mi constestura para esa época era normal para un niño de mi edad, pero desde muy pequeño me llamó la atención de la ropa de mujer.
En algunas ocasiones a escondidas me cogía las bragas de mi madre o hermana para ponérmelas y me sentía tan bien al usarlas. En ese momento mi inocencia no sabía que estaba bien o mal, pues era solo un niño. Mi comportamiento hasta ese entonces era normal como cualquier niño que salía a jugar fútbol y demás juegos como cualquier otro.
En unas ocasiones cuando era de tarde me acercaba a la pared que dividía el patio de mi casa con la casa de al lado, la cual en un tramo era medio bajo y en la parte del baño de al lado ya se subía a una altura de 1.80 o 2.00 metros, del lado de mi casa quedaba un callejón que funcionaba como ventilación y separación de una casa y la otra, algo muy común en ese tiempo. Me acercaba con el fin de mirar si en la parte del baño dejaban puesta algunas bragas encina del muro para que se secara a la intemperie, la cual yo en horas de la noche cuando todos estaban ocupados o viendo televisión iba al callejón, bajaba las bragas me quitaba mi ropa de niño y me las ponía, así paso un buen tiempo, de ir de vez en cuando paso a ir todas las tardes u noche a revisar si había alguna braga para ponerme y estar feliz.
Una vez, cuando tenía 8 años, fui como todas las noches a ver si había alguna braga para ponerme y para mi sorpresa, ese día en el callejo estaba el hijo de la vecina, que se llama Juan, el cual era unos 5 años mayor, y se estaba frotando su pene, el cual al verme me llamo y sin mal pensar nada por mi inocencia hasta ese momento, fui sin ningún problema.
Juan: ¿Qué haces aquí?
Yo: Vine a orinar
Juan: ¿Por qué no fuiste al baño?
Yo: es que estaba ocupado y tengo muchas ganas
En ese momento bajo mis pantalones para intentar orinar, pero no logro poder hacerlo.
Juan: ¿Seguro que tenías ganas de orinas?
Yo: Sí, pero como que ya se me quitaron.
Al momento de estar teniendo la conversación, me fijaba mucho en su pene que era mucho más grande que el mío, que era la primera vez que observaba uno que no fuera el mío. De momento, Juan se percató de que le estaba mirando mucho su pene y me dice:
Juan: ¿Te gusta lo que ves? Ven, tócalo
Permanecí en silencio y me doy media vuelta para irme, a lo que Juan me toma por el brazo para detenerme.
Juan: ¿por qué te vas? ¿Acaso no te gustó lo que veías o acaso quieres huir?
A lo que le respondo con voz dudosa:
Yo: No, solo que es primera vez que veo un pene que no es el mío
Juan: ¿Te gustó?
Yo: No sé, es raro
Juan: Ven, quédate un rato y lo observas más, es más, si quieres, tócalo.
Yo, muy nervioso por la situación, decido quedarme. A los minutos, como un movimiento involuntario, le agarró el pene, sintiendo su textura y palpitación. No era un pene muy grande, pero sí en comparación con el mío. De inmediato Juan me agarro la mano y comenzó a mover en un sube y baja, en su rostro pude notar lo mucho que le gusto y al ver su rostro de sastifación y en vez de parar e irme, seguí allí agarrando su pene y masturbándolo, al paso de unos minutos Juan exhala un pequeño gemido y me quita la mano de su pene, de inmediato y sin pensarlo me fui del lugar y Juan quedo allí en el callejón.
Al día siguiente, mientras jugaba con mis primos al fútbol, Juan entró a mi casa y se nos unió a jugar en el patio, el cual es bastante grande y con sombra. Fue así como formamos 2 equipos de 3 jugadores. Al terminar de jugar, nos quedamos tirados todos en la arena, descansando y hablando cualquier tema que era relevante en ese momento. A los minutos algunos de mis primos se fueron a sus casas y otros se levantaron a tomar agua, por lo que, me quedé solo con Juan allí en el patio.
Apenas tuvo la oportunidad, Juan se me acercó de forma amigable y me preguntó:
Juan: Hey! Gracias por lo de anoche. ¿Te gustó?
Yo, con mucha pena y voz baja, le dije:
Yo: No sé, fue raro, pero..
Juan me interrumpe diciendo: “pero te gustó”
a lo que yo le respondí con mi cabeza que sí, él levantó su mano y me frotó la cabeza diciendo:
Juan: entonces te espero hoy otra vez allí mismo, a lo que yo asentí con mi cabeza.
Llegó la noche y todos estaban entretenidos en sus quehaceres y hobbies, a lo que disimuladamente salí al patio y fui justo al callejón. Juan aún no estaba allí, por lo que me puse a reparar si en el muro había alguna braga, pero ese día no había nada. En cuestiones de segundos, veo que Juan se vuela la pared donde está el tramo más bajo, entrando así al callejón donde quedamos en encontrarnos.
Juan: Vaya que, si te gustó, hasta ya me estás esperando.
Yo, sin decir una palabra, sonreí y caminé hacia lo más oscuro del callejón. Juan me siguió, y al detenerse, se bajó de una vez el short que traía, y me dijo:
Juan: aquí la tienes, cógela..
De inmediato me acerqué a él y sé lo agarré, comenzando el mismo movimiento de la noche anterior. Así pasaron unos 5 minutos cuando me dicé:
Juan: quieres chuparla, es más sabroso
Yo: No… eso debe saber a maluco, además no sé hacer eso.
Juan: tranquilo, hazlo y verás que te gustará, además yo me acabo de bañar.
Yo, con mucho miedo porque nunca había hecho algo así, me agaché y puse mis labios sobre su pene, comencé a lamer como una paleta y después la metí en mi boca.
Juan: y eso que no sabías.. Sigue así es.
Para mí, al principio no me supo desagradable, pero con el constante movimiento y entrada en mi boca, fui detectando un sabor muy peculiar, que al rato me gustó mucho y seguía pegado en su pene sin querer soltarlo o sacarlo de mi boca. Mientras tanto, Juan disfrutaba de la buena chupada que le estaba dando a su pene y que sus rodillas se inclinaban un poco por la excitación y gozo que estaba sintiendo.
Al rato de estar chupándosela, me levanta y me da un beso en la boca, seguido de que me voltea quedando él detrás de mí. Sin decirme nada, me baja la pantaloneta que llevaba puesta ese día y me inclino hacia adelante. Yo, sin decir una palabra, porque también me estaba gustando mucho lo que hacíamos, no puse ningún tipo de resistencia a lo que Juan me pedía o hacía. Así fue cuando por primera vez sentí la punta de su pene en la entrada de mi virgen culo y haciendo un poco de presión intentaba penetrarme, pero esto no fue tan fácil.
Después de varios intentos y que su pene no entraba en mi culito, decidió no intentarlo más y dejar que lo pajiara nuevamente con mi mano, hasta que nuevamente, como la noche anterior, dejó salir un gemido y suspiró.
Quedamos unos minutos descansando, nos subimos los pantalones y nuevamente me dio un beso en la boca, diciéndome:
Juan: Nos vemos mañana
A lo que yo asentí con mi cabeza.
Espero que haya gustado esta primera parte de mi vida e historia, seguiré contando que paso después en esos encuentros y como fui dando paso a convertirme en una mujer
Buenísimo este relato, me encantó,espero la próxima parte para ver cómo te rompieron el culito y meterme en personaje pensando que es a mi a quien se lo meten.
Saludos. [email protected]
Esperando segunda parte
Continúa por fa!!
Como sigue? necesito mas.